“Al convertirse en bienes encauzados, el ser humano ha perdido la fe en su propio poder político, que se deriva de su capacidad de caminar y hablar. Creen que la actividad política consiste en exigir más de esos servicios que fusionan humanos y mercancías. No exigen más libertad para los ciudadanos autónomos sino mejores servicios para los consumidores sumisos. No lucha por su libertad de movimiento y expresión sino por su derecho a ser transportados e informados». Ivan Illich, Energía y equidad* (1973)
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La industria farmacéutica se aprovecha del sistema de patentes e ignoran millones de enfermos y pacientes…
«Las Farmacéuticas poseen los mayores márgenes de beneficio del mundo, superando a industrias del petróleo, gas o armas. Se aprovechan del sistema de patentes e ignoran millones de enfermos y pacientes. Son otro brazo ejecutor, son una pandemia en sí misma». Iñaki & Frenchy (2022)
Entrevista con Juan Gérvas: “La ética está en caída libre desde el comienzo de la pandemia”.
Entrevistamos a Juan Gérvas, médico generalista español, que asegura que las medidas para contener al virus dejan peores consecuencias que la acción del propio virus del Sar-Cov2. Es parte integrante, el entrevistado, de una poderosa imaginación que comparte con otros médicos, epidemiólogos, genetistas, biólogos, virólogos que están extraviados de la realidad y la perciben de tal forma que está totalmente alejada de la verdad? En uno de sus últimos escritos afirma que “La pandemia ha provocado sufrimiento y muertes por el propio virus, pero gran parte de los daños han sido y serán debidos a las respuestas políticas, sin ciencia ni ética”. (1)
Por Roger A. Sampedro
Ecotropía
abril de 2021
Cuando choquen los planetas…
«Cuando choquen los planetas y el mundo se termine, sólo quedará una manera de escapar: la bicicleta». Luis Gruss*
Una modesta proposición
¿Qué tal si aprovechamos esta situación tan compleja y extraordinaria a la vez para sacar algunas cosas en claro?
· Parar un poco, ralentizar, pensar e imaginar
· Ver lo sencillo y rápido que es reducir las emisiones y limpiar el aire de nuestras ciudades
· Fin del turismo depredador
· Valorar los servicios públicos como algo esencial
· Comprobar que el teletrabajo es posible
· Una gran oportunidad para compartir tareas y cuidados
· Lo comunitario frente a lo masivo
· Tomar conciencia de nuestro potencial empático y colectivo para preservar la vida
· Experimentar cómo podría ser una sociedad en decrecimiento, aunque sea momentáneo
Cómo no temblar frente al colapso
“Un estremecimiento tremendo” sintió Darío Sztajnszrajber al ver El Colapso. Por eso analiza qué tiene en común la serie de ficción francesa de 2019 con las escenas a las que nos enfrenta la coyuntura pandémica. El fin del mundo, el futuro, el desabastecimiento, la ilusión del orden, la rotura de los lazos sociales y la descontrolada vuelta a lo natural. Hay que esperar, pero qué.
Una vez que una sociedad se organiza para una cacería preventiva de enfermedades, otorga proporciones epidémicas a la diagnosis
“Una vez que una sociedad se organiza para una cacería preventiva de enfermedades, otorga proporciones epidémicas a la diagnosis. Este triunfo último de la cultura terapéutica convierte la independencia del individuo sano en una intolerable forma de desviación. A la larga, la actividad principal de tal sociedad de sistemas dirigidos por dentro conduce a la promoción fantasmal de la expectativa de vida como una mercancía. Al equiparar al hombre estadístico con hombres biológicamente únicos se crea una demanda insaciable de recursos finitos. El individuo se subordina a las ‘necesidades’ mayores de la sociedad como todo, los procedimientos preventivos se hacen obligatorios y el derecho del paciente a negar consentimiento a su propio tratamiento se desvanece al argumentar el médico que debe someterse a la diagnosis, ya que la sociedad no puede permitirse la carga de procedimientos curativos que serían incluso más costosos”. Ivan Illich, Némesis Médica* (1976)
Presentación y debate en torno al libro de Silke Helfrich y David Bollier “Libres, dignos, vivos: el poder subversivo de los comunes». ¿Hay algo más necesario que el procomún?
