En un artículo anterior mencioné que se avecinan grandes catástrofes en la humanidad, y no me refiero a los tan anunciados virus que ocasionaran una “pandemia”, sino debido a la forma como los gobiernos tratan el desarrollo de las naciones. Desarrollos que ponen énfasis en la industrialización, energía y comercio y olvidan el equilibrio de la naturaleza y la alimentación de la población. No solo el hecho de sembrar, sino cómo se siembra y el tipo de alimentos que deben ser sembrados y comercializados para garantizar la salud del territorio y de sus nacionales, en caso contrario las defensas de la naturaleza y del cuerpo humano se verán diezmadas y vulnerables ante el ataque de las tradicionales bacterias, virus y los nuevos monstruos de laboratorio creados por la mafia médica.
Johnny Bielostotzky*
bielostj@gmail.com
21/7/2008
En este artículo transcribo un trabajo muy interesante del Dr. Leonard Horowitz, quien es un experto internacional en materia de salud pública, de ciencias del comportamiento, de nuevas enfermedades y de terrorismo bacteriológico. Es un diplomado en Harvard, sin ninguna intención de propagandizar dicha institución, y es miembro del equipo de investigadores de esta universidad. Es conocido por varios libros de éxito, del cual uno ha sido número uno en ventas: «Emerging viruses: AIDS & Ebola – Nature, Accident or Intentional? (Los virus emergentes, SIDA y Ebola – ¿naturales, accidentales o intencionados?) Este libro ha permitido la apertura de una investigación oficial en Estados Unidos para verificar las hipótesis lanzadas por el Dr. Horowitz.
Sus trabajos relativos a los riesgos asociados a las vacunas han impulsado por lo menos a tres países del Tercer Mundo a modificar sus políticas en materia de vacunación.
Tres meses antes de los ataques del 11 de setiembre, el Dr. Horowitz había publicado su treceavo libro, titulado, de manera casi profética: «Death in the Air: Globalism, Terrorism and Toxic Warfare» (Muerte en el Aire: Mundialización, Terrorismo y Guerra bacteriológica). En este libro el Dr. Horowitz las toma con el «cartel petrolero y farmacéutico», al que acusa de preparar un nuevo genocidio programado.
Es este un trabajo extenso e interesante sobre los grandes carteles de la oligarquía anglo-americana, quienes esconden su poder monetario atrás de instituciones como la ONU, la OMS y los encargados de definir las políticas de salud en las naciones del continente americano y de los otros continentes, el Dr. Horowitz toca temas como la supuesta “pandemia” de gripe aviar, otras virosis “aparecidas” y como son utilizadas para generar pánico, temor en la opinión publica y así provocar respaldos inmediatos a las políticas farmacológicas del nuevo orden mundial, generando una nueva especie de esclavitud por un lado, control y reducción de la población y jugosas ganancias en venta de productos farmacológicos para los “eternos” enfermos hasta su muerte, es decir otra forma “sencilla” de obtener capital.
Con este artículo podemos estar mejor informados sobre el próximo genocidio «médicamente asistido», mientras nos encomendamos a Dios para que nos coja confesados.
“En abril del 2003 conocimos al SARS (Severe Acute Respiratory Disease,) o neumonía atípica. Esta enfermedad nos llegó también desde Asia, y se hizo sentir fuertemente en la región de Toronto. Estuve en el lugar durante casi toda la duración de aquella epidemia, que anunciaba la actual gripe aviaria. En aquellos momentos se decía que el SARS era la última de toda una serie de nuevas enfermedades provocadas por una serie de misteriosos «super gérmenes» mutantes que iban a golpear a la humanidad.
Un atento estudio científico de las características médico-sociológicas y de los antecedentes de esta epidemia ha revelado algo mucho más insidioso que el SARS propiamente dicho. He considerado la reacción de los medios informativos como la debe considerar todo diplomado de Harvard, experto en problemas de salud pública y en técnicas psicológicas de persuasión mental. Ya que esta epidemia poseía todas las características de una nueva experimentación social dirigida por «bioterroristas» de bata blanca.
