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Ecotropía

Aniquilando un planeta por vez…

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Autor: raas

La guerra contra los pueblos indígenas

Publicada el 22/06/2009 - 31/01/2018 por raas

La reciente matanza de indígenas amazónicos llevada a cabo el día 5 de junio pasado por el Estado peruano confirma que en América Latina los estados nacionales mantienen una guerra contra los pueblos indígenas que habitan sus territorios. ¿Cuándo comenzó esta guerra?

La pregunta admite varias respuestas. Una afirma que dio inicio cuando los europeos invadieron el territorio y comenzaron una guerra de conquista, dando origen a un régimen colonial que aún persiste, a pesar de las sucesivas guerras de independencia. Otros dirán que es con el surgimiento de los estados nacionales donde comienzan las guerras contra los pueblos indígenas, para imponerles las ideas liberales, con el propósito de fraccionar sus tierras comunales, imponiéndoles al mismo tiempo la organización política representativa como única forma de gobierno. La última dirá que comenzó con el neoliberalismo, que vio en sus territorios una reserva de recursos naturales con carácter de bienes comunes que los colocaba fuera del mercado, mismos que deberían ser convertidos en propiedad privada para que pudiera circular libremente en él.

Cualquiera que sea la respuesta a esa interrogante, lo cierto es que desde el siglo XVI hasta el siglo XIX, los invasores primero y después los estados nacionales agredieron brutalmente a los pueblos indígenas con el propósito de destruirlos, al grado de que a los más fuertes no les quedó otro camino que resistir, dando lugar a lo que los historiadores han denominado guerra de castas, aunque no faltan quienes con más propiedad afirman que se trató de una segunda conquista. En México fueron verdaderas declaraciones de guerra del ejército federal contra los pueblos indígenas. Aún en el año 2000 las autoridades del pueblo seri andaban buscando algún documento que levantara la declaración de guerra que Porfirio Díaz había declarado en su contra, sin que se encontrara por ningún lado.

Las guerras las perdieron los pueblos, dando origen a un colonialismo interno que las revoluciones agrarias del siglo XX no lograron poner fin, porque no participaron en los pactos mediante los que se les dio por terminadas; así, los herederos de los conquistadores siguieron las mismas políticas de aquéllos y en algunos casos las profundizaron, aunque con otras formas que no las hicieran tan evidentes. Fue así como idearon el indigenismo como política de Estado.

A finales del siglo XX y principios del XXI, el antagonismo se ha profundizado y los administradores de los estados reaccionan con violencia cuando el cuestionamiento a sus políticas las exhibe como inviables para mantener el modelo mercantil como único modelo de vida.

Un recuento de la represión oficial contra los pueblos indígenas, tan sólo en los nueve años del presente siglo, mostraría que ha dejado más muertos que en aquellos estados que sufren alguna invasión imperial, o de los que formalmente se encuentran en guerra civil. Acteal, en el estado de Chiapas; Aguas Blancas, en Guerrero, Agua Fría en Oaxaca, son monumentos a la ignominia de esa represión; pero desgraciadamente estos hechos sangrientos no suceden sólo en México: la represión igual se da desde Guatemala, contra los pueblos mayas, hasta Chile, contra los mapuches. Apenas en meses pasados lamentamos la represión gubernamental contra la minga indígena colombiana que buscaba defender los territorios indígenas y los recursos naturales, y ahora una concentración pacífica de indígenas en Perú pidiendo la derogación de leyes que permitían arrebatarles los suyos, es reprimida brutalmente, dejando decenas de muertos, heridos y desaparecidos.

Ninguno de estos actos de represión es un caso aislado. Detrás se encuentra la decisión de los pueblos indígenas de defender sus recursos naturales, sustento de su vida y futuro como pueblos; pero también la de las trasnacionales de apoderarse de ellos para convertirlos en mercancía.

Hasta ahora los gobiernos nacionales han jugado del lado de estas últimas de diversas maneras: modificando los marcos jurídicos que conviertan los bienes comunes en propiedad privada, generando políticas que liberalizan la apropiación de esos bienes y poniendo las represivas a su servicio para sofocar el descontento.

Frente a tanta agresión, la sociedad reacciona, se moviliza, protesta. Ahora mismo la sociedad peruana y la internacional exige que los responsables de la matanza en el Amazonas peruano sean destituidos y procesados por esos crímenes, pero no se ve por ningún lado el mecanismo jurídico para que pueda lograrlo. Mientras se idea uno, no olvidemos que las matanzas son parte de la guerra contra los pueblos indígenas, y si queremos que ya no se repitan, no podemos quedarnos callados.

Francisco López Bárcenas

fuente: www.jornada.unam.mx/2009/06/18/index.php?section=opinion&article=018a2pol

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Crónica del operativo policial que allanó La Sala

Publicada el 28/05/2009 - 31/01/2018 por raas

«… La fase expansiva de la ciudad concluye y se inaugura otra de recuperación de los centros urbanos por parte de las clases medias por medio de toda una serie de políticas urbanísticas encaminadas a una «vuelta al centro» que tendrá en el diseño urbano y en la gentrificación la excusa para desplazar a las clases trabajadoras y/o marginales a los espacios residuales de las viviendas en bloques». Andeka Larrea (1)

Motivaciones que motivaron la virulencia

Sabido es que el G.C.B.A. uso la excusa (para arrasar a oscuras y sin previo aviso la Huerta Orgazmika), reproducida automatamente por Marcelo Iambrich, Jefe del CGPC N°6 y por los voceros cómplices de revista Horizonte, y todos los organismos e instituciones que repiten irresponsablemente los comunicados del poder fue que había un foco de dengue, ¿acaso alguna vez escucharon o vieron reportear a la persona baleada y muerta en la calle tras un ‘enfrentamiento’ con las fuerzas de seguridad? Y si de motivaciones hablamos veamos de lo que dice Luis E. Sabini Fernandez (2) al respecto:

«…Arrasamiento, con topadoras, policías, malos tratos y golpes, de una huerta vecinal, donde se había hecho florecer una cantidad de especies botánicas, bastante inhabituales en el paisaje porteño… ¿Las razones? Sanitarias: el dengue. El mosquito de marras sí que sirve para un barrido y un fregado. Claro que se trató de razones ‘sanitarias’, pero las verdaderas no son la ridícula excusa del dengue, que no existía en la Huerta Orgázmika. Si tal hubiera sido el motivo de lo que resultó el aplastamiento literal de la experiencia se podría haber solucionado con una inspección ocular o un análisis del agua allí presente. Es lo que se acostumbra en sociedades diz que democráticas. – La operación ‘sanitaria’ fue política, ideológica. Ya el mismo nombre de la huerta, debe despertar las más terribles reacciones en vecinos bienpensantes… – El baño seco instalado y ya listo para funcionar puede resultar subversivo… para las cloacas de la ciudad y quienes las administran; imaginen si el 15 % de los hogares con jardín de la capital se decidieran a instalar baños secos para compostar en sus terrenos, hacer verdura orgánica y achicar así la contaminación acuática… – el trabajo de herboristería que venía realizando la huerta es peligrosísimo; imaginen si trajinando con yuyos se descubren algunas mejoras en la salud como se lograba en siglos o milenios anteriores… el mundo de los laboratorios y su producción no tanto de medicamentos sino de enfermos, podría flaquear… – en la Huerta Orgázmika se construyó un horno de ladrillo y a leña… si tuviera efecto ejemplarizante podría hacer temblar los cimientos de la comida preparada… ¿qué van a decir Findus, AGD, Knorr si se extendiera la costumbre, –se recuperara– de “hacer la comida” en lugar de (sólo) consumirla? La gente sabría mejor qué come y eso nos haría más autónomos y menos heterónomos… que es el pecado mayor en que podríamos caer. Esta vez dijeron la palabra correcta aunque con un significado falso: la salud de los que tienen la sartén ‘y el mango también’ es nuestra enfermedad».

La protesta y posterior cacería

El operativo conjunto de La Policía Federal y La Guardia de Infantería no cabe en los discursos demócratas del poder neoliberal que arrasó, en este caso, el C.C. La Sala (3) en busca de personas a las que (además) les habían quitado de cuajo la huerta (4) desde donde pensaban, sentían y habitaban el mundo; ni mas ni menos que eso, pero con otro golpe artero: después de manifestarse unos minutos en el CGPC N°6 en busca de algún gesto, alguna disculpa, alguna palabra siquiera, un grupo aproximado de 20 personas fueron perseguidas por efectivos policiales hasta Avellaneda al 600 donde lograron refugiarse, al menos por unos instantes.

Estuvieron, muchos de los perseguidos, intentando frenar la embestida por la puerta principal del local cultural. Claro esta que la única respuesta que puede ofrecer un gobierno es esta, no llegaron las palabras, no se le puede pedir nada -mucho menos hechos- al mausoleo laberíntico del poder: neofascista, intolerante, agresivo, neoliberal, derechista, ilegalista, patoteril del ingeniero civil Mauricio Macri, que es el responsable máximo del atropello cotidiano -que no es nada nuevo- contra las personas y grupos que molestan a la vista, al paso y/o a los intereses del imperturbable ascenso de la construcción de cárceles del consumo, el control, el hacinamiento y la dependencia: torres que harán mas desgraciados (pero felices) a los seres que allí vivirán, mas cercados, mas dependientes de todo tipo de ‘servicios’ (de los ‘favorecidos’) a costa de derrumbar, arrasar, demoler lo que sea a su paso, como un huracán de grueso calibre, pero con intención y mucha estupidez.

Voces y gritos de la persecución

Tras descartar a la puerta principal como posible lugar de ingreso, la policía recurrió al acceso por edificios y casas aledañas. Tras dudar unos instantes, ya en el piso de la terraza, los uniformados ingresaron con la fuerza por la puerta de la terraza (4), repartiendo gritos, palos, pisotones, amenazas y otras sutiles acciones. Uno a uno, una a una fueron cayendo en los brazos de estos imbéciles serviles que a fuerza de disfraces, pura obediencia y entrenamiento psicológico de amedrentamiento rompieron instrumentos musicales -sobre todo-, se hicieron con una cámara digital, y como si esto fuera un eufemismo, se llevaron comida de la cooperativa Consumando que funciona en el lugar.

Las suelas de las botas sobre los cuerpos de los infortunados fueron una constante en los 15 minutos que duro la razzia, golpes de puño fueron repartidos a piacere mientras estaban maniatados/as en el piso y algo que no podía faltar a la cita: el chiste idiota del verdugo policial, practicando el sadismo que Eric Fromm (5) veía en el movimiento que apoyo el nacionalsocialismo de la Alemania nazi (en particular) y en la vida humana en general. Finalmente, muchos de los presos (de 22) fueron capturados en La Sala. Posteriormente trasladados a la comisaria N° 11 donde continuaron los hostigamientos, primero con reiterados insultos y cargadas varias (aunque cuesta imaginar que nivel humorístico puede tener un policía en funciones), después con filmaciones y fotos. Inclusive a muchos y muchas las hicieron desnudar, lo que se agrega a la lista de procedimientos ilegales y sobre todo ilegítimos.

Pero el sadismo no termino ahí, ya que Martín, uno de los 6 heridos del día martes, presentaba una hemorragia interna (ocasionadas por los golpes) que no fue atendida hasta pasada los noventa minutos dentro de la comisaria, que finalmente accedió a sacarlo por la puerta de atrás de la comisaria, en un auto particular con vidrios polarizados y sin registrar la entrada en la guardia del Hospital Durand donde quedo internado alrededor de dos días. A esa altura, en el recinto policial comenzaron a transpirar de nervios, ya que en la puerta se había congregado un buen numero de personas que a base de cánticos, aplausos e insultos hizo decaer el fervor represivo. Lucas, uno de los veintidós detenidos, fue al que peor parte le toco, ya que le abrieron una causa por daños y lesiones; todos y todas las demás salieron de la comisaria sin causa alguna.
Cabe destacar que algunos de los médicos que atendieron a los lastimados comentaron que la policía les había sugerido de mala manera (¿de que otra forma sino?) que no los atendieran.

La encuesta de los precarios mentales

Se comento en el barrio que, días después del megaoperativo, se vio a varios sujetos, con métodos ostensiblemente policiacos, preguntar con avidez a vecinos lindantes con La Sala sobre la actitud e intenciones de las personas que trabajan y/o habitan el Centro Cultural La Sala, como si estuvieran recabando pruebas en contra de los varios veces reprimidos y atacados. Se dice también que la fuerza policial entro sin orden de allanamiento al domicilio de varios vecinos y vecinas con el conocido fin de ingresar al lugar por la terraza (6). También se supo que antes de arremeter en el centro cultural los policías allí presentes avisaban que ahí vivía gente que los podía lastimar (sic) y que los dejaran pasar de inmediato.

Un anuncio de lo que ya es (hace mucho) una gran maquinaria de recaudación y control

«Casi desde su primer momento de existencia, la ciudad, a pesar de su apariencia de protección y seguridad, fue acompañada no sólo de la previsión de un asalto desde afuera sino también de una lucha intensificada en su interior: un millar de pequeñas guerras se hicieron en la plaza del mercado, en los tribunales…. Heródoto fue testigo ocular de una sangrienta lucha ritual con garrotes entre las fuerzas de la Luz y las de las Tinieblas, que se celebraba en el interior de un templo egipcio. Ejercer el poder en todas las formas era la esencia de la civilización; y la ciudad halló decenas de modos de expresar la lucha, la agresión, la dominación, la conquista… y la servidumbre» Lewis Mumford (7)

No es de extrañar, entonces, que este nuevo auge de la construcción no sea un fenómeno local. Hay ciudades como Valencia, España, que están siendo objeto de parecidas embestidas del capital de la construcción y especulación inmobiliaria. Y no hay que irse tan lejos de la ciudad de Buenos Aires para percibir el mismo desplazamiento de casas bajas, lugares verdes y sitios ‘improductivos’ para el emplazamiento compulsivo de torres, negocios ‘top’, lo que configura un aterrador espectáculo social, pero un gran show estético, habilitado para todo habitante bienpensante que se precie de tal: Lomas de Zamora, Adrogue, Banfield… Rosario, Córdoba también avanzan en este sentido de verticalización de lo social. Santiago y Sao Paolo son también dos muestras latinoamericanas de una onda expansiva que parece que no tener freno.

«La experiencia en la ciudad posmoderna es un habitar en lo incierto, en la falta de identidad, en el fragmento y en la velocidad… la desaparición de la geografía y de la posibilidad de establecer un vínculo con la naturaleza (con la humana, propiamente). La permanente confusión entre el mundo de las imágenes y la realidad es la nota característica de muchas de las grandes aglomeraciones urbanas de nuestros tiempos. En sus espacios (¿calles?) es difícil distinguir el simulacro urbano de la ciudad misma, la imagen publicitaria lo invade todo, la experiencia del ciberespacio se hace cada vez más presente. Es imprescindible estar conectado permanentemente para habitar en el sueño de la indiferenciación digital. Sin embargo, este sueño es sólo una parte muy pequeña del mundo de las realidades contemporáneas contra el que se levanta: Pobreza, miseria, desmantelamiento del estado de bienestar, terrorismo empresarial, exclusión, vigilancia, violencia institucional… Precisamente la realidad». Andeka Larrea (1)

Autómatas serviles o de la vieja costumbre de ‘ser alguien’ pisando o otro

«… Es necesario notar lo siguiente: la mecanización y la sistematización no son fenómenos nuevos en la historia: lo que es nuevo es el hecho de que esas funciones hayan sido proyectadas e incorporadas en formas organizadas que dominan todos los aspectos de nuestra existencia.» Lewis Mumford (8)

«… Las multitudes como tales tienen sus propias formas de diversiones colectivas: las luces que brillan en las avenidas, las que iluminan las fachadas de los teatros y los escaparates de los restaurantes y de los cabarets son para ellas, aun cuando no les sea permitido el acceso a estos centros; los millares de bulbos eléctricos coloreados de los anuncios comerciales son para ellas, tentándolas a beber wiski, comprar este automóvil, o renovar su vitalidad endeble con ‘píldoras rosadas para personas pálidas… Sin esas exhibiciones las realidades amargas de la pobreza y de la impotencia serían casi intolerables para la masa de los metropolitanos; esos espectáculos contribuyen a compensar el sentido inferior de masculinidad y de femineidad que se desarrolla bajo la presión de la mecanización, y asimismo contribuyen a anestesiar, debido a que las masas participan en ellos, el sentido de soledad que obsesiona al individuo atómico de la gran ciudad” Lewis Mumford (9)

Se sabe que el control que pretende ejercer el Estado-empresa por doquier es oculto, aunque a veces es mas bien explicito, máxime si se trata de espacios o rubros aun no colonizados para los que se usara el aparato ‘legal’ (si se cree que es posible la victoria) o el aparato para-legal en casos o situaciones donde o no es posible vencer o no se puede ‘blanquear’ la actividad extracurricular, extorsión por impuesto a cambio de seguridad extra (tarea que ya fue ocupada por las agencias de seguridad privada, otro sector polifuncional al servicio de la ‘inmóvil’, es decir del poder). Impuesto que pagan muchos comerciantes en la ciudad de Buenos Aires a la Policía Federal Argentina, a cambio de silencio y protección contra zonas liberadas y/o potenciales (y muy posibles) robos.

La Huerta Orgázmika representaba, para el orden establecido, un caso casi imposible de sortear por vías legales, cuando la gente de la huerta lo demostró’ con pruebas y el Juzgado Nacional en lo Correccional N°5 ratifico que la huerta no había incurrido en delito de usurpación, es entonces cuando el poder de turno recurre a la opción B, o sea la conquista por la fuerza (y por la noche), del espacio recuperado en 2002 por los y las huertistas. En definitiva, la fuerza es la única oportunidad viable para convertir el ex-baldío y ex-huerta en una extensión de la plaza Giordano Bruno y/o en otro proyecto estático-comercial. Todo esto posibilitado por dos grandes actores: el primero, formado por parte del vecindario quebrado y disperso de seres que, fueron co-participes y cómplices en la destrucción de la huerta, y que además alentó y aplaudió cada desalojo y ‘puesta en valor’ de cuanto espacio de Caballito estuviera ‘afeado’ por pobres, linyeras, cartoneros; que por otra parte (para esa visión del mundo), nunca alcanzaron ni alcanzaran la categoría de seres humanos. Otra parte del vecindario, la mas numerosa quizá, formada por una gran masa gris de gente que ‘no sabe ni contesta’ en los asuntos que no los atañan a ellos mismos. Solo un minúsculo grupo, fue el que aporto fotos, videos, (10)lamentos, apoyos varios y cartas, como las que escribió el Secretario General de AASIPRO Jorge Garcia Roel (11), del Hospital Julio Mendez, ante el patoteril procedimiento policial también dentro del hospital después de la cacería en La Sala.

El día de la violencia (con topadoras incluidas al mejor estilo israelí)(12) entre sombras llego un lunes 18 de mayo. Atrás quedaron los intentos de la gente de la Huerta por permanecer en ese pequeño terreno sembrando un gran variedad de plantas, armando hornos de barro, baño seco, intercambio de semillas, cursos de permacultura, proyecciones de cine y mucho mas. Llego el tiempo del silencio, de las armas y de la repartija de las personas e instituciones participantes en el atraco.

¿Un mundo que no desea otros mundos?

“Decir: prefiero tal régimen a tal otro, es flotar en lo vago; sería más exacto afirmar: prefiero tal policía a tal otra. Pues la historia, en efecto, se reduce a una clasificación de policías; porque, ¿de qué se trata el historiador sino de la concepción del gendarme que se ha hecho el hombre a través de los tiempos?” Emile M. Cioran

Ya no hubo tiempo de análisis, hipótesis, ideas, planes, pero la rueda siguió girando, los bolsillos de varios funcionarios se siguen agrandando, así como también la cuota de responsabilidad, ¿pero a quienes le imputamos responsabilidad? ¿Se puede señalar al status quo inmoral, indiferente, psicópata? ¿Es posible buscar responsabilidad sin tener que recurrir a la vía legal del pasillo, el turno, el forreo y, finalmente, la desilución y el hastío? ¿Es necesario recordar que todo el gran aparato de organismos de Derechos Humanos enfocado hacia el encarcelamiento de ex-represores haya podido lograr solo 28 condenas de mas de mil causas abiertas? (13) ¿Es acaso miope no ver a donde llegó (y a donde va a llegar sobre todo) el pedido de Justicia por los 194 muertos de la causa de la tragedia de Cromañón? ¿Y de los 62 muertos y 34 heridos que dejó el vuelo 3142 LAPA en 1999? (14)

¿No es tal vez, el caso de Enrique Piñeyro (15) una excepción de lucidez y responsabilidad poco frecuente en las sociedad tecnológicamente modernas? ¿No es quizá cotidianas, este estilo de vida, que tiene muchos siglos de existencia, una compleja red de complicidad la que permite la mas variada gama de exacciones, vejamenes y arbitrariedades que bajan desde el poder unimodo y que son aceptadas, y muchas veces, alentadas y patrocinadas por las ‘clases’ conservadoras primero y por las demás capas sociales después, las que en definitiva perpetuán los actos mas vandálicos e inhumanos de esta nueva guerra global que se retroalimentan y entrecruzan fatídicamente?

¿Se puede creer seriamente que el estado de Israel (o el de Estados Unidos, o el de Inglaterra, etc) es solo una dirigencia desquiciada, mafiosa y militarista la que ocupa, cerca, persigue, mutila y asesina a las poblaciones palestinas? ¿O es que acaso la estructura empresario-gubernamental sionista israelí mantiene en el terror y el engaño, al mejor estilo de Eurasia (16) a su propia población con tal de ejecutar el plan sin inmutarse? ¿Que cosas motivaron los cientos de genocidios, limpiezas étnicas, desplazamientos a lo largo del tiempo (17) en todo el planeta? ¿Las ganas de poseer mas solamente? ¿La sensación que produce ver sufrir a un otro diferente, molesto, eliminable? ¿El capricho de un loco, algunos, muchos? ¿O es el deseo de identificarse con el lastimador, el agresor (el que ostenta el poder) mas fuerte que otras pulsiones humanas? ¿O el Síndrome de Estocolmo esta muy arraigado en el alma humana que imposibilita que cualquier intento de modificación sustancial (mínima, pequeña, grande) de la situación sea percibida como una amenaza que  vale la pena borrar del mapa sin que ello represente siquiera un pequeño rubor en las mejillas del terrorismo de ocasión? (18)

Una guerra final y total contra todo lo que represente una molestia (que no tiene un limite preciso), ya que la Luna y Marte están siendo estudiados por expertos de agencias internaciones y gobiernos poderosos (que casi con seguridad libraran batallas por el control del espacio extraterrestre)(19) ‘preocupados’ por la situación global de una especie que le pone precio a la vida, a la muerte, a la destrucción y reconstrucción de ciudades, a los órganos, al placer, al amor, a la solidaridad…

En la antigua China, hacia el siglo VI, la creencia popular (20) aseguraba que a los gobernantes, que incurrieran en actos deshonestos y/o de corrupción probada, por acción de los espíritus infortunados, se les caía literalmente el techo encima (mientras dormían) como acto de justicia. Visto como involuciono aceleradamente el mundo, tendríamos que acomodar esa fabulosa creencia a estos tiempos.

“Idiota: Un miembro de una enorme y poderosa tribu cuya influencia en los asuntos humanos se ha ejercido siempre de manera dominante y autoritaria. La actividad del Idiota no está restringida a un campo especial del pensamiento o de la acción, sino que ‘invade y regula el todo’. Tiene la última palabra en todo; su decisión es inapelable. Establece las modas de opinión y de gusto, dicta las limitaciones de lo que debe decirse y circunscribe la conducta con firmeza” Ambrose Bierce (21)

raas / raas(@)riseup.net
24-5-2009

notas:
1) La ciudad invernadero, revista Ekintza Zuzena N° 35 www.nodo50.org/ekintza/article.php3?id_article=457
3) Los mensajes de los poderosos: a propósito del doble discurso: Parole, parole, parole… www.argentina.indymedia.org/news/2009/05/672890.php
3) www.cclasala.blogspot.com
4) Desalojo de la Huerta Orgázmika de Caballito www.anred.org/article.php3?id_article=2991
5) El arte de la vida , compilación de entrevista radiales, de 1983
6) www.flickr.com/photos/glifosato
7) De la protección a la destrucción www.revistacontratiempo.com.ar/mumford.htm tomado de La Ciudad en la Historia (The City in History) de 1961
8) Técnica y Civilización (Technics and Civilization) de 1934
9) La Cultura de la Ciudad (The Culture of Cities) de 1938
10) www.youtube.com/watch?v=1kwQmo8WBSI
11) No se difundió la carta digitalmente, pero si se hizo en el hospital y en La Sala, sita a escasos metros del mismo.
12) Revista futuros N°11 ‘Topadoras israelíes abren camino a colonos en Cisjordania’, de Nora Barrows-Friedman www.revistafuturos.com.ar/index.php/los-pueblos-palestinos-e-israelies/39-los-pueblos-palestinos-e-israelies/67-topadorasisraeliesabrencamino
13) Revista Devenir N°13, ‘Perdiendo en Juicio’ www.colectivodevenir.com.ar//index.php?option=com_content&task=view&id=179&Itemid=2
14) www.es.wikipedia.org/wiki/Vuelo_3142_de_LAPA
15) Piloto de avión, que renuncio un año después de haber entrado en LAPA,  y denuncio con probada documentación  las severas irregularidades y connivencia de la Fuerza Aérea Argentina y la empresa LAPA. Película Whisky Romeo Zulu, de Enrique Piñeyro, de 2004 www.es.wikipedia.org/wiki/Whisky_Romeo_Zulu
16) 1984, de Geroge Orwell, de 1949 www.es.wikipedia.org/wiki/Eurasia_(1984)
17) Relaciones entre limpieza étnica, migración forzosa y genocidio en el caso palestino-israelí, de Luis E. Sabini Fernandez www.argentina.indymedia.org/news/2008/12/643443.php
18) Destruyeron con topadoras la Huerta Orgazmika de Caballito, de raas www.argentina.indymedia.org/news/2009/05/671947.php
19) La Guerra Fría continúa en el espacio, de Roberto Palmitesta D. www.analitica.com/va/internacionales/opinion/8675840.asp
20) La Venganza de los Espíritus, de Yan Zhitui www.lenguadetrapo.com/00005-RE-ficha.html
21) El Diccionario del Diablo (The Devil’s Dictionary) de 1911

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Destruyeron con topadoras la huerta Orgázmika de Caballito

Publicada el 19/05/2009 - 31/01/2018 por raas

Desalojaron por la fuerza, y sin ninguna orden judicial, el predio de la huerta que un grupo de vecinos/as y asambleístas había construido sobre escombros -y desechos de todo tipo- hace siete años. La excusa para el violentísimo desalojo fue un foco de Dengue que supuestamente podría haber producido una bañadera con aguas submarinas, que eran parte de las mas de cien especies de plantas que coexistían en el lugar.

«Mientras la ciudad avanza, la tierra se muere» Graffiti en pared del tren Roca en Lomas de Zamora.

«Nadie puede nada contra esta circularidades las masas y de la información. Cada uno de los dos fenómenos esta hecho a la medida del otro: ni la masa tiene opinión, ni la información la informa: una y otra siguen alimentadonse monstruosamente: la velocidad de rotación de la información aumenta el peso de las masas, y no es en absoluto su toma de conciencia» Jean Baudrillard (1)

:: ¿Ilegal dijo?

El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires presidido por el oscuro mega-empresario Mauricio Macri , que titulo honorable!, no pudo desalojar por la vía legal a la gente de la huerta en 2008 y ahora paso todos los tiempos y tramites legales con dos topadoras como si nada hubiera pasado. Estropeo en pocas horas un esfuerzo conjunto de un grupo incontable de gente que, a su manera, colaboro con la formación, mantenimiento y ampliación de algo que ya no existe mas. Lo que vendrá, casi con seguridad en ese lugar, mas presupuesto para rejas, cemento, control y pasividad ciudadana.

Maria, la abogada de la ex-huerta escribía (2) lo siguiente unas horas después de la ‘desertificacion’ del espacio verde: «Sin informes técnicos, y como una vil excusa para aunar la uniformidad de los espacios verdes: el desalojo es ilegitimo, ilegal y violento, ya que un compañero fue golpeado brutalmente por efectivos de la PFA. No existe titulo alguno en poder del GCBA que autorice el desalojo que no tiene base legal ni legitimidad, no hubo orden administrativa ni judicial para el paso de las topadoras, no hubo presente ningún fiscal ni funcionario judicial que garantice el ilegitimo desalojo.»

Rodolfo Enrique Diringuer (3), mientras tanto, agrega mas información al respecto: «En noviembre del 2007 el Juzgado Nacional en lo Correccional N°5 falló en favor de los vecinos que desempeñaban tareas en dicho emprendimiento constituidos en Asociación Civil “Casa de Desarrollo Social y Cultural Giordano Bruno”. Dicho Juzgado ordenó seguidamente, el archivo de la causa por inexistencia del delito de usurpación.»

También hablo de la fundamentacion sin argumentos de los funcionarios del gobierno para desalojar entre gallos y medianoche el predio de la huerta:
«Las autoridades que lo encabezaron no presentaron ninguna documentación que respalde la medida. El subcomisario de la comisaría 13° sólo atinó a decir que ‘hay un pedido de la secretaría de Salud Pública que pide la urgente intervención de las autoridades para combatir el peligro de dengue; y en la huerta se constató que existe una bañera en desuso la cual podría ser un foco de peligro para los vecinos’”

“Así pues, dado que todo ser, que tiene el sentimiento de su existencia, percibe la desgracia del sometimiento y busca la libertad (…), ¿qué vicio desgraciado ha podido desnaturalizar a los seres humanos de tal manera que, siendo los únicos nacidos verdaderamente para vivir en libertad, llegan a perder el recuerdo de su estado natural e incluso el deseo de recuperarlo?” Étienne de la Boetie (4)

:: Los golpes, las topadoras, los disfraces y los funcionarios

La información que no dio nadie en el lugar de los hechos vandálicos del gobierno de la ciudad, los dio la revista Horizonte (4) horas después en su pagina web: «En el desalojo participaron los siguientes organismos del GCABA: Ministerio de Justicia y Seguridad, Ministerio de Espacio Público, Dirección de Higiene Urbana, UCEP, SAME, Guardia de Auxilio y CGPC 6. También prestó su apoyo la Policía Federal Argentina, a través de: Policía Ferroviaria División Sarmiento, Guardia de Infantería y Comisaría 13ª. Una esforzada intervención tuvo el Jefe de Gabinete del CGPC 6, Fabián Bullota, quien coordinó las diferentes acciones de los organismos gubernamentales presentes. Su accionar comenzó a las primeras horas de la madrugada del lunes y al cierre de esta nota, aun se mantenía en el predio, solucionando los problemas que surgen de una actuación que requiere de diversos actores.«

Y no solo eso, sino que además hay fotos (4) de algunos de los responsables directos en el lugar a la hora del paso de las topadoras: «Estuvieron presentes durante todo el operativo: Fabián Bullota, jefe de gabinete del CGPC 6; Daniel Presti, subsecretario de justicia porteño; Marcelo Iambrich, director del CGPC 6 y Estela Salazar, colaboradora y asesora».

Como se podrá sospecha, la red de complicidad, terrorismo y destrucción no empieza con los altos funcionarios y termina con los disfrazados de la Policía Federal, sino que hay una vasta red de ‘hacedores’ y facilitadores que forman parte de los ataques contra las casas y lugares que no entran dentro de la lógica del poder. La trama social quebrada en miles de partes, que juega un papel decisivo en el atropello cotidiano multidireccional, proporciona un caldo de cultivo excepcional para el estado de excepción permanente en que parecen encontrarse las personas -y grupos sociales- en situación de riesgo total sin apoyo de ningún tipo mas que el que puedan brindar los allegados, grupos militantes y/o partidos políticos que puedan llegar a sacar una tajada de dicho apoyo.

