Uno de los fenómenos más curiosos y ciertamente triste de la situación creada por la pandemia de COVID-19 es no sólo la respuesta autoritaria a la que han recurrido tantísimos Estados, sino también el silencio cómplice con que muchos sectores progresistas o de izquierdas han acompañado las restricciones, impuestas por supuestas razones sanitarias y la censura y persecución de quien disienta.
Por Alexis Capobianco y Ariel Petruccelli
Reactiva
22 de junio de 2021