El cumplimiento generalizado del público británico de las restricciones de bloqueo y el posterior lanzamiento de la vacuna ha sido el aspecto más notable de la crisis del coronavirus. La eliminación de nuestras libertades básicas, en forma de bloqueos, prohibiciones de viaje y uso obligatorio de máscaras, ha sido aceptada pasivamente por la gran mayoría de las personas. Además, la proporción del público en general que expresa su voluntad de aceptar las vacunas Covid-19 ha sido mayor en el Reino Unido que en casi cualquier otro lugar del mundo. Pero, ¿ha logrado el gobierno esta conformidad generalizada mediante el uso poco ético de estrategias psicológicas encubiertas – «empujones» – en su campaña de mensajes?
Por Dr. Gary Sidley
The Critic
23 de marzo de 2021