“Un concepto de comunidad definida por sus limites estrechamente vigilados y no por sus contenidos; la ‘defensa de la comunidad’ traducida a la contratación de guardianes armados para custodiar la entrada; los merodeadores y vagabundos promovidos al rango de enemigos públicos numero uno; el recorte de las áreas publicas a los enclaves ‘defendibles’ de acceso selectivo; la separación y la no negociación de la vida en común y la criminalizacion de las diferencias: estas son las principales dimensiones de la evolución actual de la vida urbana” Zygmunt Bauman (5)

:: Va a estar Bueno Caballito (sic) (6)

La revista Horizonte (7) es (y sera) una batalladora incansable por los grandes negocios de Mauricio Macri y asociados, primero haciendo publicidad a doble hoja central del Showroom a algunas cuadras de donde estaba la huerta Orgazmika también sobre terrenos de la ONABE; aunque finalmente el proyecto naufrago por la presión de un grupo de vecinos/as, mal que le pese a los bolsillos de cientos de funcionarios y organismos (Espacios Verdes, Centros de Gestión y Participación Ciudadana, Ministerio de Ambiente y Espacio Publico y otros) del gobierno de Buenos Aires dependientes de la construcción, a los responsables de la revista Horizonte y a las constructoras de torres.

Entrando al sitio de esta ‘prestigiosa’ y lobbysta revista (8) se podrá apreciar claramente que 5 de seis de sus ultimas noticias tienen que ver con desalojos realizados -ampliamente festejados y deseados por la redacción- para favorecer la construcción en el barrio de Caballito.

:: Caballito te quiero… ver toda gris

Ahora bien, hay que ser bastante estrecho de mente (y de una sensibilidad y razonamientos nulos) como para leer una revista de tan poca calidad y apoyar las ideas de la misma, y como muestra basta leer un fragmento de la nota (9) donde afirman ‘periodistas’ de este panfleto del libre mercado y mal gusto que fueron agredidos por miembros de la ex-huerta: «La actitud de los defensores de la huerta deja bien en claro su falta de respeto hacia la libertad de prensa y los muestra peligrosos para la integridad física de los vecinos» No contentos con esta aseveración cargada de falsedades, el folletín mercenario continua atacando a lo que simboliza la huerta rematando la nota con una frase de Karl Marx: “Detrás de toda ideología acecha, consciente o inconsciente, un interés inconfesable” con lo que dejan bien a las claras (aun sin quererlo) cuales son los intereses de la revista para el barrio de Caballito: sin pobres, sin huertas, sin lugares públicos en donde no haya circulación, sin lugares donde se pueda hacer negocios a expensas de la construcción y la ‘puesta en valor’ de la propiedad.

Si a alguien le sobra el tiempo y las ganas le recomiendo que lea alguno de los muchos comentarios que se vierten en la pagina web de esta revista para darse una idea mas o menos cabal de por que se desalojo -se arraso mas bien al estilo israelí sobre suelo palestino- un espacio de gran biodiversidad sin que se les mueva el pelo a muchos de los vecinos y vecinas cercanos a la ex-huerta.

«Degradación: Uno de los estados de progreso moral y social que va de un lugar privado a un ascenso político» Ambrose Bierce (10)

:: Huerta orgánica vs. negocio inmobiliario

El cartel hecho en el corte posterior al destrozo, es una clara muestra de la antagonia que representan ambos proyectos en el orden simbólico-material del momento y en la mente del grueso de la masa social. Por un lado una huerta, algo que es percibido para el ciudadano medio como una excentricidad, algo que ya no debería existir mas que en alguna universidad o colegios especializado donde la gente estudia las diferentes plantas, tal vez como algo, inclusive, inservible. La verdulería, el supermercado vinieron (hace rato) a reemplazar materialmente a la huerta familiar, al espacio donde uno mismo puede cultivar y cosechar su propio alimento, su propia medicina.

Pero el mayor daño que hizo este tipo de vida urbana de dependencia exclusiva de entidades del Estado, privadas o mixtas, es el cerebral: la idea arraigada en la mente de las personas de que los alimentos se consiguen pagándolos en los lugares destinados para tales fines. Así se conforma una red parasitaria de dependencia exclusiva de los dueños de los campos (oligarcas, extorsionistas, explotadores, mafiosos) que lucran con la dependencia alimenticia que genero la organización de las ciudades y el libre (y no tanto) mercado desde hace muchas décadas (siglos tal vez), las grandes empresas de transporte de mercaderías, las aduanas, los entes reguladores y mucho mas.

El problema se agrava acuciantemente, claro esta, porque cada vez se achican los espacios potencialmente cultivables y los alimentos dependen de grandes empresas: una estrategia final que el poder no se puede perder bajo ninguna circunstancia. Los grandes medios como Clarín, La Nación y otros tampoco escapan a la complicidad y a la construcción compulsiva de torres, a través de su nutrida publicidad que satura las respectivas secciones clasificadas sostenidas por inmobiliarias medianas y grandes y constructoras que no escatiman en destruir lo que sea con tal de ‘plantar’ torres de ‘confort’ carcelario para gente que puede pagar por los precios de Mercado (remarcados por la tan famosas especulación inmobiliaria) Fascículo aparte para los futuros habitantes (familias armónicamente disfuncionales, de relaciones patologicamente mediadas por el dinero y la pobreza de alma), o sea los destinatarios finales que habitaran esos enjambres maltrechos de contaminación e insalubridad físico-social garantizados con tantos años de proyecciones empresarial-gubernamentales futuristas, coimas siderales, negocios turbios, porcentajes cobrados, devolución de favores, jueces comprados…

«Si supieras que todos esos sueños,
que toda esta estúpida ambición,
no sirve a la vida…

Si supieras que no compartimos nada,
que nuestros caminos se alejaron
hace mucho tiempo.» Eugenio Muñoz (11)

:: El exilio pero dentro de una misma ciudad

El despojado, el echado, el expulsado configura una verdadera tragedia personal, pero también social y política: un desecho que debe moverse de lugar para no ser barrido, arrasado, encarcelado o asesinado por las motivaciones personales del poder de turno: ya sea una molestia ideológica (alguien con ideas torcidas), alguien que estorba en una casa mal atendida que debe ser vendida cuanto antes para pasar a formar parte de un lucrativo edificio, ahora llamado torre, un supermercado, una autopista o lo que sea. La paradoja de la vida actual -en buena parte del globo- es la potencia que tiene el poder político-empresarial para actuar entre las sombras o a plena luz del día como se si tratara de algo casi totalmente aceptado y hasta en algunos caso avalado y fomentado. Cosa que parece no queremos o no podemos ver, o las dos cosas al mismo tiempo.

La sentencia final a la huerta la da, nuevamente, un medio no masivo (y no por eso menos cómplice y parte de la persecución de espacios no redituables en términos monetarios) ‘la revista de Caballito’: «El terreno fue totalmente librado de plantas y basura, salvaguardándose las herramientas utilizadas por los usurpadores.» (4) Cosa que tampoco es verdad porque en el mega operativo represivo se quedaron hasta con las herramientas de trabajo de huerteros y huerteras.

:: Una guerra desterritorializada para consumir mas y ser menos

Como si arrasar con topadoras sobre un espacio (donde habitaban mas de 100 especies vegetales -y otras tantas animales- y un grupo de personas que además de mantener el lugar abierto, intercambiar semillas, comer buena parte de lo que producían, hacer talleres de plantas medicinales, permacultura, etc) no fuera suficiente pintura simbólica aparecen en el gran cuadro de situación de este terrorismo democrático y constitucional el progreso, el ansia indefinido por tener mas en menos tiempo (que se inyecta las 24 horas en casi toda la población), la idiotez aguda -esdrújula en algunos casos- de grandes sectores de la población de todas las ‘clases sociales’ (sobre todo las ‘pudientes’), la especialización agresiva de los cuadros técnicos (verdaderos autómatas impensantes) capaces de ejecutar las ordenes mas descabelladas, sin ningún tipo de remordimiento, al mejor estilo de un psicópata en perfecta armonía con una demoledora obsolencia planificada, el creciente número de policías, gendarmes, guardias de seguridad privado, creación de divisiones y cuerpos armados varios, como la UCEP (12)- también dispuestos a todo-, un dinero cada vez mas volátil y concentrado a través de partidos políticos, sindicatos, ONG’s, fundaciones (en manos de grandes gobiernos, organismos, empresas, nacionales, internacionales y multinacionales) que se disputan la porción de la torta que es cada territorio potencialmente cuantificable en dinero: una casa, un árbol, una semilla, un baldío, un descubrimiento, una huerta, un pueblo, un municipio, una ciudad, una provincia, un país, un océano… (13)

Guerras de baja y mediana intensidad se libran en todo el globo sin que en ello participen dos ejércitos enemigos, sin mencionar las invasiones literales, como la que aun se lleva a cabo en Irak, en Haiti, en el Congo (y otras muchas partes) que el estilo de vida ‘primermundista’ especulador necesita para seguir alimentando la gran burbuja del desastre entropico que se viene produciendo hace muchas décadas.

:: Envenena, envenena, que alguien se beneficiara!

David Viñas (14) dice lo siguiente sobre el caso puntual del rocío de Glifosato sobre la plaza Giordano Bruno y las vias del ramal Sarmiento lindante a la misma: «Los trabajadores que aplican esta sustancia deben llevar vestimenta de seguridad (traje apropiado, guantes, máscara de gas, anteojos). En la plaza Giordano Bruno, además de incumplir esta normativa de seguridad (han sido vistos trabajando sin la vestimenta de seguridad, con la cara desprotegida y sin máscara), las personas que transcurren por la plaza también son afectadas tanto en el momento de la aplicación como posteriormente: el tóxico queda en el aire durante un tiempo, las piedras con la que juegan las y los niñas/os quedan infectadas y las plantas y la tierra absorben este tóxico.

También están usando el Glifosato para eliminar las hierbas de las vías del Ferrocarril Sarmiento (entre otros); por eso encontramos periódicamente las plantas de las vías muertas. Mediante la aplicación terrestre (trabajadores aplicando manualmente), el tóxico se esparce por la zona hasta 400 metros del lugar donde se emplea». ¿Quienes se benefician con estas medidas? Sin dudas la multinacional Monsanto, los que distribuyen y transportan el veneno, el Gobierno de la Ciudad, Trenes de Buenos Aires (TBA), funcionarios de Medio Ambiente y secretarias varias que hacen la vista gorda ante un caso clarividente de, por lo menos, negligencia programada.(15)

La huerta ya no existe mas que en nuestros ideales, nuestras esperanzas, nuestros recuerdos y en nuestras manos. Pero aun así, y como auguraba un slogan del mayo francés de 1968: «Bajo el asfalto esta la tierra»

raas
19-5-2009

notas:
1) Las Estrategias Fatales (Les Estrategies Fatales) de 1983
2) www.argentina.indymedia.org/news/2009/05/671729.php
3) El Desalojo de la Huerta fue ilegal www.argentina.indymedia.org/news/2009/05/671923.php
4) Discurso sobre la Servidumbre Voluntaria o el Contra Uno (Discours de la Servitude Volontaire ou Contr’un) de 1548 www.sindominio.net/oxigeno/archivo/servidumbre.htm
5) Modernidad Liquida (Liquid Modernity) de 2000
6) www.marceloiambrich.com.ar
7) «Se libero el espacio intrusado en la plaza Giordano Bruno www.caballitotequiero.com.ar/supernews/ejemplo1.php?subaction=showfull&id=1242649823&archive=&start_from=&ucat=&

8) www.caballitotequiero.com.ar
9) Manifestantes de la ex huerta agreden físicamente a Horizonte www.caballitotequiero.com.ar/supernews/ejemplo1.php?subaction=showfull&id=1242669758&archive=&start_from=&ucat=&
10) El Diccionario del Diablo (The Devil’s Dictionary) de 1911.
11) Poesía Simples, Palabras de Los Ojos del Ahogado de 1999.
12) Unidad de Control del Espacio Público porteña. La patota del desalojo por Gustavo Veiga www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-121178-2009-03-08.html

13) Lo futuro ya esta aquí de Andreas Malm www.revistafuturos.com.ar/index.php/centro-y-periferia/172-lo-futuro-aqui

14) ¡Alerta, el Glifosato está en las plazas de Buenos Aires! www.argentina.indymedia.org/news/2009/03/656552.php

15) La aceptación social de los monocultivos en la periferia planetaria de Luis E. Sabini Fernandez www.revistafuturos.com.ar/index.php/editorial/168-aceptacion-social-de-monocultivos-de-soja-periferia

:: Fotos

Huerta Orgazmika
http://www.flickr.com/photos/orgazmika

Rojas y la Vía. La huerta Orgazmika resiste (18-5-2009)
Cooperativa Sub / http://www.sub.coop/

http://argentina.indymedia.org/news/2009/05/671825.php

:: Mas información:  

Pagina de la huerta
http://www.orgazmika.blogspot.com

Desalojo de la Huerta Orgázmika de Caballito (18-5-2009)
http://anred.org/article.php3?id_article=2991

«La Huerta se lleva adentro» (18-5-2009)
http://anred.org/article.php3?id_article=2992

El Desalojo de la Huerta fue ilegal (18-5-2009)
Por Rodolfo Enrique Diringuer
http://argentina.indymedia.org/news/2009/05/671923.php

Topadoras contra la autogesión (18-5-2009)
Por Rafael Sabini
http://www.revistaelabasto.com.ar/el_gcba_arraso_con_huerta_orgazmika.htm

¡Alerta, el Glifosato está en las plazas de Buenos Aires! (3-3-2009)
Por David Viñas
http://argentina.indymedia.org/news/2009/03/656552.php

La Huerta Orgázmika de Caballito corre peligro de desalojo (10-9-2008)
Por raas
http://argentina.indymedia.org/news/2008/09/625042.php


:: Audios

La Colectiva
http://www.lacolectiva.com.ar/index.php?option=com_docman&task=doc_download&gid=232

Del año 2008
Entrevista en Radio La Colectiva http://lacolectiva.com.ar  (6-9-2008)
http://argentina.indymedia.org/uploads/2008/09/2008_09_06_-_orgaz_en_lacolectiva_comprimido.mp3

Entrevista en Radio Horizonte Sur http://www.vientosocial.com.ar/horizonte con Jorge Rulli del Grupo de Reflexión Rural http://www.grr.org.ar (7-9-2008)
http://argentina.indymedia.org/uploads/2008/09/2008_09_07_-_orgaz_en_radio_nac_con_rulli.mp3

Entrevista en el programa FMp3 de FM La Tribu http://podcast.fmlatribu.com  (8-9-2008)
http://argentina.indymedia.org/uploads/2008/09/2008_09_08_-_orgazmika_en_tribu_fmp3_edit_comprimido.mp3

Entrevista en el Programa La Mar en Coche http://marencoche.wordpress.com de FM La Tribu http://podcast.fmlatribu.com (9-8-2008)
http://argentina.indymedia.org/uploads/2008/09/2008_09_08_-_orgazmika_en_tribu_edit_comprimido.mp3

:: Otras huertas cercanas

Huerta la Bataraxa de Banfield http://huertabataraxa.blogspot.com/
Huerta de Saavedra http://www.lahuertadesaavedra.blogspot.com/
Huerta de Jose Leon Suarez http://huertadelbaldio.wordpress.com/

Taller Cooperativo de Permacultura http://cooperma.ourproject.org

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El nuevo orden mundial, el cártel petrolero y farmacológico y la fabricación de vacunas o una nueva forma de esclavitud humana

Publicada el 30/04/2009 - 27/02/2023 por raas

En un artículo anterior mencioné que se avecinan grandes catástrofes en la humanidad, y no me refiero a los tan anunciados virus que ocasionaran una “pandemia”, sino debido a la forma como los gobiernos tratan el desarrollo de las naciones. Desarrollos que ponen énfasis en la industrialización, energía y comercio y olvidan el equilibrio de la naturaleza y la alimentación de la población. No solo el hecho de sembrar, sino cómo se siembra y el tipo de alimentos que deben ser sembrados y comercializados para garantizar la salud del territorio y de sus nacionales, en caso contrario las defensas de la naturaleza y del cuerpo humano se verán diezmadas y vulnerables ante el ataque de las tradicionales bacterias, virus y los nuevos monstruos de laboratorio creados por la mafia médica.

Johnny Bielostotzky*
bielostj@gmail.com
21/7/2008

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Publicado en • Análisis, • Control, • Ecocidios, • General, • Insalubridad, • Neoesclavitud, • Psicopatologías, • TecnocidioEtiquetado como big pharma, cártel farmacéutico, cártel petrolero y farmacológico, Dr. Horowitz, industrialización intensiva, Johnny Bielostotzky, Mundialización, nuevo orden mundial, OMS, ONU, poder monetario, Terrorismo y Guerra bacteriológicaDejar un comentario

La mafia médica, el negocio de crear enfermedades

Publicada el 19/04/2009 - 03/02/2022 por raas

“La Mafia Médica” es el título del libro que le costó a la doctora Ghislaine Lanctot su expulsión del colegio de médicos y la retirada de su licencia para ejercer medicina. Se trata probablemente de la denuncia publicada más completa, integral, explícita y clara del papel que juega a nivel mundial el complejo formado por el Sistema Sanitario y la industria farmacéutica.

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Mentiras que se oirán este 24

Publicada el 25/03/2009 - 31/01/2018 por raas

La mentira más clásica es la de las plañideras y plañideros que se van a trepar a las tribunas a lloriquear, con estas o parecidas palabras, que «el 24 de marzo de 1976 marca el comienzo de la larga noche del terrorismo de Estado». Lo cual, como lo sabe quien quiera saberlo, no es cierto: el peronismo no sólo preparó el terreno para el golpe del ’76 al desarticular el ascenso de masas generado a partir del Cordobazo, sino que dio comienzo al genocidio con 1.500 asesinatos, casi 1.000 detenidos-desaparecidos y el terror —atentados y amenazas— campeando en las calles sin freno alguno.

Pero, más importante aún, fue que Perón, desde la médula misma del «movimiento popular» sentó la doctrina que guió a lo que vendría: en su mensaje por cadena nacional del domingo 20 de enero de 1974, Perón prometió que tomaría las «medidas pertinentes para atacar el mal en sus raíces. El aniquilar cuanto antes este terrorismo criminal es una tarea que compete a todos». Y el 22 envió una carta a los militares, donde aseguró que «la estrategia integral que conducimos desde el gobierno», junto a «la población, Fuerzas Policiales y de seguridad, y si es necesario de las Fuerzas Armadas» (…) «…harán que el reducido número de sicópatas que va quedando sea exterminado uno a uno para el bien de la República». «Aniquilar» y «exterminio», ideas que presidieron el accionar represivo, fueron, pues, directivas expresas de Perón, el héroe y mentor de muchos de los que estos días van a estar en los palcos y en los medios protestando su rechazo al genocidio.

Los números no cierran

Como si fueran pocas las mentiras contra las que debemos lidiar, ahora también se suma a este aquelarre el Encuentro Memoria Verdad y Justicia, con una convocatoria en la que proclama «No importa qué diga el gobierno: 95% de genocidas libres». Como los que están presos —el 5% restante— son unas pocas decenas, para contar las cuales bastan y sobran los dedos de una mano, resulta matemáticamente diáfano que los números del Encuentro coinciden con los que la señora presidenta aventuró el año pasado: los genocidas en la Argentina fueron alrededor de mil. ¿Leyó bien? Vuelva a leer: mil (1.000).

Pero los organismos de derechos humanos y las estimaciones oficiales de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CoNaDeP) determinan, por ahora, la cifra provisional de 550 centros clandestinos. Si sólo fueran 1.000 los responsables del secuestro, tortura y asesinato de 30.000 personas, suponiendo que hubieran realizado esforzados turnos de doce horas, sin vacaciones, enfermedades, descanso semanal ni feriados, da una presencia en todo momento de menos de un represor por campo de concentración. Exactamente, 0,91 represor, que durante las doce horas de su turno tenía que descubrir y encontrar a sus víctimas, secuestrarlas y tenerlas cautivas, en algunos casos, durante meses y años; interrogarlas y torturarlas; procesar las declaraciones así arrancadas, y alimentar a los cautivos, y moverlos de unos centros clandestinos a otros, y asesinarlos, y custodiar el perímetro de campos de concentración a veces muy extensos, y hacer operativo su funcionamiento las 24 horas del día durante años.

El «95%» que dice el MVJ y la grosera tergiversación de los hechos que implica son un cachetazo, una afrenta a la verdad, a la historia, a la memoria que supuestamente quiere representar. Quizá el propósito no sea tan canalla como el de la señora presidenta y su partido; quizá sea el resultado de no querer ver de frente el rostro de una realidad tan penosa y difícil. Pero, la consecuencia es la  misma que la que persiguen los canallas: engañar y desarmar políticamente al pueblo.

Mil represores contra el mundo entero

Otra falsedad que oiremos hasta la náusea es la de que el pueblo estuvo desde el primer momento en contra de la dictadura y, los que no, fue porque no tenían ni idea de lo que estaba pasando. Los que sí combatimos a la dictadura sabemos cuán dolorosamente falsa es esa afirmación. Porque si el pueblo estuvo en contra, resulta que mil genocidas se impusieron sobre treinta y pico millones de habitantes, y sobre sus organizaciones políticas y sindicales, porque si uno oye a sus dirigentes, resulta que también combatieron a la dictadura.

Pero eso no es todo: sumando los efectivos de aquel entonces de las fuerzas armadas, y gendarmería, y prefectura, y las policías federal y provinciales da, en números redondos, 250.000 hombres de armas. Mil cometieron crímenes de lesa humanidad, ¿y los 249.000 restantes, qué hacían mientras tanto? Porque no podían ignorar lo que pasaba, ya que los centros clandestinos de detención —sobre todo los más grandes— funcionaban en dependencias militares y policiales que paralelamente cumplían con sus tareas habituales. ¿Así que 249.000 efectivos armados repudiaban lo que sucedía ante sus narices y no hacían nada por impedirlo? Aunque los mil fueran sus jefes, ¿no se rebelaban —249 a 1— ante tamañas aberraciones y las reprimían, con la escasamente cruenta que hubiera sido tal acción ante una relación de fuerzas tan desproporcionada?

No sólo nos mienten, también nos insultan

Insultan nuestra inteligencia. Por cierto, es increíble que después de más de treinta años tengamos que seguir repitiendo estas obviedades. Pero, lamentablemente, es así. Muchos de quienes lean estas palabras, que no podrán rebatir, volverán, sin embargo, a enarbolar de inmediato sus rancias mentiras. El conjunto de estas aberraciones, lejos de ser debilidades, descuidos o flaquezas, forma parte de un sólido aparato ideológico, el del populismo. El populismo, que contrariamente a procurar el cambio, como vocifera, está aquí para impedirlo, muy contento con lo que hay, tanto en el plano cultural, como en el político, el social y el económico.

Pero lo venceremos, indefectiblemente lo venceremos: todo lo sólido se desvanece en el aire.

Vecinos Memoriosos / vecinos.memoriosos@gmail.com
23-3-2009

www.argentina.indymedia.org/news/2009/03/660775.php

 

 

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La aceptación social de los monocultivos en la periferia planetaria

Publicada el 15/03/2009 - 31/01/2018 por raas

Alguna literatura antiimperialista, producciones más o menos intelectuales o militantes de denuncia revelan una idea simplificada de la exacción imperial. Imaginan un ente apropiador devastando la tierra hollada y que en ella sólo quedan los restos del saqueo o en todo caso, los restos de los refractarios que resistieron la exacción. Imagen que, sin embargo, se basa en verdades, como puede ser la formidable recopilación que hace ya cuatro décadas hiciera Eduardo Galeano en sus Venas abiertas.

Tales descripciones no omiten incluso el placer que la exacción imperial provoca en las capas o castas privilegiadas que “administran” esa relación. Es difícil olvidar, por ejemplo, tras la lectura de la investigación de Galeano, la dispendiosidad que la sociedad potosina en la Bolivia, mejor dicho en el Altiplano colonial, tenía en sus fiestas, estrellando las copas de cristal al estilo que se le atribuía a la aristocracia rusa. Potosí, en el siglo XVII con sus 150 mil, 160 mil habitantes, y sus minerales, pasaba por ser una de las ciudades más populosas y ricas del planeta (Potosí, hoy sin minerales, no llega a los cien mil habitantes).

En la descripción de las viejas economías de enclave con las cuales el imperialismo moderno se fue configurando, mediante asentamientos costeros que servían tanto para traficar esclavos (mediante el eufemístico término de “liberarlos”)(1) como para iniciar el despojo de sociedades locales, algo que en América Latina se desplegó bajo las formas de asentamientos mineros y economías de plantación, parece ser muy exiguo lo que le restaba a las sociedades que sufrían dichos asentamientos. Era el extranjero el que se lleva la parte del león. En América, son las plantaciones de caña de azúcar en Cuba o en Haití, son las minas de plata, cobre, estaño.

Aquel estilo o fase de cierta simplicidad política y administrativa para el despojo ha ido cediendo ante el despliegue de formas políticas en las regiones periféricas, ya sea adoptando las estructuras del dominador, ya sea resistiendo y reasumiendo estructuras propias de la sociedad invadida, con la correspondiente constitución de capas dirigentes y propietarias locales. En continentes como el americano, los estados emergentes adaptaron las formas políticas de los conquistadores y el “Nuevo Mundo” no fue sino una reedición, mejorada o empeorada, del Viejo Mundo, aunque en los últimos tiempos esté aflorando con fuerza creciente el tejido social y cultural ahogado por la europeización. Y América fue, de lejos, con Oceanía, el continente más europeizado del planeta.
Así, ya entrando al s. XX será la banana en el Caribe tropical o la lana en el sur templado y tantos otros productos primarios o artesanales la “contribución” americana al mercado mundial, y cada vez más el petróleo, la “sangre” que circula y alimenta la economía moderna.

Las economías periféricas, empero, conservan un rasgo fundamental de los viejos asentamientos de enclave: su pertenencia a un sistema económico más o menos mundial, con centro en otra parte. Las zonas francas son sus más conspicuas ejemplificaciones.(2)

Con ello sobreviene la eterna discusión entre sectores, escuelas y sectas de izquierda acerca de si puede existir, hacerse fuerte, tejer un camino propio, la burguesía nacional. Más allá de los signos identitarios y jurídicos que dan fe de la existencia de tal universo, lo cierto es que los capitales, es decir los capitalistas más fuertes de los países periféricos, tejen sus estructuras productivas en función del sistema capitalista central y mayor, en el cual se sienten contenidos. No es un problema exclusivamente económico, de rentabilidad o de mercado. Es un problema de identidad: nuestros burgueses –argentinos, uruguayos– han tenido demasiado a menudo su capital mental en Londres, París, Nueva York o Miami más que en Buenos Aires o Montevideo.

Avance “argentino” de soja cada vez más arrollador

Para implantar la soja en Argentina como en tierra conquistada sus promotores se han valido del deslumbramiento tecnológico, indisolublemente unido a la idea de progreso. Tales rasgos se despolitizan y naturalizan de modo tal que, los titulares del complejo sojero lucharán por su implantación con la mejor de las conciencias. Como por otra parte, tales avances son pingües negocios, podrán unir la buena conciencia con el bolsillo forrado, lo cual incrementa el celo puesto en la empresa.(3)

El complejo sojero se asienta en Argentina a mediados de los ‘90 con la anuencia o la entrega incondicional del menemato a las orientaciones orquestadas desde el norte. Desmontando al estado argentino, el Ministerio de Agricultura de EE.UU. (USDA, por su sigla en inglés) y Monsanto (4) han orientado la producción agraria argentina, con una buena base de apoyo local, es cierto, seducida por la idea del progreso tecnológico.
Para el desembarco en el campo argentino, entonces, han ocupado “las cabeceras de playa” que consideraron estratégicamente claves. Así se han ido haciendo de las semillerías y de las empresas de suministros. Entendámoslos: su objetivo es la total dependencia alimentaria. De todos nosotros hacia el pequeñísimo núcleo de los dueños ya no de los medios de producción en general sino bien en particular, de las semillas para el alimento de cada día.

También han ayudado generosamente a diversos investigadores del área que han visto así mejorar sus equipamientos por fuera de los cada  vez más inexistentes presupuestos nacionales. Esos investigadores, que confunden fácilmente sus medios de vida (y de éxito) con Lo Bueno, y Lo Necesario para el país y la humanidad, se han ido convirtiendo en los mejores aliados de la operación de desembarco.

Con ese dispositivo de fuerzas, los alimentos transgénicos se expandieron en Argentina como reguero de pólvora y en pocos años se ha llegado a casi 50 millones de toneladas en la última cosecha, 2007/2008, cubriendo, sólo la soja GM un área de algo más de 16 millones de ha de cultivo, más de la mitad (54%) del total de cultivos actuales en Argentina. No son los números en sí los que alarman sino la tendencia y el ritmo que lleva. Se trata de toda una apuesta a la cantidad, no a la calidad que una estrategia nacional y racional habría podido valorizar mucho más, dado el carácter de las tierras argentinas, que se contaban entre las menos contaminadas del planeta. Por lo menos hasta la invasión de la soja.

Estamos ante una transformación radical del campo argentino. Y a un ritmo también sin precedentes. ¿Cómo sobrevino, por qué tanta velocidad de arrasamiento junto con la de la forja de grandes fortunas?

La crisis del 2001 no fue de todos, ciertamente

Podemos encontrar un cierto paralelismo que no alcanza para establecer razones causales pero sí tal vez para entender aires de época: la gran ofensiva del trust sojero se produce cuando el desbarajuste social de la Argentina en el 2001.

Bástenos saber que lo que eran cien mil toneladas en los ’70 ya habían llegado a los 4 millones de ton. a comienzos de los ’80. En 1996/1997, con la producción de soja transgénica ya bien establecida, el país llega a tener 5 millones de ha con dicho cultivo que rendirán 11 millones de ton. Mientras el país va entrando en el embudo de la desocupación y el endeudamiento y la ficción del peso argentino va ensanchando la impotencia económica del país, los sojeros van haciendo su agosto… en dólares. En la zafra de 1999/2000 llegan a los 20 millones de ton. de soja, prácticamente toda transgénica y para el año del descalabro social del país, la zafra del 2000/2001 saltará a unas 26 millones de ton. Aumento anual: 30%. Para la del 2001/2002 vencerán la marca de las 30 millones de toneladas. ¿De qué crisis podrían hablar ellos?

Valiéndose de la política de los hechos consumados (los alimentos transgénicos se empezaron a producir, y a consumir en el país sin que existiera la menor legislación al respecto; se podría decir que son perfectamente ilegales), barriendo con obstáculos, invadiendo tierras que eran de selva (de enorme valor ambiental) u “ocupadas” por campesinos pobres y sin títulos (por más que el mismísimo derecho burgués les tendría que haber otorgado la titularidad mediante la usucapión muchas décadas atrás) y que para tales trabajadores y habitantes eran de enorme valor social y económico; barriendo también con explotación lechera (miles de tambos “convertidos” a la soja; pensemos lo pesado o imposible de la reconversión), y hasta con algo de la producción de trigo, alimento humano por excelencia, concentrando los planteles vacunos en feed lot con lo cual aumentan los rendimientos a un costo sanitario no calculado e incalculable, usando –los protagonistas madeinUSA–  las tierras argentinas como cabecera de puente para contrabandear material transgénico a Brasil (país que resistiera la penetración de Monsanto y el USDA, seguramente porque no gozó de las “relaciones carnales” que hicieron la delicia del menemato), la soja se ha convertido en “reina”, al decir de sus cultores, ideólogos y abanderados.

En el verano, sudado verano del 2002, el crac del “estado modelo” del FMI y del PNUD estalla en las manos del gobierno de la Alianza, que ya no era tal. Con las recetas menemcavalísticas, el hambre se había ido haciendo insoportable. Sus causantes fueron la desocupación y la pérdida de poder adquisitivo de los salarios, flexibilizados, miserabilizados, con la anuencia del poder sindical. El complejo sojero es uno, uno más al menos, de los causantes de la desocupación. Una “agricultura sin agricultores”, como fue definida por el Grupo de Reflexión Rural, GRR.

