Una de las consecuencias de la pandemia ha sido la activación del concepto del mal, que siempre se encarna en algún colectivo social. Así, se ha venido construyendo un chivo expiatorio del mal en el tiempo de la Covid. Estos son los negacionistas, los irresponsables, los desobedientes de las estrictas normas impuestas por el dispositivo epidemiológico-político. Los medios despliegan un formidable catálogo de imágenes de transgresión, de juicios moralistas de condena, de comentarios reprobatorios de expertos, de advertencias de policías curtidos por las cámaras, de testimonios de gentes asustadas que piden el castigo y la desaprobación unánime de las estrellas mediáticas convertidas en persecutores del mal.
Por Juan Irigoyen
20 de mayo de 2021