Enamorarse es el más extremo acto de revolución, de resistencia al tedioso, socialmente restrictivo, culturalmente constrictivo mundo actual.El amor transforma el mundo. Donde la enamorada anteriormente sentía aburrimiento, ahora siente pasión. Donde antes era complaciente, ahora es guiada por las emociones y obligada a la acción auto-asertiva.
Por Crimethinc
El mundo que algún día parecía vacío y aburrido se llena de significado, de riesgos y recompensas, de majestuosidad y peligro. La vida para el enamorado es un regalo, una aventura llena de las más grandes emociones; cada momento es memorable y de una belleza que rompe el corazón. Cuando se enamora, una persona que antes se sentía desorientada, alienada y confundida ahora sabe exactamente lo que quiere. De repente su existencia tiene sentido para ella; de repente se vuelve valiosa, hasta gloriosa y noble.
La pasión loca es un antídoto que curará los peores casos de desesperación y obediencia resignada. El amor hace posible que individuos se conecten a otros de una forma significativa –los impulsa a dejar sus escudos y a arriesgar ser honestos y espontáneos juntos, a conocer al otro de maneras profundas. Así el amor hace posible que se preocupen el uno por el otro genuinamente, en lugar de al final de la pistola de la doctrina Cristiana. Pero al mismo tiempo, empuja al enamorado fuera de la rutina de la vida diaria y lo separa de otros seres humanos.
Se sentirá a un millón de kilómetros de la humanidad, como viviendo en un mundo totalmente diferente al de ellos. En este sentido el amor es subversivo, porque amenaza al orden establecido de nuestras vidas modernas. Los aburridos rituales de la productividad laboral y etiqueta socializada no significarán nada para un hombre que se ha enamorado, pues hay fuerzas más importantes guiándolo que la simple inercia y honor a la tradición. Las estrategias de mercado que dependen de la apatía o inseguridad para vender los productos que mantienen a la economía activa no tendrán efecto sobre él.
El entretenimiento diseñado para el consumo pasivo, que depende del agotamiento o cinismo en el observador, no le interesará a él. No hay lugar para el enamorado apasionado y romántico en el mundo actual, laboral o privado. Pues él puede ver que vale más la pena irse de autostop a Alaska (o sentarse en el parque y ver como se mueven las nubes) con su enamorada, que estudiar para su examen de cálculo o vender inmuebles, y si él decide que así es, tendrá el valor para hacerlo en lugar de estar atormentado por anhelos insatisfechos.
Él sabe que entrar a un cementerio y hacer el amor bajo las estrellas hará una noche mucho más memorable que lo que ver televisión jamás podrá. Así, el amor amenaza a nuestra economía conducida por el consumo, que depende del consumo de productos (enormemente inútiles) y la labor que este consumo necesita para perpetuarse. Similarmente, el amor amenaza a nuestro sistema político, pues es difícil convencer a un hombre que tiene mucho por vivir en sus relaciones personales de querer ir a pelear y morir por una abstracción como el estado; por ese motivo, será difícil convencerlo hasta de que pague impuestos.
Amenaza a todo tipo de culturas, pues cuando se les da sabiduría y valor por amor verdadero a los seres, ellos no se restringirán por las tradiciones o costumbres que son irrelevantes a los sentimientos que los guían. El amor amenaza a nuestra sociedad misma. El amor apasionado es ignorado y temido por los burgueses, pues significa un gran peligro para la estabilidad y pretensión que ellos codician.
El amor no permite mentiras, ni falsedades, ni siquiera corteses verdades a medias, sino que deja todas las emociones al desnudo y revela los secretos que los hombres y mujeres domesticados no pueden soportar. No puedes mentir con tu respuesta emocional y sexual; situaciones o ideaste excitarán o repelerán así lo quieras o no, así sean corteses o no, así sean aconsejables o no.
Uno no puede ser un enamorado y un (horrorosamente) responsable, (horrorosamente) respetable miembro de la sociedad actual al mismo tiempo; pues el amor te impulsará a hacer cosas que no son «responsables» o «respetables». El amor verdadero es irresponsable, irreprimible, rebelde, desdeñoso de cobardía, peligroso para la enamorada y todos los que la rodean, pues solo sirve a un amo: la pasión que hace que el corazón humano lata más rápido.
Desdeña todo lo demás, sea auto-preservación, obediencia, o vergüenza. El amor impulsa a los hombres y mujeres al heroísmo, y al anti heroísmo –a indefendibles actos que necesitan no defensa para aquel que ama. El enamorado habla un distinto lenguaje moral y emocional que el típico hombre burgués habla. El hombre burgués promedio no tiene esos deseos que queman. Tristemente, todo lo que conoce es la desesperación silenciosa de pasar la vida persiguiendo metas establecidas para el por su familia, sus educadores, sus empleadores, su nación y su cultura, sin siquiera haber considerado sus propias necesidades y deseos.
Sin el ardiente fuego del deseo para guiarlo, él no tiene criterio para escoger lo que es correcto o incorrecto para él. Consecuentemente, es forzado a adoptar algún dogma o doctrina a seguir durante su vida. Existe una amplia variedad de moralidades para escoger en el mercado de ideas, y cual moralidad compre un hombre no tiene importancia mientras escoja una, pues de otra manera estará perdido en cuanto a qué hacer con sí mismo y con su vida.