Los sojeros tienen “su oportunidad” social. Bajo la consigna “soja solidaria”, a principios de 2002 aumentaron la apuesta y procuraron no sólo adueñarse de la economía agraria argentina al servicio de la política alimentaria de EE.UU. en el planeta, sino adueñarse de la población argentina, sometida a la condición de cobayo, creando las condiciones para que a la población le cueste mucho no comer soja. “Llenarse con soja”, pareció ser la consigna entonces. En realidad, claro, “llenar” a los pobres con soja… (5)
 
El trust sojero entrevió entonces la posibilidad de quedar bien con poco. Con el 1o/oo de su producción, como ellos mismos confesaran entonces, podían “cubrir las necesidades” o “llenarle la panza” (táchese la que no corresponda) a la creciente masa de hambrientos (eran 30 millones de kilos de grano); escamotear el papel de coautores del desastre; esquivar asimismo el de usufructuarios principales del descalabro, del vaciamiento del campo argentino, cada vez más privado de sus productos de calidad.

Por eso, soja hasta en la sopa. Soja cocida. Algo insensato, puesto que los países que más consumen soja (y lo hacen desde hace siglos o milenios) han aprendido a comerla fermentada, porque es la forma de hacerla más digerible, más asimilable. Pero apurados por sacar rédito de la crisis a la que tanto habían contribuido, el complejo sojero no se ha fijado en tales minucias. Como vemos con el ejemplo de la “soja solidaria”,  el estado nacional y periférico a gatas apareció, a gatas sobrevivió a la ola que todo mercantiliza.

La seducción vence más a menudo que el palo

Dejemos por un momento la historia argentina reciente y volvamos a las relaciones peligrosas “centro/periferia”. Concedamos que con la formación de los estados nacionales, aquellas simples economías de enclave han desaparecido. O al menos el cuadro de situación se presenta como si hubieran desaparecido. Nuestros estados nacionales legislan, facultan, deciden, regulan, controlan, penan. Aunque cuando, si uno observa de cerca estas funciones en nuestros estados periféricos, el como si va haciendo su streap-tease.

El capitalismo central, es decir los grandes capitalistas de las naciones enriquecidas, “ofrecen” sus políticas para que las sociedades libres periféricas resuelvan si las adoptan. Política de inversiones, por ejemplo, ofrecimientos de adelantos tecnológicos más o menos formidables. ¿Y quién en su “sano juicio” va a rechazar semejantes ofertones? Eso dicen al menos todas las capas económicas, profesionales, técnicas, políticas que están altamente interesadas en la asociación con la melodiosa voz del amo.

Veamos algunos ejemplos que esclarezcan el cuadro: durante el menemato la cantidad de empresas mineras provenientes del Primer Mundo en Argentina se multiplica por más de veinte; de cuatro a noventa y tantas. Exoneraciones impositivas, regalías entre las más bajas del mundo entero, confianza ciega a las modalidades de extracción ofrecidas por las empresas previa elaboración de informes de las propias empresas sobre impacto ambiental…

Una verdadera fiesta de la minería ajena. Durante esa misma década, previa desregulación absoluta de la actividad agropecuaria argentina, se deja librada a la actividad privada nacional y extranjera la formación de la política rural argentina: así comenzó la sojización (transgénica) del país.

Estos dos ejemplos nos brindan un hilo para seguir, y es que la dependencia psico-, tecno-, económica sigue estando muy presente, es decisiva en “los acuerdos” productivos entre los grupos económicos que uno ve como argentinos y el capital transnacional. Pero a diferencia de las economías de enclave de otrora, las economías contemporáneas son más complejas y al menos en la apariencia se trata de economías nacionales por aquí y economías nacionales por allá… y un poco en todas partes, la economía transnacional.

Pero por más globalizada que parezca esta última, todos los acuerdos, las regulaciones (y desregulaciones) se suscriben entre estados, el mismo estado que parece en  crisis en los países periféricos o empobrecidos pero que sin embargo, parece gozar de muy buena “salud” en los países centrales o enriquecidos. Y aquí, otra curiosa asimetría: los monocultivos, las monoproducciones en general son periféricas, no se corresponden con las economías centrales. A porcentajes de economía basada en monoproducción, aquellos países que ostentan menores porcentajes de una misma actividad serán indefectiblemente metropolitanos, primermundianos y aquellos con el mayor porcentaje, serán países monocultores, proveedores de materia prima, dependientes, deliberadamente mal llamados “en desarrollo”. ¿De qué desarrollo hablamos desde hace cinco siglos?

Una pregunta que al menos ingenuamente se formula más de uno, cuando aprende el a b c de las diferencias entre países satisfechos, es decir con población con necesidades básicas satisfechas (NBS) y países con población, a veces abrumadoramente mayoritaria, con NBI, absolutamente insatisfechas, es cómo una sociedad puede aceptar semejante distribución de roles. Y la izquierda en general, que es desde donde se suelen plantear estos interrogantes, las más de las veces nos recuerda el poder del fusil, del garrote, de la represión, de la seguridad nacional… de “ellos”. Lo cual no es necesariamente falso, puesto que muchas veces ha sido eso, la ultima ratio, lo manejado desde el imperio (que nos haya tocado en suerte, en el tiempo).

Pero la configuración más habitual suele ser muy distinta. La exacción, el despojo, se produce en medio de una fiesta: de trabajo, de frenesí, de optimismo, de derroche. No es el poder imperial despojando inmisericordemente a la población satelizada y sojuzgada lo que se ve. Lo que se ve es el poder imperial que goza de aliados dentro de la población satelizada y sojuzgada. Con los cuales establece una relación “gananciosa” que sólo los criticones, los refractarios, los “amargados de siempre” rechazan.

Ganadores y perdedores: no hay suma cero

Porque hay toda “una sociedad” dentro de la sociedad general que sale gananciosa. Tendríamos que decir más bien una “asociación”. El ejemplo con la soja en Argentina es paradigmático. Pocas veces ha tenido la administración del estado tantas reservas como gracias a las retenciones, impuestos o no, a la exportación, que se le cobra a la soja exportada. Aun con todo lo que debe “marchar” en negro, el estado recauda con pala. Estableciendo esas marcas sin precedentes (se ha dicho que el estado actual tiene más reservas en dólares que las que tenía Argentina y usufructuó Perón al fin de la segunda guerra mundial: claro que dólares no es lo mismo que oro, pero así y todo…).

Pero no se trata sólo de la recaudación pública y sus rebotes, por ejemplo, los ingresos que cubren a desocupados y subocupados, las mejoras jubilatorias, que hacen que tanta gente esté gozando, siquiera infinitesimalmente, de la soja. Y en primer lugar, of course, de la rentabilidad obtenida por los dueños del ciclo sojero. Con tierras, con maquinarias agrícolas o con circuitos conectivos del paquete tecnológico, con la circulación de bienes conectados a la producción sojera, etcétera. En el caso del núcleo fuerte de inversores en el modelo de la soja, las ganancias ya no se miden en 4 x 4 o en apartamentos de Palermo o Belgrano; ahora se trata de inversiones inmobiliarias aquí y en el Primer Mundo, de aviones, de redes financieras multimillonarias de alcance mundial.

Pero además, de la expansión sojera se sirven y a la expansión sojera la sirven: los camioneros, los tractoristas, las redes de los laboratorios que producen los contaminantes correspondientes, la petroquímica y las respectivas fábricas de envases a su vez ellos también contaminantes, la metalúrgica de máquinas-herramientas para siembra directa y la automotriz que recibe la parte final de la cosecha bajo la forma de consumos más o menos suntuarios, como las trajinadas 4 x 4; los aviadores y las correspondientes pistas de aterrizaje, la fabricación de aviones fumigadores, que son los principales agentes de envenenamiento generalizado, las redes  bancarias y comerciales que atienden buena parte de los ingresos de la soja y una larga cadena de etcéteras.

En realidad, otros sectores que podrían haberse disparado junto con los ya señalados, pero que brillan por su ausencia, habrían sido el médico-sanitario para enfrentar todas las temibles y atroces secuelas que la contaminación generalizada con agroquímicos está dejando, el sector veterinario o más bien eco-veterinario para aprender a entender la desaparición de macro- y microfauna, de perdices, liebres, pájaros, lombrices, escarabajos y procurar remediarla, o un sector de investigación botánico para poder visualizar todo lo que se pierde entre lo que genéricamente se llama yuyo y es exterminado por el glifosato.

Esos sectores del conocimiento, la técnica y la acción humanos, con sus ramas de actividad, no se han expandido junto con la sojización generalizada. Porque, claro, lo que se atiende con la sojización es la rentabilidad, la ganancia y no la forja de una sociedad, digamos, “entre todos” o respetuosa de humanos y naturaleza.

Por eso tampoco se perciben las pérdidas y los perdedores del reino de la soja: la población expulsada por las buenas, por las malas o por las peores; la pérdida de lugares de trabajo y de la dignidad con ello barrida, la marginación creciente y la parasitización forzada de tantos desplazados con su secuela de deterioro alimentario, de salud y de ánimo,(6) el arrinconamiento de los agricultores familiares o con producción local, generalmente sin agroquímicos, validos de los mejoradores “naturales” de la tierra (estiércol, compostado), la desaparición de bibliotecas sin libros constituidas por los conocimientos agrícolas elaborados a través de la experiencia y las generaciones de quienes fueron mejorando nuestros alimentos; la extinción masiva y suicida de fauna y flora arrasados por la ola de agrotóxicos que no cede, al contrario aumenta. ¿Es que alguien piensa que esto se puede hacer impunemente? Que mediten la frase atribuida a Seattle, cacique suwamish del norte americano: “¿Qué es el hombre sin los animales? Si todos los animales se fuesen, el hombre moriría de una gran soledad de espíritu, pues lo que ocurra con los animales en breve ocurrirá a los hombres.”

Ya la experiencia del menemato nos permitió visualizar este fenómeno de la complicidad o de la coincidencia de fuertes sectores sociales con la “fiesta del importado”, con el festival del trabajo “en negro”, con el placer del dólar barato que facilitaba tanto viajar al “Primer Mundo” y otras “realidades” por el estilo.
Estos festivales repentinos, afiebrados, transitorios, suelen caracterizar a los países dependientes o neocoloniales.

Un estado primermundiano no suele permitirse estas ligerezas. Porque no las necesita. Las NBS les dan otro aplomo y no están urgenciados por una ganancia de coyuntura, cuando viven ya en la ganancia. La fiebre de riquezas es propia, precisamente, de sociedades esquilmadas que ven a la riqueza sobre todo como un espejismo, como un anhelo. Que para mucho “medio pelo” es el recurso para distinguirse de los que no son “como uno”.

Con la soja encumbrada (y la ignorancia gubernamental) hemos presenciado el revival de la Argentina blanca, genocida, clasista y presuntamente educada. Los que tenían pavor de que se terminara la fiesta de la soja. Y que ahora “reposan” y unen “campo y democracia”. Sin los remilgos de “reforma agraria” o producción limpia.
A pura rentabilidad. Como si el rey Midas pudiera alimentarse con sus manos.

Luis E. Sabini Fernández

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Pequeña reseña monsantiana: toda una pinturita

A comienzos del s. XX, este laboratorio, con sede en Saint Louis, Missouri, EE.UU.,  inicia su actividad con un edulcorante sintético, la sacarina. Décadas después, se la iba a procurar sustituir por edulcorantes menos gravosos para la salud.

En 1947 el incendio de un barco alojado al lado del laboratorio de Monsanto, con nitrato de amonio, un fertilizador químico, provocará 500 muertes que de algún modo ofician de anuncio de lo que sobrevendrá con la quimiquización de los campos donde Monsanto desempeñará un papel primordial.
En la década de los ‘50 es líder en la implantación de los termoplásticos en el mundo y la consiguiente contaminación de la “basura” fuera de control.

En la década de los ’60, puntal de la “Revolución Verde”, y sus agrotóxicos; en los ‘70 resulta ser el fabricante del “Agente Naranja” que devastó tantas tierras en Asia y en Vietnam en particular, que logra así llegar a ser el país con mayor número de malformaciones congénitas por número de habitantes.
En los ’80, tiene el dudoso privilegio de recibir la habilitación para el edulcorante Aspartame, que había esperado década y media una aprobación de la Dirección de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. y que con Reagan se logra en cuatro meses…

Desde los ‘90, se constituye vanguardia en la implantación de plantas y alimentos transgénicos en el mundo entero, y son sus banderas de batalla la soja RR y el herbicida Round Up.
Con razón se le otorgará a su presidente el título de Cereal Killer.  
Cuando advierten que la denominación inicial “ingeniería genética” tiene un retintín que no brinda seguridad o tranquilidad, pondrán todas sus baterías mediáticas y publicitarias para rebautizar sus productos como “ciencias de la vida”.

Voraz adquirente “global” de semillerías, con el inocultable propósito de dominar la agricultura mundial. Tienen en suspenso su invento de oro: la semilla GM “Terminator”; un dispositivo transgénico que les permite “fabricar” semillas suicidas, valga el oxímoro, que fructifican una vez y luego mueren.  Con lo cual se aseguran la recompra por parte de los agricultores.

notas:
1) Los barcos esclavistas iban a las  costas africanas a “liberar” esclavos. Porque previamente habían hecho acuerdos con los reinos costeros para que les consiguieran “prisioneros de guerra”; rehenes, secuestrados, a cambio de los cuales les entregaban mercancías interesantes. La entrega de dichas mercancías era lo que ellos llamaban liberar o “rescatar” esclavos. Que de inmediato eran depositados en cargueros que enfilaban al Atlántico. En condiciones ya documentadas, donde los malos tratos y las pésimas condiciones provocaban una mortandad en la travesía que superaba la de las duras condiciones sufridas durante sus capturas.
2) Véase “Zonas francas: esclavitud de nuestro tiempo”,  futuros, no 2, 2001.
3) Los métodos de implante tienen rasgos comunes con otras formas de dominio cultural en áreas aparentemente muy diversas. Por ejemplo, con la imposición (desde el centro planetario) o si se quiere, con la adopción (desde la periferia) de productos “culturales”, las más de las veces modeladores de imaginarios castrados en la población.
Tomemos el caso de la distribución cinematográfica (con toda la penosa confusión entre cultura y espectáculo, puesto que el cine participa a la vez de ambos): para “bajar” la producción de Hollywood a los cines rioplatenses (y a todo el resto del mundo, incluido Europa), compañías estadounidenses de distribución de películas compran las redes locales tanto de distribución como de exhibición (existe una ley en EE.UU. que prohíbe la propiedad de cines por parte de extranjeros en su territorio); no queremos ni imaginar las restricciones para que extranjeros ejerciten la distribución cinematográfica en EE.UU.
4) El laboratorio más grande del mundo, líder en los ‘50 de la implantación de termoplásticos en el mundo y la consiguiente contaminación fuera de control; en los ‘60 puntal de la “Revolución Verde”, y su difusión de agrotóxicos; en los ‘70 proveedor clave de la guerra química de EE.UU. en Vietnam, fabricante principal del “Agente Naranja” que devastó tantas tierras en Asia, en los ’80, tiene el dudoso privilegio de recibir la habilitación para el edulcorante Aspartame, que había esperado década y media una aprobación de la FDA (Dirección de Alimentos y Medicamentos de EE.UU.) que con Reagan se logra en cuatro meses… y desde los ‘90, vanguardia en la implantación de plantas y alimentos transgénicos y voraz adquirente “global” de semillerías.
5) Sobre los resultados de tal política, de la cual sus mismos autores han procurado desligarse, véase mi  “Ahora, en Argentina los sojeros enseñan a comer…”, www.biodiversidadla.org/content/view/full/33646
6) Alejandra Dandan da sólo para la provincia del Chaco casi un tercio de su población “desplazada”, marginada por la sojización progresiva. Cien mil seres humanos. Si las cifras fueran proporcionales para todo el país, tendríamos que hablar de por lo menos diez millones de perdedores con el modelo cuyo éxito disputan campestres y gobierno… www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-108153-2008-07-20.html

 

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Nuevo parte de la guerra del desarrollo. El mundo rural

Publicada el 01/03/2009 - 31/01/2018 por raas

La intención de este texto es ahondar en el análisis de los efectos del actual modelo de desarrollo económico y social en el ámbito rural vasco. Conocidas son ya  las consecuencias de la industrialización en un pasado no muy lejano (Revolución verde, éxodo rural, desarrollo urbanístico y metropolización, marginación y menosprecio a las formas de vida rurales…). Mientras, el implacable avance de la ideología del progreso y del desarrollo junto a la expansión del mercado están amenazando con desmantelar las pocas estructuras que soportaron el primer envite industrializador, aproximándonos a una segunda revolución verde. Un proceso que ha alcanzado en los últimos años una velocidad enorme, llegando incluso a asimilar los espacios sociales que parecían más tenaces al cambio, como los del mundo agrario.

Un fenómeno que ha desembocado en que a día de hoy, el mundo rural sea un espacio de explotación de recursos naturales, energéticos e hídricos, zona de paso de vías de transporte interurbano, vertedero de residuos, cultivos al servicio de la industria agroalimentaria, área de experimentación química y biotecnológica, zona de ocio de fin de semana y, por último, espacio de expansión metropolitana. Es indudable que el aumento de la producción y consumo en las zonas urbanas esta significando una degradación más rápida e insostenible, si cabe, de los espacios rurales y naturales, y su consecuencia directa es precisamente la desaparición de este medio rural. Es sobre estas dinámicas del actual sistema sobre las que queremos profundizar en este texto.

¿Quien se está comiendo la crisis enrgética?

La actual sociedad capitalista es totalmente dependiente de la energía, mayoritariamente de combustibles fósiles. Euskal Herria no cuenta con reservas, por lo que surge una relación de dependencia (de la población en el interior con las empresas energéticas y en el exterior a través de expolio y guerras). Por ello se hace más justificable la explotación de otros recursos energéticos, todos ellos en zonas rurales o naturales, con un gran impacto y peligrosidad. Centrales térmicas o de ciclo combinado en Boroa, Santurtzi, Castejón, Jaizkibel y los proyectos de Lantarón, Miranda de Ebro y de Lemoiz, la vuelta al discurso pro-nuclear de gobernantes, empresarios y sindicatos, centrales hidroeléctricas artificializando todos los cauces de los ríos, proyectos eólicos que llevan la industrialización hasta las cimas de los montes.

Todo ello necesita de grandes redes de suministro que dejan a su paso multitud de líneas de alta tensión con todos sus efectos perjudiciales. Como prueba de la supremacía de las necesidades energéticas sobre el territorio rural, nos encontramos con el último proyecto  de alta tensión de Red Eléctrica Española en Araba y Nafarroa. Este proyecto evacuaría la energía producida en las centrales de ciclo combinado de Castejón (Nafarroa) y las futuras de Lantarón y Miranda de Ebro hacia las zonas urbanas de Gasteiz e Iruñea. El resultado, un desbroce para las torretas de 25 metros de anchura durante kilómetros que atravesará una de las zonas menos humanizadas de Euskal Herria, la montaña alavesa y el parque natural de Izki. El abastecimiento energético industrial y las nuevas demandas (TAV) son los motivos que se esconden detrás de estos proyectos calificados por las clases dominantes como estratégicos y necesarios.

Un nuevo desafío que se avecina en el mundo rural es el hecho de la paulatina sustitución de los carburantes fósiles (petróleo) por carburantes de origen vegetal (agro-carburantes). Lo que en un principio pudiera parecer una evolución hacia las energías limpias y locales, tiene un lado oscuro que necesitará ser aclarado y denunciado. Los agro-carburantes, falsamente etiquetados como «bio» (biodiesel, bioetanol), nacieron como idea de auto-producción de combustible a través del reciclaje de aceites caseros mezclados con carburantes. Sin embargo, esta práctica paso de ser ilegal a convertirse en oportunidad de negocio de la industria «verde» (la industria automovilística, agroalimentaria y petroquímica) manteniéndose dentro de los margenes del actual sistema de dominación.

Cuestionamos lo de «verde» porque primeramente los «biocombustibles» necesitan de extensas superficies de tierra para ser cultivadas, vislumbrándose, como ya se ha denunciado en la Ribera Navarra, la reestructuración del campo de la producción de alimentos a la de energía. No hay que olvidar que estas explotaciones necesitan también de más tierras, recursos humanos, pesticidas, herbicidas y que implican un alto coste energético y económico que equivale a más deforestación, más erosión, incendios forestales, concentración de tierras, aumento de semillas genéticamente manipuladas, incremento de la precariedad laboral, más consumo de agua y menos tierras dedicadas a la producción de alimentos.

También supone un aumento de los desequilibrios sociales en el caso de los países pobres, que es donde se extendería esta producción, imponiéndoles un modelo agrario marcado por los intereses de los países desarrollados. Un dato que avala esta última hipótesis: según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) para sustituir sólo un 10% de la demanda actual de combustible en la UE, habría que dedicar el 70% de la superficie agrícola europea. Sumado a la circunstancia de la pérdida de tierras para producir alimentos (800 millones de personas padecen malnutrición crónica) nos encontramos con una reestructuración demasiado cara para mantener el ritmo de movilidad (automóviles y camiones) y de consumo industrial y doméstico.

Sobre recursos, infraestrcturas y vertidos

Un recurso cada vez más escaso y codiciado en cualquier latitud del globo es el agua no contaminada. El aumento de su consumo (industrial y doméstico) ha supuesto una alteración de los cauces fluviales, cuyo cénit se encuentra en la creación de nuevos pantanos. Los casos más graves los encontramos en el Pre-pirineo navarro, pantanos de Itoiz y Yesa, actualmente en fase de recrecimiento. En el caso de Itoiz, el motivo de inundar los valles del Irati y del Urrobi fue la construcción del Canal de Navarra. Además del grave impacto creado por los 177 Km en los que esta infraestructura divide Nafarroa, la contención y canalización de estas aguas viene a convertirse en un instrumento para la mercantilización de este bien común.

Su primera consecuencia, la reestructuración del campo en la Ribera Navarra entre quienes pueden pagar el agua y sus infraestructuras y quienes no. Estos últimos tienen que abandonar el campo en pro de una agricultura más productiva y especializada, por ejemplo la destinada a bio-carburantes. En menor medida, existen otros «pequeños» trasvases de agua, especialmente en la vertiente mediterránea de Euskal Herria. Sirva como ejemplo el de los ríos Inglares y Ega en la montaña alavesa, desviados hacia el regadío del monocultivo de vid en rioja alavesa y hacia la nueva demanda de las macro-urbanizaciones y campos de golf (Labastida, Laguardia, Oion, Biana…) Algo parecido sucedería en la Ribera Navarra con el agua del Canal de Navarra. (Urbanizaciones-campos de golf de Tudela, Arguedas, Fitero, Mendavia…)

Todo este saqueo de recursos supeditado al desarrollo económico y social no tiene visos de ralentizarse, sino todo lo contrario. Queda patente así que cualquier reestructuración económica y social, especialmente en el medio agrario, será justificada para mantener el actual modelo de crecimiento.

La explotación incontrolada de recursos al servicio del capital se ilustra perfectamente con el caso de las canteras. La función de horadar y vaciar los montes (con todas sus afecciones) para cumplir con las demandas de cemento y áridos necesarias en las nuevas infraestructuras y en la construcción. El aumento de mercancías (transporte) y personas (turismo) junto con el desarrollo urbanístico se han convertido en el pilar de toda política económica y se sustentan en la demanda masiva de cemento y hormigón. Un buen ejemplo del hambre de tierra que tiene la construcción lo podrían expresar los vecinos de Elizondo, Markina, Mañaria, Olatzagutia, Deba… Otra de las explotaciones de recursos más dañinos para los ecosistemas en Euskal Herria es la relacionada con el modelo forestal, que analizaremos más adelante.

Un consecuencia más del desarrollismo en las zonas rurales, y la más palpable por ejemplo en el conflicto del TAV es la exigencia de cada vez mayor superficie de suelo hormigonado para vías de transporte (autopistas, TAV, superpuertos, aeropuertos…). Eliminando tierra fértil, destruyendo ecosistemas, fragmentando y aislando poblaciones… dejando traslucir la preponderancia del mundo industrial y sus necesidades frente al mundo rural. Se trata de otro modelo sin visos de frenarse; basta un simple análisis de los proyectos futuros: autopistas (Beasain-Durango, Ampliación de la A-63 entre Biriatu y Baiona, Iruña-Jaca, Supersur, corredor del Urumea…), TAV (Corredor Navarro, Eje Cantábrico-Mediterráneo, Conexión de la «Y vasca» con Madrid, Dax-Behobia, Bilbao-Ferrol), de ampliación de aeropuertos (Noain, Hondarribia), y construcción del Superpuerto de Jaizkibel, Bilbao, Puerto de Mutriku… No pueden obviarse las grandes afecciones que suponen el movimiento de tierras y la creación de escombreras producidas por las grandes infraestructuras. Se calcula que la alta velocidad en EH va a provocar el movimiento de 65 millones de m3 de tierra.

Al expandirse el mercado capitalista, las distancias que los productos tienen que recorrer son mayores, justificándose así la construcción de todas estas infraestructuras y las que se seguirán proyectando. De este modo las zonas rurales se están convirtiendo en los vertederos de residuos producidos en las metrópolis, conclusión que extraemos si atendemos a conflictos como el de las incineradoras en Donostialdea (Zubieta-Txingudi). En este caso, quienes soportarían las emisiones contaminantes de la quema de basura serían las zonas «semirurales» de la periferia de Donosti. Otro conflicto similar podría situarse en Ugao con los residuos urbanos producidos en el Gran Bilbao y que utilizaría Cementos Rezola. Lo mismo sucedería en Noain y en Olazti en Nafarroa. Detrás de este rastro de contaminación y basura se esconde un gran negocio con la energía resultante, nuevamente camuflado como «energía verde».

El caserío industrial ya tiene label

Aquella visión bucólica de los campos y caseríos autosuficientes en Euskal Herria está a punto de extinguirse, si no lo hizo hace años. El establecimiento de una industria agro-alimentaria depredadora ha supuesto la reestructuración de las pequeñas unidades familiares en una agricultura intensiva, que tiene su cénit en el monocultivo. Esta política está impulsada por las grandes empresas agroalimentarias y de distribución como Eroski, Carrefour, Mercadona, Alcampo, etc. que controlan los precios, las condiciones y la producción. Mantienen así al agricultor y ganadero sumiso a los criterios de los mercados, subordinados por el consumo en las grandes ciudades. Sus consecuencias son la disminución de la población agraria, y su precarización, mayor dependencia de la energía y maquinaria, así como la perdida de sabiduría y de prácticas menos dañinas con el medio. El «necesario» uso de herbicidas, pesticidas, fertilizantes químicos, maquinarias… tiene un gran impacto negativo en el medio natural, con casos ya constatados de contaminación de acuíferos por uso de fertilizantes, de desequilibrio en los ecosistemas por el uso de insecticidas y demás agrotóxicos, y daños a la salud de los propios trabajadores expuestos a multitud de productos tóxicos.

La dependencia de la agricultura de los cada vez más rígidos criterios de producción industrial ha supuesto la aparición en los campos de un virus del que aún se desconocen sus futuras consecuencias: los Organismos Modificados Genéticamente. Los cultivos transgénicos suponen, a través de experimentos en laboratorios, la manipulación de sus componentes genéticos para una mayor productividad. Insertan en el organismo genes de animales u otras especies para adaptarlos a unas condiciones no biológicas (plagas, por ejemplo). Así se consigue encajar mejor los cultivos en la industria agroalimentaria sin beneficiar a agricultores o consumidores.
 En Euskal Herriak la división territorial impone que existan diferentes políticas con respecto a los transgénicos, pero con un fondo parecido. Mientras la CAPV ha sido declarada testimonialmente como Zona Libre de Transgénicos, esto no ha supuesto la total desaparición de ellos, en primer lugar, porque siguen utilizándose en cultivos experimentales, la mayoría del propio Gobierno Vasco (con la problemática de la contaminación a cultivos próximos) y segundo, porque en ganadería se siguen utilizando los piensos transgénicos. Por otra parte la declaración de zonas libres de transgénicos no evita la comercialización masiva de estos productos en los supermercados. Por otro lado en Nafarroa se contabilizan numerosos cultivos transgénicos, mientras que en Iparralde, donde sí existe una oposición real, esta se acaba de topar con una nueva ley que reglamenta la utilización de estos (asumiéndolos y aceptándolos) a la vez que penaliza las prácticas de oposición. El denominador común serán las directivas pro-transgénicas de la Unión Europea, bajo control del lobby de la industria agroalimentaria y de la biotecnología.
 
 A este panorama nada alentador para la agricultura tradicional y autosuficiente, es preciso sumarle el de la apropiación por parte de las multinacionales de las patentes de semillas, lo que impide al agricultor mantener los cultivos de toda la vida sin interferencias comerciales. Este control por parte de las empresas agro-industriales de las técnicas de cultivo (maquinaria, agro-tóxicos…) se haría ilimitado con la implantación de los cultivos transgénicos, ya que estos vienen asociados a la utilización de algún herbicida o plaguicida concreto que normalmente pertenecen a la misma compañía, como sucede con las semillas Roundup Ready, resistentes al herbicida Roundup (ambos de Monsanto).
 
La desaparición de las formas antiguas de cultivar la tierra se ilustra con la aparición de las Agroaldeas, fenómeno que ya se ha iniciado con fuerza, especialmente en la zona de Donostialdea. Las Agroaldeas son una especie de pabellones industriales a modo de invernaderos donde se produce artificialmente (cultivos hidropónicos) en condiciones no biológicas para la planta (acorta los ciclos, cultivos sin respetar sus épocas, inyección de abonos químicos, selección de la forma, color y sabor del fruto…) Lo más curioso, y preocupante a la vez, es que las plantas ya no necesitan de suelo para poder desarrollarse, también es  conocida como «la agricultura sin tierra». La artificialidad de la vida da un paso más apoyada vía subvenciones por Gobierno Vasco y Diputaciones, donde otra vez las empresas multinacionales del sector controlan las tecnologías, fertilizantes, substratos… convirtiéndose definitivamente el agricultor en mero productor de alimentos o en supervisor de las maquinas que los producen.

El caso de la ganadería no es más alentador. Principalmente porque la simbiosis agricultura-ganadería ha desaparecido en favor de la estabulación del ganado. Desde tiempos inmemoriables se trabajaba la tierra con animales, estos se alimentaban de ella y potenciaban su fertilidad. Ahora la ganadería se ha intensificado de forma que los animales son excluidos de su medio y tratados masivamente en condiciones atroces. Comprobado queda con la desaparición del pastoreo tradicional en detrimento de la ganadería intensiva en factorías cárnicas y lácteas. Por otra parte, la necesidad de producir masivamente también ha supuesto una mejora genética o selección artificial, excluyendo a las razas autóctonas. Nadie se asombra hoy ya de la aparición de un nuevo mal patógeno en los animales, sea «vacas locas», «gripe aviar» o «lengua azul», causado directamente por la utilización de los animales como medio rápido de producción para el mercado agro-alimentario. Hay que confirmar también las graves repercusiones en la salud humana de estas prácticas agro-ganaderas aunque no las analicemos en este texto.

Con todo ello en contra, los agricultores y ganaderos que pretendan vivir de la tierra tienen que superar las interminables trabas burocráticas y técnicas que sirven como criba, a fin de seleccionar las explotaciones mejor adaptadas al mercado, agro-alimentario, claro. Hablamos de todos los pasos para poder etiquetar los productos como Denominación de Origen, Eusko label, Producción integral o Agricultura ecológica.

El sector primario se ha convertido en uno de los pilares de la economía globalizada con una gran vocación exportadora, principio básico de la Política Agraria Común europea (PAC). Para ello se exige tecnología en aras de un desarrollo productivo, impulsando la concentración de explotaciones y la desaparición de las más pequeñas. La importancia de cada vez mayores inversiones para superar los requisitos técnicos es una de las bazas de las administraciones para controlar a través de las subvenciones, el modelo agrario que quiere. Con esta filosofía, el Departamento de Agricultura del Gobierno vasco hace su apuesta por este modelo a través de Itsasmendikoi, Gaztenek y Lurranek. Los primeros son organismos encargados de la formación de los futuros profesionales del mundo rural, primando en su discurso la competitividad y rentabilidad de las empresas y que aboga por la industrialización del mundo agrario como único camino posible (hidropónicos, agrotóxicos, agroaldeas, tecnificación, biodiesel…). El último es un ente creado como banco de tierras para jóvenes agricultores y que realmente se esta utilizando para gestionar las expropiaciones agrarias para infraestructuras como el TAV.