Me pareció evidente que esta manipulación humana sin precedente iba destinada a adoctrinar a las masas y a manipularlas sutilmente para que apoyen una política de sanidad pública perfectamente adaptada a la llegada de una pandemia masiva, a pesar de toda a legislación existente (1). Durante toda la epidemia de «neumonía atípica», los medios informativos no han cesado de referirse a nuevos «agentes bacteriológicos», que podían provocar la desaparición de un tercio o de la mitad de la población mundial. Habiendo estudiado a fondo todo lo que se ha publicado recientemente en materia de control de la población, así como los actuales objetivos de las principales sociedades industriales multinacionales, he observado que estas «predicciones» se ajustaban estrechamente a ciertos objetivos oficiales en materia de reducción de la población mundial (2).
En el 2003, la lucha llevada a cabo en Canadá contra el SARS por primera vez en la historia de este país fue directamente orquestada por las Naciones Unidas y por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Al haber descubierto los estrechos lazos existentes entre los planes financieros y administrativos, entre las organizaciones siguientes, comprobé que la familia Rockefeller, la Fundación Carnegie, y los principales dirigentes de la industria farmacéutica mundial controlaron la investigación canadiense y la lucha desarrollada en Canadá contra esta epidemia.
Ninguna gran pandemia, o epidemia a escala mundial, ha podido nunca ser separada de su contexto económico y político. La epidemia de neumonía atípica hizo avanzar el programa político del Nuevo Orden Mundial mucho más rápidamente que cualquier otro problema de salud pública. Si los responsables políticos de la sanidad quisieran realmente prevenir estas nuevas epidemias que van produciéndose regularmente, o si realmente quisieran tratarlas de raíz, no dejarían de observar que estos devastadores agentes bacteriológicos siempre aparecen misteriosamente en el seno de estructuras secretas que enlazan cientos medios militares, médicos y biotecnológicos. Basta simplemente estudiar la sociología médica para darse cuenta de ello.
Hace ya decenios que algunos «expertos» nos predicen la próxima llegada de una super epidemia devastadora. Lo que despertó mis sospechas en relación con la neumonía atípica, fue el momento en que se declaró. Sobrevino al mismo tiempo que se lanzaba la guerra total contra el terrorismo y la guerra anglo-americana contra Irak. Me pareció que se trataba de una ocasión que ni pintada para «distraer» a la opinión pública del hecho de que la administración Bush había acusado a Saddam Hussein de acumular un impresionante arsenal de armas bacteriológicas, entre las cuales se hallaba el ántrax y el virus del Nilo. La epidemia de neumonía atípica era pues característica de lo que ya había anunciado en uno de mis libros en forma casi profética, publicado antes de los ataques del 11 de setiembre. Algunos meses antes de estos ataques, los anuncié en ese libro, presentando el análisis conceptual que nos permite comprender los lazos existentes entre estas epidemias y el Nuevo Orden Mundial (Death in the Air: Globalism, Terrorism and Toxic Warfare, Tetrahedron Publishing Group, 2001 – «Muerte en el aire: Globalismo, Terrorismo y guerra química»
Para resumir lo esencial de ese libro, en él explicaba cómo una cierta forma de «bioterrorismo» de Estado era perfectamente compatible con una guerra bacteriológica oficialmente dirigida por un Estado. El propio Saddam Hussein había experimentado sobre algunas poblaciones de Irak y de os estados vecinos los efectos destructores de las armas químicas y bacteriológicas. En mi opinión, está claro que la neumonía atípica, al igual que la actual gripe aviaria, han sido fabricadas con el consentimiento y el apoyo de ciertos medios de las industrias médicas, farmacéuticas, petroquímicas y militares, actuando de forma ilegal. Es algo que he podido demostrar muchas veces.
Habiendo tenido ocasión de testificar ante el Congreso Americano, pude darme cuenta directamente de hasta qué punto la industria farmacéutica influencia y controla directamente a nuestros representantes económicos y políticos a nivel gubernamental. Las epidemias emergentes completan los efectos de la guerra política contra el terrorismo, y concuerdan con nuestra actual cultura influenciada por el bioterrorismo. Un tal programa secreto responde a dos objetivos esenciales: la búsqueda de beneficios y la reducción de la población mundial.
Realidad política, contra mitos difundidos por los medios de comunicación.
La creciente locura del mundo que nos rodea se relaciona extrañamente con las recomendaciones de los pensadores del Nuevo Orden Mundial, que favorecen los «desastres sin guerra». ¿De qué se trata exactamente?
