«No se menciona claramente el imprescindible cambio radical en un sistema económico cuyo funcionamiento perverso de acumulación y reproducción del capital a perpetuidad nos ha llevado al punto crítico actual. Punto en el cual ya es difícil ocultar la evidencia de que otro punto, el de no retorno, está, como mínimo, muy cerca. Tal y como le ha ocurrido ya al Amazonas, que emite más carbono del que absorbe, o a Groenlandia, que ha batido récords de temperatura y de verter agua dulce y fría al océano, aumentando el riesgo de ralentización y colapso de la corriente termohalina, la cinta transportadora, vital para la estabilidad de nuestro sistema climático. Y cuyo colapso tendría consecuencias incalculables.» Juan Bordera, Fernando Prieto* (2021)