Igual de mal parados quedan los defensores de la pesca tradicional al toparse con la industria conservera. El resultado, una flota en tierra observando los antiguos caladeros colapsados y agotados. ¿A quién culpar como responsable? En bajura el incremento de infraestructuras (puertos, urbanizaciones…) y la contaminación por residuos (en gran parte por fertilizantes agrarios) no deja mayor esperanza para este sector que sobrevive también gracias a las subvenciones institucionales.

Bajo la sombra del pino

Detrás de un discurso ambientalista, paisajista e incluso conservacionista se esconde la industria forestal, especialmente en Bizkaia y Gipuzkoa. De las aproximadamente 240.000 hectáreas de bosque de estos dos herrialdes, 160.000 serían de plantaciones con destino a la industria forestal: madera, serrín, papel, pasta para aglomerado… Prácticamente son dos las especies utilizadas, Pino radiata y Eucalipto; ambas, especies exóticas, de rápido crecimiento y rápido empobrecimiento del suelo. Por ello mismo, una plantación de eucalipto necesita ser abonada varias veces en sus 12 años de vida.

El único método utilizado para estos tratamientos es la «matarrasa», que viene a ser la eliminación de todos los componentes vegetales que tienen raíz en la tierra, de forma totalmente mecanizada. De esta manera se incrementa la erosión del suelo, la eliminación total de flora y fauna y los cambios en los sistemas hidrológicos. Debido a la competencia barata de la madera de países del tercer mundo, este sector tan importante para la supervivencia del «nuevo mundo rural vasco» esta siendo fuertemente subvencionado por las instituciones, especialmente por las diputaciones y necesita de mano de obra cada vez más precaria. Cuestión indispensable para competir en un mercado internacional marcado por la destrucción de los bosques tropicales, el expolio a los pueblos indígenas y la explotación de millones de trabajadores.

Como lavado de cara para esta industria surgieron, a iniciativa empresarial y de ONGs ambientalistas, los sistemas de certificación de sostenibilidad (FSC y PEFC). El objetivo era incorporar la industria forestal a la moda del etiquetado verde, a condición de que cada empresa o plantación cumpliera con unos criterios que el lobby maderero decide. Así, mientras una empresa alardea de cumplir con estos objetivos de sostenibilidad (medioambientales y sociales) en Europa, en cualquier punto del planeta podrá estar cometiendo verdaderas atrocidades sin coste económico o moral ninguno.

De cualquier manera, calificar como sostenible el modelo forestal que atesta las montañas vascas es decir mucho. A las afecciones anteriormente mencionadas podríamos añadir la desecación de manantiales y la segregación de componentes tóxicos por el uso del eucalipto, la acidificación del suelo causada por las plantaciones de pino o el uso indiscriminado de fumigaciones aéreas para combatir plagas como la procesionaria, entre otras. Las miras empresariales parecen estar puestas en la utilización futura de la madera de los bosques vascos en la producción de bio-energía, a través de su quema industrial.

 El mismo denominador común en cada monte y valle, la transformación total del ecosistema y de los usos populares para alimentar el hambre de producción de la industria, del consumo urbano de energía y de los derivados de la madera. La privatización de los montes y su abandono, al no resultar rentables puede suponer también un fuerte riesgo de incendios forestales e imposibilita a la población obtener un uso de estos montes, como ha sucedido en el valle del Roncal.
 
La implantación de este voraz modelo forestal no se puede disociar de la propia actividad del baserritarra, quien obtiene importantes beneficios extra por su gestión. Sin embargo, mientras determinadas prácticas forestales provienen de conocimientos acumulados durante miles de años, estos cultivos industriales representan el icono por excelencia del ansia de beneficio rápido, que ha calado ampliamente en el medio rural.

Desarrollo rural, ocio y especulación

Si comentábamos que los transgénicos eran un virus aparecido recientemente en los campos agrícolas, podríamos decir que el ocio-turismo rural es la patología crónica encargada de destruir la estructura social y física de estos espacios. El ritmo desenfrenado de vida en la ciudad (estrés, ansiedad, depresiones…) convierte a las zonas rurales-naturales en los remansos de fin de semana para la parte de la población urbana agraciada con una segunda residencia. Esta enfermedad del suelo rural, que tiene como secuelas crónicas la conversión de la tierra en asfalto y hormigón, se ha extendido a todo el territorio (litoral, montaña, llanura). Ejemplos sobrecogedores como los casos de Andramari en Getxo, Bakio, Ablitas, Pirineo navarro, Iparralde, Zarautz, Rioja alavesa, Altza-Pasaia… pueden ser estudiados con el mismo prisma con  que se analiza la especulación urbanística en las ciudades.

Macro-urbanizaciones, reconversión del caserío en chalet, hoteles, puertos deportivos, estaciones de esquí, campos de golf con su club social… vienen a sustituir los antiguos usos primarios del suelo por la implantación de un sector de servicios que gestiona la muerte del mundo rural o natural. Así la población rural se hace dependiente de los «nuevos trabajos» (hostelería, jardinería, asistencia social…), fomentando la desaparición de los saberes tradicionales, depositados en el conocimiento del medio y su aprovechamiento, sin poner en peligro el equilibrio de la vida sobre el planeta. Las necesidades de ocio de la clase urbana no conocen límites, como deja a las claras el incremento imparable de proyectos de campos de golf, todos ellos con sus urbanizaciones de lujo, especialmente en la ribera Navarra y Rioja alavesa, zona con importantes carencias de agua. Por otra parte, las políticas de desarrollo rural no sirven sino para fortalecer este modelo imparable de destrucción.

Así, por ejemplo, estos planes vienen marcados por actuaciones como desarrollo de equipamientos y servicios. El último programa de desarrollo rural del gobierno de Lakua (2008-2013) ya no está dirigido a frenar el despoblamiento rural, sino que su prioridad será catapultar el turismo rural. Según esta concepción institucional del desarrollo, el acceso a internet es el mejor ejemplo de la mejora de la calidad de vida en el mundo rural.

En este sentido, los pequeños reductos donde se mantienen los espacios más o menos naturalizados son trasformados en zonas de reserva (biotopos, parques naturales…) convirtiéndose en espacios de disgregación de un turismo «verde» procedente de las ciudades. Entendemos que lo que se produce es un efecto de mercantilización de la naturaleza en el que las instituciones se apropian de estos espacios (legislando, controlando a través del uso público de los espacios naturales) limitando el uso a la población local, que en gran parte es la que lo ha mantenido naturalizado hasta entonces.

¿Estamos sembrando oposición?

Estamos asistiendo en los últimos años a un suave, pero continuado aumento de la conflictividad en defensa de la tierra o del territorio, muy especialmente en el ámbito que conocemos como rural (ámbitos físico y social). Este fenómeno se aprecia por el surgimiento de numerosas plataformas y grupos a nivel local de oposición a nuevas amenazas que el capital proyecta para su continuo crecimiento. Contra infraestructuras como superpuertos, parques eólicos, canteras, incineradoras, centrales de ciclo combinado,… y contra lo que ha venido en llamarse el «urbanismo desaforado».

Si bien estos conflictos sirven en la mayoría de los casos para canalizar cierta crítica al sistema, se observa una falta de motivación en aunar todas ellas en una verdadera crítica al modelo social y económico. En primer lugar porque estos discursos se tejen como un alegato ciudadanista o sectorial (derecho a decidir del pueblo, argumentos de afecciones a la salud, ambientalistas…) que difícilmente se amplían a una crítica más global que pudiera entrelazar y coordinar el conjunto de nocividades que nos llevaría a un estadio de análisis y lucha más frontal. En muchos casos la raíz del problema es la propia estructura de estas plataformas, en las que prima el discurso de dirigentes al debate de las bases (en el caso de que las haya), primer escenario para una posible negociación con las instituciones

Como excepción positiva se antoja obligatorio señalar el caso de Bakio, donde la Gazte Asanblada convocó en mayo de 2007 una manifestación, cuyo manifiesto final entrelazaba claramente el ejemplo urbanístico de su pueblo junto con la aparición de nuevos proyecto eólicos, el pantano de Itoitz o el TAV. Un discurso que, por lo frontal, negaba las propias condiciones de acercamiento a la lógica ciudadanista de diálogo en defensa de lo local.
En su momento, aprovechándose de estas dinámicas, surgió en Euskal Herria una plataforma (Asamblea de Pueblos Afectados por el Urbanismo Salvaje y la Especulación) apadrinada por el grupo ecologista Eguzki, cuyas intenciones, viendo los resultados, parecen ser más las de no perder la apariencia en la defensa del territorio, que realmente crear en los pueblos un verdadero sentimiento y discursos antidesarrollistas que impulsen una coordinación real que sirva para agitar aún más estas luchas.

Centrándonos en la defensa de lo rural y tras experiencias positivas de grupos como Akuilu (agrupación de jóvenes agricultores), nos encontramos con que el discurso más radical en defensa de la tierra ha quedado en manos del sindicato agrario EHNE. Su discurso contra la agricultura intensiva e industrial, contra los procesos especulativos que artificializan cada vez más superficie de tierra fértil o contra los transgénicos, está limitado por el propio ámbito de actuación del sindicato: la defensa de los intereses de sus propios afiliados. Esto impide una crítica en profundidad del modelo de vida rural, como hemos ilustrado antes en el caso de las plantaciones de pino. La canalización de sus luchas bajo los parámetros legalistas: alegaciones, subvenciones, declaración de zona libre de trangénicos, y las propias alianzas (UAGA, COAG, Red por un tren social…) sirven de freno para progresar en ese debate.

Otras experiencias que no pueden obviarse serían los pueblos okupados (Nafarroako herri okupatuak, Galdames,…) que significarían un avance cualitativo en estos discursos por la aplicación de formas de organización antiautoritarias y asamblearias. Quizás los límites de estos espacios para ampliar sus discursos y sus prácticas residan en su aislamiento geográfico y en los propios problemas de convivencia que ralentizan las dinámicas de estos grupos. Sin embargo, sus implicaciones en luchas como contra el pantano de Itoitz, dan constancia de la compatibilidad entre autoorganización y defensa de la tierra.

Otros fenómenos como las Ekoaldeas o la Permacultura, con poca implantación, son fenómenos que pueden ser fácilmente asimilables por el sistema a través de modelos de ocio como el agroturismo o eco-turismo, que impiden el logro de la autosuficiencia, además de crear fórmulas de dependencia.

Las redes que se están creando en muchos pueblos y ciudades en torno a los grupos de consumo responsable son un indicador de que algo está cambiando en defensa de un modelo de producción y consumo local, que sirva de freno al gran movimiento de mercancías y a la especulación de los intermediarios de alimentos. Mientras en los pueblos estas redes de intercambio son impulsadas por los propios agricultores, surgiendo prácticas de apoyo, colaboración, etc., los grupos de consumo urbanos tendrían unos límites marcados por el mismo hecho del aislamiento que produce la ciudad, la falta de comunicación con los agricultores y el desconocimiento de sus realidades, además de la necesidad de intermediarios que en muchos casos se convierten en grandes empresas de distribución ecológica.

A ello hay que añadir la problemática creación como eje vertebrador del rol de «consumidor» y la diferencia de intereses personales entre los integrantes de estos grupos, que van desde la mera apetencia (en función de la capacidad económica) de acceso a un consumo «sano y de alto standing»  a la necesidad de politización y problematización de la cuestión en términos colectivos. Surgen de esta forma dinámicas en estos grupos que, a priori comparten discursos anticapitalistas, que impiden avanzar en el cumplimiento de objetivos más políticos, limitándose a un mero acercamiento a favor del consumo ecológico, lo que niega su implicación en mayor grado en las luchas contra el sistema y en coordinar los mecanismos de solidaridad campo-ciudad basados en el apoyo mutuo, el respeto y conocimiento.

De esta forma parece lejana la vertebración de un verdadero movimiento agroecológico si este se estanca en modelar ciertos ámbitos de consumo. De la misma manera, si las pequeñas luchas locales contra el desarrollismo encuentran los medios de canalizarse en un discurso más vertebrado, y a la vez autónomo que sirva de nexo, estaríamos más cerca de proporcionar un buen golpe al sistema, por ejemplo parando el TAV. Por otro lado es trabajo de todos el rescatar las prácticas agrarias de las manos de las empresas agroindustriales y de sus gestores y máximos mecenas, las instituciones.

Asamblea contra el TAV*
(Texto de debate para la quincena antidesarrollista: 10-23 de diciembre de 2007)

* Tren de Alta Velocidad http://es.wikipedia.org/wiki/Tren_de_alta_velocidad

fuente: www.nodo50.org/ekintza

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Contra los dirigentes

Publicada el 12/02/2009 - 31/01/2018 por raas

Contra los dirigentes
y sus cátedras esquematizantes
emprenderé mi furia invisible
sin nombre ni bandera
allá donde haya algún venerador del dinero
yo estaré para despertarlo del sueño,
ese largo camino hacia su empobrecimiento,
sin ansias de discutir cosas
que no se quieren cambiar.

Contra los empresarios y sindicalistas
y sus guardianes del espionaje
apuntaré mis ideas vitales,
contra el mafioso y patoteril centralismo
y su muerta democracia falsa y oblicua;
en guerra estoy indefinidamente
contra el poder de las estatuas vivas
establacidas por normas cobardes
y efímeras, aunque antiguas.

Contra los dirigentes y los partidos
el orden y el progreso,
(la costumbre mansa de obedecer)
dirigiré mis cañones.
Contranatura de inteligencias,
eso es una empresa, eso, un gobierno
una fiesta de las cosas ocultas
nunca admitidas en público,
un despilfarro de optimismo
por el trabajo de otros.

Contra la evanescencia de tu poder,
arrojaré mi venganza fatal
y cuando no tengas protección,
romperé los vidrios del espejismo
teleológico de siempre y abriré
las jaulas humanas de la esperanza
sin fe ni ternura, pero con dedicatoria:
una marca de fuego en tus huesos dejaré.

Anónimamente escupiré tu plato favorito
rodeado de falsedades excéntricas
y objetos de lujos interminables
envenenando tus pensamientos e ilusión.
Contra el parlamentarismo
y sus fiestas de nunca acabar
sellaré el partido a mi favor
jugando bien y tocando siempre
sin ser marcado ni agarrado.
Romperé la luz de tus ojos
cuando sea todavía temprano.

Contra las escuelas de exterminio
llevaré, también, la palabra de los siglos por venir
en la pesada mochila del pasado
quebrando las gramáticas oficiales
con mi lanza afilada y sagaz.
A caballo por la ciudad perdida en la bomba,
(donde ya no caen las hojas)
allí donde la máscara sea indispensable,
jugaré mi última carta de despedida
la furia de los exiliados del caos organizado
asaltaremos, sin más, sin ruido y con pompa
los cuarteles del consumo.

Contra los detentores del palacio
un objeto de plata en tus ideas dejaré
como para sacar conversación
y después me iré sin decir nada
combatiendo sin cesar
la serie y los ejércitos de esclavos
en sus disfraces camuflados de complicidad e idiotez.
Porque la legalidad será un cuento
y las fronteras meras ilusiones ópticas.

No hay mejor ataque que una buena sorpresa
con una defensa ordenada y calma
contra la idea de acumulación y ostentación,
hablaré sin decir en cada punto del rizoma
para poder golpear y huir en las cimas de lo corporeo
y diluirme en la vasta red del otro mundo.
No seré visto por cámara alguna
ni sistemas de detección avanzados
porque devine en sombra y silencio.

Jugaré mi carta contra la masa y
la sociedad de usos y creencias premoldeadas
de repeticiones y mecanismos ajenos
hasta el epílogo del partido,
y contra tu necesidad de poseer más.
La sociedad del espectáculo debe perecer:
con hechizos, meditación y fuego lo intentaremos.

No descansaré nunca, empero, porque otra seré
sin cuerpo y sin rostro; en la selva vertical,
en tus territorios, en la radio, en tu nido,
en los árboles, en tu linterna y en tu fusil
pero llegaremos muy antes para saludarte
las cámaras no percibirán nada
porque habrá penumbra y raras figuras difusas
y tus perros no nos verán llegar,
porque los muertos ya estamos muertos.

raas / raas@riseup.net
verano de 2009

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La ciudad invernadero

Publicada el 25/01/2009 - 31/01/2018 por raas

Las reflexiones y abordajes críticos al fenómeno de la ciudad contemporánea han sido un tema recurrente en los últimos años desde el campo de la sociología, la antropología y la filosofía, haciendo especial hincapié, por lo general, en los efectos que los cambios económicos del capitalismo de la información han tenido sobre la vida urbana en las ciudades globales o megalópolis.

Con diferentes nombres-concepto se ha intentado encerrar en el siempre tranquilizador lenguaje teórico lo que no es sino una amalgama confusa de acciones políticas, configuraciones espaciales espectaculares, profundos cambios en la percepción y en la vivencia del espacio urbano y, sobre todo, el lento pero seguro surgimiento de un tipo de vida urbana que en nada se parece al propio de la ciudad moderna-industrial, si bien ésta continúa existiendo en el paisaje urbano como ruina y a través del recuerdo de la generacion que contribuyó a su construcción. En las últimas décadas el urbanismo, entendido éste como el planeamiento de la ciudad, ha sido abandonado casi completamente (como proyecto integrador y consciente) en manos de multinacionales de la construcción con las consecuencias conocidas por todos: edificación indiscriminada de viviendas, superinflacción de los precios, desarrollos incontrolados en las periferias, precarización del empleo, terciarización de la ciudad y corrupción política.

Desgraciadamente, las consecuencias de esta generalización de la ideología del beneficio rápido y para todos (también para los llamados pequeños inversores que se han tragado el cuento del Capital) se empiezan a notar ahora en forma de crisis económica y de «desinfle» de la eufemísticamente llamada «burbuja inmobiliaria», mientras las instituciones económicas globales y sus defensores en las instituciones hacen todos los esfuerzos posibles por suavizar el problema. Aunque desde el punto de vista económico, al parecer, se puede afirmar el final de un modelo, desde el punto de vista de los modos de vida en el espacio urbano contemporáneo estamos en el comienzo de nuevas formas de socialización y de alienación de (y en) este espacio, lo que equivale a decir nuevas formas de control del espacio y de dominación política.

El espacio urbano

Herederos como somos de una tradición de pensamiento idealista y profundamente antimaterialista es evidente que el abordaje teórico de la cuestión urbana desde premisas bien diferentes debe ser un pensamiento del afuera tanto como de la corporalidad y del espacio, ya que desde nuestra posición histórica y autoconsciente el cuerpo ha pasado a ocupar uno de los filones críticos más interesantes para reflexionar sobre los cambios urbanos y las transformaciones sociales. La concepción político-institucional del espacio urbano es heredera de la concepción idealista que ve en éste sólo sus cualidades cuantificables, lo cual permite la puesta en práctica de la misma en el diseño urbano de las ciudades. Por otra parte, esta concepción del espacio urbano como un no-lugar, es decir, como el espacio que hay que ocupar puesto que está vacío, es la que también sostiene la episteme sobre la que se fundan los proyectos de construcción de viviendas, edificios emblemáticos, plazas, infraestructuras de transporte, etc.

Es decir, política y capital no coinciden sólo por interés estratégico, sino, fundamentalmente, porque comparten una concepción de la ciudad en la que la vida urbana es ignorada, tal y como muestran una y otra vez las maquetas con que se presentan todos y cado uno de los proyectos de «renovación» urbana: En estas construcciones en miniatura aparece la ciudad soñada por la política de la dominación, una ciudad en la que todo (y todos) responden con disciplina a la vida que para ellos ha sido diseñada desde un lugar (la perspectiva del mirar es aquí fundamental) que sólo puede corresponder a un demiurgo de lo social. Ciudad siempre blanca, higiénica y aséptica, en la que los edificios siempre representan una magnitud superior a la de las personas que, cuando las hay, siempre aparecen en amable e inofensivo paseo. Podríamos decir, sin temor a exagerar, que la ciudad contemporánea es eso y nada más en las cabezas de quienes las sueñan y las construyen después.

Las consecuencias sociales de la puesta en práctica de este sueño urbano de la élites se han dejado sentir desde hace décadas en todo el mundo. Aunque las diferencias nacionales y locales han hecho que el modelo tenga sus particularidades y desarrollos diferentes y específicos, resulta posible definir un modelo general que permita comprender los procesos de exclusión social, destrucción del espacio, generación de iconos urbanos y construcción de un espacio sometido a la vigilancia y el control. Giandomenico Amendola definió muy acertadamente este modelo con el nombre de ciudad posmoderna.

El fundamento económico del mismo es la mercantilización del espacio urbano y la búsqueda de beneficios gracias a la puesta en venta de la ciudad como imagen-marca. Para que esta transformación pudiera iniciarse era necesario que previamente la ruina, el deterioro y la crisis económica hubieran afectado de un modo definitivo a la ciudad, tanto en su aspecto físico como por lo que respecta al siempre inexplorado campo de la emoción y el sentimiento de sus ciudadanos. Sin un sentimiento de derrota y una invencible apatía política nunca hubiese sido posible desplazar poblaciones, destruir los edificios vinculados al pasado más reciente y hacer que nuevos relatos urbanos fueran creídos, aceptados y repetidos por todos de manera entusiasta.

La huida del centro urbano que, como consecuencia del propio desarrollo de la ciudad industrial, se había convertido en lugar de residencia para las clases trabajadoras (cuya desesperada condición denunciara Engels anticipando las reflexiones del urbanismo de izquierdas) hizo que la expansión hacia las periferias (el fenómeno de la suburbanización) de las clases medias se convirtiera en el leit motiv para un pensamiento profundamente negativo en torno a la ciudad.

El miedo urbano hace su aparición como una mezcla de mitos, realidades y sospechas sobre los peligros que encerraba el centro urbano y, sobre todo, sus habitantes. La utopía de un espacio de seguridad se solapa con la necesidad de poner tierra de por medio, en forma de muros, consenso y zonificación residencial. Las islas urbanas, también llamadas Edge Cities, surgen como comunidades socialmente homogéneas cuyos servicios son asegurados por el capital en forma de centros comerciales, centros financieros, etc. Este modelo de ciudad cambia en torno a los años 80 debido a causas económicas y políticas derivadas de la expansión mundial de los mercados. La fase expansiva de la ciudad concluye y se inaugura otra de recuperación de los centros urbanos por parte de las clases medias por medio de toda una serie de políticas urbanísticas encaminadas a una «vuelta al centro» que tendrá en el diseño urbano y en la gentrificación la excusa para desplazar a las clases trabajadoras y/o marginales a los espacios residuales de las viviendas en bloques.

Este proyecto de reencantamiento urbano nunca hubiera sido posible sin la consolidación de la economía simbólica y el capitalismo de la información que supusieron una mutación estructural y cultural de importantes consecuencias en el espacio urbano. Por un lado, el centro se recupera como espacio privilegiado en el que las empresas instalan sus centros de decisión y mando, al compás del desmantelamiento de viejas fábricas y demás infraestructuras de la ciudad industrial agónica. Por otro, la progresiva consolidación de un nuevo tipo de experiencia urbana nos acerca a una mitología sobre la ciudad en la que los medios de masas (el cine, la televisión, la red) han acercado la posibilidad de una conciliación del sueño y la realidad (o una confusión de ambos estados) que se plasman en la apología de la arquitectura del capricho en la que el capital hace posible que la vida urbana se establezca sobre un lecho de deseos (o de narcosis) narcisistas que sólo pueden ser puestos en práctica para la minoría habitante de los centros y que se convierten en espectáculo urbano a los ojos de todos cuantos pierden el espacio de su infancia.

En este sentido, el enorme poder e influencia de los arquitectos contemporáneos en el diseño de las ciudades debe ser visto como una muestra de una radical mutación de las categorías políticas y de la percepción del mundo en que vivimos. Ya no se trata en lo fundamental de construir edificios con una función determinada (la praxis de la arquitectura durante siglos) sino de proyectar en la ciudad las imágenes del mundo de los sueños como un anuncio de un porvenir lleno de buenos presagios e indiferencia ante la rudeza de lo real. La seducción de las formas contra la aspereza de un mundo que se rechaza. Quienes pueden permitírselo, lo pagan.

La experiencia en la ciudad posmoderna es un habitar en lo incierto, en la falta de identidad, en el fragmento y en la velocidad. Ha sido el filósofo y urbanista P. Virilio quien más acertadamente ha señalado las consecuencias de este modo de organización de la vida, así como sus peligros más inmediatos: la desaparición de la geografía y de la posibilidad de establecer un vínculo con la naturaleza (con la humana, propiamente). La permanente confusión entre el mundo de las imágenes y la realidad es la nota característica de muchas de las grandes aglomeraciones urbanas de nuestros tiempos.

En sus espacios (¿calles?) es difícil distinguir el simulacro urbano de la ciudad misma, la imagen publicitaria lo invade todo, la experiencia del ciberespacio se hace cada vez más presente. Es imprescindible estar conectado permanentemente para habitar en el sueño de la indiferenciación digital. Sin embargo, este sueño es sólo una parte muy pequeña del mundo de las realidades contemporáneas contra el que se levanta: Pobreza, miseria, desmantelamiento del estado de bienestar, terrorismo empresarial, exclusión, vigilancia, violencia institucional… Precisamente la realidad.

El pacto colectivo de simulación en que vivimos en las ciudades del primer mundo se funda sobre un miedo atávico a lo real que la globalización informacional ha venido a solventar por medio de la constitución de un espacio interior autoinmune cuyas fronteras psicopolíticas nos aislan definitivamente de una exterioridad peligrosa. P. Sloterdijk ha trazado la genealogía del concepto «esfera» (y de la propia globalización como extensión del principio-esfera) desde la antiguedad clásica hasta nuestros días, poniendo de manifiesto la necesidad de una aproximación genealógica y psico-política a los fenómenos contemporáneos que con tanta histeria se analizan en la literatura «especializada».

En su definición del espacio capitalista de mundo, Sloterdijk afirma que éste «no constituye una estructura coherente alguna; no es una magnitud semejante a una casa-vivienda, sino una instalación de confort de cualidad semejante a un invernadero o a un rizoma de enclaves pretenciosos y cápsulas acolchadas.» Un invernadero en el que lo público hace ya mucho que deja de ser un concepto político que se refiera a los espacios urbanos centrales (desde un punto de vista tanto local como global) puesto que la exterioridad era su posibilidad misma. Sólo en aquellos lugares en que la cobertura afloje o sea inexistente es posible encontrar aún vida urbana y posibilidad de vida política, tanto en los espacios urbanos de los países ricos como en los de los países pobres cuya acelerada urbanización merece un análisis aparte.

Bilbao transformado

Si uno escucha con atención las declaraciones políticas que desde la inauguración en Bilbao de la franquicia Guggenheim se han hecho en torno a la necesidad de no perder el «tren del progreso» caerá en la cuenta de la indisimulada pretensión de hacer de la ciudad en su conjunto un centro atractivo para el capital, al precio que sea. En el caso concreto de Bilbao, los llamados proyectos urbanísticos han consistido en la edificación de artefactos arquitectónicos de firma, productos del capricho de los arquitectos de moda en el escaparate internacional. En torno a estos edificios se ha optado claramente por la constitución de un espacio donde la mercancía (desde el propio edificio como objeto de contemplación económica) sea omnipresente y accesible a los bolsillos más pudientes. En lugar de contemplar a la ciudad como el conjunto de sus habitantes y de sus necesidades sociales, esta pragmática del ladrillo ha hecho del diseño urbano la herramienta con la que grandes beneficios empresariales han robado el suelo público a sus moradores, obviando cualquier consideración que la meramente económico-espectacular.

Las estrategias de seducción puestas en marcha por los gestores de la operación (Gobierno Vasco, Ayuntamiento, Bancos, constructoras) no se hicieron esperar y fueron dirigidas, en lo fundamental, a una ciudadanía que había asistido impotente y desconcertada al desmantelamiento del tejido industrial y que se encontraba sumida en una neblina de incertidumbre y confusión: El Bilbao industrial y todo lo que contribuyó a la formación de una identidad urbana colectiva (aunque escindida en clases o, si se prefiere, en las dos márgenes de la Ría) se desvanecía súbitamente ante los ojos asombrados de todos. Este momento de crisis se mostró, a la larga, como el motivo psicológico fundamental esgrimido por los adalides del museo, desde políticos, periodistas y financieros oportunistas para ofrecer a la ciudadanía un sueño de renovación y un futuro de oportunidades (eslogan del capitalismo de la seducción) que les sacara de la crisis que las ruinas industriales del pasado, tan presentes en el paisaje urbano de Bilbao, no dejaban de recordarles.

Sin embargo, se trataba de otra cosa bien diferente que de la sola instalación de un museo en una u otra ciudad de Europa, en este caso Bilbao. De lo que se trataba era del inicio de una gran operación económico-urbanística que, a la vista del jugoso pastel inmobiliario cuya primera porción se comió el propio museo, iba a transformar el espacio industrial degradado y en desuso de la ribera de la ría en una zona residencial de lujo y ocio cultural que inaugurase una nueva centralidad urbana atractora de turistas y, por supuesto, de grandes inversiones. Es decir, asistimos al surgimiento de una nueva sintaxis arquitectónica (e incluso, política) y de una nueva estética urbana que sigue la pauta de lo que los economistas eufemísticamente denominan Marketing urbano, lo cual no es más que un tecnicismo de especialistas que encubre descaradamente la privatización del espacio público, el servilismo de los políticos municipales y la entrega de espacios urbanos a la empresa privada para su gestión mercantil.

La consolidación en este nuevo centro de un espacio de seguridad y de control (cuyo paradigma, como es bien sabido, es el metro de Bilbao) es la consecuencia directa de su característica principal, el hecho de haber desalojado permanentemente la vida urbana de su interior o, en otras palabras, de haberse convertido en un interior en sí mismo, en un invernadero al aire libre donde cuanto ocurre refleja el sueño con que fue concebido: el pasear anodino e inofensivo de quienes habitan estas maquetas es cuanta acción se espera de un lugar en el que el conflicto, la vida agitada e inquietante de la calle han sido proscritos. Por un lado, por la propia existencia de una vigilancia y de un control policial de estos espacios para la gente de bien que atraída por la imagen de ciudad «moderna» la visita y la consume; por otro, por la interiorización que los habitantes de la misma hacen con respecto a la disciplina corporal necesaria para acercarse a contemplar las maravillas del lujo y de la vida que tienden a desear para sí en un futuro mejorable. Unos y otros como asépticos y blancos ciudadanos en miniatura.

Ante el acoso de este mal llamado urbanismo, se impone la necesidad de dar una respuesta crítica a la despolitización de la ciudadanía y al deterioro del espacio público urbano (que es, en esencia, político), que son la desgraciada consecuencia del acoso que el capitalismo internacionalizado ejerce desde hace décadas sobre la ciudad, así como poner el énfasis en la profunda imbricación de los procesos de generación de capital con el surgimiento de un modelo de ciudad volcada hacia la vigilancia-espectáculo o el espectáculo vigilante.

La progresiva mercantilización del objeto ciudad y la consolidación de la economía simbólica son fenómenos coextensivos a la creciente complejidad informacional del mundo, al menos en los países ricos, así como a un creciente aislamiento social en zonas protegidas y vigiladas. La generación de una ciudad-residuo como contraparte a la lógica de la exclusión pone en evidencia la panoplia de desigualdades sobre las que se levanta la ciudad contemporánea, así como los procesos de invisibilización puestos en marcha en contra de los excluidos del sueño urbano. Además, tal y como vienen a demostrar los hechos más recientes (cierre de gaztetxes, planes para el mercado de la Ribera, Zorrozaurre) las consecuencias sociales de este modelo de ciudad muestran con evidencia su solapamiento con una apuesta política por la represión de la participación ciudadana (más allá del puntual maquillaje de las izquierdas gobernantes) en la toma de decisiones sobre la ciudad, así como de los colectivos ciudadanos de todo color que durante los últimos 25 años han propuesto modelos alternativos de hacer y de construir la ciudad sobre bases más sociales, ecológicas, solidarias e igualitarias.

El desenfrenado «fin de fiesta» capitalista (a la vista de una crisis de ciclo cuyos sostenedores, animadores e instigadores son los mismos que ahora querrán aconsejarnos sobre medidas de contención, ahorro y etc.) supone un derroche intolerable e injusto que, en lo que respecta a los planes de futuro, puede suponer la pérdida de un gran número de espacios singulares en los que no sólo se trabajó durante años, sino que han sido las condiciones de posibilidad de nuestra experiencia urbana. Una experiencia que, más allá de las concepciones carcelarias y panópticas, ha estado y debería estar llena de variedad, tensión, conflicto y compromiso por un habitar consciente de que la ciudad es el lugar de nuestro tiempo histórico.