Innumerables semillas de transformación colectiva ya están floreciendo por todo el planeta. Vemos brotes de esperanza en las granjas agroecológicas de Cuba y en los bosques comunitarios de la India, en sistemas de Wi-Fi comunitarios en Cataluña y en equipos comunitarios de enfermeras a domicilio en barrios de los Países Bajos. Están surgiendo decenas de monedas locales alternativas, nuevos tipos de plataformas web cooperativas y campañas que reclaman las ciudades para los ciudadanos. Todas estas iniciativas satisfacen necesidades vitales de forma directa y empoderante. Comunidades que dan un paso adelante para crear nuevos sistemas ajenos a la lógica capitalista y forjando cuidados para el beneficio mutuo, con respeto por la Tierra y con un compromiso a largo plazo.
La distorsión industrial de nuestra percepción compartida de la realidad nos ha vuelto ciegos…
“La distorsión industrial de nuestra percepción compartida de la realidad nos ha vuelto ciegos al nivel contrapropositivo de nuestra empresa. Vivimos en una época en que la enseñanza está planificada, la residencia estandarizada, el tráfico motorizado y las comunicaciones programadas, y donde por primera vez, una gran parte de todos los víveres consumidos por la humanidad pasan por mercados interregionales. En una sociedad tan intensamente industrializada, la gente está condicionada para obtener las cosas más que para hacerlas; se la entrena para valorar lo que puede comprarse más que lo que ella misma puede crear. Quiere ser enseñada, transportada o guiada en lugar de aprender, moverse, curar y hallar su propio camino.” Ivan Illich, Némesis médica (1976)*

*libro en PDF http://www.ivanillich.org.mx/Nemesis.pdf
►Imágenes para el Disenso Consciente
https://t.me/imagenes_disenso
«Si puede, no vaya al médico»: cómo la ciencia hace creer a la gente que aunque estén sanos todos son enfermos potenciales
Antonio Sitges-Serra ha escrito un libro tan revelador y documentado como polémico. Y con un título bastante provocador: «Si puede, no vaya al médico». La recomendación viene de cerca. Sitges-Serra (Barcelona, 1951) es catedrático de Cirugía en la Universidad Autónoma de Barcelona, fue jefe del departamento de Cirugía del Hospital del Mar y ha publicado más de 400 artículos científicos. En su controversial libro, denuncia cómo en la sociedad actual -una sociedad que venera la ciencia y que siente pánico por la muerte y por envejecer- la medicina se ha convertido en un colosal negocio, a expensas casi siempre del paciente.
Por Irene Hernández Velasco
BBC Mundo
31 Agosto 2020
Informarse. Hoja de links con información, análisis, revistas, para difundir y/o imprimir
Que cada cual lo use como le parezca, difundiéndolo vía internet o imprimiéndolo y fotocopiándolo. Quizá no quiera hacer nada con esto, simplemente pase de largo y mande saludos!
“El espectáculo organiza con maestría la ignorancia acerca de lo que está pasando, y acto seguido, el olvido de cuanto, a pesar de todo, acaso haya llegado a saberse. Lo más importante es lo más oculto” Guy Debord, Comentarios Sobre la Sociedad del Espectáculo (1988)
Por raas
raas@riseup.net
La enfermedad en las sociedades industriales avanzadas
Las sociedades industriales avanzadas tienen mucho interés en la mantención de la legitimidad epistemológica de las entidades nosológicas. Mientras la enfermedad sea algo que se posesiona de la gente, algo que se «pesca» o que «se pega», las víctimas de estos procesos naturales pueden quedar exentas de responsabilidad por su condición. Se les puede tener piedad más que culparlas por un desempeño negligente, vil o incompetente en sufrir su realidad subjetiva; se les puede transformar en elementos manejables y aprovechables si aceptan humildemente su enfermedad como una expresión de que «así son las cosas».
