Cuando se recuerde 2020, el primer año de la pandemia covid19, se recordará a su causante, el coronavirus SarsCov2, y su impacto en el sufrimiento. Enfermos y muertos por covid19 llenarán la memoria colectiva, y es lógico. Pero hay más.
Por Juan Gérvas*
Acta Sanitaria
28 de marzo de 2021
Recordar el virus y a enfermos y muertos por covid19 es parte esencial de la historia, pero tan importante como el virus fue la reacción contra su difusión. Hay daños de los que cuesta hacerse idea. Como bien se dice: “a veces es peor el remedio que la enfermedad”, y los daños de la reacción van mucho más allá de enfermos y muertos por covid19.
Las medidas tomadas contra la pandemia han sido básicamente de orden público, un estado de alarma con el que mantener en casa a la población mediante el confinamiento permanente revisable y el toque de queda cuartelero.
Algunos daños presentes y futuros, sin priorizar, sólo para ampliar el foco:
La pandemia ha provocado sufrimiento y muertes por el propio virus, pero gran parte de los daños han sido y serán debidos a las respuestas políticas, sin ciencia ni ética
1. Por las políticas contra la equidad de “toda crisis es una oportunidad”: el enriquecimiento rápido de los más ricos, y el empobrecimiento sostenido de los demás, con el resultado del aumento de la pobreza, del hambre y de la desigualdad social.
2. Por el descrédito de políticas sin impacto: la transformación de un problema de salud pública en otro de orden público y el empleo de “mano dura” política y de mayor violencia policial para el cumplimiento de dicha política, con lesión de libertades y derechos básicos sin ciencia que lo explique y sin ética que lo justifique.
3. Por los cambios en la economía: la destrucción de puestos de trabajos y, especialmente, el incremento del desempleo juvenil.
4. Por el desempleo, la precariedad laboral y la falta de expectativas vitales: disminución drástica de la fertilidad, que en España ha llegado a ser la más baja de la historia.
5. Por la disminución de la fertilidad: el incremento de la “congelación de óvulos”, en la expectativa de más adelante poder tener los hijos que hoy es imposible tener.
6. Por el incremento de la “congelación de óvulos” y la disminución de la fertilidad: el retraso de la primera maternidad, con sus implicaciones, como la mayor mortalidad materna.
7. Por las normas sanitarias sin ciencia en la atención al embarazo, parto y puerperio: el incremento de la violencia obstétrica, la disminución de la lactancia materna y el aumento de los partos “libres” (en casa, renunciando a toda atención profesional).
8. Por el miedo y por la falta de profesionalidad: la aceptación de la evitable muerte inhumana “en soledad no querida” en hospitales y centros sociosanitarios (asilos y otros).
9. Por el “algo hay que hacer” en la atención clínica: la substitución de la Medicina Basada en Pruebas por la Medicina Basada en AVerSiFunciona, como la instauración de tratamientos médicos dañinos, tipo el uso de la hidroxicloroquina/azitromicina ambulatorio, o los excesos en la intubación de pacientes críticos hospitalizados.
10. Por el énfasis en la atención a la covid19 en la organización sanitaria: incremento del sufrimiento y de la mortalidad evitable por enfermedades no covid19 (de cánceres y tuberculosis a infartos de miocardio).
11. Por consecuencia directa del deterioro social, laboral y económico que conllevan las medidas ante la pandemia: incremento de los problemas y del sufrimiento mental, con respuesta medicalizadora (más prescripción de psicofármacos y más psicoterapia) y con más suicidios.
12. Por el énfasis en la heroicidad y el compromiso de profesionales sanitarios (clínicos y de salud pública): justificación de los recortes en el sistema sanitario público e incremento del negocio en el sector sanitario privado.
13. Por el miedo y el pánico inyectados para controlar a la población: cientos de miles de ancianos “enterrados” en vida de por vida, encerrados en sus casas sin atreverse a salir mientras se deteriora su salud física y mental.
14. Por los cierres de centros docentes y la implantación de la “educación a distancia”: la disminución del nivel educativo y de la socialización de infancia y adolescencia, con consecuencias de por vida, y mayor impacto cuanto menos recursos familiares.
15. Por mantener el “estado de alarma” más allá de policías y multas: la censura postmoderna en forma de un torrente monótono y unánime de mensajes de cifras y lemas repetidos de diferente manera como si fuera información.
16. Porque el fin justifica los medios: aplicación de la “Regla del Rescate” en su expresión máxima (por evitar el mal presente provocar el mal total futuro) creando y manteniendo una narrativa que impide aprender de otros países (Corea, Japón, Nueva Zelanda, Suecia, Taiwán, Vietnam y Uruguay, por ejemplo**) y un marco que impide el debate científico crítico y la propuesta de alternativas, equiparando tal debate al “duelo a garrotazos”.
17. Por hacer fácil el control de la sociedad: convertir a la ciencia en diosa, y delegar la responsabilidad de las decisiones en “expertos”, negando la participación popular como si volviéramos a aquello de “todo para el pueblo pero sin el pueblo”.
18. Por la ansiedad para encontrar una “solución” que permita volver a la “normalidad”: el abandono de las expectativas de cambio social profundo (las vacunas “sociales”) y la epidemia de esperanza en las vacunas biológicas con la recuperación del prestigio de industrias farmacéuticas y fundaciones privadas que en realidad han trabajado y trabajan para sí mismas, como demuestra el mantenimiento de las patentes de las vacunas covid19.
19. Por la falta de transparencia en las decisiones y por el no “rendir cuenta” de las actuaciones ante la pandemia: pérdida de valores democráticos y refuerzo de las políticas y de los partidos del “ordeno y mando”.
20. Por la “normalización” de situaciones insostenibles que no se han resuelto ni en una situación de emergencia: incremento de la discriminación a las minorías, justificación del racismo institucional y social, sostenimiento de las políticas de negación de Sanidad Universal y mantenimiento de condiciones infrahumanas de alojamiento de temporeros e inmigrantes sin papeles.
Síntesis
La pandemia ha provocado sufrimiento y muertes por el propio virus, pero gran parte de los daños han sido y serán debidos a las respuestas políticas, sin ciencia ni ética.
Los palmeros, esos que saben, callan y aceptan los daños que provocan las medidas contra la pandemia, crearon y mantienen un marco en que se ven las propuestas de alternativas y la desobediencia civil como el inicio de un “duelo a garrotazos”.
Pero no es un “duelo a garrotazos”, pues uno de los dos no tiene garrote. El pueblo está inerme, al pueblo no se da cuentas. El pueblo al que se aplasta con confinamientos, normas y multas y a cuyo comportamiento se le achacan las sucesivas “olas”.
No es duelo a garrotazos, es muerte a garrotazos.
*Médico general jubilado, Equipo CESCA (Madrid, España). jjgervas@gmail.com; mpf1945@gmail.com; www.equipocesca.org; @JuanGrvas
fuente: https://www.actasanitaria.com/danos-por-la-reaccion-a-la-pandemia-covid19
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