Los crean de la nada a través de los créditos, pero nos los hacen devolver con intereses.
Por Enric Duran
Casa de la moneda y el timbre
Hace ya más de un año que la crisis financiera es noticia, desde que estalló en Estados Unidos con el nombre de crisis subprime, se ha publicado mucho, explicando con más o menos precisión y acierto, como se ha producido esta crisis en los aspectos más concretos. Lo que no se ha explicado tanto, y en ningún caso en los medios de comunicación masivos, es cómo la necesidad de crecimiento exponencial que tiene el actual sistema financiero es la causa de fondo de la burbuja especulativa, y por tanto de la propia crisis, además de tener una relación directa con las crisis energética y alimentaria. Así pues, aprovecharemos esta oportunidad de llegar al público, para explicar no ya la crisis crediticia sino el transfondo que hace que el sistema financiero actual sea una gran estafa para la gente trabajadora, así como un peligro para la sostenibilidad de la vida en nuestro planeta. Entenderemos de este modo el papel que juegan los bancos, como los principales responsables de todo en definitiva.
Historia de la creación del dinero
El origen del negocio bancario se remonta a cuando el oro era el dinero real y, como tal, lo guardaba el orfebre en su almacén. Como que el oro era muy pesado e incómodo de mover, el dinero en circulación eran participaciones de este dinero metálico. Un día, el orfebre pensó que podía cobrar interés por el préstamo de estas participaciones y para compensar empezó a pagar un interés menor a los depositarios de este oro; así se inició en Europa el negocio bancario.
Este sistema tenía el problema de que la posibilidad de prestar dinero estaba claramente limitada por la cantidad de oro en circulación; entonces los orfebres, ya convertidos en banqueros, inventaron el sistema de reserva fraccionaria, que consiste en qué sólo hay en reserva una parte de lo que realmente se presta. O dicho de otra manera, a partir de un dinero real se crea dinero de la nada en una proporción que, teniendo en cuenta que no todo el mundo retirará su dinero a la vez, nunca pone en dificultades a los banqueros a la hora de devolver depósitos. Esta proporción acostumbraba a ser del 10%, es decir, 10 unidades en circulación por cada unidad real de oro existente en la reserva.
Este aumento del dinero en circulación favoreció la expansión comercial en el mundo y, una vez conocida por los estados, en vez de prohibirse se reguló. Para controlar el riesgo que eso significaba si se sabía que no había dinero para devolver a todo el mundo, se creó el sistema de bancos centrales, los cuales dispondrían de reservas de oro adicionales para poder prestar a los bancos en momentos de crisis.
La creación del dinero en la actualidad
Con el tiempo, el sistema de bancos centrales y reserva fraccionaria se ha convertido en el dominante en el mundo; el oro que garantizaba el dinero en circulación fue menguando hasta que en el 1971 se hizo desaparecer el patrón oro, es decir que se dejó de usar el oro como base real del dinero.
Aún cambiando este aspecto fundamental del sistema monetario, los bancos centrales y el sistema de reserva fraccionaria continuó, pero con unas reservas que consisten tan solo en anotaciones bancarias creadas en algún momento por los bancos centrales; reservas que significan dinero pero que no están garantizadas por ningún dinero que tenga una base material. Eso cambia completamente la naturaleza del dinero porque todo lo que tenemos actualmente en circulación sale de la nada y por tanto es un puro contrato, que sólo tiene valor porque todo el mundo se lo da.
El dinero que se crea hoy en día, se crea básicamente a partir de préstamos, es decir en forma de deuda, ya sea pública, comercial, externa o de particulares. Y no sólo eso, sino que cuando se devuelven las deudas, este dinero desaparece, de manera que así el sistema financiero dispone de una herramienta para ampliar o reducir el dinero en circulación.
El dinero lo crean los bancos centrales y los bancos privados. Sólo entre el 3 y el 5% del dinero en circulación ha sido creado por los bancos centrales, el resto lo crean los bancos privados a través de los créditos así como (y cada vez más) a través de complejos sistemas de especulación financiera.
Hoy en día, la creación de dinero sólo está limitada por un reglamento que indica en qué condiciones pueden prestar dinero los bancos y como tienen que hacer cuadrar las anotaciones en su balance para hacerlo.
En el caso de la Unión Europea, el reglamento que obliga a los bancos con el BCE (Banco Central Europeo), dice que tienen que tener como reserva como mínimo el 2% del total del dinero; el otro 98% lo pueden prestar e invertir. El dinero depositado a un plazo igual o superior a 2 años no está afectado por esta norma, y se puede invertir al 100%. Todo esto se puede comprobar en el artículo 4 del Reglamento (CE) nº 1745/2003 (BCE/2003/9).
Los estados ante la creación privada del dinero
¿Si el dinero ya no es oro (que era la justificación con qué se creó el sistema de banca comercial y los bancos centrales, como responsables de guardar el oro y convertirlo en dinero en circulación), cómo es que siguen siendo sólo los bancos los únicos que pueden crear dinero? ¿Y por qué únicamente lo hacen en forma de deuda que hay que devolver-les con intereses?