Desde finales de los años 60, en los principales medos industriales se empezó a reflexionar sobre «substitutos económicos de la guerra clásica». Comparados con los efectos de a primera y segunda guerras mundiales, los estragos que podía ser provocados por los desastres naturales, súper huracanes, epidemias, o guerras bacteriológica y genética, empezaron a aparecer como política y económicamente «rentables». Estos «desastres sin guerra» eran sin duda mucho más «manejables» políticamente, y más «rentables» económicamente. Por estas razones, y en particular por su rentabilidad económica, los dirigentes políticos anglo-americanos del Nuevo Orden Mundial consideraron estos «desastres sin guerra» como opciones de primer orden.
Por ejemplo, Henry Kissinger, el protegido de Nelson Rockefeller que fue Consejero de la Seguridad Nacional bajo el mandato de Richard Nixon, dirigió de hecho la política exterior de Estados Unidos, considerando la reducción de la población mundial como una «necesidad» para Estados Unidos, Gran Bretaña y sus aliados. Es el mismo Kissinger que fue nombrado por George W. Bush para presidir el comité de investigación sobre los acontecimientos del 11 de setiembre. Kissinger es sin embargo un criminal de guerra confesado, que ordenó a la CIA el desarrollo de las armas bacteriológicas, según los archivos del Congreso Americano de 1975. Entre estas armas bacteriológicas fabricadas por el hombre, existen gérmenes mucho más mortales que el de la gripe aviaria.
Por ejemplo, antes de 1968, Kissinger ordenó una investigación relativa a los agentes bacteriológicos sintéticos que existían y que podrían ser utilizados en materia de guerra bacteriológica y de control de la población mundial. Así pues, un equipo de investigadores (O’Conner, Stewart, Kinard, Rauscher entre otros), acabó de fabricar en laboratorio nuevos virus mutantes de la gripe, capaces de propagar ciertos cánceres (3).
Con ocasión de ese programa, ciertos virus gripales se combinaron artificialmente con otros virus de la leucemia aguda, para fabricar literalmente nuevos gérmenes capaces de extender el cáncer a la velocidad de una epidemia de gripe, son contacto simple directo entre las personas infectadas. Estos mismos investigadores manipularon también virus del cáncer del pollo, un sarcoma, para inocularlos en monos y en hombres, para probar su capacidad de producir cánceres en estos últimos. Raucher y otros emplearon también radiaciones para aumentar la potencia del virus del cáncer del pollo. Estos increíbles hechos científicos han sido oficialmente reconocidos, pero totalmente silenciados por los principales medios informativos.
Igualmente, el instituto londinense IOSS (Institute of Science in Society) evocó oficialmente la posibilidad de que el virus de la neumonía atípica hubiera sido fabricado en laboratorio. Planteó la siguiente pregunta: «¿Es posible que experimentos de índole genética hubieran podido crear el virus de la neumonía atípica, aunque de forma involuntaria?» Esta hipótesis ni siquiera fue examinada por los expertos virólogos convocados para ayudar a resolver la crisis, expertos que acto seguido fueron engatusados por las empresas farmacéuticas involucradas en la producción de vacunas. Quienes viven en casas de cristal no tienen por costumbre arrojar piedras. Añado que el IOSS hubiera también podido plantear la hipótesis de la creación intencionada de un virus de neumonía atípica, en su estudio supuestamente científico y objetivo (4).
Los «conflictos sin guerra», tales como la «guerra contra el SIDA», la «guerra contra la droga», la «guerra contra el terrorismo», la «guerra contra el cáncer», y en la actualidad, la «guerra contra la gripe aviaria», exigen programas muy sofisticados de propaganda que recurren a campañas con el objetivo de estimular el temor en el seno de la opinión pública, a fin de que acepte y apoye las leyes que suprimen las libertades públicas. Estas operaciones psicológicas son necesarias para controlar estos conflictos sin guerra, y constituyen la característica esencial de la nueva «revolución militar» en curso. Esta «revolución militar» busca instaurar una nueva forma de esclavitud humana, por medio de la cual las poblaciones humanas no se den ni siquiera cuenta de que están sometidas a esclavitud (2).
