Los avioncitos sin piloto vigilan campos, exploran yacimientos de petróleo, filman eventos deportivos. En Argentina ya se los usa en tareas de inteligencia y acompañan a la bonaerense en operativos complejos. Pero los drones posta están enfierrados y desdibujan la frontera entre lo militar y lo policial. En el siglo XXI te matan para respetar tus derechos humanos.
Por Heber Ostroviesky