¿Cuántos hombres y mujeres, habiendo nunca comprendido que ellos tenían la opción de escoger sus propios destinos, vagan a través de la vida en una nube pensando y actuando de acuerdo a las leyes que se les enseñaron, solamente porque no tienen otra idea de qué hacer? Pero la enamorada no necesita principios prefabricados a seguir, sus deseos identifican lo que es correcto e incorrecto para ella, pues su corazón la guía a través de la vida. Ella ve belleza y significado en el mundo, porque sus deseos pintan al mundo en esos colores. Ella no necesita dogmas, ni sistemas morales, ni mandos e imperativos, pues ella sabe que hacer sin necesidad de instrucciones. Así ella realmente es una amenaza para nuestra sociedad.
Qué pasaría si todos decidieran que es lo correcto e incorrecto por ellos mismos, sin ningún respeto por la moralidad convencional? Qué pasaría si todos hicieran lo que quisieran, con el valor de enfrentar cualquier consecuencia? Qué pasaría si todos temieran a la monotonía sin amor y sin vida, más que lo que temen a tomar riesgos, más de lo que temen al hambre o al frío o al peligro? Qué pasaría si todos eligieran sus «responsabilidades» y el «sentido común» y se atrevieran a perseguir sus sueños más locos, de llegar lejos y vivir cada día como si fuera el último? Imagina que lugar sería el mundo! Ciertamente sería distinto a como es ahora –y es una verdad obvia que la gente común, los simultáneos guardianes y víctimas del status quo, temen al cambio.
Y así, a pesar de las imágenes estereotipadas usadas en los medios para vender pasta de dientes y suites para luna de miel, el amor genuino y apasionado es disuadido en nuestra cultura. Ser «llevado por tus emociones» es mal visto; en su lugar estamos educados a estar siempre a la defensiva por miedo a que el corazón nos lleve fuera del camino correcto. En lugar de ser alentados a tener el valor para enfrentar las consecuencias de los riesgos tomados al perseguir los deseos de nuestros corazones, se nos aconseja no tomar ningún riesgo, ser «responsables».
Y el mismo amor es regulado. Los hombres no deben enamorarse de otros hombres, ni las mujeres de otras mujeres, ni individuos de distintas etnias, o los mismos intolerantes que forman el frente de la ofensiva en la agresión de la cultura moderna occidental contra el individuo atacarán. Hombres y mujeres que ya han entrado al contrato legal/religioso con el otro no pueden enamorarse de nadie más, aun si ya no sienten pasión por su pareja marital.
El amor, como la mayoría de nosotros lo conoce actualmente, es un ritual cuidadosamente preescrito y preordenado, algo que sucede los viernes en la noche en cines y restaurants lujosos, algo que llena los bolsillos de los accionistas de las industrias del entretenimiento. Este «amor» comercializado y regulado, no tiene nada que ver con el amor apasionado, que quema y consume al verdadero enamorado. Estas restricciones, expectaciones y regulaciones suprimen al amor verdadero; pues el amor es una flor salvaje que no puede crecer dentro de los confines preparados para ella, sino que aparece donde menos se le espera. Debemos luchar en contra de estas restricciones culturales que lesionan y confunden nuestros deseos.
Pues es el amor lo que da un significado a la vida, deseo que hace posible que nuestra existencia tenga sentido y encontremos un propósito a nuestras vidas. Sin esto, no hay forma de que determinemos como vivir nuestras vidas, excepto someternos a una autoridad, a un dios, amo o doctrina que nos dirá que hacer y cómo hacerlo sin siquiera darnos la satisfacción que la auto-determinación da.
Así que enamórate hoy, de hombres, de mujeres, de música, de ambiciones, de ti mismo… de la vida! Alguien podrá decir que es ridículo implorar a los demás a enamorarse -uno se enamora o no, no es una opción que se pueda escoger conscientemente. Las emociones no siguen las instrucciones de la mente racional. Pero el ambiente en el que vivamos nuestras vidas tiene una gran influencia sobre nuestras emociones, y podemos tomar decisiones racionales que afectaran este ambiente. Debería ser posible trabajar para cambiar un ambiente que es hostil al amor a un ambiente que lo aliente.
Nuestra tarea debe ser construir nuestro mundo de tal manera que sea un lugar donde la gente pueda enamorarse y lo haga, y así reconstituir a los seres humanos para que puedan estar listos para la «revolución», para encontrar un significado y felicidad en nuestras vidas. Qué pasaría si todos decidieran que es lo correcto e incorrecto por ellos mismos, sin ningún respeto por la moralidad convencional? Qué pasaría si todos hicieran lo que quisieran, con el valor de enfrentar cualquier consecuencia? Qué pasaría si todos temieran a la monotonía sin amor y sin vida, más que lo que temen a tomar riesgos, más de lo que temen al hambre o al frío o al peligro? Qué pasaría si todos eligieran sus «responsabilidades» y el «sentido común» y se atrevieran a perseguir sus sueños más locos, de llegar lejos y vivir cada día como si fuera el último? Imagina que lugar sería el mundo!.-
“El amor es subversivo: lo que el amor conspira, la sociedad no lo tolera.»
fuente: http://crimethinc.com/espanol
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Leí todo el artículo. Es muy interesante y ciertamente, coincido con muchas de las cosas que allí se escriben. Pero me pregunto… es una ironía? Quiero decir, subiste el artículo ironicamente, o coincides con éste?
:-O
No, no es ironía contra ni para nadie, coincido con el artículo. En realidad, filosóficamente golpea en la cara a todo aquel que vive la vida (o la desperdicia de pie a pa) pensando y sintiendo todo como un trabajo: si obtengo esto gano aquello, etc…
Gracias por comentar tan asiduamente (no es ironía) :o)