Esta nueva «revolución militar» hace llamamiento, sin ningún género de duda, a las armas bacteriológicas y químicas más potentes. Estas armas son fabricadas por los fabricantes de vacunas y medicamentos, para un mayor beneficio. Existe un clásico ejemplo, el de los pesticidas altamente tóxicos y cancerígenos, que se utilizan en profusión en las zonas habitadas con el pretexto de erradicar los mosquitos responsables de la «fiebre del Nilo». En términos militares, estos productos no son directamente mortales. Actúan a largo plazo provocando una muerte lenta por envenenamiento crónico, lo que genera muchos más beneficios para las sociedades farmacéuticas encargadas de inventar nuevos medicamentos para luchar contra estas enfermedades. Las víctimas de estas campañas de erradicación de mosquitos mueren lentamente de enfermedades crónicas debilitantes. Los centros de atención y los hospitales construidos para tratar a estos enfermos no son más que campos virtuales de concentración.
Entre todas estas nuevas enfermedades provocadas de forma artificial encontramos un gran número de ellas que afectan al sistema inmunitario, así como a numerosos cánceres prácticamente desconocidos hace una cincuentena de años. Este sencillo hecho, por sí solo, basta para sugerir la existencia de un verdadero genocidio socio-económico programado por ciertas autoridades políticas.
Una gripe aviaria que da rendimientos
Frente a la epidemia de neumonía atípica, Michael Fumento, investigador del Instituto Hudson, en Washington, publicó en Toronto una tesis económica que coincide con la que desarrollo en este artículo. Esta tesis fue publicada en el Canadian National Post. Se pidió a los canadienses que ellos mismos se pusieran en cuarentena, que portasen máscaras y que, en algunos casos, que permanecieran en sus casas. El Ministro de Sanidad de Ontario decretó un «estado de urgencia sanitario», mientras que los medios informativos hablaban de la «super neumonía, esta misteriosa asesina». Rehusando dejarse llevar por esta histeria, Fumento planteaba cierto número de preguntas válidas, tales como: ¿Es esta epidemia realmente tan mortal y contagiosa como nos dicen?, y concluía en estos términos: «Las respuestas a estas preguntas no dejan lugar a la agitación y menos todavía al pánico». Lo mismo se podría decir de esta nueva epidemia de gripe aviaria (1).
¿Mortal?
Hasta el momento, la gripe aviaria sería responsable de unas 65 muertes en todo el sudeste asiático, ¡y eso en el transcurso de los dos últimos años! Todavía se conocen pocos datos exactos sobre las víctimas, que en general presentaban problemas de su sistema inmunitario. Además, todas las muertes se produjeron en países del sudeste asiático en los que los servicios sanitarios dejan mucho que desear. A título comparativo, las formas ordinarias de gripe matan más de 40.000 americanos anualmente, en general personas de edad avanzada y con el sistema inmunitario debilitado.
¿Contagiosa?
Según la revista USA Today del 9 de octubre del 2005, «los servicios sanitarios europeos trabajan para contener el virus de la gripe aviaria que, hasta el momento, no ha afectado a nadie en esa parte del mundo». Sin embargo, más de 140 millones de aves habrían ya sido sacrificadas o eliminadas, Las pérdidas financieras, para el sector avícola, representan ya más de diez mil millones de dólares. Según los términos de esta propaganda: «el actual virus, bautizado como H5N1, todavía no ha mutado al punto de poder transmitirse con facilidad de persona a persona». De hecho, es probable que este virus nunca se haya transmitido de persona a persona, si no es en el transcurso de manipulaciones en laboratorio (5).
¿Difícil de cuidar?
Según un informe del Business Week, «El Senado Americano ha votado ya un presupuesto de 3,9 mil millones de dólares para la compra de vacunas y medicamentos antivirales. El gobierno prepara también una nueva solicitud de créditos de entre 6 a 10 mil millones de dólares».
¿Existe realmente vida inteligente en nuestro planeta? La respuesta a esta pregunta permitiría explicar por qué el público se traga con tanta facilidad este tipo de mentiras. El mismo USA Today afirma que:» actualmente no existe ninguna vacuna para el ser humano» ¿Cómo es entonces que el Senado Americano pueda votar de prisa y corriendo el gasto de tantos billones de dólares para la compra de una vacuna contra la gripe aviaria?
