Aviones, Trenes, Escuelas, Centros comerciales, Juntas Rompimos el vórtice frenético de ilusiones y responsabilidades que les impidieron levantar los ojos al cielo, ver las estrellas, escuchar el mar, dejarse arrullar por el cantar de los pájaros, rodar en la pradera, tomar una manzana de un árbol, sonreírle a un animal en el bosque, respirar el aire de la montaña, escuchar el sentido común. Teníamos que romperlo.
No pueden jugar a ser dios. Nuestra obligación es recíproca. Como siempre ha sido, aunque, se les haya olvidado. interrumpimos esta transmisión, la transmisión infinita y repetitiva de divisiones y distracciones para traerles esta noticia: No estamos bien Ninguno de nosotros; todos estamos sufriendo.
El año pasado, los incendios que quemaron los pulmones de la tierra no los pararon. Ni los glaciares que se desintegraron al derretirse, Ni sus ciudades que se hunden, Ni la conciencia de ser los únicos Responsables de la sexta extinción masiva. No nos escucharon. Es difícil escuchar estando tan ocupados, Luchando por escalar siempre más arriba Sobre los andamios de comodidades que se construyeron. Los cimientos están cediendo, se están arqueando bajo el peso de sus deseos ficticios.
Yo los voy a ayudar. Llevaré incendios a su cuerpo, Inundaré sus pulmones, Los aislaré como un oso polar en un iceberg a la deriva. Escuchan ahora? No estamos bien. No soy un enemigo Solo soy un mensajero, soy un aleado, soy la fuerza que volverá a traer el equilibrio. Ahora me deben escuchar, les estoy gritando -¡que se detengas!
Ahora levanten la mirada al cielo, ¿Cómo está? Ya no hay aviones, ¿Cuánto es necesario que esté bien para poder disfrutar el oxígeno que respiran? Miren los árboles ¿Cómo están? Miren el mar, ¿Cómo está? Miren los ríos, ¿Cómo están? Mírense a si mismos, ¿Cómo están? No puedes estar sano en un ecosistema enfermo. Detente. Ahora muchos tienen miedo. No satanicen su miedo, no se dejen dominar. Dejen que lee hable, escuchen su sabiduría. Aprendan a sonreír con los ojos. Yo los voy ayudar… si me escuchan.