Andeka Larrea

revista Ekintza Zuzena nº35
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Más allá de los límites

Publicada el 25/01/2009 - 30/01/2018 por raas

Asistimos al afianzamiento -sobre todo en el mundo occidental- de un modelo de autoritarismo democrático como estrategia de gestión frente a la progresiva inestabilidad e incertidumbre de un sistema que hace aguas por diferentes lados (conflictos y crisis sociales, políticas, económicas, ecológicas,…), pero que parece no estar todavía en situación de hundirse. El fascismo amable (mezcla de autoritarismo y seducción) impone sus reglas de infantilización y alienación consumista, de vaciamiento de la capacidad de pensar y vivir autónomamente, de descomposición social y deshumanización. Los mecanismos de seducción tratan de invisibilizar, insensibilizar o, cuanto menos, generar impotencia y resignación frente a las transformaciones y cambios de la realidad y frente a los horrores que suceden dentro y fuera de los muros del primer mundo.

Estos cambios modelan un panorama de creciente represión y control social que se aplican y se visualizan de forma ejemplarizante sobre sectores estigmatizados (inmigrantes, terroristas,…), pero cuya proyección es el disciplinamiento del grueso de la población. El terrorismo económico-militar y la gestión del miedo, el desarrollo de las tecnologías de control (implantación de ficheros de datos, biometrías, videovigilancia, etc.) y los cambios legales (endurecimiento de las legislaciones penales, restricciones en los flujos migratorios procedentes del tercer mundo, etc.) configuran un conjunto de medidas que pretende tanto prevenir factores de desestabilización como aplastar a aquellos sectores considerados como peligrosos para el status quo.

Euskal Herria es un ejemplo diáfano de estas transformaciones: una sociedad primermundista más o menos acomodada en lo económico en la que se da un proceso de represión política de gran calado contra un sector social criminalizado en su conjunto. Detenciones, torturas, montajes y procesos judiciales y encarcelamientos, labor educativa de pacificación y normalización y guerra mediática son las estrategias utilizadas por el estado en un espacio que por su amplitud y complejidad sirve de laboratorio para amplias estrategias de control social, que aunque obscenas y atentatorias contra los propios principios democráticos y los derechos fundamentales, consiguen (sobre todo fuera del País Vasco, pero también dentro) una amplia legitimación ciudadana tanto por activa como por pasiva.

La izquierda abertzale, por su dimensión y su dinámica política es el blanco fundamental de este ataque. Este hecho se ve facilitado por viejos y graves errores políticos y por las carencias éticas derivadas en buena medida de la práctica armada. Sin embargo, la estrategia de fondo es mucho más amplia y pretende borrar o mutilar las ideas y prácticas que tratan de salirse de la vía muerta del marco democrático como fachada de un capitalismo convertido en fatalidad. Como ejemplo, la lucha contra el TAV muestra de forma clara el conflicto entre la maquinaria de la democracia capitalista y la capacidad de resistencia como forma activa de ejercicio de la libertad y la dignidad. El autoritarismo democrático no va a permitir que sus proyectos sean cuestionados más allá del simulacro o la marginalidad. Cuando se desbordan los límites del espectáculo, de la libertad vigilada, el sistema reacciona con las armas que precise en cada momento. En este caso, con la criminalización y la conversión de toda oposición en fenómeno terrorista (tal como ha ocurrido con el sumario 18/98+).

La erradicación de la violencia y el imperio de la paz se convierten en los iconos de este sistema orwelliano que se basa en la violencia estructural (desde los accidentes laborales hasta la guerra de Afganistán) y en la sistemática manipulación del lenguaje. Es un lavado de cerebro que trata, en el fondo, de anular la capacidad de resistencia frente a las injusticias, que siempre tiene que sobrepasar los corsés que impone el sistema -tanto ideológicos como prácticos- para poder conseguir sus objetivos. No hay cambios reales sin riesgos ni sin costos, pero tampoco sin la capacidad de generar ejemplos prácticos de acción y referencias éticas que de alguna manera prefiguren algo mejor al margen de lo que nos depare la lucha, que es en sí misma un medio y una parte fundamental de nuestra vida.

Editorial de la revista Ekintza Zuzena nº 35
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¡Alegría mundial! Durante 3 horas por día el ejército de Israel no matará palestinos

Publicada el 07/01/2009 - 30/01/2018 por raas

Hoy amanecimos con una de las noticias más importantes del mundo, de los últimos 62 años, desde la creación del Estado de Israel:

“El ministro Olmert anunció al mundo que el ejército de Israel no matará palestinos durante 3 horas por día, debido a los humanitarios esfuerzos de los presidentes Sarkozi, de Francia,  y Mubarak, de Egipto. Y, también por un generoso y compasivo pedido del nuevo presidente de EE.UU., Barak Obama, quien ha mostrado así su preocupación por lo que pasa en el Medio Oriente. La medida fue tomada por decisión unánime del gabinete israelí, luego de las plegarias matutinas elevadas al dios de la guerra, Jehová, en agradecimiento por la protección de su ejército.”

La noticia ha sorprendido al mundo y en todas las calles de las capitales de Europa, EE.UU., América latina, Africa y Asia, ha habido manifestaciones de alegría y agradecimiento al gobierno del Estado de Israel, por haber decidido que, durante 3 horas por día, su ejército no matará a palestinos menores de 10 años, los cuales recibirán,  en esas horas ayuda humanitaria.

La ayuda humanitaria fue decidida por los presidentes Sarkozi y Mubarak, a quienes dio su total apoyo el electo presidente de EE.UU., Barak Obama, y se cumplirá estrictamente durante todos los días que dure la invasión israelí.

El Estado de Israel se compromete a no matar a todos los palestinos, porque en tal caso no podría haber ayuda humanitaria. Todos los niños menores de 10 años, serán selectivamente excluidos de las bombas de racimo y de fósforo, que, inteligentemente dirigidas por los expertos y técnicos israelíes desde Tel Aviv, los dejarán indemnes.

Los comandantes darán órdenes a los oficiales que dirigen las tropas de asalto del ejército invasor y los comprometerán a cuidar de que sus soldados no maten a los niños menores de 10 años, para que pueda concretarse la ayuda humanitaria. En esas tres horas, un contingente de europeos, egipcios y estadounidenses, acompañados y supervisados por el ejército israelí, hará entrega de un pan, un caramelo y una coca cola a cada niño palestino menor de 10 años.

La prensa mundial debe informar que esas donaciones fueron realizadas por generosas empresas estadounidenses y europeas de dueños de confesión judía, y cuyo objetivo e interés es cuidar la salud de los niños palestinos menores de 10 años.

Además, se le entregará, en ese intervalo, a cada niño menor de 10 años, un juguete con la figura de Santa Claus, para que los niños palestinos sepan de la generosidad del Santa, y olviden al terrorista de Jesús de Nazaret, de quien, en las escuelas palestinas se enseñan sus ideas subversivas, como esa de que cuando les pegan en una mejilla deben poner la otra.

Debe saberse que los juguetes Santa Claus han sido donados también por empresas estadounidenses y europeas, cuyos dueños son de  confesión judía. Eso sí, en señal de agradecimiento por tan generosa actitud, cada niño palestino deberá besar la mano del soldado israelí que acompaña al donante, europeo, egipcio o estadounidense, y volver al lugar de la fila que le correspondía antes de recibir el regalo.

Este maravilloso plan de ayuda humanitaria permitirá al menos, eliminar al grupo terrorista, y los niños que sobrevivan a la invasión, puesto que no deben descartarse los efectos colaterales de las bombas de fósforo y de racimo, podrán luego volver a sus escuelas, donde maestras y maestros israelíes les enseñarán hebreo, francés e inglés, para poder incorporarlos al mundo civilizado de Occidente.

Y el generoso plan de ayuda humanitaria incluye becas en dólares, euros y shekels, que serán entregadas a los alumnos más aventajados para que puedan continuar sus estudios de postgrado en Tel Aviv, El Cairo, París y Washington.

Estas consignas generosas de solidaridad con los niños palestinos menores de 10 años han sido publicadas en todos los diarios del mundo, y transmitidas por todas las radios y, además, los televisores muestran la reunión realizada en El Cairo, donde los presidentes, luego de afanosas conversaciones lograron la aprobación del plan de ayuda humanitaria.

Las madres palestinas, aprovechando las tres horas de tregua en las que no se matará a ningún palestino, han prometido salir a las calles de las ciudades y aldeas de la Franja de Gaza, en aquellas en las que se pueda caminar sin pisar una bomba de racimo, para agradecer a los presidentes Mubarak, Sarkozí y Obama, y también al primer ministro israelí, Olmert, por tan generoso plan de ayuda humanitaria.
Estas noticias maravillosas fueron el eje de todos los noticieros del mundo y los periodistas y los comentaristas de la invasión israelí a la Franja de Gaza, solicitaron un fuerte aplauso de agradecimiento a los presidentes que lograron semejante éxito:

No se matarán niños palestinos menores de 10 años, durante 3 horas por día mientras dure la invasión.

De lo que no se informó es cuando terminará la invasión y, se exige que, en la información que se difunda debe decirse que es una guerra entre la organización terrorista Hamas y el ejército regular del Estado de Israel, y no una invasión israelí. Le está totalmente prohibido a la prensa mundial hablar de invasión israelí.

Saad  Chedid

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Gaza, Qassam y reacciones

Publicada el 07/01/2009 - 08/09/2018 por raas

Héctor Amodio Pérez era considerado, en tiempos que era un capitanejo tupamaro un militarista dentro de la organización, uno de los que siempre buscaba los caminos de enfrentamiento radical y/o violento. Ensalzado tras algunos operativos por sus camaradas, en particular por las mujeres tupas que fueran liberadas de la cárcel del Buen Pastor mediante un operativo del que se atribuyó responsabilidad a HAP (aunque justo es consignar que dicho operativo fue limpio e incruento).

Por Luis E. Sabini Fernández*

Estamos refiriéndonos al tupamaro condenado a muerte por el MLN luego de establecer, que el mismo había colaborado expresa y extensamente en el desmantelamiento de buena parte de la infraestructura de que disponía la organización, y todos recordamos entre tales “descubrimientos” “la cárcel del pueblo” que había instaurado el MLN donde retenía “preso” al impresentable Ulises Pereyra Reverbel.

Años después, y aparentemente ya arrojado al estrellato internacional, Peter Torbjörnsson, fotógrafo sueco, lo denunció como el autor material del atentado contra Edén Pastora, que no terminó con la vida de Pastora, apenas sufrió heridas en las piernas pero sí con la de otros cinco presentes en la conferencia de prensa. Aunque poco efectiva la operación, el “trabajo” fue sin duda agresivo y contundente.(1)

Si HAP era un infiltrado que había escalado posiciones dentro del MLN, como induce a pensar su actuación posterior internacional, o si HAP fue un tipo inicialmente reclutado por el MLN y luego trasvasado mediante tortura o seducción a los aparatos represivos oficiales es, para lo que me interesa destacar en este momento, secundario.

Lo que me importa es destacar que los más combativos no tienen porque ser trigo limpio. Por lo menos, hay que aprender a no ser estúpido y creer que la combatividad prueba la limpieza del trigo. Aunque en muchos casos marchen juntos el mayor arrojo y la mayor lealtad, como lo prueban ejemplos formidables como el de Di Giovanni en Argentina y tantísimos otros.

En el trágico concierto palestino, están los actores que circulan mediáticamente como el Hamas y Al Fatah, pero están los que no circulan mediáticamente que son todas las agrupaciones de palestinos o palestinos a secas que luchan con medios no violentos para mantener sus derechos (a la vida, al suelo, a los alimentos), como Marwan Barghouti, Mohammed Omer, Kawther Salam o en su momento Edward Said. En medio de toda la población de Gaza, un millón y medio de seres humanos, casi, hay un puñado de combatientes o guerrilleros que se empeñan en enviar cohetes Qassam a territorio israelí, pero como las famosas bombas Imparcial de tiempos de la guerra civil española, pueden caer indistintamente en territorio israelí o palestino y que en la cantidad de años en que han sido arrojados han matado, según la organización B’Tselem, israelí, a once israelíes y a cinco palestinos. La mayor parte de sus envíos han resultado totalmente incruentos, como por ejemplo el envío de un cohete Qassam el 4 de noviembre de 2008 caído en el desierto, que sirvió para que el Estado de Israel proclamara rota la tregua de seis meses establecida y y matara a varios palestinos. Cohetazo que las propias fuentes israelíes declararon no había siquiera herido a alguno.
 
Los Qassam estarían entonces entre los proyectiles más inseguros e inútiles que se conocen dentro de las armas de guerra. Los voceros pro-israelíes hablan de los palestinos como terroristas. Los que pretenden tener una voz independiente las más de las veces siguen, sin saberlo, “la voz del amo”. Sistemáticamente remiten a la Autoridad Palestina como el gobierno palestino con asiento en Cisjordania y a un golpe de mano de Hamas para adueñarse del gobierno en Gaza. Nada más falso. En enero de 2006, el Hamas le arrebata el gobierno a los que lo habían detentado por décadas con Arafat y tras él con Abbas. El Hamas ganó en elecciones con amplia participación, por mayoría abrumadora y perfectamente controlada por veedores internacionales como Jimmy Carter y su gente, con todos los condicionamientos que corresponde tener en cuenta por la ocupación israelí.

En algún momento, allá por los ’80 se consideraba que el Hamas era confesional, islámico, y que Al Fatah era laico e izquierdista, pero al cabo de unos años, sobre todo luego de la mezquina capitulación en Oslo en 1993, lo que había que reconocer era que el Hamas atendía las necesidades de la gente, negadas y saboteadas por el estado israelí y olvidadas por la dirección palestina, que Al Fatah estaba definitivamente corrompido entre los compromisos de haber aceptado ser la policía israelí de su propio pueblo 2  y el manejo discrecional de los fondos que le llegaban a los palestinos desde Israel o desde el exterior y que servían para distanciar una claque “revolucionaria” de un pueblo cada vez más hambreado.

El Estado de Israel no pudo aceptar que el Hamas fuera la representación de la sojuzgada población palestina y como verdadero poder ocupante, inyectó todo tipo de ayuda a su títere Al Fatah y a su jefe, Abbas, a quien le ayudó a construir un “puesto presidencial” en Cisjordania barriendo con el gobierno legítimo, encarcelando a buena parte de sus parlamentarios y ministros. Por razones que desconozco, pero que tal vez tienen que ver con el principio físico de la “válvula de seguridad”,  en Gaza el Hamas pudo reaccionar encarcelando a los putschistas que trataban de ganar mediante un golpe “ayudado” lo que habían perdido en las urnas. Por eso existe una autoridad política de Hamas en la Franja de Gaza. Que ha servido para que todo el tiempo “los periodistas independientes” peroren acerca del gobierno bien habido en Cisjordania y el de facto de Gaza. Cuando es exactamente al revés. El discurso como inversión de la verdad: para tener en cuenta.

Vayamos ahora un poco más lejos. El Maine, en 1898, en Habana voló por los aires y sirvió para que EE.UU. le “declarara” la guerra a España, mejor dicho para apropiarse de las islas caribeñas que, como fruta madura, estaba ansiando desde hacía siglos. Cuba y Puerto Rico. Curiosamente, el tipo de explosión que destruyó al Maine y llevó a la muerte a cientos de sus tripulantes fue interna, del tipo implosión, y una de las pruebas de ello son los escasos daños de varios barcos anclados en su proximidad. Si se tratara de una ex-plosión, éstos habrían sido mucho más averiados. Sabotaje español o autodestrucción yanqui, la implosión parece llevarse las palmas…

En Pearl Harbor, 1941, el comando estadounidense deja hacer a los japs. El ataque japonés les permite responder cayendo con todo su poderío no del todo todavía reconocido. Habían logrado lo mismo que en Cuba en 1898: responder a la agresión  y casualmente quedarse con las perlas ahora del Índico como en Cuba las de la desflecada corona española.

En Nueva York, en el 2001, todavía no sabemos qué pasó. Pero sí sabemos que no pasó lo que nos contaron. Sabemos que los edificios implosionaron. Que implosionaron tres, aunque habrían sido atacados dos y que en Washington, en el Pentágono, no aparece del famoso “avión atacante” ni un trocito del fuselaje, de ruedas, de alas… Cuando Thierry Meyssan estaban investigando ese atentado, los serviciales anfitriones del Pentágono le ofrecieron la caja negra del presunto avión, prueba contundente del atentado, le explicaron buenamente. Claro que una caja negra milagrosamente preservada de un avión cuya existencia es lo que está puesta en duda no deja de ser un chiste. Meyssan declinó tomar contacto con semejante “prueba”.

Hay algo más, que revela que el modus operandi de construir operaciones que sirvan para “airadas respuestas de defensa” es ya un oficio de Ministerios de “Defensa” como el de EE.UU.  En el escrito Rebuilding Americas Defenses de setiembre del 2000, escrito por la craneoteca neocon criticando el paréntesis pacifista [sic] de Clinton, un escrito que es toda una recopilación de la presunta pérdida de poder de fuego de los ejércitos de EE.UU. en el planeta, los Kagan y otros intelectuales que lo suscriben dicen que puede haber un modo de incrementar, de revitalizar, de acelerar y legitimar el rearme y es que se les cruce en el camino un nuevo “Pearl Harbor”. Así, descaradamente, los Pearl Harbor son vistos como métodos para dirigir una guerra, como excusas para “contraataques”. Vale la pena reparar en que Rebuilding… fue escrito un año antes de la caída de las Torres Gemelas, tan oportunamente convertidas en espectáculo televisivo de todo el día.

EE.UU. e Israel: una alianza cada vez más estrecha

Como la CIA, el MOSSAD ha desarrollado enormes operativos de camuflaje, de infiltración, para combatir secuestrar o matar a  palestinos, nazis, u objetores de conciencia.

Estaría perfectamente dentro de su estrategia infiltrar a grupos de resistentes palestinos que practiquen actos que “legitimen” reacciones.

Los cohetes Qassam que apenas algunas veces alcanzan un blanco, disparados con trayectorias azarosas que estadísticamente tienen muchas más posibilidades de no encontrar blanco alguno que de encontrarlo, podrían ser una magnífica excusa para que el Ministerio de “Defensa” israelí reaccione y encuentre en ellos y sus escasas víctimas 3 la excusa óptima para desencadenar un castigo bíblico a los palestinos. Allí sí mueren cientos de seres humanos, en edificios en las calles, en autos. Allí sí mueren hombres, mujeres, niños. Incluidos, claro, entre tanto “daño colateral” algún comando o algún jerarca policial o algún miembro del gobierno “terrorista”.

Allí mueren despedazados por bombas arrojadas desde lejos y luego siguen muriendo en una sociedad a la que preventivamente se le han bombardeado usinas, hospitales, talleres y se le han bloqueado las importaciones: faltan gasas, desinfectantes, bisturíes…

No afirmamos que los cohetes Qassam sean teledirigidos por los israelíes. Sostenemos que puede ser así. Al fin y al cabo, hasta la autoría de tales envíos ha estado en debate; si se trata de grupos de combatientes del Hamas que procuran así responder a los castigos colectivos, verdadera política genocida del Estado de Israel, o si se trata de grupos de combatientes de Al Fatah que procuran con ello dirigir las iras israelíes hacia el gobierno de la Franja. Incluso ha habido escaramuzas entre grupos palestinos para acordar o impedir el envío de tales cohetes.

Porque en todos los casos, lo que más nos llama la atención es que cualquier cohetazo Qassam, hasta el más inocuo, despierta “la reacción”, ésa sí desproporcionada, criminal, genocida de los militares israelíes.
Porque hasta los más enardecidos asesinos y racistas deben justificar sus depredaciones, alegando defender, defenderse de algo: Hitler vociferaba contra quienes atacaban al pueblo alemán mientras arrasaba a los checos, a los polacos, a los judíos… Bush, por ejemplo, tan generoso o amplio en sus miras, anda siempre defendiendo la libertad, en todos los mares y suelos del mundo, con petróleo, al menos.

* Docente del área de Ecología y DD.HH. de la Cátedra Libre de Derechos Humanos de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, periodista,  editor de futuros del planeta, la sociedad y cada uno.

notas:
1) Edén Pastora, durante décadas en la guerrilla neosandinista contra los Somoza, rompió, empero con la dirección luego de “la toma de poder” y a tal punto se produjo el enfrentamiento que se levantó en armas contra el FSLN, Ortega, Borges, etcétera. Por ese entonces, los somocistas habían armado “la contra” para recuperar el control de Nicaragua y llegó a haber tratativas para unificar el frente antisandinista que Pastora desechó considerando que “la contra”, la guardia somocista, era todavía peor que los neosandinistas comandados por Ortega. La CIA quiso escarmentar a Pastora por el fracaso de la operación unificadora y todo lleva a pensar que encontró en HAP el instrumento.
2) Algo ya experimentado con éxito, aunque con avatares como rebeliones, por el imperio británico en la India, con los cipayos.
3) Lo de escasas es un vocablo difícil por no decir inaceptable en términos éticos puesto que una vida humana arrasada es siempre demasiado. Pero no estamos hablando desde nuestros corazones sino desde las estadísticas de militares.

fuente: https://revistafuturos.noblogs.org

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Los formateadores

Publicada el 07/01/2009 - 08/09/2018 por raas

“No podrán controlarte por completo, porque no pueden estar dentro tuyo”, decía animada Julia a Winston, en medio del totalitarismo de 1984. Más de veinte años después del imaginado por Orwell, poco margen parece haber quedado para esa ínfima pero amenazante “libertad interior”. El viejo escenario en el que unos pocos vigilan el comportamiento de muchos ha dejado de ser funcional a un mundo en el que, alentadas por el espectáculo del consumo, las sociedades aprenden a internalizar los mecanismos de control.

Por revista La Brumaria

Como un canto de sirenas, el poder pone en circulación un discurso que promete la desaparición de la escasez e incita a entrar en el simulacro de una fiesta capitalista en la que tanto trabajadores como patrones serían anfitriones. Para asegurar la efectividad de esta falacia, existe además un ejército de administradores de la conciencia que se encarga de implantarla en la subjetividad de cada asalariado. Son los encargados de procesar conflictos, aguar tensiones, diluir reclamos. Guardianes del dominio, los Formateadores operan sobre el más mínimo vestigio de resistencia, buscando convertir a cada individuo en cifra, contraseña, dato almacenable.

”Los tipos se desquitan”

Con una enorme sonrisa y a paso apresurado, Hernán Salas entra al kiosco-bar de San Juan y Paso, donde lo esperábamos. No nos conoce pero se lo ve confiado. Seguramente Salas piensa (sigue pensando) que efectivamente vemos las cosas del mismo modo.”Déjenme tomar una Coca antes de empezar porque estoy muerto”, dice en un tono que revela cansancio. Y no es para menos: viene de jugar un partido de fútbol bastante agotador. “¿Ven acá?”, dice señalando unos moretones y lastimaduras. “Es que estamos jugando el campeonato que organizamos en la empresa”, explica. ”Los obreros siempre nos cagan a patadas. Los tipos se desquitan”.

Entre coca y coca, Hernán admite que su tarea no es sencilla. Para él, que trabaja en el departamento de Recursos Humanos de la empresa CONUAR (Combustibles Nucleares Argentinos SA), “es difícil romper la barreras rígidas que están metidas en la sociedad. Es difícil sacarle al empleado la idea de que la empresa lo quiere cagar. Para eso estamos nosotros, para quebrar la estrechez mental que te hace pensar que siempre alguien te quiere joder, que te quieren usar para su propio beneficio. El empleado tiene que entender que la empresa es un equipo y que tiramos todos para el mismo lado”.

”Hay que venderles nuestra filosofía”

“La tarea de Recursos Humanos implica romper con todos los estatutos”, dijo con la solvencia de quién parece estar convencido de cada palabra. Y agregó: “Hay que romper con el panóptico del que hablaba Foucault”. Nuestro asombro era máximo. Entre todos los comentarios esperables no cabía lugar para una respuesta de ese tipo (mucho menos viniendo de ese tipo). “¿Leen Foucault?”, nos lanzamos como quién se arroja sediento a un pozo con agua. “Si, claro”, contesta entusiasmado. “Sirve mucho para pensar como romper con el viejo sistema de control”, dice entre sorbos de Coca. “Con el panóptico el empleado siente que lo están mirando aunque no lo estén mirando, se siente vigilado. Entonces el tipo trabaja mal, porque está presionado, siente que su trabajo es algo que no le gusta y que tiene que hacer por obligación”, dice con tono de especialista. “¿Y cómo quiebran con ese panóptico?”, preguntamos como si nuestro interlocutor fuese un idealista de la liberación humana. “Cuando el empleado deja de creer que hay alguien que lo vigila y empieza a pensar que lo que hace es para su propio beneficio, no para el de otro. Así se trabaja mejor, se produce mejor”.

Había capturado la hilacha del asunto: la vieja empresa en la que el jefe implicaba un mecanismo de control externo, comienza a ser reemplazada por una en la que, armados de conocimiento sobre el funcionamiento social, un grupo de expertos se encarga de hacer que la vigilancia esté incorporada en la mente de cada empleado. “Cuando hay un compromiso con la empresa, la gente pierde la noción de que está trabajando una hora más de la que dice el contrato, porque ya no trabaja por obligación, sino que lo hace porque piensa que es para su propio beneficio”, dice Hernán sonriente. Sus palabras revelaban el verdadero objetivo de su tarea: lograr una mayor producción con la menor cantidad de conflictos posibles.

El trabajo de “adecuar” personas.

”La psicología sirve para pensar cómo hacer que el empleado actúe como yo quiero”. Hernán Salas

“El nuestro es todo un trabajo psicológico”, dice Hernán. Tiene apenas 25 años, pero sabe perfectamente que si el conflicto entre trabajadores y patrones no fuera real, su tarea cotidiana no sería la de llevar adelante una verdadera labor de manipulación, o lo que en lenguaje gerencial se denomina marketing dentro de la empresa: fiestas de fin de año, torneos de fútbol o cualquier otra simulación de unión que permita suavizar asperezas al interior de la empresa. “Es para estimular al personal”, explica, “en ese momento el empleado deja de pensar en la distancia que lo separa del gerente”. Lo dice con la certeza de un matemático, pero sus lesiones futbolísticas muestran que ninguna técnica es tan efectiva. “Adentro de la fábrica todo funciona como en la teoría, pero en la cancha se nota que los tipos siguen pensando que sos un garca”, se sincera.

Sus ojos se encienden a medida que avanza el relato, y detrás de las anécdotas, asoma una sonrisa sospechosa. Algo en su mirada revela placer. “Los tipos nunca se olvidan de que sos de Recursos Humanos”, dice con una mueca de yuppie.

El lapsus no dura mucho y rápidamente retoma el eje de su discurso. “Es toda una mentalidad muy estrecha la que hay que quebrar, y no es fácil”, dice ocultando el desliz. “Pero existen técnicas que ayudan a romper con esos límites”. Se trata de la puesta en marcha de lo que él llama procesos de motivación, que implican la exploración de mecanismos que impulsen al trabajador a “moverse” hacia un objetivo. “Lo que se busca es que fluyan psicológicamente del propio trabajador las ganas de decir: me gusta este empleo y voy a seguir para adelante, voy a seguir trabajando porque me gusta”.

El formateo comienza desde el mismo proceso de selección, buscando ahorrarle a la empresa cualquier “dolor de cabeza”. “Las herramientas psicológicas ayudan a ver qué valores tiene la persona. Si esos valores se adecuan a los de la empresa, a vos te conviene”, dice con un gesto de complicidad. Sus palabras revelan la fórmula: el empleado que ingresa a la fábrica es aquel que sobrevivió ileso al “detector de resistencias” al que fue conectado durante el proceso de selección. Varios años después de Darwin, los formateadores confirman la supervivencia del más apto de la forma más paradójica: aquel que sobrevive es el que menos resiste, el que carece de defensas, el más “adecuado”, en suma, a la lógica de la acumulación.

La empresa protectora

Al igual que el señor feudal ofrecía seguridad a sus siervos, la nueva empresa se presenta como tutora, amparadora, benevolente. Lo que pide a cambio es nada menos que lo que demanda un padre a su hijo: fidelidad y entrega absoluta. “Si al empleado lo escuchás, le das beneficios y le vendés la idea de que va a poder escalar, te va a producir mucho más, porque va a pensar que cuanto más trabaja más prospera”, dice Hernán. Hace un tiempo atrás su empresa puso en marcha una política de paternidad destinada a lograr este objetivo: se organizó un concurso llamado “comentá tus ideas”, que buscaba que el empleado hiciera sugerencias para el mejor funcionamiento de la compañía. “Las ideas que aportaron le hicieron ganar a la empresa cerca de dos millones de pesos”, comenta entusiasmado. “Entonces a fin de año el empleado que aportó la mejor idea se va a llevar un premio de hasta diez mil pesos”, explica. El saldo para la empresa es más que beneficioso, ya que logra ligar emocionalmente al personal con la organización. “¿Querés estudiar inglés? Te hacemos estudiar inglés, la empresa se hace cargo. ¿Querés comprarte una casa? La hipoteca de tu casa te la pagamos nosotros”. El discurso patronal se vuelve así paternal, y como un chico ansioso por devolver una imagen deseable a los ojos de la autoridad, el empleado se esmerará ahora por saldar su deuda trabajando más y mejor.

Perros de Pavlov

”Hay infinidad de formas para hacer que el empleado se ponga la camiseta de la empresa” Lalo Huber

¿Por qué será que los perros empiezan a salivar cuando tienen en frente la comida? ¿Por qué será que los trabajadores producen más cuando se les ofrece un premio? Para los formateadores, una de las herramientas de motivación por excelencia es el otorgamiento de beneficios. “No se trata de que los empleados trabajen sólo porque se les paga, sino de que lo hagan fundamentalmente por un compromiso con la organización”, explica Lalo Huber, profesor de la facultad de Ciencias Económicas de la UBA, la UCA y El Salvador, y director de una importante empresa de informática. Para este experto formateador, el primer paso a seguir en el proceso de motivación es la creación de una lista de comportamientos que se pretende que el personal adopte (iniciativa, creatividad, puntualidad, etc). El paso siguiente consiste en premiar esos comportamientos. “Si yo quiero puntualidad, tengo que premiar a los puntuales, aunque más no sea un simple comentario halagatorio, o la posibilidad de acceso a una capacitación”, explica. Los jugosos premios ofrecidos por la empresa pueden ser desde seguros médicos privados, medios de transporte o planes de pensiones, hasta reconocimientos públicos de valor simbólico: un mail del jefe, una felicitación verbal frente al resto de los empleados o los famosos cuadritos del empleado del mes.

Como ratitas de laboratorio, los trabajadores son sometidos a un proceso de estímulo- respuesta, premios y castigos. El resultado es una mayor productividad, un quiebre de lazos de solidaridad entre los propios trabajadores (inducido a partir de un ambiente en el que todos quieren ser “el favorito”) y un plus adicional para el empresario, quién detrás del reality show de los premios, se evita el pago de cargas sociales (jubilación, vacaciones, cobertura médica, etc).

”Me están parando la planta”

Los grandes procesos de sindicalización de la clase trabajadora, sobre cuyos escombros se monta la nueva organización productiva, no parecen haber transcurrido en vano. Las empresas aprendieron una lección: el trabajo no debe ser visto por el empleado como lo que es, una actividad obligatoria que se realiza para obtener un salario con el cual satisfacer necesidades, sino que debe ser percibido como una forma de autorrealización, de alcanzar objetivos e ideales, de sentirse, en suma, feliz. Este simulacro implica no sólo una estrategia hacia una mayor productividad, sino también un antídoto contra la amenaza siempre latente de la organización gremial de los trabajadores. Si la tarea fuese sencilla, el departamento de Recursos Humanos no se habría convertido en un brazo fundamental de la nueva estructuración laboral.