Supongo que no debemos olvidarnos del hecho de que el virus H5N1 actual nunca se ha transmitido de persona a persona, y que ni siquiera se ha transmitido frecuentemente de las aves a los hombres. Así pues, una vacuna realmente eficaz sólo podría ser preparada haciendo mutar al virus, y provocando realmente lo que el mundo más teme. Permítanme que me explique.
A fin e fabricar una vacuna específica contra un virus mutante del H5N1, transmisible a los seres humanos, primeramente sería necesario que existiera este virus de la gripe aviaria transmisible al hombre. Pues bien, hasta ahora ese virus no existe, excepto quizás en algunos laboratorios del complejo militar-médico-farmacéutico. De hecho, y según la información que poseo, eso es exactamente lo que en secreto se está preparando. A fin de producir un virus transmisible al ser humano, se debe cultivar el virus de la gripe aviaria durante bastante tiempo, mezclándolo con cultivos de células humanas. Luego se debe inyectar a monos, luego a seres humanos, para verificar si los sujetos se contagian con ese virus fabricado en laboratorio.
Así, este nuevo virus que tanto teme el mundo:
1. o bien está siendo fabricado en laboratorios financiados por industriales altamente motivados para dejar que este virus de «extienda»,
2. o bien, ha sido ya fabricado en esos mismos laboratorios, para aprovechar el actual pánico mundial, en previsión de los pingües beneficios que reportará la lucha contra este virus.
Debemos saber que una vacuna, para que realmente sea eficaz contra un virus, necesita ser específica. Si las autoridades desearan realmente extender el virus humano de la gripe aviaria H5N1 en una fecha futura concreta, no tendrían ninguna garantía seria de que la vacuna producida en paralelo fuera eficaz en esa misma fecha, teniendo en cuenta las posibles mutaciones virales. En efecto, la rapidez de las mutaciones virales depende de la novedad del virus. Los virus nuevos fabricados por el ser humano y creados en laboratorio, como los que actualmente se fabrican para preparar las vacunas, son mucho menos estables que los que han evolucionado de forma natural en el curso de miles de años.
Por esta misma razón, todos los esfuerzos actuales para preparar una vacuna no son más que engaños, y las verdaderas motivaciones permanecen ocultas.
Debemos saber también que la eficacia de una vacuna exige años, o por lo menos meses de controles y verificaciones en el seno de la población destinataria. Durante ese tiempo, se debe reunir cuidadosamente todas las informaciones sobre los efectos secundarios o los accidentes terapéuticos provocados por esta vacuna, a fin de asegurar que no mate o enferme a más gente de la que se pretende salvar. ¿Podéis creer en serio que el gobierno o la industria farmacéutica podrán reunir todas estas garantías en medio de la histeria provocada por esta «pandemia»? La desastrosa reacción de las autoridades frente al huracán Katrina será una minucia si se la compara con el desastre seguro a nivel sanitario y humano que puede provocar una vacuna mal probada, y medidas de sanidad pública inadecuadas.
Hablo de desastre seguro porque disponemos de precedentes. Hay una larga lista de vacunas preparadas con prisas y corriendo, que han ocasionado, una vez en el mercado, terribles consecuencias humanas. Podemos citar la primera vacuna contra la peste porcina, las vacunas contra la polio, la vacuna contra la viruela, la vacuna contra el ántrax, la vacuna contra la hepatitis B y, más recientemente, la vacuna contra la enfermedad de Lima, que ha dejado inválidas a 750.000 personas en pocos meses antes de ser retirada del mercado por las autoridades.
La mayoría de personas ignoran que todas las vacunas contienen una serie de ingredientes potencialmente perjudiciales para la salud e incluso mortales. Entre estos ingredientes podemos citar a productos químicos tóxicos como son el mercurio, el aluminio, el formaldehído y el formol (empleados para conservar a los cadáveres), los productos genéticos extraños al hombre, las proteínas de alto riesgo obtenidas de ciertas especies de bacterias, de virus o de animales, que han sido científicamente asociadas al desencadenamiento de ciertas enfermedades del sistema inmunitario o de ciertos cánceres. Disponemos cada vez de más hechos científicos que tienden a demostrar que las vacunas son en gran parte responsables de numerosas enfermedades, como el autismo, la fatiga crónica, la fibromialgia, el lupus, la esclerosis en placas, la artritis reumatoide, el asma, la fiebre del heno, las otitis crónicas, la diabetes de tipo 1, y muchas más. Estas enfermedades crónicas y debilitantes necesitan tratamientos a largo plazo, que en sí mismos conllevan numerosos efectos secundarios. En realidad, la principal causa de mortalidad en América la presentan las enfermedades iatrogénicas, es decir, las enfermedades producidas por el sistema médico o contraído por su causa. Esto significa que las vacunas, como tantas otras invenciones de la industria farmacéutica, invalidan i literalmente matan a millones de personas, sin que ni el gobierno ni la industria intervengan para detener este azote.