Por Ivan Illich
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Matar el dolor
Cuando la civilización médica cosmopolita coloniza cualquier cultura tradicional, transforma la experiencia del dolor. El mismo estímulo nervioso que llamaré «sensación de dolor» dará por resultado una experiencia distinta, no sólo según la personalidad sino según la cultura. Esta experiencia, totalmente distinta de la sensación dolorosa, implica un desempeño humano único llamado sufrimiento. La civilización médica, sin embargo, tiende a convertir el dolor en un problema técnico y priva así al sufrimiento de su significado personal intrínseco.
Por Ivan Illich
Las mayorías de pacientes*
Cuando el poder diagnóstico de la medicina multiplica a los enfermos en número excesivo, los profesionales médicos ceden la administración del sobrante a oficios y ocupaciones no médicas. Al desecharlos, los señores de la medicina se libran de la molestia de la atención de bajo prestigio e invisten a policías, maestros o jefes de personal con un poder médico derivativo. La medicina conserva la autonomía sin trabas para definir lo que constituye la enfermedad, pero tira sobre otros la tarea de hurga en busca de enfermos y de proveer para sus tratamientos.
Por Ivan Illich
La escuela obligatoria, un instrumento de segregación social programada (1)
La escuela es una pirámide con una base muy amplia a la que todos entran por obligación. Sin embargo, sólo la ínfima minoría de los que llegan a su punta tienen acceso a los instrumentos que dan poder y prestigio en la sociedad. Son ellos también los que definirán los estilos y los contenidos de la política y se beneficiarán de becas, viajes al extranjero y de los servicios médicos más caros. La subida hacia esta punta es un triage –un proceso de segregación- en el cual, fuera de una estrecha minoría, prácticamente todos serán reprobados.
Por Jean Robert
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(libro) Energía y equidad
«Cuando el lector se enfrenta por primera vez al texto de Energía y equidad, debería tener en cuenta que en realidad está leyendo un estudio de caso empleado por el autor para demostrar una tesis ya avanzada en otro de sus escritos. En palabras del propio Illich, «Energía y equidad no es sino un postfacio de La convivencialidad». Parece lógico, por tanto, introducir un breve análisis de lo señalado en este texto antes de continuar.
La idea principal, o tesis, que Illich plantea en La convivencialidad es que las sociedades en vías de desarrollo deben imponer límites al progreso industrial, para evitar que en ellas se produzcan las nefastas transformaciones socioculturales que ya experimentan las sociedades desarrolladas. Illich identifica diferentes efectos perversos provocados por el progreso industrial sobre el hombre y, en todos ellos, el elemento común que los define es la pérdida de libertad del individuo y de su capacidad para expresarse, pensar y obrar como ser individual.
Pero, ¿cómo ha podido producirse tal transformación sin que la sociedad se haya revelado? Precisamente por la ausencia de límites al desarrollo tecnológico. En pos de un mejor modo de vida, o bienestar, la sociedad ha permitido que el desarrollo tecnológico perfeccionase herramientas primero, máquinas después y autómatas por último, que aliviasen el esfuerzo de habitar. Pero debido a esta dependencia del bienestar, el individuo se ha vuelto débil y sumiso ante las instituciones, la tecnología y el progreso, las verdaderas productoras y controladoras del bien deseado.
La paradoja de esta sumisión está en que el estándar de vida ideal sólo es posible para unos pocos individuos, ya que los recursos naturales no son suficientes para proveerle a todo el mundo el nivel de confort soñado. En consecuencia, el individuo se somete cada vez más a sus dominadores con la esperanza de alcanzar un pedazo del bienestar ideal, quedando completamente anulado como ser libre. Ante tal panorama, Illich plantea como única solución para garantizar una sociedad libre y en equilibrio con su entorno el establecimiento voluntario de unos umbrales de crecimiento por parte de la sociedad». Sonia Freire Trigo
Bicicletas voladoras
Cuando choquen los planetas y el mundo se termine, sólo quedará una manera de escapar: la bicicleta.
Por Luis Gruss