Una de las charlas que doy se titula: «El mito de la normalidad», que es para decir que pensamos que existen personas normales y luego están las que sufren patologías y tienen depresión o ansiedad o adicciones o esquizofrenia o trastorno bipolar o TDAH (Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad) o cualesquiera otros problemas. Lo que yo osbersvo es un continuo en el que todos estamos. Estos rasgos, en un grado u otro, están presentes en casi todas las personas y es una mitología pensar que existe lo normal y luego está lo anormal.
Por Dr. Gabor Maté
Bueno, según las investigaciones, el mejor lugar del mundo para ser esquizofrénico no es América del Norte con toda su… farmacopea, sino, en realidad, un pueblecito de África o la India, donde hay aceptación, donde las personas hacen espacio para sus diferencias, donde la conexión no se interrumpe sino que se mantiene, donde no se te excluye y se te condena al ostracismo, sino que se te acoge, y donde hay espacio para que pases al acto lo que sea que necesites pasar al acto, o expresa lo que necesites expresar, y puede incluso que la comunidad entera cante o coree contigo o celebre una ceremonia contigo y quizás encontrar algún significado en tu «locura’.
Así que es contextual y es cultural, de modo que la enfermedad no es un fenómeno aislado de un individuo, es un paradigma fabricado o construido por la cultura. De modo que una sociedad que nos separa de nuestra espiritualidad, que nos separa de la propia sociedad mediante la idealización del individualismo y destruyendo el contexto social, lo cual ocurre en nuestra sociedad, y que ignora nuestras necesidades emocionales, será una sociedad que genere patologías.
Y creo que ello tiene que ver con la propia naturaleza del sistema económico, el cual dice que lo que importa no es quién eres, sino cómo los otros te valoran. Y la nuestra es una sociedad materialista, lo cual significa que lo que valoramos no es quiénes son las personas, sino lo que producen o consumen.
Y las personas que ni consumen ni producen son condenadas al osctracismo, se las aparta a un lado y se las devalúa totalmente, de ahí el rechazo a las personas mayores, porque ya no son productivas y tampoco tienen el suficiente poder adquisitivo para consumir mucho. Por tanto, la propia naturaleza de esta sociedad materialista genera y promueve esa separación de nosotros mismos. (…)
Existe una inteligencia, y no me refiero a una criatura operante, allí arriba, que hace y decide las cosas. Pero existe una inteligencia en la Naturaleza y en la Creación y si la ignoramos creamos sufrimiento para nosotros y para los demás. Y alinearse con esa inteligencia, realizar esa conexión, es realmente lo que… Tanto si lo hacemos conscientemente o porque sentimos esa llamada en maneras que manifiestan compasión, conexión y amor. Así es cómo se supone que debemos ser.
Y el reconocimiento de ello y el luchar por ello es lo que yo denomino Espiritualidad. Existen muchos caminos. Algunos lo descubren a través de la Religión, a veces la Religión es un obstáculo. De hecho, a menudo lo es, pero también puede ser una vía hacia ello, también, dependiente del quién, el cómo y dónde. Es lo que las personas están buscando… muchos otros caminos que no son religiosos pero fundamentalmente existe esta Naturaleza Espiritual que si ignoramos, en realidad supone ignorar una parte esencial de nosotros mismos.
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