Innumerables semillas de transformación colectiva ya están floreciendo por todo el planeta. Vemos brotes de esperanza en las granjas agroecológicas de Cuba y en los bosques comunitarios de la India, en sistemas de Wi-Fi comunitarios en Cataluña y en equipos comunitarios de enfermeras a domicilio en barrios de los Países Bajos. Están surgiendo decenas de monedas locales alternativas, nuevos tipos de plataformas web cooperativas y campañas que reclaman las ciudades para los ciudadanos. Todas estas iniciativas satisfacen necesidades vitales de forma directa y empoderante. Comunidades que dan un paso adelante para crear nuevos sistemas ajenos a la lógica capitalista y forjando cuidados para el beneficio mutuo, con respeto por la Tierra y con un compromiso a largo plazo.