(…) Habiendo hecho las paces con el desertor en la realidad interior, no se sentirá tan hostil y a la defensiva cuando una figura semejante se presente en la realidad exterior. Pero lo más importante de todo es que habrá experimentado el poder de un arquetipo. La próxima vez, cuando conduzca sentado al volante, sabrá que no está solo en el asiento del conductor. Sabrá que unas fuerzas misteriosas están dentro de él y que pueden guiar su destino y absorber sus energías de manera invisible. Estará, pues, sobre aviso.
Por Sallie Nichols
El Loco es un arquetipo coactivo y, como vimos, muy actual además. Pero todas las figuras del Tarot tienen su propio tipo de energía y, dado que no tienen edad, están todavía activas en nosotros y en nuestra sociedad. A modo de ilustración veamos los siete Arcanos representados en la fila superior de nuestro mapa.
El Mago, el primero de ellos, representa un mago a punto de hacer unos trucos. El los llama trucos y eso es exactamente lo que son. Se está preparando para engañarnos.
Su magia funciona a base de espejos, cartas especialmente diseñadas, sombreros de copa con doble fondo y con la rapidez de las manos. Sabemos de antemano que es así y nuestro intelecto se enreda con epítetos como «charlatán» y etiquetas como «tramposo». Pero sin darnos cuenta observamos que el resto de nuestro cuerpo se siente atraído hacia este mago y que nuestra mano se encuentra dentro del bolsillo buscando disimuladamente una moneda para ser admitidos en su espectáculo. Está robando nuestro dinero para someternos a engaño.
Más tarde, cuando estemos sentados entre el auditorio esperando que el espectáculo empiece, nos encontraremos con que nuestro corazón late más deprisa que de costumbre y que contenemos la respiración. A pesar de que nuestra mente sepa que lo que va a ver no es más que una demostración de habilidad manual y destreza, el resto de nosotros se comporta como si algo realmente milagroso fuera a pasar. Nos comportamos de esta manera puesto que en los niveles más profundos de nuestro ser aún existe un mundo lleno de misterio y admiración; un mundo que opera más allá de los límites del espacio y el tiempo y más allá también de la lógica y la causalidad. Nos vemos atraídos hacia este mago exterior de una manera irracional y compulsiva pues dentro de nosotros existe un mago arquetípico, que es incluso más atractivo y convincente que el que tenemos delante, dispuesto a demostrarnos que existe una realidad milagrosa dentro de nosotros mismos en cuanto nos sintamos realmente dispuestos a dirigir nuestra atención en su dirección.
No es de extrañar, pues, que nuestro intelecto se proteja y ponga freno a la sola idea de magia. Si nuestra mente admitiera este tipo de realidad, correría el riesgo de perder el imperio que su razón ha construido ladrillo a ladrillo durante siglos. Aun así, la coacción del Mago es hoy tan fuerte en nuestra cultura que empiezan a construirse muchos puentes entre su mundo y el nuestro, sobre los que la razón puede caminar con firmeza. Algunos fenómenos parapsicológicos se examinan ahora bajo condiciones científicas controladas. La meditación trascendental atrae a cientos de seguidores al ofrecer pruebas objetivas de su efecto saludable en la presión sanguínea y sobre los estados de ansiedad.
Con el uso de máquinas de bio-feedback y otros inventos, se están estudiando diversos tipos de meditación y avanzamos en las investigaciones de los efectos que la meditación tiene sobre el cáncer. Parece ser que, en nuestro siglo, las palabras magia y realidad vayan a convertirse en una sola. Quizá estudiando al Mago podamos alcanzar una nueva unidad dentro de nosotros mismos.
Extraído del libro Jung y el tarot. Un viaje arquetípico, de Sallie Nichols.
fuente: https://www.librosdemario.com/jung-y-el-tarot-un-viaje-arquetipico-1-leer-online-gratis/7-paginas
texto en PDF