Dicho de otro modo: ¿Por qué los Estados tienen que pagar intereses a su banco central para así poder financiar el gasto público, cuando es dinero que podrían crear directamente los Estados en el momento de realizar estos gastos? Quizás la única respuesta lógica que se nos puede acudir es que la banca es quién controla a los gobiernos y no al revés, ¿verdad? A Mayer Rothschild, miembro de la dinastía europea de banqueros más poderosa, se le recuerda por una cita que rezaba: “Dejarme emitir y controlar la creación del dinero de una nación y me dará igual quién haga las leyes.”
Los intereses y la necesidad del crecimiento exponencial
Cuando un banco concede un crédito está creando el dinero del principal del crédito, pero no el dinero correspondiente a los intereses que el banco hará pagar al deudor durante la vida del préstamo. Dado que todo el dinero en circulación se crea en forma de deuda con intereses, podemos concluir que el dinero para devolver todos los intereses de la deuda simplemente no existe.
Entonces, ¿cómo es que el sistema financiero ha sobrevivido tanto tiempo? Fundamentalmente por dos razones:
1. Porque se financia con el endeudamiento creciente, es decir que el dinero en circulación tiene que ir aumentando constantemente por tal que se puedan pagar los intereses de las deudas y el sistema no colapse. Eso tiene que ver con como el sistema incita cada vez más a todo el mundo para que se endeude, empezando por las personas con hipotecas, préstamos personales fáciles y rápidos, tarjetas de crédito; pero también las empresas y los estados. Hablamos pues de crecimiento exponencial, de la economía y del espolio de los recursos naturales del planeta.
2. Porque hay quién no devuelve el dinero principal de las deudas y sólo paga el interés. Éste es el caso de las deudas públicas de los estados más poderosos, o de diversas empresas e instituciones poderosas que tienen unas condiciones privilegiadas; o probablemente también por todas las figuras tipo pólizas y tarjetas de crédito, en las cuales tampoco se devuelve el dinero principal y el contrato se acostumbra a renovar año tras año de manera indefinida.
En todo caso, esto nos da a entender hasta que punto el sistema financiero necesita una deuda en aumento, y como puede llegar a estar de relacionado el aumento de las hipotecas y de los créditos al consumo con el mantenimiento del sistema financiero actual. Por lo tanto, dentro del contexto global todo el mundo está endeudado, y la diferencia sólo se encuentra entre los que tienen que devolver las deudas y los que no.
La banca y la burbuja inmobiliaria
Si hace quince años era impensable que se concediera una hipoteca a más de 15 o 20 años, esta posibilidad se ha doblado expresamente, desde los bancos y cajas, hasta los 35 y 40 años de hipoteca actuales. Con esta acción tan simple y a la vez perversa, la banca ha facilitado y provocado el encarecimiento de la vivienda, ya que aumentando la capacidad de endeudamiento de las personas ha hecho crecer los precios que tenemos capacidad de pagar.
Eso ha beneficiado a la banca porque, con las hipotecas, ha podido crear dinero y cobrar intereses en una cantidad muy alta y con un índice de morosidad mínimo, gracias a la característica de necesidad básica de vivienda. Con el aumento de precios, ha provocado el crecimiento desorbitado de los beneficios de las principales constructoras e inmobiliarias del Estado y así de sus propios beneficios, ya que los principales accionistas de la mayoría de estas empresas son bancos y sobretodo cajas.
La inflación como robo silencioso de nuestro poder adquisitivo
Al crear dinero y cobrar intereses sobre éste, los bancos están creando inflación, es decir, están aumentando la cantidad de dinero disponible sin aumentar al mismo tiempo la oferta de bienes y servicios. Si aumentásemos la cantidad de moneda en circulación al doble sin aumentar la cantidad de productores en un modo equivalente, no nos convertiríamos en el doble de ricos, ya que, como que habría los mismos bienes, los precios también se doblarían.
Esta sobrecreación de un dinero que estamos obligados a utilizar nos afecta a todas las personas (seamos o no clientes de los bancos), y cuando este privilegio se mantiene en exclusiva por un grupo de instituciones privadas, podemos concluir que se trata de un robo legal por el cual el dinero pierde valor en cada porción de tiempo en qué lo tenemos. Todo esto significa una inmensa cantidad robada.
Además, la inflación también sirve para cerrar el círculo, ya que hace que el dinero sólo tenga un lugar fácil dónde refugiarse de la pérdida de valor y este lugar es un banco. Así las personas, y especialmente las que ahorran, estamos forzadas a protegernos de la devaluación buscando refugio en un banco, el cual con este nuevo ingreso podrá crear más dinero y producir más inflación haciendo que la rueda no se pare. La inflación atrapa nuestro dinero en el sistema bancario y es el mejor incentivo que tiene para captar depositarios.
Una de las consecuencias de este proceso es la desposesión que sufren los jubilados. Las trabajadoras retiradas ven como aun habiendo tenido una vida entera dedicada al trabajo, al final de su vida productiva se encuentran con qué su renta de jubilación les da un poder adquisitivo cada vez más bajo. Precisamente a la edad en qué tendrían que poder gozar de todo el esfuerzo realizado, resulta que es cuando menos tienen.