“En una empresa de producción tenés que cuidar el capital humano, porque es fuerza de trabajo que viene con ciertas complicaciones, como los gremios, los sindicatos”, dice Hernán. Una de las mayores dificultades que recuerda haber vivido en la empresa fue cuando uno de sus colegas olvidó poner el ítem “cuenta de futuros aumentos” en el sueldo de los empleados, lo que significaba una quita de doscientos pesos al salario básico. A mitad de mañana todos los jefes de producción estaban parando la planta. “Tuvimos que salir de Recursos Humanos a la planta, ir al de los gremios y decir: muchachos, fue una equivocación humana, no les vamos a sacar del sueldo los doscientos pesos”. La aclaración consiguió volver a poner en marcha la producción, pero no logró salvar el puesto de quien cometió el error.

“¿Y si me toca a mi?”

Luego de esta anécdota, Hernán decidió profundizar el relato. Pero esta vez el tono de la conversación sufrió un cambio notable. Pasó a hablar como un pibe de 25 años preocupado por su propia estabilidad laboral. Así, las explicaciones sobre cómo cuidar el capital humano mutaron hacia la historia del “chico que se equivocó y lo rajaron”. “Diego hacía mucho que trabajaba en la empresa, pero estuvo solo un año en Recursos Humanos. No tenía experiencia, entonces lo mandaron a hacer cursos de liquidación, lo capacitaron. Pero al tipo le costaba, se mandaba muchas cagadas”, explica. “Fue ahí cuando entré yo, como pasante. Y ahora yo ocupo su puesto”. Su tono era pausado y lánguido, como quién da extrañas vueltas para no transmitir una noticia dolorosa. Se produjo una pausa. “Yo no hice nada para que lo rajaran, ¿está bien? Tengo la conciencia tranquila”, expresó entre risas. Sus gestos, sin embargo, parecían hablar otro idioma. “¿Ven?”, dijo volviendo a mirarnos a los ojos. “Así funciona la psicología en la empresa. Me pusieron a trabajar al lado de Diego para que él sintiera la presión”. Hablaba como un maestro a su discípulo, pero cada palabra parecía pesarle una tonelada, y la rueda de la conversación fue extinguiéndose hasta quedar flotando en el aire un silencio molesto. “¿Y si ahora me ponen a mí un pasante?”, dijo con un hilo de voz y tomó rápidamente lo poco que quedaba de Coca.

Extraído del sumplemento Precario de la revista La Brumaria Nº2

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Del Congo para el mundo

Publicada el 28/12/2008 - 03/06/2022 por raas

Son dos, los pulmones que tenemos son dos. El planeta que habitamos también tiene dos pulmones, uno: el Amazonas, otro: la selva del Congo. Cada día, el consumismo que alimenta el sistema capitalista que vivimos, cada día, ese consumismo va destruyendo los pulmones del planeta.

Por Andrés López
andreslopez@indymedia.org
Diciembre de 2008

En Brasil, en Bolivia, en Colombia, en Venezuela, el sistema de producción capitalista destruye la selva del amazonas, impone a la tierra un cultivo transgénico, viola la naturaleza y con químicos venenosos la va matando de a poco. No importa, para el sistema no importa, lo que importa es la ganancia económica, el negocio perfecto, la acumulación de propiedad privada y de ese papel que todo lo hace posible. No importa cómo llegó ese papel pintado a esas manos.

El pulmón africano del Congo sufre lo mismo que el Amazonas. Su pronostico es reservado, por no decir gravísimo. El capitalismo ha hecho estragos en la selva y en todos sus habitantes.

Gracias a esos pulmones, el de América y el de Africa, gracias a ellos es que nuestros dos pulmones funcionan y estamos vivos. Nos necesitamos mutuamente, nosotros, entre otros factores, le brindamos cuando exhalamos dióxido de carbono, que ellos, los pulmones del mundo, necesitan, y ellos a su vez nos dan oxígeno, ellos, los pulmones del mundo junto a algunas pequeñas sucursales.(1)

Dentro y alrededor de la selva del Congo habitan la mayor parte de las personas y personitas. Mujeres, hombres, niñas, niños, jóvenes y casi ningún anciano o anciana viven una violencia continua. No pueden confiar en ninguna persona armada, sea esta del ejercito nacional, sea de los numerosos grupos paramilitares llamados «rebeldes» como tampoco pueden confiar de los supuestos garantes de paz que portan casco azul y llevan la sigla de las Naciones Unidas. Ninguno está para defenderlos de los otros.

Una inmensa cantidad de personas huyen de la violencia, casi todos están desnutridos.

Dos pulmones, tenemos dos pulmones

Los celulares producen cáncer. Los celulares además de producirnos cancer a quienes los usamos son parte importante de la agonía del Congo. Varios grupos armados en el Congo controlan las zonas de explotación minera. Unos de los minerales que hay en los suelos del Congo es el Coltán, que es lo que se usa en la fabricación de los celulares, especialmente en las baterias, que hacen que duren mucho tiempo.

Del Congo para el resto del mundo

En la hoy llamada Republica Democrática del Congo no hay clase media, están los desnutridos que son el 70 % de la población, los mal nutridos en situación de extrema pobreza, otro 15%, y luego otros porcentajes más dentro de 60 millones de habitantes aproximadamente. En el Congo, cada día, hoy, mueren 2 mil personas asesinadas por el saqueo más indiscreto, un genocidio diario que diariamente es ignorado porque es silenciado y tergiversado por los silenciadores y tergiversadores que controlan los medios de comunicación.

Del Congo los portugueses tomaron esclavos que llevaron a Brasil y otras partes del mundo. El río Congo era la principal ruta de tráfico de personas a partir del año 1490.

Del Congo se extrajo el uranio que activó las bombas arrojadas sobre Hiroshima y Nagasaki por Estados Unidos días después de que los japoneses se rindieran.

Antes de la llegada de los primeros europeos la región del Congo era conocida como base del mítico «reino del Congo» con extensas rutas comerciales y producción de hierro y cobre. Entre las comunidades indígenas acentadas en la zona estaban los bakongo, los pigmeos, los bantú, los bateke y los likuba.

Luego que portugueses e ingleses tomaran la vida de millones de personas para esclavizarlas en América y Europa, fue por el año 1874 (cuando ya comenzaban las ideas antiesclavistas) que el periodista ingles Henry Morton Stanley radicado en Estados Unidos, comenzó una exploración por el interior del Congo. Fue enviado por Leopoldo II, rey de Bélgica, con la misión de evaluar los recursos naturales que allí se encontraban.

Para 1885 el Congo era considerado por las naciones europeas como un «estado independiente bajo la soberanía particular de Leopoldo II», todo el Congo, de hecho, era considerado propiedad privada de Leopoldo II, quien se dedicó a comerciar con marfil (con la correspondiente matanza de elefantes) y con caucho (con la correspondiente explotación de la población). También llegaron los curas de la iglesia católica apostólica romana para evangelizar a las personas e incrustarles en el cerebro que había un Dios muy bueno que solía enojarse muy mucho y que todo sufrimiento en vida era compensado por el paraíso al morir.

Para 1898 en el Congo habían líneas de ferrocarril y carreteras construidas para el transporte de los productos saqueados, desalojando a población indígena que sufrió además la pérdida de las regiones en las que acostumbraba cultivar, viéndose obligados a dedicarse a la caza y la recolección para poder alimentarse.

George Washington Williams denunció todas las atrocidades que investigó se estaban realizando en el Congo, investigación que fue atacada vilmente por los acusados e ignorada por la inmensa mayoría del resto del «mundo civilizado». Millones de indígenas fueron asesinados y mutilados por un ejército privado (la Force Publique) bajo las órdenes de Leopoldo II, quien murió en 1909 sin jamás haber pisado suelo africano, era cuñado de la reina de Inglaterra.

En 1908 Bélgica tomo para sí el Congo y lo llamó Congo Belga, ya no era propiedad privada de Leopoldo II, aunque éste siguió con los negocios de marfil y caucho. Es decir, el rey Belga ofreció su propia colonia esclavizada a Bélgica. Desde que el Congo fue Congo Belga, el saqueo de minerales (cobre, oro y estaño) fue para las arcas de Bélgica sin que falte la correspondiente brutalidad. La Force Publique continuó funcionando y azotando con el chicote. Todo lo que ha sido y es hoy Bélgica, toda esa ostentación capitalista ( de hecho, en Bélgica comenzó la llamada revolución industrial ), todos esos palacios, toda esa imagen de «mejor pais europeo» ( de hecho Bélgica fue promotora de la Unión Europea) toda esa riqueza ( ubicada principalmente al norte del territorio) es el resultado del robo y asesinato en el Congo.

Toda esta etapa de la historia del Congo, cuando era llamado Congo Belga, es particularmente muy importante para entender el desarrollo de los acontecimientos posteriores. Bélgica se dedicó a robar implantando campos militarizados de trabajos forzados. «Divide y reinarás» dice el dicho, y eso fue lo que hizo Bélgica, incentivando la rivalidad entre las etnias, al punto de privilegiar unas sobre otras.

La iglesia católica participó activamente en el mecanismo esclavista, de sus colonias infantiles salían miembros del Force Publique que siguieron asesinando y azotando con chicote.

Pasaron las llamadas «primera» y «segunda» guerras mundiales. Bélgica ya no sólo saqueó oro, cobre y estaño, también comenzó a robar diamantes y uranio (qué vendió sistemáticamente a Estados Unidos, quien lo usó en la fabricación de bombas nucleares, miles, que fueron activadas en diferentes partes del planeta), además, Bélgica sustrajo madera, aceite de palma y cobalto (mineral indispensable para la elaboración de un producto importante en el negocio de las armas: los misiles). Los minerales preciosos para la producción de armamento militar estaban y están en el Congo.

Luego de la segunda guerra mundial, comienzan a funcionar las entidades de poder económico político y militar que desde entonces utilizan las corporaciones multinacionales que digitan el desarrollo del mercado capitalista en el mundo: FMI (Fondo Monetario Internacional), BM (Banco Mundial), ONU (Organización de las Naciones Unidas), OMS (Organización Mundial de la Salud), FAO (Organización de las Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación ).

En 1960 Bélgica otorga falsamente la independencia al Congo y se realizan las primeras elecciones legislativas. Gana Patricio Lumumba, quien durante la campaña se había declarado socialista. Lumumba ya había sido encarcelado en 1955 por organizar el sindicato de trabajadores del correo, para 1958 había conformado un partido político (el Movimiento Nacional Congoleño) y tenía un extenso apoyo en la población por su lucha por la independencia (de hecho en diciembre de ese año su enérgico discurso por la independencia fue aclamado por una multitud en Leopoldville -hoy Kinshasa, capital del Congo, ciudad donde la desocupación supera el 70%-).

Lumumba, acusado por sedición junto a varios compañeros, fue encarcelado luego de ese discurso público. La lucha y movilización popular logró liberarlo recién en enero de 1960. El 23 de junio, los electos Joseph Kasavubu y Lumumba (rivales ideológicos) asumen en los cargos de presidente y primer ministro respectivamente. El 30 de Junio se realiza el acto de independencia, al que asiste el rey belga Beduino I. El ridículo monarca belga emitió un discurso, donde llegó a decir que «La independencia del Congo constituye la culminación de la obra concebida por la inteligencia del rey Leopoldo II». Lumumba, que estaba presente, tomó el micrófono asqueado y dijo sobre la independencia: «ningún congoleño digno de este nombre podrá olvidar nunca que ha sido conquistada mediante la lucha, una lucha de todos los días, una lucha ardorosa e idealista, una lucha en la que no hemos escatimado ni nuestras fuerzas ni nuestras privaciones ni nuestros sufrimientos ni nuestra sangre. (…) Nos han obligado a trabajar como esclavos por salarios que ni siquiera nos permiten comer lo suficiente para ahuyentar el hambre, o vestirnos, o encontrar vivienda, o criar a nuestros hijos como los seres queridos que son. Hemos sufrido ironías, insultos y golpes día tras día sólo porque somos negros»

Tanto militares como policías, siguieron, luego de declarada la independencia, siendo dirigidas por belgas. Los gobiernos de Bélgica, Estados Unidos y Francia operan para perpetuar el saqueo de minerales. Primero fomentan a tan sólo 5 días de declarada la independencia, sublevaciones militares, luego ponen en práctica dos secesiones, la primera la ubican en la zona donde ya venían explotando minerales, Katanga (hoy Shaba), allí, proporcionan logística a Moise Tshombe quien declaró la independencia de la provincia el 11 de Julio. Por otro lado Alberto Kalonji Ditunga, se autoproclamó rey Alberto I de Kassai, zona de extracción de diamantes.

(El reinado y los capitalistas belgas, apoyados por la CIA, utilizan un método que luego sería copiado por gobiernos y capitalistas de los países saqueadores en la actualidad, de hecho, las maniobras de inteligencia y conspiración que hoy atentan contra Venezuela, Bolivia, Ecuador, Guatemala, y otros paises indolatinoamericanos, llevadas adelante por la CIA y fascistas capitalistas son las que lograron destruir el intento de soberanía del pueblo del Congo.)

Sin fuerzas propias Lumumba buscó ayuda en la ONU, que mandó soldados pero para ayudar a las corporaciones extranjeras, buscó ayuda en la Unión Sovietica, que no respondió más que con el envío de algunos asesores. Bélgica mientras tanto seguía enviando tropas para apoyar a Tshombe.

Para Septiembre (seguimos en 1960), el presidente destituye al primer ministro Lumumba, quien se niega a abandonar su cargo y destituye a su vez a Kasavubu. Nueve días después, el 14 de Septiembre, el militar congoleño, Joseph Mobutu, se apoderó del gobierno mediante un golpe de estado y ordena el arresto domiciliario de Lumumba. Mobutu «devuelve» el gobierno a Kasavubu casi dos meses después y se autoproclama jefe máximo del ejército. Lumumba se escapa e intenta llegar a Stanleyville (hoy Kisangani).

Frank Carlucci, agente de la CIA está en el Congo para ubicar y engañar a Patricio Lumumba, quien es arrestado en diciembre de 1960. Luego de torturado es asesinado el 17 de enero de 1961, tenía 35 años. La orden fue dada directamente por Dwight Eisenhower tres días antes de pasar la presidencia de los Estados Unidos a John Fitzgerald Kennedy.

Cuando la noticia del asesinato de Lumumba recorrió el mundo el repudio se generalizó, en Egipto una protesta de estudiantes saqueó la embajada de Bélgica.

Recién en el 2002 el gobierno belga reconoció públicamente la responsabilidad que tuvo Bélgica en el asesinato de Lumumba: «A la luz de los criterios aplicados hoy, algunos miembros del gobierno de entonces y algunos representantes belgas de la época tienen una parte irrefutable de responsabilidad en los acontecimientos que condujeron a la muerte de Patrice Lumumba. El gobierno estima por tanto que debe presentar a la familia de Patrice Lumumba y al pueblo congoleño su profundo y sincero pesar y sus excusas por el dolor que les ha sido infligido por tal apatía y fría neutralidad.»

Las revueltas se generalizaron en el Congo, la guerra civil estallaba en todos los rincones del país. En un lapso de cuatro años hubo muchos intentos de resistencia. En 1964 Pierre Mulele, dirigente lumumbista, encabezó una rebelión campesina que por un tiempo controló el este del pais.

Mobutu, ahora teniente general, apoyado por la CIA, derrocó mediante un Golpe de Estado a Kasavubu en 1965. Fue establecido un sistema político de un solo partido y Mobutu se autoproclamó Jefe de Estado. Kasavubu fue senador vitalicio.

En eso llega el Che. Guevara y otros 100 cubanos se encuentran con una realidad muy distinta a la esperada. Fueron a sumarse y encontraron división, fueron a prestar solidaridad internacionalista y recibieron sólo un par de visitas en 7 meses de Laurent Desiree Kabila, el supuesto jefe de la resistencia, quien tiempo después sería gobernador del Congo. Con el Che se fueron algunos cubanos, mas otros se quedaron y participaron en resistencias de otros paises africanos.

Mobutu estará 32 años sometiendo a la población en una violenta dictadura y llenando sus cuentas bancarias con millones de dólares (de hecho llegó a cinco mil millones). Los billetes llevaban su imagen, las escuelas su nombre, y casi todo fue renombrado, hasta él mismo, que pasó a llamarse Mobutu Sese Seko. En 1971 renombra al país que pasa a conocerse como Zaire.

En 1976, en el Congo aparece por primera vez en el mundo el virus del ébola.

Es reiterativo el uso de la palabra masacre para describir las partes de la historia del Congo. No deja de sorprender, durante una lectura detallada, el nivel de desprecio total y absoluto que pueden tener quienes podríamos catalogar como humanos hacia otros seres humanos. Bombas, armas y más balas … y más bombas, se acelera la fabricación militar durante la guerra fría. Y cuando ésta guerra fría se enfría, Mobutu ya no sirve en su Congo, los imperialistas tienen nuevos planes. Conspiran los gobiernos de Estados Unidos y Bélgica, los empresarios multinacionales terminan de entender al mundo como pueblo con países que sirven como graneros, países que sirven como depositos, otros que sirven como basurales, y así y así, y donde hay minerales, en esos países, los empresarios multinacionales quieren su porción de tierra.

Los empresarios multinacionales tienen como principal objetivo externalizar los costos. Riqueza sin costos es más riqueza, mayor capital mayor poder.

El Congo es un lugar estratégico para los empresarios multinacionales, allí está casi todo, por no decir todo, el Congo es el país más rico del mundo si comparamos sus recursos naturales, tan sólo sus recursos hídricos pueden abastecer de energía eléctrica a una enorme porción del continente africano.

En 1994, en Ruanda, estalla un sentimiento de odio étnico que exacerva la locura al punto tal que desde las radios incitan a matar a los tutsis, millones de refugiados se desplazan de un territorio a otro, sobre todo buscan salvar sus vidas en el Congo, el 75 % de la población tutsi fue masacrada, también fueron asesinados muchos twas (los pigmeos). Si la historia venía repleta de violencia por esta zona, por estos tiempos la epidemia mayor, la del odio, intoxica el ser de muchos y crece la estadistica de enfermos. La Masacre de Ruanda estuvo planificada, de hecho es una parte de un plan que todavía está en marcha.

En Ruanda, comienza, además, un plan sistemático de eliminación étnica. Las niñas y mujeres de las etnias que las corporaciones estan aniquilando son violadas reiteradas veces y luego los atacantes les destrozan el aparato genital y otros órganos con elementos hirientes y cortantes. La mayoría de las víctimas son atacadas mientras trabajan en la tierra sus cultivos.

Está demostrado que el Banco Mundial financió la masacre, (también el Gobierno de Gran Bretaña concedió grandes préstamos a Ruanda (antes y durante la guerra), sobran evidencias de la red de relaciones políticas y comerciales que involcucran a siniestras personas. François Mitterrand, por entonces presidente de Francia, zarpado genocida, Jean-Luc Dehaene, primer ministro por entonces de Bélgica, actual presidente del consejo de administración del banco Dexia, reverendo hijo de yuta, (este banco Dexia, de accionistas belgas y franceses, recientemente fue uno de los rescatados de la crisis financiera) … y la lista sigue y sigue, son muchas las personas implicadas en sangre y destrucción, todas tienen nombre y apellido, no es muy difícil hurgar en la información que hay tan sólo en internet, ni hablar de publicaciones gráficas, y si salis a hacer entrevistas mejores resultados tendrás. La verdad está detrás de ese espejo transparente.

¿Qué hizo Nobutu con los refugiados cuando llegaron al Congo, a su Zaire? Los hechó y los masacró en terribles cacerías humanas, algunas personas sobrevivieron.

«Muchos, muchos procesos de Nuremberg podrían llevarse a cabo contra las lumbreras europeas y estadounidenses culpables de crímenes contra la humanidad en África Central, cuando todavía su política racista y corporativa insiste en que el ‘salvajismo’ africano es el culpable del genocidio actual.» dice Keith Harmon Snow con total sabiduría.

1995, los capitalistas crean la OMC (Organización Mundial del Comercio). William J. Clinton entiende bien de organización mundial del comercio, ordena y opera para 1996 la masacre de Uganda (*) y la incentivación de la guerra en el Congo para disputar una porción grande del saqueo de los recursos del Congo y de la correspondiente masacre de la población del Congo. Sacerdotes católicos participaron activamente de la masacre, mientras el Comité Internacional de Rescate -CIR- (International Rescue Comitee) comenzó a operar como un instrumento ideal de la guerra psicológica.

En 1996, Paul Kagame (actual gobernador de Ruanda y Yoweri Museveni, (presidente de Uganda desde 1986) con la ayuda del Pentágono, del servicio de inteligencia y militar de Bélgica y EE.UU., y con tecnología militar israelita, lanzaron operaciones militares que primero sacaron del gobierno del Congo al dictador que ya no servía (porque entre otras cosas previlegiaba a los capitales franceses), Mobutu Sese Seko, poniendo a Laurent Kabila (del que el Che tanto se quejaba y desconfiaba) y luego continuaron hasta ahora y siguen aterrorizando y asesinando a la población para controlar las zonas de explotación minera. (Observación: Un enorme porcentaje del material bélico que militares israelies (famososo por poseer armas de última generación) arrojan con precisión milimétrica sobre la población palestina, es producido con minerales extraidos violentamente del Congo.

No pasó 1997 sin que el nuevo gobernante del Congo renombrara al país como Republica Democratica del Congo y favoreciera a más no poder a Barrick Gold Corporation, a American Mineral Fields y a Anglo-American Corporation (propiedad de la familia Oppenheimer, socios de la canadiense Barrick Gold.).

En el Congo no hay una guerra civil, no hay en estos momentos una guerra civil. No hay grupos rebeldes que luchan por reivindicaciones de nada, hay grupos paramilitares con nombres rebeldes que operan para las multinacionales, grupos que son asistidos, entrenados, apoyados logísticamente por ejercitos militares privados, por el ejército y el centro de inteligencia estadounidense, por el ejército y equipamiento militar israelí, y por supuesto, el ejército belga que nunca se fue. Todos estos grupos armados que supuestamente son mantenidos en línea por las fuerzas armadas de las Naciones Unidas, los cascos y túnicas azules, con militares pakistaníes, uruguayos, etc., los nombro más abajo.

Todos los días el coltan saqueado con total violencia es transportado por aviones hasta llegar a las manos de Bayer (el de «si es bayer es bueno» (2)) que procesa el mineral para venderlo a Sony o Motorola, por ejemplo, quienes invierten grandes cantidades de dinero en propagandas y campañas publicitarias que le indican al público que el consumo es la razón de vivir y que con ese nuevo modelo de celular será alguien encantadoramente distinto. Todos los días miles de celulares nuevos son fabricados y vendidos en el mundo, y computadoras portátiles y playstations y cámaras digitales. Todos los días el doctor Dennis Mukwebe opera a diez mujeres que tienen destruidos sus órganos reproductores por la violencia de quienes cuidan que empresas como Sony dispongan de materia prima barata. Hay días en que a un hospital especializado llegan 250 mujeres para ser operadas. Nicole Seligman, vicepresidenta ejecutiva y consejera general de la corporación Sony, sabe perfectamente de lo que estoy tratando en este texto, ella y otros colaboradores íntimos de la gestión Bill Clinton actualmente trabajan para Sony. Nicole Seligman, además fue defensora de Clinton durante el juicio por abuso sexual y asesoró y defendió a Oliver North, así que imaginate…

Los seres humanos tenemos un problema muy grave en el Congo, Africa es un continente muy pero muy maltratado. Los intereses capitalistas no tienen perdón de nadie, lo que están haciendo encima, es una parte de lo que pretenden hacer.

La situación es en extremo grave. Darfur, (si te fijás en el programa Google Earth, ese que tiene imágenes satelitales, hay que seleccionar en «Capas» la opción «concienciación global»… ) Sudan, fijate Darfur, acercate de a poco, verás que hay unas marcas que representan fuego, ese fuego es guerra y destrucción. En Darfur, en estos momentos, hay una masacre descomunal, un genocidio perpetrado por corporaciones multinacionales y ejecutado por políticos gobernantes por militares y asesinos de toda índole. Toda esa sangre es parte de la cuarta guerra mundial que estamos atravesando. Todas esas muertes, todas esas vejaciones ejecutadas contra la población, toda esa hambruna, son crímenes horrendos que realizan las corporaciones multinacionales. Las corporaciones multinacionales, todas, absolutamente todas, son un veneno para la humanidad.

Una guerra instalaron entre las hermanas Paraguay y Bolivia dos empresas petroleras que se disputaban un territorio. 1932-1935, 130 mil vidas costó la pelea entre empresas petroleras, la Estándar Oil (Chevron) y la Shell.

En Darfur hay mucho petróleo, en Darfur habitan unos seres absolutamente extraordinarios, los nubas, todavía quedan algunas personas pertenecientes a esta etnia, pero ignoro si han podido rescatar algo de su cultura ancestral.

Exterminio por petróleo, si investigás un poquito encontrarás mucha información sobre más de 30 años de exterminio de los nubas, personas como Antonio Cores han hecho campañas de difusión. Los medios corporativos nos pueden llegar a hacer creer que la población en Africa está siendo contenida en sus problemáticas por una vasta red de ONGs que dedican su vida a ayudar al prójimo. Nada está más lejos de la verdad. Casi todo el sistema de ayuda a refugiados, de entrega de alimentos, etc, está controlado por las corporaciones multinacionales, ni hablar de los cascos azules de la ONU, al igual que en Indolatinoamérica, los cascos azules asesinan civiles, y violan y roban, y ni hablar de la iglesia católica, participa activamente del genocidio, repugnan las palabras de ese que le dicen Papa.

Recientemente, Daniel Estulin, publicó un trabajo de investigación titulado «Los Señores de las Sombras». Un extracto en internet dice: «En 1998, un Sudán azotado por la guerra y devastado por la sequía fue el objetivo de la Operación Supervivencia en Sudán (OSS). Este programa urgente y transfronterizo era una enorme operación «humanitaria» internacional de miles de millones de dólares que coordinaba a 35 importantes organizaciones de la ONU y de gobiernos exteriores (UNICEF, WFP, OMS, FAO, ACNUR, USAID), organismos no gubernamentales (OXFAM, CARE, CICR, World Vision) y organizaciones religiosas y donantes (…) Más que una gigantesca operación de ayuda, la OSS metió un pie en los extensos yacimientos sin explotar del sur de Sudán, y un sinfín de organismos de «ayuda» se pusieron a competir por un trozo del pastel de miles de millones de dólares anuales (…).»

Cientos de miles de personas han sido asesinadas en Darfur, millones desplazadas. Como en el Congo, una veintena de grupos armados asedian a la población. China viene explotando el petróleo desde 1999, luego que la companía norteamericana Chevron huyera de los ataques directos que recibía. Desde entonces, EE.UU. financia a varios grupos armados y a partir del 2003 comenzó una campaña mediática mundial para lograr, mediante una excusa humanitaria (de hecho se preocuparon mucho por usar el término «genocidio»), insertar a las tropas de la OTAN en el terreno, con el claro objetivo de pelearle los pozos petroleros a los chinos. Resumiendo, hoy por hoy, hay zonas a las que ni los médicos sin fronteras acceden, un desamparo total de muchísimas personas amenazadas por todos lados por hombres armados que suelen ser hasta caníbales, todo digitado y establecido por las empresas multinacionales. Una rapiña atroz en la que están involucrados los gobiernos de Estados Unidos y China, que luchan entre sí procurando ser discretos ante la masa mediática idiotizada. Los medios corporativos de difusión masiva, (y cuando decimos masiva en este mundo globalizado, decimos masiva) trabajan raudamente para ocultar y tergiversar los hechos cotidianos e históricos. Los medios masivos corporativos son cómplices irrefutables de ésta y tantas otras violencias contra la humanidad y el planeta. Darfur es una vena abierta con cada vez menos sangre.

La población del Congo está sufriendo una violencia atroz, pero puede ser peor, el Congo va por el terrible camino de Darfur.

Algo más sobre el Congo, estábamos en 1997 que ponen a Kabila a gobernar. Laurent Kabila es asesinado por su guardaespaldas en el 2001, desde entonces, y tras algunas otras tantas cosas bien turbias, su hijo, Joseph Kabila lleva el rótulo de presidente.

En Darfur, finalmente EEUU consiguió instalar tropas de la OTAN y continúa día a día el genocidio de étnias y culturas hermosas que van desapareciendo.

Coltán

A finales de la década de los 90’s comienza el negocio de la telefonía celular a acelerarce en todas partes del mundo. Al mismo tiempo mercenarios y empresarios, que son sinónimos, comienzan a controlar las minas del Coltan en el Congo.

La explotación de columbita-tantalita (coltán) del que se extrae tantalio y niobio, (metales escasos) es imprescindible para la fabricación de numerosos artefactos electrónicos. Estos metales son muy resistentes al calor y optimizan el consumo de electricidad.

Otras zonas del mundo donde se extrae el Coltán son: Australia, Brasil, Canada, China, Etiopia, Mozambique, Tailandia, Malasia y Egipto. En el Congo se encuentran los mayores yacimientos de Coltán, (entre el 65 y el 80 % según diversas fuentes)

La explotación de personas y de los yacimientos de coltán está dirigida en parte por industriales chinos e indios, también hay australianos, franceses, norteamericanos, belgas e ingleses. La mayoría de los mineros son niños y adolescentes.

Ruanda es uno de los mayores exportadores mundiales del preciado material, mientras que de su suelo no se extrae ni un gramo de Coltán.

Ruanda y Uganda están hoy exportando Coltán, lo roban del Congo y se lo llevan por aire y por tierra dentro de una estructura perfectamente organizada. Estos dos paises, Ruanda y Uganda, son mostrados como ejemplo dentro de Africa por el Banco Mundial y destripan palabras en obsenos informes que subrayan el éxito económico de estos países.

Un periodista, que firma con seudónimo, concluye en uno de sus textos que los celulares deberían llegar al consumidor con una nota que diga claramente: «¡Advertencia!: Este artificio se creó con materiales crudos del África central, minerales raros, no renovables, vendidos para consolidar una guerra sangrienta de ocupación que también ha causado la eliminación virtual de especies expuestas en peligro de extinción. Cuando usted compre un teléfono celular, sepa lo que está comprando. ¡Que tenga un buen día!»

Sobre los animales que están siendo exterminados: (info)

«El hecho de comprar coltán en el mercado ilegal o mercado negro beneficia a las empresas pues evaden así impuestos y aranceles.» afirma un artículo de Ernesto Tamara, y bien sabemos que las corporaciones tienen como principal objetivo externalizar los costos. Cuales son algunas de estas empresas que tanto se benefician y que no por casualidad son las que mayor inversión hacen en publicidad: Nokia, Ericsonn, Siemens, Sony, Bayer, Intel, Hitachi, IBM, Alcatel, Compaq, Motorola, HP, Samsung, Afrimex.

«Afrimex, que se dedicó al comercio del coltán y de la casiterita (mineral del estaño) durante todo el tiempo que duró el conflicto en RDC (República Democrática del Congo) desde 1996, ha pagado impuestos al movimiento Reagrupación Congoleña por la Democracia-Goma (RCD-Goma), un grupo rebelde armado conocido por sus graves violaciones de los derechos humanos, responsable de masacres de civiles, de actos de tortura y de violencias sexuales.»

Algunos usos del Coltán (clasificado por el Pentágono como «materia prima estratégica») son: microchips, baterías, circuitos y condensadores de ordenadores, teléfonos móviles, equipos electrónicos y videojuegos. También es usado en aleaciones para centrales nucleares, gaseoductos, satélites y misiles. Además se usaría en proyectos de supermodernos trenes de deslizamiento magnético (TAV, el famoso tren bala de origen francés).

Describe Mvemba Phezo Dizolele, periodista independiente que anduvo en el Congo en el 2006: «Cada mañana, un gran grupo de trabajadores forma fila frente a la puerta del establecimiento para pedir trabajo. Unos pocos son elegidos, y el resto es enviado de vuelta a casa. Ganan menos de un dólar al día, mientras que en el mercado internacional el coltan cuesta entre 8 y 18 dólares por libra».

«En Mushangi, un camino peligroso lleva a las minas, en las que solo se ve a unos pocos adultos. La mayoría de los mineros son niños y adolescentes de diferentes edades, que trabajan en condiciones precarias. De sol a sol, trabajan en pozos abiertos con los instrumentos más primitivos y sin protección alguna contra las piedras que caen y los derrumbes de tierra. Andan a gatas por túneles oscuros que no cuentan con ningún soporte estructural».

