Los cuentos infantiles que empiezan con “había una vez” tienen la finalidad de situar al oyente en otro tiempo, espacio y lugar; alertan, con un código ya conocido, que todo lo que se relate a partir de esa frase es del orden de lo improbable porque cualquier cosa puede pasar en una realidad que no obedece a ninguna lógica. Y es por eso que una vez que se enuncia, aparecen hadas, duendes, caballos parlantes y seres imposibles.
Por Ingrid Sarchman*
Revista Artefacto