El robo financiero en el ámbito internacional
El financiamiento también interviene dentro del contexto de los intercambios económicos internacionales, es decir de las importaciones y de las exportaciones de materias primeras y productos manufacturados. Si un país tiene una balanza de pagos negativa, es decir que paga más por lo que importa que lo que cobra por lo que exporta, no podría comprar todo lo que querría si no se endeudara.
La deuda externa por lo tanto es consecuencia del déficit comercial de las empresas y el gobierno de un país en su balanza de pagos internacionales.
Desde después de la Segunda Guerra Mundial este comercio internacional se hace básicamente en dólares y desde el 1971, cuando eliminan el patrón oro, la Reserva Federal Americana (FED), tiene total libertad para poner o dejar de poner en circulación los dólares que quiera, ya que no tiene que dar explicaciones a nadie ni demostrar ninguna garantía; tres cuartos de los mismo la banca privada de Estados Unidos, con el único límite de la fracción de reserva que ha de mantener. De este modo, controlando la creación de dólares, una minoría financiera (recordamos que la FED es una entidad privada) controla los valores de las relaciones económicas internacionales. De esta manera EEUU puede comprar todo lo que quiera fuera, mientra que los otros países contraen deudas que tienen que pagar. Los poderes internacionales aprovechan esta deuda para obligar a los países endeudados a asumir determinadas políticas de apertura de fronteras para las mercaderías y la especulación financiera, forzando así que los poderosos se apropien de sus producciones y recursos naturales a precios irrisorios.
El dinero tal y como está concebido es una herramienta a partir de la cual determinados poderes financieros se apropian de todos los recursos naturales y humanos del planeta.
Crecimiento infinito vs. Planeta finito
Este sistema financiero depende de la concesión de cada vez más cantidad de dinero en préstamos. Los préstamos se traducen finalmente en un impacto ambiental dado que la gente los pide para comprarse un coche, para viajar, para ampliar una industria o para construir casas, entre otros ejemplos. Podemos ver entonces, que este sistema de crecimiento de la economía mediante el préstamo depende de la conversión constante y creciente de recursos naturales en CO2 y residuos. Y por tanto, en un momento en qué estamos llegando a los límites del crecimiento de la producción de energía a causa del declive del petróleo y cuando también se acercan los límites de muchas explotaciones mineras, podemos concluir que este sistema creado hace más de 300 años en base al crédito creciente no puede continuar tal y como ahora los conocemos.
Esta reflexión coincide con una gran crisis financiera global, así que nos atrevemos a preguntarnos: ¿Significa la crisis actual el fin del sistema financiero basado en el crecimiento?
Guerras y finanzas
Quizás no os sorprenderá oír que detrás de todas las guerras hay intereses de la industria de armamento para vender más armas y embolsarse mucho dinero. La generación de necesidades de dónde no las había es común en todas las prácticas del capitalismo actual, ya sean armas, nuevos televisores, sistemas de videovigilancia o aparatos eléctricos domésticos, siempre nos encontramos con importantes intereses comerciales detrás.
Más desconocido por el gran público, es la utilización de las guerras por el mundo de las finanzas. La banca utiliza las guerras al menos de dos maneras fundamentales. Por un lado los astronómicos gastos económicos que genera una guerra permiten al poder financiero hacerse con el dominio de los países en lucha; éstos tendrán que estarse muchos y muchos años haciendo frente a la deuda externa contraída como ha sido el caso históricamente de Nicaragua, Filipinas, Nigeria, Camerún, Costa de Marfil y Zaire.
Por otro lado las guerras en qué intervienen principales potencias, como es el caso de EEUU, permiten crear una gran cantidad de dinero, en forma de deuda pública de los cuales sólo se pagan intereses y de esta manera se da al sistema la liquidez que necesita. La guerra de Irak ha permitido a los bancos de EEUU crear 3 billones de dólares desde su inicio. Éste ha sido el coste de la guerra por EEUU y a la vez es la cantidad que ha aumentado su deuda nacional en el mismo periodo, que actualmente es de cerca de 10 billones de dólares. Es un dinero que no pagan los ciudadanos norteamericanos sino los de todo el mundo a través de la inflación.
Referencias para ampliar la información:
· Capitalismo (financiero) global y guerra permanente. El dólar, Wall Street y la guerra contra Irak. Ramón Fernandez Durán, Virus Editorial
· El dinero es deuda; vídeo animado sobre el funcionamiento del sistema monetario, puedes encontrarlo en buscadores, doblado al castellano: http://www.moneyasdebt.com
· Documentos, libros y artículos en relación a cómo funciona el sistema monetario: http://www.altruists.org/375
· Un noticiario digital; otra manera de pensar en los hechos económicos: http://www.altereconomia.org
· Foros de debate y aprendizaje sobre la burbuja financiera e inmobiliaria: http://www.burbuja.info
Artículo publicado en revista Crisi, número único, 17 de septiembre de 2008.
fuente https://asambleavinaros.wordpress.com/2012/12/24/el-95-del-dinero-es-creado-por-bancos-privados
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