«La deforestación y el fuego en la Amazonia interrumpen ese proceso (de los ríos aéreos) y generan un clima dramáticamente inhóspito. Hace más de 20 años que los modelos climáticos anticiparon los efectos dañinos de la deforestación sobre el clima, ya confirmados por las observaciones. Entre estos, la reducción drástica de la transpiración, el cambio en la dinámica de las nubes y lluvias, y una mayor duración de la estación seca. El daño infligido en el clima de la Amazonia por la deforestación, el fuego, el humo y el hollín ya es manifiestamente evidente. La deforestación actual se acerca al 20% de la cobertura original y se estima que la degradación forestal ya habría afectado más del 20% adicional de la cobertura original. Análisis basados en los modelos climáticos actualizados y sobre nuevas teorías físicas predicen un futuro peor». Víctor L. Bacchetta* (2021)
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