«El que sabe no habla. El que habla no sabe». Tao Te King
Por José Luis Cano Gil*
Fui descubriendo que no importa lo que cualquiera diga sobre esto o aquello. No importa si oyes bien o mal sobre una persona, libro, película, suceso, teoría. No importa lo que cualquier idea ajena, no digamos ya cualquier político o medio de comunicación, te cuenten del mundo, de la historia, de ti mismo…
Todo ello se desvanecerá cuando tú tengas tu propia experiencia íntima de las cosas. Cuando las vivas, las toques, las respires por ti mismo. Cuando te hagan reír y llorar. Cuando, al vivirlas de corazón, inevitablemente te transformen. Sólo entonces descubrirás, con sorpresa y quizá amargura, cuán engañosas e inútiles son las opiniones de los demás. Cuán vanas son las creencias, las doctrinas, las razones de otros. Por muchos diplomas -o revólveres- con que intenten convencerte. Todo es ruido. Todo es engaño. Sólo tu vivencia personal es la medida.
Por eso me encanta esta grandiosa cita budista:
«No creáis en nada simplemente porque lo diga la tradición. No creáis en nada por el simple hecho de que muchos lo crean o finjan que lo creen. No creáis en lo que dicen las Sagradas Escrituras sólo porque ellas lo digan. No creáis a los sacerdotes ni a ningún otro ser humano. Creed únicamente en lo que vosotros mismos habéis experimentado, verificado y aceptado después de someterlo al dictamen de la razón y a la voz de la conciencia».
Entonces, si realmente quieres ser libre, no opines: vive. No pienses ni hables de lo que aún no sabes: guarda silencio. No repitas las mentiras del prójimo: descubre personalmente el mundo.
*Piscoterapeuta y escritor.