El presente texto tiene como base otro que circula a través de la red y cuya autoría, tras diversos intentos, no ha podido ser definida. De sus contenidos, Emilio Carrillo hizo una selección, para centrarlos en los más sencillos, directos e inmediatos antes los actuales acontecimientos. Y, con este mismo objetivo, realizó igualmente una adaptación, en forma y fondo, de lo seleccionado.
Por Emilio Carrillo
1. No uso mascarillas cuando salgo a la calle porque facilita la reproducción de bacterias; y porque respirar el aire que exhalo es malo y nocivo para nuestra salud. Sí lo hago cuando entro en tiendas y otros recintos públicos cerrados, pues respeto el temor de los demás o las normas que necesitan cumplir porque así se creen más protegidos.
2. No uso guantes porque, simplemente, debería cambiármelos cada vez que toque algo: de lo contrario, es sólo contaminación cruzada con los mismos guantes.
3. Mantengo el llamado «distanciamiento social» porque respeto el espacio personal de los demás, pero no porque tenga miedo de mis vecinos y conciudadanos. De hecho, con gusto abrazaría a alguien ahora mismo en público si fuera un sentimiento mutuo.
4. Me lavo las manos con agua y jabón porque es lo que siempre he hecho: es un hábito de higiene elemental.
5. No me pondré la vacuna contra el virus de la que tanto hablan porque no quiero aumentar mis posibilidades de conseguir una enfermedad. Ya investigué y no soy «antivacunas» (la verdad es que no soy «anti» nada), pero no introduciré en mi cuerpo lo que quieran esas multinacionales farmacéuticas que han hecho de la enfermedad, no de la salud, su negocio. Ni el gobierno, ni la OMS, ni los «expertos», ni las corporaciones transnacionales conseguirán que lo haga: todos han dados pruebas sobradas de no ser de fiar; y no soy un pelele inconsciente al que puedan manipular; o con el que puedan jugar y ensayar a su antojo.
6. No viviré con miedo y no devaluaré la vida hasta convertirla en un acto de mera supervivencia. Así que, en cada momento, haré lo que en consciencia considere y lo que mi discernimiento me indique, sin alterarme por las mentiras y el pánico que algunos alimentan para mantenernos a su merced.
7. Ni veo, ni escucho ni leo las «noticias» de los medios de comunicación propiedad de las grandes corporaciones financieras y empresariales. Sencillamente, porque sé que nos engañan. E indago y busco responsablemente fuentes de información acreditadas y no ajustadas a las «versiones oficiales», aunque lo dificulte la creciente cesura en marcha. De este modo, configuro mi propia visión y mis propios criterios, que comparto con los que hacen lo mismo desde el respeto, la tolerancia y la construcción de puntos de encuentro.
8. He dejado de contemplar el mundo y la sociedad desde la falsa dinámica de izquierdas y derechas, diatribas partidarias y pugnas ideológicas. Sé que los que pretenden dominarnos usan con profusión la dualidad y el «divide y vencerás». No caeré en su trampa.
9. Hago mía la compasión universal: hacia todos y hacia todo, también hacia la totalidad de formas de vida que habitan este hermoso planeta, sin fronteras, ni banderas, ni barreras de ningún tipo. Y practico y fomento en cada instante de mi existencia estos cuatro grandes pilares de la re-evolución: vida sencilla, alegría de vivir, armonía interior y exterior y una inmensa ternura.
fuente: http://emiliocarrillobenito.blogspot.com/2020/05/sencillos-compromisos-conmigo-mismo-y.html
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