Según lo que sabemos, son los gobiernos lo que están fabricando una vacuna contra la gripe aviaria, cuyo efecto será precisamente el de extender esta pandemia por todo el mudo a fin de reducir la población mundial. ¿Os parece absurda esta hipótesis? Seguid leyendo.
Business Week piensa que la acumulación de vacunas por parte de los gobiernos sólo puede beneficiar a las empresas farmacéuticas como Sanofi-Pasteur, Sanofi-Aventis o Chiron. Se considera que el Tamiflu, un antivirus fabricado por Roche, sería eficaz contra la gripe aviaria. Estados Unidos poseen ya 4,5 millones de dosis de Tamiflu y tienen en curso otros pedidos. He aquí sin embargo lo que Business Week no ha revelado:
* La eficacia e inocuidad del Tamiflu no han sido demostrados, en lo que se refiere a poblaciones que sufren enfermedades crónicas, lo que es el caso de buena parte de la población americana. Hay que tener también en cuenta que este medicamento provoca numerosos efectos secundarios: náuseas, vómitos, diarreas, bronquitis, dolores gástricos, vértigos, dolores de cabeza, etc. (nd Pétrus: ¿Une sorte d’AZT pour grand public?)
* En 1999 los Laboratorios Roche (Hoffman-LaRoche) fueron hallados culpables de malversación en relación a la provisión de vitaminas para el mercado mundial. Roche pertenece a un cartel petroquímico y farmacéutico, proveniente de la empresa I.G.Farben, uno de los pilares industriales de la Alemania nazi (2) (6).
* Uno de los socios industriales de Sanofi-Aventis es la Sociedad Merck. Esta empresa recibió la parte del león, con ocasión del reparto de los restos de la economía nazi, al final de la segunda guerra mundial. El volumen de negocios de la Sociedad Merck sufrió una fuerte caída el pasado año, cuando debió retirar del mercado uno de sus medicamentos de lucha contra la artritis, el Vioxx, de efectos devastadores. Según informes recientes, Merck y Sanofi-Aventis trabajan actualmente en la producción de la primera vacuna contra un cáncer de transmisión sexual, vacuna destinada a los adolescentes (7). Merck es también tristemente célebre por haber fabricado la primera vacuna contra la hepatitis B, responsable de desencadenar la epidemia de SIDA, según los informes científicos que publiqué en uno de mis libros que actualmente es un número uno en ventas (3) (8).
Durante las semanas y meses que siguieron a los ataques del 11 de septiembre en Estados Unidos, conseguí demostrar que las cartas conteniendo ántrax provenían de empresas productoras de armas bacteriológicas que habían firmado contratos con la CIA, y relacionadas también con los servicios secretos ingleses, así como con el mismo cartel farmacéutico anglo-americano ya mencionado (9).
Estas cartas cargadas de ántrax habían provocado en toda América un fuerte temor del terrorismo bacteriológico, terror que benefició con creces a los fabricantes de vacunas y productos farmacológicos, y que son los mismos que en la actualidad están asociados a los que sacan provecho de la gripe aviaria (10).
Frente a tales temores, la mayoría de personas no dudan en renunciar a sus derechos civiles y a sus libertades individuales. En América, la votación de la escandalosa ley sobre Seguridad Nacional (Home Security Act), así como de una ley similar en Canadá, son ejemplos clásicos de esta deriva social y de esta manipulación a gran escala, que concluyen con una legislación de fuerza.
¿Por qué Asia?
En el momento en que las relaciones entre, por una parte China, y por la otra Gran Bretaña y Estados Unidos, son bastante tensas por no decir otra cosa, resulta muy oportuno que esta gripe aviaria provenga de Asia, como pasó con la reciente neumonía atípica.
