La primera forma de destruir tu vida es idealizar a tus maltratadores. La segunda forma es politizarla (que viene a ser lo mismo pero a otra escala).
Por José Luis Cano Gil *
¿Y por qué politizar tu vida es una forma de ‘destruirla’? Muy sencillo. Al politizar tus problemas, los reduces a algún estándar generalizador controlado por un algún grupo o líder, al que automáticamente quedas sometido. Ya no eres tú mismo con tus peculiaridades y decisiones, etc., sino un triste átomo de una masa dócil y acéfala ejecutando los intereses de gente peligrosa que idealizas o ni siquiera conoces. Puedes gritar y reivindicar cuanto quieras, sí. Pero si piensas que a tus amos les han importado nunca tus problemas, o que ellos deben o pueden ‘mejorar’ tu vida (salvo mediante halagos y privilegios), aún no has nacido. Y ojalá no lo hagas demasiado tarde. Mientras ingenuamente busques ‘salvadores’ (familia, políticos…) sólo hallarás abusadores. Sólo cabe despertar de la masa, madurar, convertirnos en individuos. ¡Siente, piensa y vive por ti mismo!
* Psicoterapeuta integral
Problema psicológico, problema político
En la era presente, se han invalidado las fronteras entre la psicología por un lado y la filosofía social y política por el otro, gracias a la condición actual del hombre. Por eso en Eros y civilización hace uso de categorías psicológicas, ya que antes los procesos psíquicos, antiguamente autónomos e identificables ahora están siendo absorbidos por la función del individuo en el estado, por su existencia pública. Por lo mismo los problemas psicológicos se transforman en problemas políticos: el desorden privado refleja más directamente que antes el desorden de la totalidad, y la curación del desorden personal depende más directamente que antes de la curación del desorden general. La psicología puede ser elaborada y practicada entonces como una disciplina especial tan sólo en tanto la psique pueda mantenerse a sí misma contra el poder público, en tanto la vida sea realmente deseada y construida por sí misma, y afirma Herbert Marcuse, que si el individuo no tiene ni la habilidad ni la posibilidad de ser para sí mismo, los términos de la psicología llegan a ser los términos de las fuerzas sociales que definen la psique.