«La propaganda política, científica y/o la fe religiosa requieren una creencia que puede llegar a ser impuesta por la fuerza y transformarse en hiperstición, en una realidad forzada que adquiere tal solidez social que no creer en la idea política, en la propuesta científica o en el credo sagrado significa convertirse en anti-sistema, terraplanista o hereje (…) La pandemia covid19 ha generado condiciones favorables para que el poder del capitalismo imagine futuros inmediatos y nos aboque a ellos con sus hipersticiones (que se transforman en las únicas alternativas posibles, y de facto en las únicas opciones). El miedo a la incertidumbre, y el miedo a la enfermedad favorecen el control de las masas y el cumplimiento profético de las hipersticiones». Juan Gérvas (2021)*