Justo antes de que se produjeran los primeros casos de neumonía atípica, os americano tuvieron que hacer frente a una escalada de agresiones en la península de Corea. Sin embargo, la China comunista, declarada «socio comercial privilegiado» de América, está aliada políticamente con varios enemigos de América, incluidos aquellos que, en aquellos momentos, se consideraba que poseían armas de destrucción masiva, como Irak.
¿Es coincidencia? Ciertamente no, si se considera ala oligarquía anglo-americana, sus empresas multinacionales, y sus «conflictos sin guerra», provocados artificialmente.
Consideren también el hecho de que los principales medios informativos se hallaban fuertemente influenciados, si no controlados, por sus socios comanditarios multinacionales, que defendían los intereses de un número relativamente restringido de empresas y de organismos multinacionales.
Tampoco olviden que las agencias de noticias siguen las directivas de los servicios de información, si damos fe al respetable testimonio de muchos funcionarios y agentes de noticias jubilados. Sería interesante que se planteasen las siguientes preguntas inteligentes, y que aportasen una respuesta:
* ¿Por qué los altos responsables de Defensa americana, empezando por William Cohen, Secretario de Defensa bajo con Bill Clinton, han dado tanta publicidad a la pretendida vulnerabilidad de Estados Unidos en materia de terrorismo bacteriológico? ¿Acaso desvelar en prensa «secretos de defensa» tan importantes, que podrían ser utilizados por enemigos potenciales de nuestro país, no es una forma de alta traición en relación a Estados Unidos?
* ¿Por qué los principales medios informativos continúan prediciendo la llegada de una pandemia mundial causada por un virus gripal humano, que provocará millones de muertes, como hizo la «gripe española» en 1918-1919? ¿Por qué estos mismos medios no hablan de los hechos indudables relativos a las personas, organizaciones o laboratorios que trabajan produciendo estos agentes de destrucción masiva? Incluso se ha hecho lo imposible para «desenterrar» el virus de la gripe española, en teoría para estudiarlo y, accidentalmente, extenderlo de nuevo?
* ¿Por qué se dice que el virus de la gripe española apareció en el Tibet en 1917, según los datos históricos oficiales? Se ha explicado que los periódicos españoles fueron los únicos que publicaron artículos relativos a esta gran epidemia, dado su neutralidad durante la primera guerra mundial. Sin embargo, las relaciones entre España y Estados Unidos por aquel entonces no eran mucho mejor que las actuales relaciones entre la China comunista y los Estados Unidos. Se decidió bautizar aquella epidemia como «gripe española», tras dos decenios de disputas entre América y España a propósito de la colonización del Caribe, Hawai y las Filipinas, tras la guerra hispano-americana finalizada en 1902 en las Filipinas. De hecho la gripe española surgió en los campamentos militares. ¿No se estará repitiendo la Historia?
* ¿No está claro que América está siendo manipulada, y que es sin duda víctima de los planificadores del Nuevo Orden Mundial? ¡No olviden que una de las prioridades de estos planificadores es la reducción de la población mundial!
La gran pandemia anunciada
De nuevo afirmo que en el transcurso de los años 60 y 70, laboratorios militares estrechamente asociados a la industria farmacéutica, fabricaron virus mutantes de la gripe, y los combinaron con virus de leucemia aguda. En otras palabras, almacenaron cantidades considerables de un virus de leucemia, tan contagioso como el de la gripe (3)
Además, numerosos expertos de enfermedades infecciosas o altos responsables de la sanidad pública, aparentemente desmemoriados de esta realidad científica, afirman que la actual gripe aviaria podría ser la «gran pandemia» anunciada. Hace algunos días las Naciones Unidas publicaron un informe declarando que 150 millones de personas en todo el mundo podrían morir a causa de esta gripe aviaria.
Emma Ross, periodista de Associated Press, había publicado artículos sobre la forma n que la OMS (Organización Mundial d la Salud) había lanzado su «plan de crisis para erradicar la epidemia de neumonía atípica». Sin duda saben que la OMS s una de las organizaciones dependientes de la ONU, y que ha sido acusada de extender el SIDA en África, bajo la cobertura de campañas de vacunación contra la hepatitis B y la poliomielitis. Existe un cierto número de hechos precisos que apoyan esta acusación (1).
