El amor es imprescindible para el alma humana. Pero la mayoría de personas no logran obtener el que necesitan. Primero esperan recibirlo de su madre. Luego, sobre todo si ésta falla, lo buscan en su padre u otros parientes cercanos. Más tarde lo intentarán de nuevo con todas sus parejas. Y si en éstas tampoco lo encuentran… lo roban de sus propios hijos. Unos hijos que se verán, así, convertidos en muletas emocionales de una madre y/o padre desesperados, hambrientos de amor.
Por Olga Pujadas