«Si uno tiene coraje y audacia sin benevolencia, es como un loco empuñando una espada afilada; si posee inteligencia y agilidad sin sabiduría, es un jinete que cabalga una montura veloz pero sin saber hacia dónde se dirige. Aunque uno tenga talento y habilidad, si los usa indebidamente y los ejerce de forma inapropiada, sólo puede asistir a la falsedad y enmascarar el error.
En ese caso es mejor poseer unas pocas capacidades técnicas en lugar de muchas. Por eso, al ambicioso no debe otorgársele un poder que convenga a sus intereses, ni al necio dejar que maneje instrumentos afilados». Apólogo taoísta* (200 a.C)