«Le preguntamos a Baruti, de 16 años, y a sus amigos si entienden adónde va el coltan de Mushangi. ‘Va a Bukavu’, responden. ‘¿Saben que el coltan se cotiza muy bien en Estados Unidos y Europa? Se precisa para las computadoras, los teléfonos móviles y los videojuegos’, les explico. ‘No’, responde Baruti.

‘¿Saben que la explotación del coltán estimula la guerra en el Congo?’, les pregunto. Baruti me mira a los ojos y responde: ‘Si lo supiéramos, no trabajaríamos aquí’ «

Los mal llamados «grupos rebeldes»

Hay una veintena de ellos, son grupos armados que con diferentes nombres, casi todos aparecidos durante la decada del 90, se dedican a aterrorizar a la población.

– Reagrupación Congoleña para la Democracia (RCD), cuenta con unos 40.000 soldados, que son apoyados por Ruanda. «Con la venta de diamantes -ha declarado el mismo Adolphe Onusumba, presidente de la RCD- ganábamos unos 200.000 dólares al mes. Con el coltan llegamos a ganar más de un millón de dólares al mes».

– AFDL (Alianza de Fuerzas Democráticas por la Liberación del Congo-Zaire)

– Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo (FARDC), es el ejército regular bajo el mando del presidente Joseph Kabila, cómo sucede históricamente no cobran salarios en forma regular, por lo que saquean continuamente a la población.

– Las Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda (FDLR), son los soldados hutus, partícipes del genocidio de 1994.

– Las Fuerzas Nacionales para la Liberación de Burundi (FNL), también hutus ubicados en Kivu Sur que atacan a los tutsis congoleños.

– El Consejo Nacional para la Defensa de los Pueblos (CNDP), ejército tutsi, ex Fuerzas Armadas congoleñas, comandados por el general Nkunda, respaladado por Ruanda, aliados de las Fuerzas Democráticas Aliadas de Uganda, quienes supuestamente pretenden derribar al gobierno de Uganda desde el Congo.

Otros grupos armados son:

– el Frente de Resistencia Patriótica de Ituri,
– el Movimiento Revolucionario del Congo,
– los Interhamwe
– los Mai-Mai, repleto de adolescentes, de hecho, el jefe militar tiene 18 años, (la prensa corporativa los acusa de saqueos a la población y violaciones)
– los Rastas, grupo hutu «con pretensiones místicas» (3).

Empresas involucradas en el saqueo y en el financiamiento de los grupos paramilitares:

Afrimex, Barrick Gold, Cabot Corp., Brown & Root (filial de Halliburton) y OM Group, de EEUU; HC Starck, de Alemania; Texaf, George Forrest International, Petrofina y Union Minière de Bélgica; y Nigncxia, de China. Además están: Ahmad Diamonf, As Diam, Sierra Grem Diamonds, Triple A Diamonds, Consolidated Eurocan Ventures, Lundin Group, Anglo American Company, American Diamond Buyers, Bayer AG, Barclays Bank, American Mineral Fields Inc (AMFI), De Beers, Anvil Mining (de capitalistas australianos); CITIBANK (CITIGROUP)

El cobre que extrajo ese esclavo fue utilizado para fabricar la bala que lo mató. No hay metáfora.

Henry Kissinger está vinculado a Freeport MacMoran (FCX), y FCX acapara todo el cobre y el cobalto encontrado en Katanga. Henry Kissinger, entre otras cosas, es uno de los directores de International Rescue Committee, (IRC), ¿podes creer tanta impunidad?

Moto Gold (opera en la región anegada en sangre de Ituri)

Empresas que fabrican Armas, Equipos e Infraestructuras usando material conseguido por el uso de las armas: Simax, Lockheed Martin, Halliburton, Northrop Grumman, GE, Boeing, Raytheon y Bechtel.

Tres mapas borrosos (ver en artículo original)

En el primer cuadro se puede observar que hay una mancha grande de color rojo sangre (entre fresca y seca) Este mapamundi lleva el título «Mapa del hambre», fue confeccionado por la FAO y figura en su pagina de internet oficial. Esa gran mancha oscura en el centro de Africa es el Congo, una de las regiones del mundo con mayor población humana desnutrida.

El cuadro que sigue demarca la región del Congo, el color mostaza indica la región selvática, gran parte del segundo pulmón del planeta Tierra; el color crema muestra las zonas de cultivo o zonas agroindustriales, que cada día crecen sobretodo desde que se cultiva principalmente palma (agrocombustible, nombre real: necrocombustible)

El segundo pulmón del mundo

En el Congo está el segundo pulmón del mundo, luego del Amazonas. 40 millones de pobladores congoleños dependen vitalmente de la selva, grupos indígenas como los pigmeos, llevan su vida ancestral en los bosques. Pero no son sólo ellos, cada ser vivo de este planeta depende de esa hermosa selva para vivir.

«Esta situación no es sostenible para la gente que vive allí, para incalculables especies que pueden verse empujadas a la extinción ni para el clima. Revertir la deforestación es esencial tanto para asegurar el sustento de la población regional como para mantener la biodiversidad del bosque y su capacidad de almacenar carbono.» proclama Wangari Maathai

La deforestación ya arrasó con los bosques de Ituri, destruyendo el hábitat de la comunidad Mbuti y de animales como los gorilas, los okapis, elefantes y monos.

El Congo es el país más rico en recursos naturales del mundo. Se encuentran las mayores reservas de cobre, cobalto, diamantes.

Del Congo son las mayores exportaciones de cobalto.

En el Congo se encuentran los mayores yacimientos de diamante. También tiene mucho petróleo.

Satélites, plataformas orbitales y otras tecnologías que dan vuelta alrededor del mundo tienen en sus componentes cobalto tungsteno cobre y oro que ha sido extraido del subsuelo congoleño.

«En estrecho vínculo con el madereo industrial, también se proyecta usar zonas de bosques para establecer monocultivos de palma aceitera que alimenten el floreciente mercado de los agrocombustibles para los automóviles estadounidenses y europeos así como para la insaciable demanda china de aceite de palma.» Sostiene un boletín de wrm.org.uy falta mencionar a Bill Gates.

Masacran a la población además destruyendo su salud

En el Congo hay 3 mil trabajadores de Médicos Sin Fronteras, atendiendo casos de cólera y sarampión, conteniendo epidemias de meningitis. Hay muchísimas personas afectadas con VIH, otras muchas padecen la tripanosomiasis humana africana (THA) o enfermedad del sueño.

En las provincias de Kivu Norte y Kivi Sur, al este del país, la violencia no cesa, hay cotidiana y masiva violencia sexual. Las víctimas de violaciones suelen ser atacadas mientras trabajan en sus tierras o regresan de ellas.

En todo el Congo la inmensa mayoría de la población sufre desnutrición y malaria.

Los mercenarios capitalistas no tienen límites con el lucro

El desprecio por la otredad es la raíz de la violencia. Enajenados seres están asesinando dentro de una masacre cotidiana empujada su voluntad por un deseo de acumulación de poder que no tiene límite alguno.

«Lo que realmente se expande por el mundo es la muerte de este sistema inmundo sepan en el planeta sepan en el planeta» Las Manos de Filippi La resistencia crece en el mundo, mas no en el Congo. Algo tenemos que hacer.

Observaciones:

(*) Es terrible las múltiples noticias e informes sobre los países africanos lo contaminados y podridos que están con mentiras y terribles tergiversaciones. Es terrible y criminal.

El plan es terrible, ideado por alguien (ya conoceremos alguna vez su nombre y apellido), el objetivo: El control de los minerales del Congo. Pero el plan empieza con genocidios en Ruanda y Uganda. Parte del plan que llevaron y siguen llevando adelante las multinacionales saqueadoras implica disponer de gobernantes dictatoriales bien ambiciosos y absolutamente desalmados, parece un juego de mesa, pero hasta ahora tiene un éxito enorme.

(1) Originariamente, la selva del amazonas, por ejemplo, llegaba, casi sin interrupciones, hasta parte de Catamarca, Argentina. Podías ir desde Catamarca hasta la costa de Venezuela atravezando Selvas, Montes y Bosques, que están siendo destruidos a una velocidad inaudita.
(2) La filial de Bayer, Starck, es la productora del 50% del tantalio en polvo a nivel mundial.
(3) Ángel Expósito Mora – Director de ABC – «ABC» – Madrid – 18-Ago-2008

Notas al márgen:

– ¿Sabe Hugo Chavez de donde proviene el Coltan que utilizarán las fabricas de celulares recientemente anunciadas y que tiene como socios a los chinos?

«Primera fábrica de celulares producirá un millón de teléfonos al año»
«El embajador de China, Zhang Tuo, manifestó que su país quiere transferir su tecnología para que Venezuela se abastezca de celulares: «La telecomunicación al servicio del pueblo de Venezuela». El mandatario nacional garantizó que pronto se colocarán estos celulares a bajo costo no sólo en Venezuela, sino en Centroamérica, Suramérica y el Caribe.»

– Más sobre el verdadero funcionamiento de las llamadas «fuerzas de paz», de la ONU, no sólo violan a las mujeres como cualquier otro uniformado de la región, también facilitan armas y trafican con oro.

«Un reportaje de investigación de la cadena británica BBC acusó el lunes a los cascos azules de la Misión de la Organización en la República Democrática del Congo (MONUC) de proporcionar armas a los rebeldes y traficar con oro. Las fuerzas de paz implicadas provienen de India y Pakistán y las quejas por mala conducta datan ya del año pasado.»

– Trabajando para una empresa de transporte marítimo, Edmund Dene Morel, en 1898, descubrió que los barcos que llegaban al puerto de Amberes, en Bélgica, traían caucho y marfil y los que se iban de vuelta llevaban armas y municiones. Comenzó entonces a reunir testimonios y denunciar el genocidio llevado adelante en el Congo. Denunció los trabajos forzados, las torturas, mutilaciones y masacres, denunció los secuestros de mujeres y niños para obligar a los hombres a trabajar para el rey Leopoldo II.

Más información relacionada:

– Las compañías ‘high-tech’ financian el genocidio en el Congo www.rebelion.org/noticia.php?id=38128
– www.dizolele.com/ (pagina del periodista independiente Mvemba Phezo Dizolele, en inglés)
– www.allthingspass.com/ (pagina del investigador y fotógrafo independiente Keith Harmon Snow, en ingles con artículos en francés y español)
– www.lindamelvern.com/ (en inglés) (Linda Melvern es periodista e investigadora, sus trabajos son estos momentos tratados en un juicio por la masacre de Ruanda)
– La muerte lenta de un paraíso / www.elmundo.es/elmundo/2008/08/24/castillayleon/1219598224.html
– ESPECIAL CONGO Un agujero del mundo / www.eitb24.com/noticia/es/B24_104099/internacional/ESPECIAL-CONGO-Un-agujero-del-mundo/

Fuentes:
– Boletín Nº 121 del WRM, agosto de 2007 www.wrm.org.uy/boletin/121/Congo_RD.html
– www.elpaniol.blogspot.com/2008/08/el-coltan-del-congo-laboratorio.html
– www.informador.com.mx/internacional/2008/37990/6/onu-preocupada-por-nuevos-combates-en-congo.htm
– «En Congo se está destruyendo la especie femenina». Entrevista a la activista Christine Schuler Deschryver – Amy Goodman
– «La guerra que alimenta los celulares», Ernesto Tamara, Liberación / Suecia – mayo 2007 www.iade.org.ar/modules/noticias/article.php?storyid=2273
– www.radiocable.com/klaus-werner-denuncia-en-el-libro-negro-de-las-marcas-el-trafico-de-coltan.html
– Enciclopedia Salvat (1972) Salvat Editores, S.A. Barcelona
– www.antorcha.org/galeria/lumum.htm
– www.insurgente.org/modules.php?name=News&file=article&sid=8288
– www.lindamelvern.com/
– www.journal.heinz.cmu.edu/articles/congo_coltan_conflict/
– www.rebelion.org/noticia.php?id=38128
– www.rebelion.org/noticia.php?id=64117
– www.inshuti.org/extracto.htm
– www.rebelion.org/noticia.php?id=47448
– www.afrol.com/es/especiales/13258

fuente: www.argentina.indymedia.org/news/2008/12/645536
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copyleftdown (autorizada difusión, sobre todo abajo y a la izquierda) si tenés ganas de reproducir esta y otras informaciones sobre el mundo patas arriba en el que estamos, benditas sean esas ganas.

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Gaza, racismo, epifanía de lo atroz

Publicada el 26/12/2008 - 08/09/2018 por raas

Dov Lior es considerado aun dentro de los propios círculos hebreos como un extremista de derecha.  Cuando en los ’80 Lior propuso el uso de presos palestinos para investigaciones médicas, aunque era ya un hombre de poder, le costó el puesto a que aspiraba en el Consejo Rabínico Supremo de Israel. Pero el desparpajo de su propuesta revela la índole de su universo ideológico y ético.

Por Luis E. Sabini Fernández

Fue de siempre un sostenedor de que había que barrer militarmente el suelo palestino desde donde surgieran resistencias o ataques a la población israelí. En apoyo a esa política ha firmado dictámenes rabínicos, como otros rabinos de su misma contextura ideológica, reclamando ya no el derecho sino la obligación de disparar contra quienes atentan contra el Estado de Israel.

En 1993, ante asesinatos de civiles palestinos en la ciudad de Rafah por fuerzas israelíes afirmó públicamente que la matanza de civiles no judíos está permitida por las leyes religiosas judías. Lior manifestó a este respecto que «durante la guerra el matar civiles no judíos está permitido si salva vidas judías».
En 1994, Lior apoyó el asesinato “colectivo” de 29 palestinos a manos de otro rabino, Baruch Goldstein, originario de EE.UU., dentro de una mezquita en Hebrón. Lior manifestó entonces que «un millar de vidas no judías no valen lo que la uña de un solo judío» y calificó a Goldstein de «gran santo y gran rabino, cuyo recuerdo será bendecido (por los fieles judíos)». Varios meses después de la masacre, Lior dijo a sus discípulos en Kiryat Araba, un asentamiento judío situado cerca de Hebrón, que «la sangre judía es más roja que la de los no judíos y el Señor prefiere una vida judía a otra no judía».

Cuando en 2003, el ejército de “Defensa” de Israel asesinó a mansalva a ocho palestinos que protestaban contra la ocupación israelí [episodio de Nadav Shragai], hubo una reacción al menos de grupos llamados “izquierdistas” dentro de la sociedad israelí, que organizaron una protesta ante el “Ministerio de Defensa”. Se trataba apenas de cientos de manifestantes moralmente indignados, organizados como “Coraje para rechazar” y fueron apaleados y detenidos a montones por la policía del estado israelí. Así atraparon a un militar graduado y refuseñik, al capitán David Zonenshein, que se había negado a ser militar en territorios “ocupados” (en rigor, en los últimos territorios ocupados).

Estos protestatarios afectados por la muerte en frío y en masa de los protestatarios palestinos entendían que con ese acto “el ejército [israelí] ha perdido su legitimidad moral”. Es un juicio francamente tardío, cuando los militares israelíes han estado asesinando inmisericordemente “enemigos” y “obstáculos” desde hace décadas, pero aun así, la protesta revelaba algo de la hondura del conflicto en que está metido el diferendo palestino-israelí.

Las reservas humanistas, morales, de población israelí se podían entonces percibir en que ante la matanza señalada hubo también manifestaciones conjuntas de repudio de árabes y judíos, e incluso también resistencia unida contra el derribo de casas palestinas “marcadas”.

En ese clima, el rabino Dov Lior, presidente del Consejo Rabínico Yesha [de enorme peso entre los colonos israelíes] dictaminó que el “Ejército de Defensa” de Israel está religiosamente habilitado para herir y matar a los llamados inocentes durante la guerra. Lo hizo en declaración conjunta con otros rabinos archiortodoxos como Yuval Sharlo:
“La ley de la Torá se refiere a tener merced con nuestros soldados y de salvarlos a ellos.” “No tenemos que sentirnos culpables sobre la base de morales extranjeras.”

Observe el lector que no hemos oído estas frases ni siquiera de los imperialistas norteamericanos, que aun llevando sistemáticamente a cabo tal política, de asesinatos colectivos, jamás la asumen. Tenemos que remontarnos a la “franqueza” nazi para oír semejantes razonamientos de la soberbia, que indudablemente no era pecado mortal para los nazis.

Pero en el 2003 todavía había en Israel quienes caracterizaron el concepto de “enemigo” de Lior como algo para avergonzarse. Aunque se tratase de voces aisladas, como la de Ran Cohen, del partido Meretz.

Bueno es recordar que nuestro “nazi sionista” –al decir del inolvidable Yeshayahu Leibovitz, un rabino con otra estatura humana, ciertamente– había evitado problemas de conciencia a la soldadesca israelí cuando el arrasamiento de Jenín, en 1985 emitiendo un dictamen rabínico entonces con los mismos argumentos.

En 2004, la derecha religiosa emitió más comunicados conducentes a liberar de toda carga moral los asesinatos siempre impunes de palestinos, tanto en territorio todavía palestino como en territorio legalmente israelí. Se trata de catorce rabinos que en total alcanzan un amplio espectro dentro del estado israelí. Entre ellos: Haim Drukman, Yehoshua Shapira, jasídico, Yuval Sharlo, director de la escuela talmúdica en Petah Tikva, que capacita a sus alumnos en armas espirituales y de las otras, Yuval Cherlow, Zefania Drori un rabino con enorme influencia en jóvenes.

¿Qué ha pasado con la invasión punitiva del 27 de diciembre de 2008?
En primer lugar, hay que verificar que las tesis de Lior se han oficializado y se han socializado. Es decir, tanto el estado israelí como la sociedad israelí han adoptado el comportamiento elogiado y postulado por el nazi sionista Lior: matar sin problemas de conciencia a civiles desarmados e incluso acusar de tales asesinatos a los propios palestinos o a Hamas.

En segundo lugar, se puede comprobar el debilitamiento de la conciencia de rechazo y resistencia al fanatismo y a la intolerancia dentro de la sociedad israelí y especialmente dentro de sus sectores “izquierdistas”.

Hicieron un llamamiento y se juntaron unas 150 judíos israelíes en Tel-Aviv el 28 de diciembre reclamando por “los niños palestinos muertos por los bombardeos israelíes”. Fueron “corridos a huevazos e insultos” según testimonio directo de uno de los participantes. Ciento cincuenta manifestantes, no quince, corridos por huevazos e insultos no a palazos o balazos. ¿Qué nervio moral tenían esos ciento cincuenta para ser persuadidos con unos insultos y unos huevazos? No hay más remedio que pensar que llegaron a la “esquina  céntrica” de Tel-Aviv ya interiormente derrotados, o que en todo caso, llegaron “para cumplir”, pero sin un vigor interior que los impulsara a resistir el abuso atroz.

Porque la única explicación para que Israel responda a los cohetes Qassam (que no son misiles) con semejante tratamiento es el racismo, aquel aducido por Lior; de que un judío vale más que cientos, miles de gentiles, goim o como se les quiera llamar.

Ése es el comportamiento habitual de toda colonización, de todo racismo. Si los nativoamericanos llegaban a matar a un invasor huinca, la respuesta era sistemáticamente arrasar la aldea de donde provenía, matando sistemáticamente a toda la población al alcance, hubiese o no participado del hecho. Si un indio “delinque”, todos son culpables; si un blanco delinque, él es el culpable (sobre todo si no tiene dinero).

El cálculo racista israelí, sionista, se presenta más pesado que el de los mismos nazis, que por ejemplo, para vengar el atentado contra 33 miembros de su ejército de ocupación en Nápoles, Italia, detuvieron a 330 habitantes de la cercanía al atentado y los “ajusticiaron” a razón de diez por uno. Algo sin duda insuficiente para la bíblica aritmética de Lior.

Es que si uno mantiene un diálogo fluido con dios (Yahvé, en este caso), ninguna proporción resultará aceptable: para el pensamiento absoluto, no hay comparaciones ni proporciones. Todo un pueblo, toda una nación, puede devenir una minucia ante un miembro del pueblo elegido. Y la dirección política de Israel conserva un fluido diálogo con la élite de poder de EE.UU. que es, a los efectos prácticos, como mantener un diálogo “espiritual” con dios.

fuente: https://revistafuturos.noblogs.org

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Política interior

Publicada el 24/12/2008 - 08/09/2018 por raas

Por Slawomir Mrozek

Juanito le quitó un juguete a Pedrito. Pedrito se quejó de ello a su hermano mayor. El hermano mayor de Pedrito se dirigió inmediatamente al patio y le dio una patada a Juanito. Juanito fue corriendo a la cercana planta embotelladora de agua con gas donde estaba empleado su hermano mayor y le informó de la patada. Aquel mismo día, al anochecer, el hermano de Pedrito fue víctima de una fuerte paliza.

El padre del agredido era colega del dueño de la planta embotelladora de agua con gas donde estaba empleado el autor de la agresión. El hermano de Juanito fue despedido. Pero su tía era cocinera de la cuñada de la mujer del director del Departamente de la Pequeña Industria, y al dueño de la planta embotelladora de agua con gas le quitaron la licencia.

El sobrino del dueño de la fábrica de agua con gas trabajaba en la policía secreta. El director del Departamento de la Pequeña Industria fue arrestado. El gobernador de la región, pariente lejano del arrestado, lo consideró una provocación e intercedió por él en la capital.

El gobierno del país, temiendo un aumento de la influenciad de la policía, se aseguró el apoyo del ejército y destituyó al ministro del Interior de su cargo. La influencia del Ejército aumentó.

A pesar de la enérgica acción del gobierno, Pedrito no recuperó su juguete, que se quedó en poder de Juanito.

Pero Juanito no disfrutó de él por mucho tiempo. Se lo quitó Pepito, que tenía un hermano en la Primera División Acorazada.

fuente: www.mquinadecoserpalabras.blogspot.com/2007/07/sawomir-mroek_18.html

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Estados Unidos es una religión *

Publicada el 24/12/2008 - 08/09/2018 por raas

Los gobernantes estadounidenses se ven a sí mismos como sacerdotes, con una misión divina, eliminar los demonios de la faz de la Tierra.

Por George Monbiot

El artículo de G. Monbiot fue publicado hace un año, cuando las tropas de ocupación detectaron y dieron muerte a dos hijos de Saddam Hussein. Su comienzo describe hechos de ese momento y la pertinaz falla del “comando civil y militar de las tropas estadounidenses” para ver la realidad. Por ello, se pregunta, por ejemplo: “¿Se supone acaso que tengamos que creer que los servicios de seguridad son los únicos que no pueden ver que hay muchísimos iraquíes que se quieren desembarazar de EE.UU. como en su momento querían desembarazarse de Hussein?

Monbiot llega así a la cuestión nodal, que desarrollará en el resto del artículo y que traducimos y publicamos íntegramente a partir de su hipótesis: No hay un fallo de información, hay un fallo ideológico.

Para entender porqué persiste este fallo debemos primero captar una realidad que se aborda infrecuentemente en el periodismo. Estados Unidos ya no es una nación. Hoy en día es una ideología. Sus soldados han incursionado en Irak para exonerar a su pueblo no sólo de su dictador, su petróleo y su soberanía, sino también de sus penumbras. Así lo dijo George Bush cuando le habló a las tropas el día en que anunció la victoria: “Donde vayan, ustedes llevan consigo un mensaje de esperanza, un mensaje que es antiguo y a la vez novísimo. En las palabras del profeta Isaías, «a los cautivos, ‘salgan’ y a quienes estaban en las penumbras ‘sean libres’».

Así que los soldados de EE.UU. ya no son meramente combatientes terrenales; han devenido en misioneros. Ya no matan sencillamente enemigos, están eliminando demonios. El pueblo que reconstruyó los rostros de Uday y Qusay [los hijos de Hussein eliminados violentalmente, a los que alude el principio del artículo; n. del t.] olvidó desprolijamente restituirles el par de cuernitos, uno encima de cada ceja, pero las autoridades norteamericanas se encargaron de transmitir claramente que se trataba de oponentes pertenecientes a otro reino. Como todos aquellos que envían misioneros a ultramar, el elenco de sacerdotes mayores de EE.UU. no puede concebir que los infieles puedan resistir por su propia y libre voluntad; si rechazan la conversión que se les ofrece, es porque interviene la labor del demonio, en su disfraz como precedente dictador de Irak.

Como nos lo muestra Clifford Longley en su fascinante libro Chosen People [Pueblo elegido], publicado en 2002, los “padres fundadores” de EE.UU., aunque alguna vez se desviaron de ello, en general sentían que estaban guiados por un propósito divino. Thomas Jefferson argüía que el sello oficial de EE.UU. tendría que representar a los israelitas “guiados por una nube durante el día y una colmuna de fuego en la noche”. George Washington clamaba, en su alocución inicial que todo paso hacia la independencia “se caracterizaba por una señal de acción providencial”.

Longley sostiene que la formación de la identidad estadounidense fue parte de un proceso de “sobreseimientos sucesivos”. La Iglesia Católica romana sostenía que ella había suplantado a los judíos como pueblo elegido, en tanto los judíos habían sido repudiados por Dios. Los protestantes ingleses acusaron a los católicos de quebrar la fe y aclamaron a los cuatro vientos que ellos se habían convertido en el pueblo elegido por Dios. Los revolucionarios independentistas fundadores de EE.UU. sostuvieron a su vez que los ingleses habían roto el pacto divino y que ahora los estadounidenses se habían convertido en el pueblo elegido, con el divino deber de poner a disposición del dominio de Dios a todo el mundo. Y como para mostrar que estas creencias persisten, George Bush  recordó un llamado de Woodrow Wilson. “EE.UU.”, citó, “tiene una energía espiritual en sí mismo que no tiene ninguna otra nación para contribuir a la liberación de la humanidad.”

Poco a poco, esta noción de ser elegido ha ido confluyendo con otra idea, todavía más peligrosa. No es exactamente que los yanquis son el pueblo elegido por Dios sino que el mismísimo EE.UU. configura en sí mismo un proyecto divino. En su adiós presidencial, Ronald Reagan habló de su país como “una ciudad luminosa sobre una colina”, una referencia al Sermón de la Montaña. Pero lo que Jesucristo describía no era un Jerusalem terrenal, sino el reino de los cielos. En las alusiones de Reagan no sólo se daba por descontado que EE.UU. constituye el reino de Dios sino que también se puede ubicar al reino del infierno aquí en nuestro planeta: entonces se trataba del “reino del mal”, Unión Soviética, contra el cual estaban encomendados los guerreros sagrados.

Desde los ataques a Nueva York, la noción de divinidad para EE.UU. no ha hecho sino extenderse y acentuar sus rasgos. En diciembre de 2001, Rudy Giuliani, el intentente neoyorquino hizo su discurso mayor en la capilla de San Pablo, cerca del lugar donde se levantaban las Torrres Gemelas recién destruidas. “Todo consiste”, sostuvo, “en que abraces la causa de EE.UU.  y entiendas sus ideales y lo que está en juego. Abraham Lincoln solía decir que la comprobación de tu americanism era… cuánto creías en EE.UU. Porque somos como una religión, realmente. Una religión secular.” La capilla en la que habló había sido consagrada no exactamente por Dios sino por el hecho de que George Washington una vez había orado en ella. EE.UU. no tiene ya necesidad de invocar a Dios: es Dios, y los que marchan al exterior lo hacen para distribuir la luz y hacerlo en nombre de un reinado celestial. La bandera se ha convertido en algo tan sagrado como la Biblia: el nombre de la nación se ha hecho tan sagrado como el de Dios. La presidencia se ha convertido en consonancia, en un sacerdocio supremo.

Así que aquellos que cuestionan la política exterior de Bush ya no son sólo críticos, son blasfemos. Los estados extranjeros que procuran modificar su política malgastan su tiempo: se puede negociar con políticos, pero no se puede negociar con sacerdotes. EE.UU. tiene una misión divina y como sugirió Bush en enero de 2003: “defender… las esperanzas de toda la humanidad” y guay de quienes ponen sus esperanzas en algo distinto al american way of life [awol].

Los peligros de una divinidad nacional apenas si necesitan explicitarse. Japón marchó a la guerra en la década de los 30 convencido, como Bush, que poseía un mandato divino para “liberar” al Asia y extender el reino del Imperio Divino.  Iban a, como predijo el teórico fascista Kita Ikki, “iluminar la oscuridad del mundo entero”. Los que buscan traer el cielo a la tierra están únicamente destinados a configurar un infierno.

N. del T.: Nos atrevemos a cerrar la fermentaria nota de Monbiot con una cita de Blas Pascal que no hace sino concebir lo mismo cuatro largos siglos atrás: ‘El hombre es medio ángel y medio bestia, y cada vez que procura convertirse totalmente en ángel se convierte totalmente en bestia.” [cit. p. Mario Sambarino, seminario de Filosofía de la práctica de la Fac. de Humanidades y Ciencias, Montevideo, 1971].

nota:
* Título del original: “America is a religion”. El original juega con el apócope habitual del nombre, United States of America, y la habitual mención ideológica al americanismo. Nosotros no admitimos que desde EE.UU se usurpe el nombre de todo el continente llamado eurocéntricamente “El Nuevo Mundo”. [n. del ed.]

Publicado en Guardian Weekly, Londres, 7-13/8/2003.
Traducción del inglés: Luis E. Sabini Fernández

artículo publicado en Revista futuros nº7. https://revistafuturos.noblogs.org

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Carta a nuestros padres

Publicada el 17/12/2008 - 08/09/2018 por raas

Queremos un mundo mejor!! – Ayudadnos. Apoyadnos.

No somos terroristas, encapuchados”,  “oi gnostoi-agnostoi”*, “los conocid@s-desconocid@s.

Somos vuestros hijos, vuestras hijas. Ellos y ellas somos. Vuestros conocid@s-desconocid@s, que nos conocéis sin conocernos…

Soñamos!! – No matéis nuestros sueños.
Tenemos pasión!! – No nos quitéis nuestra pasión.

Recordad.  Una vez también vosotros fuisteis jóvenes. Recordadlo!!.

Ahora perseguís el dinero, os preocupáis solo por el “escaparate”. Habéis olvidado!!.
Esperábamos que nos mostrarais vuestro interés, que nuestros padres nos hicierais sentir orgullos@s por una vez. En vano.

Vivís vidas de mentira, habéis agachado la cabeza y esperáis el día en que moriréis.
No tenéis imaginación, ya no os enamoráis, no podéis crear.
Solo vendéis y compráis. Lo material en todas las partes. Amor en ninguna parte. Verdad en ninguna parte.

¿Dónde están los padres?
¿Dónde están los artistas?
¿Por qué no salen a las calles para protegernos?
Nos asesinan… Ayudadnos!!

Vuestros hijos e hijas.

PD. No nos tiren más gases lacrimógenos. Ya lloramos nosotr@s por nuestra cuenta…

*”Oi gnostoi agnostoi” es una expresión que la sociedad griega y sobre todo los medios de comunicación han encontrado para definir los mismos grupos de jóvenes que a menudo provocan disturbios en la ciudad. La traducción literal es “los conocidos-desconocidos” y se llaman así porque llevan capucha y no es seguro pero hay rumores de que la policía los conoce y no los arresta porque son agentes provocadores de la misma policía.

fuente: www.europazapatista.org

Más información:
· https://www.athens.indymedia.org
· https://www.lahaine.org/index.php?p=13019

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La medicalización de la vida cotidiana

Publicada el 17/12/2008 - 08/09/2018 por raas

«Al amanecer, armados de una ardiente paciencia, entraremos en las espléndidas ciudades» Arthur Rimbaud

Por Enrique Carpintero

I

En el 2007 se produce un hecho histórico: es la primera vez en la historia de la humanidad que viven más habitantes en las grandes ciudades que en zonas rurales. Sin embargo cada día se hace más difícil vivir en la ciudad del capitalismo mundializado. Paul Virilio habla de la ciudad pánico . La fragmentación social que aparece en el desarrollo urbano muestra espacialmente lo que se inscribe simbólicamente en la subjetividad de aquéllos que la habitan. Desde el poder se genera esta violencia simbólica que enmarca nuestra identidad y legitima nuestras conductas en la afirmación individual no como una posible autonomía, sino como un yo hermético, sin fronteras, en cuyo espacio no entra nadie más y su cumplimiento es el encierro narcisista. En estas circunstancias el yo-soporte es dominado por las pulsiones destructivas y autodestructivas produciendo los síntomas característicos de nuestra época.