Preocupa saber que las Naciones Unidas están muy influenciadas por ciertos miembros de la familia Rockefeller, que poseen intereses en las industrias petroquímica y farmacéutica. Se sabe que la sede de las Naciones Unidas en Nueva York fue construida gracias a la fortuna de los Rockefeller. En el transcurso de la segunda guerra mundial, fueron igualmente los Rockefeller, así como su «Standard Oil Company», lo que apoyaron a Hittler en vez de a los aliados. Esto fue reconocido ante tribunales. Un juez federal decidió que Rockefeller había cometido una «traición» hacia Estados Unidos.
Tras la segunda guerra mundial, según el abogado John Loftus, investigador oficial de los crímenes nazis, Nelson Rockefeller persuadió a las naciones sudamericanas para que votasen a favor de la creación del estado de Israel, con el único objetivo de desviar la atención del hecho de que había apoyado a los nazis.
John D. Rockefeller se unió a Prescott Bush (abuelo de George W. Bush), así como a la familia real inglesa, para financiar las iniciativas de «mejora de la raza», que dieron origen a los programas «eugénicos» de Adolf Hitler. Durante ese mismo período, la familia Rockefeller prácticamente monopolizó la industria farmacéutica americana, así como los laboratorios de lucha contra el cáncer y de investigación genética (2) (3).
En la actualidad, la familia Rockefeller, la Fundación Rockefeller, las Naciones Unidas y la OMS son los responsables de «programas demográficos» destinados a reducir la población mundial a un nivel juzgado como más «aceptable». Como aparecí escrito en «Foreign Affairs», un prestigioso periódico político publicado por el CFR (Consejo de Relaciones Extranjeras – Council on Foreing Relations), dirigido por David Rockefeller, el objetivo sería reducir en un 50 % la población de Estados Unidos (2).
David Heyman, de la OMS, declaró a propósito de la neumonía atípica: «Nunca nos hemos encontrado una epidemia tan generalizada y a una tan gran escala».
El Doctor Klaus Stohr, virólogo de la OMS y encargado de la coordinación internacional de los laboratorios, añadió: «Es la primera vez que una red mundial de laboratorios intercambia así las informaciones, muestras, extracciones sanguíneas e imágenes. Ya no hay secretos, celos ni competencia, frente a una tal urgencia sanitaria mundial. ¡Es una red fenomenal! (1) “
¡Estas redes de vigilancia de enfermedades contagiosas también son controladas por los Rockefeller!
notas (en inglés):
1) Horowitz LG. SARS (Severe Acute Respiratory Syndrome): A Great Global Scam. www.healingcelebrations.com/SARS.htm
2) Horowitz LG. Death in the Air: Globalism, Terrorism and Toxic Warfare. Sandpoint, ID: Tetrahedron Publishing Group, (Spring) 2001.
3) Horowitz LG. Emerging Viruses: AIDS & Ebola, Nature, Accident or Intentional? Sandpoint, ID: Tetrahedron Publishing Group, (Spring) 2001.
4) The Institute of Science in Society. SARS and Genetic Engineering? London, England. www.tetrahedron.org/articles/health…ngineering.html
5) Knox N. Europe braces for avian flu. USA TODAY, October 9, 2005; Manning A Government to stock up on avian flu shots. USA Today, Oct 8, 8, 2005.
6) Wang P. Avian Flu: Inoculate Your Portfolio. BusinessWeek. Online edition. www.businessweek.com/investor/conte…_4988_pi015.htm
7) CNNMoney. Merck shares jump on cancer drug vaccine. October 6, 2005. http://money.cnn.com/2005/10/06/news/fortune500/merck.reut/
8) For more scientific background on the link between the hepatitis B vaccine and the AIDS pandemic www.originofAIDS.com
9) Horowitz LG. The CIA’s Role in the Anthrax Mailings: Could Our Spies be Agents for Military-Industrial Sabotage, Terrorism, and Even Population Control? A Special Report. www.tetrahedron.org/articles/anthra…_espionage.html
10) Horowitz LG. DNA: Pirates of the Sacred Spiral. Sandpoint, ID: Tetrahedron Publishing Group, 2004.
www.paroledevie.org/base/articles/pdf/A347_grippe.pdf
* Militante del Batallón Paraíso Unido