Como dice Remo Bodei el yo de la modernidad hecho de acero y cemento se ha transformado en un yo de plástico biodegradable. En un yo video tape que se cambia según las circunstancias. En “la era de la dominación de las conciencias” el poder disciplina nuestra subjetividad banalizando la experiencia donde el dolor y el conflicto dejan de ser una fuente de energía. Por el contrario, hay que evitarlos. El consumo de bienes, el alcohol, los tranquilizantes, la dependencia de los medios de entretenimiento es lo que ofrece la cultura para que anestesiemos nuestra subjetividad.

En este sentido la actual evolución de las biotecnologías, las neurociencias, las técnicas médicas y farmacológicas que pueden estar al servicio de la emancipación del sujeto se las utiliza para adaptarlo a la cultura del sometimiento. Por ello el medicamento que estaba exclusivamente al servicio del “arte de curar” hoy se lo ofrece como un objeto necesario de consumir para soportar las incertidumbres de un futuro que es vivido como catastrófico.

II

Medicar es un acto médico. En cambio la medicalización alude a los factores políticos, sociales y económicos que intervienen en la producción, distribución y venta de las grandes industrias de tecnología médica y farmacológica.

La medicalización es un término que se viene usando desde hace muchos años para demostrar los efectos en la medicina de la mundialización capitalista donde lo único que importa es la ganancia. Es así como las grandes industrias redefinen la salud humana acorde a una subjetividad sometida a los valores de la cultura dominante. Muchos procesos normales como el nacimiento, la adolescencia, la vejez, la sexualidad, el dolor y la muerte se presentan como patológicos a los cuales se les puede aplicar un remedio para su solución. Al dar una resignificación médica a circunstancias de la vida cotidiana el sujeto no solo se convierte en un objeto pasible de enfermedad, sino también culpable por padecerla. La búsqueda de la salud se transforma en una exigencia que en mucha ocasiones genera enfermos imaginarios de enfermedades creadas por los propios laboratorios.

Estos para aumentar se rentabilidad establecen nuevas indicaciones para sus productos o bien cambian los valores normales de determinados parámetros fisiológicos para construir “factores de riesgo” que pueden ser tratados. Su resultado es una información que varía permanentemente . Al leer los suplementos de salud un día nos enteramos que la carne es tóxica, luego que es necesaria; es importante tomar vitaminas o, por el contrario, las vitaminas pueden traer dificultades; las frutas y verduras son valiosas para la alimentación pero hay que cuidar que no estén contaminadas; el colesterol cada día hay que tenerlo más bajo, lo cual es imposible sostenerlo sin medicación; hay que evitar la grasas, mantener el volumen de la cintura, etc. En definitiva, las compras deben ser realizadas con una guía de riesgos a asumir que nos indica la posible enfermedad y la tranquilidad por el correspondiente medicamento que la puede evitar. De esta manera la necesaria información sobre determinados problemas sanitarios se transforma en generar enfermos que pueden consumir medicamentos o tecnología médica.

 

Lejos estamos de Sabín y Salk que no patentaron sus vacunas antipoliomelíticas por considerarlas un beneficio para la humanidad. Hoy la salud es un valor del mercado donde lo importante son las cifras que se facturan. El marketing predomina sobre la epidemiología. Esta red de intereses altera la relación médico-paciente y ha llevado al aumento en forma alarmante de la automedicación. Grandes campañas publicitarias en los medios de comunicación ofrecen las bondades de un medicamento como si fuera cualquier producto para consumir. La ingesta de remedios se la ha naturalizado como una forma de vida. Ansiolíticos, analgésicos, laxantes, antiácidos y multivitamínicos no sólo se venden en las farmacias sino en quioscos y supermercados. Se estima que el 20 % de los medicamentos se ofrecen por fuera de los circuitos legales de comercialización. Su consecuencia es que nuestro país esta considerado un “subconsumidor” de medicamentos y se encuentra entre los primeros del mundo en el consumo de psicofármacos. Una consulta de la Universidad Maimónides y el Instituto Argentino de Atención Farmacéutica realizado a 3000 pacientes y 400 farmacéuticos muestran que el uso de medicamentos sin control médico adecuado conduce a que 100.000 personas se internan por esta causa en los hospitales públicos y más de 770 terminen muriendo . En EE.UU. se ha transformado en la tercera causa de muerte después de las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.

Los diferentes factores que se ponen en juego para difundir la medicalización en la sociedad explican las fabulosas ganancias que tienen los grandes laboratorios, las cuales deben ser repartidas entre los diferentes actores que participan en este proceso. Un informe de la Asociación de Agentes de Propaganda Médica afirma que la diferencia entre lo que pagan por las drogas en el mercado mayorista y el precio que esa droga se vende en las farmacias llega al 55.281 por ciento. Por ejemplo el Diazepam, que el laboratorio suizo Roche comercializa con la marca Valium, el precio por kilo es de $ 235 (0,0002 por miligramo), la presentación que se ofrece es de 10 mg. por 50 unidades, lo que supone 12 centavos por la droga que lleva esa presentación, pero en las farmacias se vende a $ 40,40, es decir el 33.633 por ciento más . Este margen extraordinario sobre el que el Estado no interviene, dificulta el acceso de la mayoría de la población a los medicamentos y le permite a la industria seguir haciendo lobby en las diferentes estructuras del Estado, realizar grandes campañas publicitarias y ofrecer promociones y descuentos.

Este monopolio médico-tecnológico, nacido en Europa y EE.UU., da lugar a modelos neopositivistas donde la única valoración es la biología como determinante del proceso salud-enfermedad. Desde allí no se piensa en enfermos sino en enfermedades de pacientes que pueden pagar los altos costos de la tecnología médico-farmacológica. Esta situación esta llevando a que millones de personas en nuestro país y en el mundo mueran por no poder acceder a tratamientos básicos o mueran de paludismo, chagas, dengue y tuberculosis. Es decir, enfermedades que no dan rédito económico ya que para evitarlas es necesario el trabajo preventivo y mejorar la calidad de vida de la población afectada.

III

En el campo de la Salud Mental la medicalización se fomenta a partir de la hegemonía que ha adquirido la psiquiatría biológica. Frente al desarrollo de las neurociencias la psiquiatría ha dejado de lado el modelo de la psicogénesis para resolver el conflicto en beneficio de una clasificación de las conductas que reduce el tratamiento a la supresión de los síntomas. La enfermedad es una falla que hay que suprimir y no un problema a entender donde hay que dar cuenta de una etiología. Desde esta perspectiva el psicoanálisis es cuestionado por aquellos que han retrocedido a un neopositivismo que reduce el pensamiento a un circuito neuronal y el deseo a una secreción química.

Para ello cuentan con el DSM IV (Manual de Diagnóstico y Tratamiento de los Trastornos Mentales de la American Pychiatric Association) que psiquiatrizó la vida cotidiana en tanto toda conducta puede ser definida como un trastorno. Este es un manual basado en el esquema de síntomas-diagnóstico-tratamiento elaborado a partir de las neurociencias y el uso de psicotrópicos. A pesar de su utilidad epidemiológica el paciente es etiquetado con un diagnóstico que deja de lado su particularidad y las posibilidades de realizar un trabajo pluridisciplinario. Su objetivo no es organizar un tratamiento psicoterapéutico sino clasificar cada trastorno para poder aplicar la droga correspondiente: trastorno de aprendizaje con déficit de atención, Ritalina ; depresión, Fluoxetina; ansiedad generalizada, Lorazepam y así sucesivamente.

De esta manera el diagnóstico realizado sobre la base del DSM IV se adecua a las necesidades de las obras sociales y los pre-pagos que al disminuir los costos de las prestaciones priorizan la rapidez en los tratamientos . Pero si la medicalización de la psiquiatría se ha expandido es porque los pacientes acorde con los tiempos que corren reclaman que sus síntomas psíquicos tengan una causalidad orgánica ya que al depositar la ilusión en una pastilla evitan el camino de la resolución del conflicto.

También la locura se redujo nuevamente a sus componentes biológicos. Para realizar semejantes cambios fue necesario echar por tierra muchos años de trabajo teórico y experiencias de comunidad terapéutica, hospital de día, etc . Hoy el loco no es un sujeto con el que se establece una relación terapéutica, sino se ha convertido en un objeto cuyos síntomas pueden ser tratados químicamente si tiene dinero para pagar los psicofármacos de última generación. Si es pobre será enviado a un manicomio.

El manicomio es el paradigma de la segregación. Nadie le reconoce su efectividad curativa pero permanece mostrando su funcionalidad. Nadie discute su efecto iatrogénico y todos están de acuerdo en limitar las internaciones psiquiátricas a cuadros agudos y períodos breves. Sin embargo la ley 448 de Salud Mental de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que sostiene esta perspectiva, es permanentemente limitada en su aplicación por diferentes poderes instalados en las estructuras del Estado . 

En este sentido creemos que son secundarias las cuestiones que enfrentan a médicos y psicólogos o a psiquiatras y psicoanalistas. Lo importante es unificar a todos los que cuestionan el neopositivismo biológico rescatando el trabajo pluridisciplinario donde la medicación es un instrumento adecuado cuando se da cuenta de una subjetividad construida en su dimensión biológica, psíquica y social. Es decir, humana.

IV

Los ricos no sólo viven mejor que los pobres, viven más tiempo. Uno de los datos de la desigualdad es cuánto se vive y cuanto se sobrevive a la enfermedad y al riesgo. Como venimos diciendo en anteriores artículos la protección de la vida es una tarea de los gobiernos por que las circunstancias de que la gente viva o muera es un hecho político. Si se deja que las condiciones de vida, la enfermedad y la muerte esté en manos de los votos o de la leyes del mercado, las familias pobres no pueden sobrevivir. Esta es la función de un Estado que represente los intereses de la mayoría de la población. Sin embargo la lógica del capital desnuda un Estado que no es objetivo, sino que defiende los intereses de los sectores empresarios, al no garantizar las leyes que protejan a los sectores de menores recursos.

Su resultado es la precarización de las redes sociales donde la cultura dominante sólo ofrece la ilusión del consumo. De esta manera la medicalización es la respuesta que permite sostener la fragmentación de las identidades individuales y colectivas. Para eliminar sus consecuencias no es suficiente con una condena moral ya que estas reproducen el modelo social y económico. Plantear su necesaria transformación requiere tener en cuenta que los sectores dominantes crean sus instrumentos de poder, de civilización y de cultura, así como los medios para realizarlos. De allí la importancia de la fuerza del colectivo social para permitir formas organizativas que generen comunidad. Es decir, como plantea Spinoza, no es solamente el afán desmedido de manipulación y dominio de un sector social el que genera el poder.

También podemos observar en muchos otros un afán de servidumbre, una impotencia que los lleva a esperar sus alegrías y felicidad de supuestos poderosos: creer en la salvación que le propone la cultura de consumo. Los seres humanos sufren la servidumbre de sus pasiones tristes que disminuyen su propia potencia. En esta perspectiva el camino ético -según Spinoza- no es una supresión de las pasiones sino enfrentar las pasiones tristes (la depresión, la melancolía, el odio) con la fuerza de las pasiones alegres (el amor, la solidaridad, etc.). Por ello la importancia de una política liberadora que tenga en cuenta las pasiones. Una política basada en una razón apasionada que se transforme en una guía para la acción potenciando la fuerza del colectivo social contra el poder que la limita. Es decir, una política que permita reconstruir los lazos de solidaridad necesarios para hacer habitable nuestras ciudades.

notas:
· Virilio, Paul, Ciudad pánico. El afuera comienza aquí, libros del Zorzal, Buenos Aires, 2006. Si bien no coincidimos con su posición postmoderna describe con cierta elocuencia las problemáticas que atraviesan las grandes ciudades en el mundo. Aunque en una característica típica de un pensador eurocéntrico confunde los problemas que atraviesa la Argentina con las favelas de Brasil (pág. 102).
· “… el yo es el resultado de elecciones de objeto que llevan a identificaciones que permiten soportar la emergencia de lo pulsional. Este yo-soporte se constituye como garantía del proceso de estructuración-desestructuración del interjuego entre las pulsiones de vida y de muerte. Por ello, en el caso de una estasis pulsional, el yo desaparece en su función soporte al quedar atravesado por los efectos de la pulsión de muerte. En este sentido, el necesario trabajo con el yo permite que el sujeto se encuentre con su ‘potencia de ser’ para posibilitar un revestimiento narcisista del yo en una identificación sostenida en un proyecto como ideal del yo.” Carpintero, Enrique, “El Yo- soporte. La clínica en el trabajo con lo negativo”, revista Dialogantes, Buenos Aires, 2002.
· Bodei, Remo, Destinos personales. La era de la colonización de las conciencias, El Cuerno de Plata, Buenos Aires, 2006.
· Sobre este tema se puede consultar “Medicina Familiar y Comunitaria” en www.medicinafamiliar.org
· Ver “Salud para Tod@s. Blog de información y opinión sobre Salud en Argentina y en el mundo”, www.saludargentina.info
· Diario La Nación, 7 y 8 de enero de 2007.
· Diario Página/12, suplemento CASH, 26 de noviembre de 2006.
· Sobre este tema leer Pavlovsky, Federico, “La tentación: vicisitudes de un psiquiatra”, revista Topía, N° 47, agosto de 2006. También “Medicamentos, médicos y laboratorios: una cuestión del campo de la Salud Mental”, Gustavo Lipovetzky, José C. Escudero y Diana Kordon, revista Topía, N° 48, noviembre de 2006.
· Leer en este número, Janin, Beatriz “La medicalización de la infancia”.
· Para un crítica más desarrollada del DSM IV ver Roudinesco, Élizabeth, ¿Por qué el psicoanálisis?, editorial Paidós, Buenos Aires, 2000. El paciente, el terapeuta y el Estado, editorial Siglo Veintiuno Argentina, Buenos Aires, 2004.
· Esta situación es una tendencia mundial. Para ver lo que ocurre en Francia se puede leer Coupechoux, Patrick, “Hasta la locura es sospechosa. La psiquiatría arrastrada por la tormenta securitaria”, Le Monde Diplomatique, julio de 2006. Sobre un desarrollo de este tema en nuestro país leer Vainer, Alejandro, “La contrarreforma psiquiátrica”, revista Topía, N° 47, agosto de 2006.
· Barraco, Angel, Kazi, Gregorio, Vainer, Alejandro y Carpintero Enrique, “Desmanicomializar. Pasado y presente de los manicomios”, en este mismo número.
· Leer Vainer, Alejandro, “La contrarreforma psiquiátrica”, revista Topía N° 47, agosto de 2006.
· Carpintero, Enrique, La alegría de lo necesario. Las pasiones y el poder en Spinoza y Freud, editorial Topía, segunda edición corregida y aumentada, marzo de 2007.

fuente: www.topia.com.ar/

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La medicina ¿el cuarto poder?

Publicada el 16/12/2008 - 08/09/2018 por raas

Bajo este epígrafe, la revista Esprit lanzaba en 1950 una encuesta a un buen número de médicos. Esta fue la respuesta de Pierre Mabille, singular surrealista francés, jefe de Clínica de la Facultad de Medicina de París.

Por revista Etcétera

Debo felicitaros muy sinceramente por la encuesta que estáis realizando, la considero muy oportuna. Contestaré con mucho gusto debido a que durante estos últimos años ya sea en conferencias, en diferentes artículos o en mi libro Iniciación al Conocimiento del hombre he insistido en los peligros que representa la utilización sistemática de la psicología y de la psico-fisiología moderna en la opresión del individuo o en la represión de las actividades opositoras. He defendido la idea de que, a la larga, estos peligros podían ser más graves que los que significan en la actualidad las bombas atómicas u otros procedimientos de destrucción militar.

La psicología experimental moderna presenta enormes posibilidades entre las que podemos resaltar las de una transformación de los individuos y de la sociedad provocando una «sobredomesticación» de la especie. Una vez señalado el peligro he recogido varias opiniones contradictorias que vale la pena analizar. Me gustaría resumirlas.

¿Cuáles son los logros modernos que pueden preocuparnos?

1º El conocimiento de las correlaciones psico-fisiologicas puede permitir modificar la energética interior mediante: a) un régimen alimenticio apropiado (vitaminas); b) suprimiendo ciertas secreciones glandulares (castración en casos de reacciones antisociales y agresivas), mediante la inyección o el implante de hormonas (aumento de la energía, de la virilidad, de la feminidad, del instinto maternal, etc.); c) mediante medicamentos sintéticos aplicados durante largos períodos de tiempo (cambios de humor); d) interrumpiendo vías de comunicación intracerebrales ‘lobotomía’ (modificación de la afectividad y de la sensibilidad)

2º Una mejor comprensión de los mecanismos psicológicos (psicoanálisis) permite atribuir nuevas interpretaciones a las tendencias instintivas mediante la utilización de una verdadera alquimia que opera mediante: la transferencia, la represión, la sublimación, etc.

3º Los tests objetivos permiten seleccionar a los individuos no sólo según sus aptitudes en vistas a un aumento del rendimiento sino incluso según sus reacciones psicológicas (no conformistas, revoltosos, etc.) para impedir el acceso de ciertos individuos a puestos de responsabilidad o para anular posibles opositores.

Podemos plantearnos si esta manera actual de actuar representa algo nuevo y si su eficacia es realmente tan grande como podríamos temernos. Deberíamos acudir a toda la historia de la humanidad, desde Babilonia a la Inquisición y a las expediciones coloniales, para constatar que desde siempre y en todas partes, los hombres han ingeniado métodos más o menos sutiles para doblegar a sus semejantes a las fantasías del poder. Los métodos modernos no son otra cosa que perfeccionamientos de los procedimientos antiguos. Teóricamente pueden ser más peligrosos debido a la sistematización científica. En el momento que escribimos esto los resultados, prácticamente son todavía fragmentarios. El fracaso de la política biológica hitleriana de eliminación de las razas denominadas «inferiores» nos lleva a la situación clásica de otras épocas de desnutrición de las clases pobres y del reforzamiento del potencial energético de las elites mediante un aumento del bienestar, aumento que se logra mediante intoxicaciones y una especulación psicológica que demandan el aporte de nuevos elementos de población.

En el dominio de la hormonoterapia, además de la castración de elementos antisociales practicada en algunos países anglosajones, no tengo constancia de ninguna otra intervención sistemática que no sea la destinada al tratamiento de síndromes netamente patológicos. Si algunos ensayos pueden parecer peligrosos, lo son al igual que todas las «locuras» terapéuticas (regímenes extravagantes, sangrías intempestivas). Da igual que se trate de terapias de choque que de lobotomías. Los nuevos tratamientos comportan errores y abusos. Parece ser que es el tributo que debe pagarse por el progreso. Y éste es constatable. Hasta hace poco, el psiquiatra de los asilos, como no podía curar, se convertía en un simple auxiliar del conformismo social al que se recurría como «experto» para que decidiera si el comportamiento de un individuo era conforme a las normas establecidas. Los directores de los manicomios privados, víctimas a menudo de la influencia de su entorno no poseían a menudo la mentalidad que esperaríamos encontrar en unos médicos. Los psiquiatras actuales se preocupan por curar a sus pacientes y lo logran aunque sea de manera parcial; la intención es de todas maneras excelente. Aunque hay que deplorar errores de diagnóstico no podemos sino alegrarnos por el cambio experimentado.

Estoy convencido que mis colegas especialistas han luchado para tranquilizar las opiniones referentes al narco-análisis, los medicamentos psicotrópicos y la utilización de los tests psicológicos.
El lector puede sorprenderse de que por un lado defienda la idea de que la humanidad corre un grave peligro y que por otro lado sostenga que las técnicas actuales ni son tan nuevas, ni tan poderosas como se podría creer.

Estoy convencido de que el hombre ha estado siempre amenazado. Su libertad no ha cesado de estar en peligro mortal y esta lucha parece hallarse escrita en las mismas condiciones de su vida. Afirmar que todos los instrumentos pueden utilizarse tanto para el bien como para el mal parece una perogrullada pero también le gana en evidencia la constatación de que los instrumentos de liberación (formas políticas, religiosas, científicas) se convierten a la larga en formas de dominación.

En esta lucha sin fin, el campo de los opresores no precisa ayudantes; cada uno de nosotros le presta nuestras propias tendencias sado-masoquistas, cada vez más poderosas. El fuego de la libertad, por el contrario, nos exige una constante vigilancia. Hay que mantenerlo y a menudo reanimarlo. Estáis en lo cierto al querer despertar las conciencias en un momento en el que algunos quieren hacernos creer que el paraíso de la libertad existe ya realmente, que con una revolución política y económica que establezca un orden social que excluya la alienación capitalista es ya suficiente para consolidar la liberación del hombre. Esta afirmación mesiánica fue el punto más débil de la filosofía de Marx. Y fue, a la vez evidentemente el más explotado.

El verdadero peligro reside en cualquier filosofía que legitimice el poder de los gobernantes. La mentira democrática reside en haber pretendido que se había acabado con los conflictos entre gobernantes e individuos ya que los primeros procedían del sufragio universal y eran, teóricamente, independientes de cualquier tiranía económica. La resistencia del individuo frente al Estado, derecho sagrado de autodefensa y de rebelión corre el riesgo de desaparecer. Otro peligro reside en que, debido a la progresiva especialización del individuo, éste se ve cada vez más impulsado a delegar ciegamente sus poderes a especialistas y a descargar en ellos las propias responsabilidades.

Debemos temer que sólo se producirán diagnósticos falsos o incluso sectarios, manías personales o compromisos excepcionales mientras los métodos psicológicos y terapéuticos estén en manos de un cuerpo médico relativamente independiente y de carácter liberal.

Pero, desde el momento en que la medicina del cuerpo y del espíritu se convierta en un servicio público sometido absolutamente a las directrices gubernamentales, hay que empezar a temer lo peor. El enfrentamiento que actualmente mantienen las profesiones liberales con la empresa estatal tiene, evidentemente, razones interesadas (intereses corporativos) pero tiene una explicación de un nivel superior. El enfermo si cesa en su condición de cliente del que se depende, de ser libre para ir a uno u otro, capaz de elegir su propia terapia o rechazar una operación puede convertirse, dentro de un sistema rígido de cuidados obligatorios en un sujeto anónimo sin defensas al que se le puede hacer de todo.

Pero además, haría falta que la idea de la experimentación encontrara su equilibrio con una cultura general satisfactoria. Pero esta cultura se halla en decadencia. Entre los sabios se ha ido creando poco a poco un estado de opinión como si se trataran de demiurgos capaces de negar cualquier armonía natural. Sólo ven una conjunción de casualidades, imaginando, de manera casi infantil, que al igual que se hace con los cuerpos químicos, se puede transformar desde sus raíces al hombre y a las especies vivientes. Tal alucinación es en extremo peligrosa, puede llevar a experimentos colectivos comparables a los que conocimos bajo el dominio nacional-socialista. Deben emplearse el máximo de esfuerzos para impedir que las investigaciones que sean necesarias no se orienten hacia fines neuróticos muy contagiosos.

Todo depende, en definitiva, de la organización del poder. El peligro de las nuevas técnicas y de las más precisas que irán creándose a medida que avance el desarrollo científico puede ser insignificante o no según el poder sea o no dictatorial, si hay lugar para que una oposición pueda o no existir y luchar.
Así pues, la ciencia psico-fisiológica moderna permite racionalizar de manera incontestable la dictadura gubernamental. ¿Cuáles son los métodos tradicionales de defensa individual? huir, disimular, aislarse, luchar de manera abierta. La lucha abierta parece cada vez más difícil: el conflicto de tendencias, como durante las guerras de religión, se resuelve eliminando al adversario.

Aislarse, en el seno de un Estado organizado aparece cada vez más como una opción casi imposible (la subsistencia de un hombre es muy difícil fuera de la maquinaria social). Creo que se podrá disimular durante un tiempo. Es un método muy antiguo, la de los hermetistas; es el camino de la clandestinidad que conlleva la creación de cofradías ocultas dentro de las cuales se salvaguarda el espíritu de libertad. No podemos considerar la «huída» como una posibilidad debido al carácter cada vez más internacional del «Orden» social.

En definitiva, dentro del universo cada vez más concentracionario que se está construyendo en la mayor parte del planeta, el hombre se hallará cada vez más en peligro. Deberá perfeccionar nuevas formas de defensa. Pero las referencias a un largo pasado de represión nos permiten tener esperanza. No se doblegará y contará, además, con la ayuda de un cierto número de intelectuales que continuaran a estimular su instinto de libertad.
Llamemos la atención, como hacéis vosotros, a los espíritus clarividentes para que el progreso de los conocimientos del que somos testigos se utilice para la liberación y no para la opresión. Reforcemos mediante una incesante lucha el campo de la libertad y, para lograrlo, empecemos a sacudir de nosotros mismos las tendencias que nos conducen a la alienación de la libertad del otro. Preparémonos a imaginar las condiciones de defensa individual dentro de un orden social que corre el peligro de convertirse muy rápidamente en mundial.

Artículo extraído de la revista Etcétera nº 42, junio de 2007. www.sindominio.net/etcetera/

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Medicina y sociedad capitalista

Publicada el 15/12/2008 - 08/09/2018 por raas

La enfermedad es correlativa al tipo de sociedad, tanto por las patologías que en ésta se desarrollan, como por el concepto mismo de patología y de enfermedad. Nuestra sociedad capitalista, en la que domina el valor de cambio, es decir que pone el trabajo y la producción al servicio de la valorización y no al servicio de las necesidades del hombre como parte de la naturaleza, va a generar sus propias patologías. Al ser considerados la naturaleza y el hombre sólo como fuente de valor, la generalización de la miseria, la radioactividad, la contaminación (del aire, agua, alimentos…), la actual aceleración de la vida cotidiana, etc., entrarán dentro del desarrollo lógico de esta sociedad y no sólo como excepción.

Por revista Etcétera

Tal tipo de desarrollo provoca una serie de patologías propias como por ejemplo el sida, el cáncer, el stress, los desequilibrios psíquicos, etc. Están aún por ver las patologías que puedan derivarse de los últimos avances de la Técnica: los organismos genéticamente modificados (OGM), las plantas genéticamente modificadas (PGM), la nanotecnología (técnicas que trabajan la materia átomo a átomo: nanotubos de carbono, nanoláseres en los lectores de DVD…), la telefonía móvil, etc. con su impacto contra la salud. Por ejemplo las consecuencias de la inhalación de las nanopartículas de carbono dispersadas en el aire que pueden fijarse en los alvéolos pulmonares y provocar, como antes el caso del amianto, cánceres. Detrás de todo este desarrollo está el mercado y la valorización, y no cabe por tanto pensar que su rechazo ético prevalecerá sobre su desenlace mórbido; sabemos que hoy la Técnica se ha autonomizado y no atiende a otras instancias, como por ejemplo la ética, sino sólo al principio técnico: si algo se puede hacer se hará.

La enfermedad es concebida como la llegada de un agente patógeno que viene a dañar un órgano de un cuerpo entendido, a su vez, como la suma de órganos, especie de marioneta a reparar. La medicina, la institución médica, el cuerpo médico jerarquizado van a reparar este órgano (o recambiarlo), luchando contra la enfermedad, contra lo que dicen que la ha causado (virus, microbio, bacteria…), y desarrollando, en su contra, una de las mayores industrias: la hospitalaria, la farmacéutica, el enorme negocio con las patentes… En tal concepción de enfermedad, la morbilidad propia de nuestra sociedad capitalista antes apuntada queda pues fuera de la causa desencadenante de la enfermedad.

La curación se entiende igualmente dentro de la lógica de la valorización y por tanto contempla el cuerpo como fuerza de trabajo. Llevando hasta el extremo la irracionalidad del sistema capitalista, no se contempla la cura como un fortalecer el goce de vivir, sino como la restauración del cuerpo para arruinarlo de nuevo en el trabajo (cualquier tipo de trabajo); igual que fertiliza la tierra para hacerla más productiva y no para que coma más gente sino para que de más beneficio. Sanear rima con destrozar, contaminar, valorizar y esto es lo que se lleva a cabo con el sanear la tierra (fertilizantes que agotan la tierra, plantas genéticamente modificadas que matan, transgénicos, patentes, etc.), con sanear la empresa (hacerla más rentable para el accionista…), sanear el cuerpo (para hacerlo más útil para el trabajo…). En este mundo al revés, en nombre de la vida se generaliza la muerte (aumento del hambre, de las enfermedades…). El mismo sistema que contamina, que generaliza la pobreza… es pues el que desencadena la enfermedad y el que a continuación desarrolla la industria para paliarla (Valium contra el stress, Prozac para soportar una vida insoportable, etc.).

La medicina bajo la órbita de la valorización

Una mirada a la actual medicina, lo más ingenua posible, no puede dejar de constatar la enorme industria que la contiene. Así la duda más cerrada sobreviene sobre el arte de curar desligado de la finalidad industrial del máximo beneficio; como la industria cultural, por ejemplo, que acaba con cualquier veleidad informativa para ser simplemente propaganda al servicio de la rentabilidad. Esto, claro está, es así en el límite, pues algo queda en ambas industrias de cura y de información, resto gracias al cual se sostienen. Si la tendencia del capital es reducir el valor de uso y aumentar el valor de cambio, siempre queda algo de valor de uso en la mercancía producida, como algo de cura queda en la industria médica o algo de información en la industria cultural.

Un respeto atávico a todo aquello que concierne a la vida y a la muerte, a las prácticas curativas y a sus expectativas, favorece la creación de un mito sobre la actual medicina alopática, que consiste en considerarla como un arte de curar por encima de todo. Pero una observación cualitativa y cuantitativa de este arte nos lo da a entender como una práctica (e ideología y propaganda) al servicio de la valorización: como industria (de la salud) propiamente, y como medio de facilitar el proceso de valorización (producción industrial o inmaterial y consumo) mediante la reparación de la fuerza de trabajo, objetivo no accidental o de añadido, sino prioritario, o haciendo aumentar la producción, mediante la detección de enfermedades contagiosas, vacunación, técnicas de orientación profesional… Reparar el cuerpo para hacerlo útil al trabajo y al consumo es el objetivo primero de la medicina y del cuerpo médico. Acelerar el proceso de «curación» vía antibiótico en lugar de esperar el lento proceso de recuperación del propio cuerpo a través de sus defensas naturales (a través de la propia enfermedad). En la orientación del saber médico lo que prima es el aspecto económico: horas de trabajo perdidas, coste de las patologías, etc.

Otra cuestión es que tal saber se convierte él mismo en industria, hoy una de las industrias más desarrolladas. La industria farmacéutica es la segunda en EEUU, y marca con su lógica del máximo beneficio la vida en el planeta a través de los medicamentos cuyo campo de acción se amplía sin cesar y a través de las patentes, que aseguran su monopolio.

La medicina invade cada vez más campos: la escuela, la vida cotidiana, la salud. Así la industria farmacéutica, para optimizar sus ventas se dirige ahora a los sanos para decirles que están enfermos. Manipulando el concepto de salud inventan nuevas enfermedades: lo que siempre ha sido, por ejemplo, un niño más movido hoy es catalogado médicamente como con síntomas de hiperactividad, o a uno más tímido se le adjudica un trastorno de ansiedad. Y tal catalogación se hace imperativa a través del miedo que imparte: ¡si no se atiende a tiempo tal disfunción puede acarrear problemas graves! La medicina invade así la salud misma: siempre somos posibles enfermos y para descubrir nuestras enfermedades se pone en marcha una gran industria. Situaciones normales o temporales de menor actividad sexual son calificadas de disfunción eréctil o de síndrome distónico premenstrual, lo cual generará un incremento de ventas de viagra o prozac. Con las patentes, la industria farmacéutica se arroga también el monopolio de los medicamentos. En nombre de la necesaria inversión en investigación y tecnologías reclama el derecho de patente e impide el desarrollo y venta de genéricos.

Otros saberes

Cualquier otra concepción de la enfermedad, cualquier otro saber es anatematizado, perseguido o simplemente despreciado por la medicina imperante. (Sin ir más lejos, los médicos colegiados de Barcelona acaban de impugnar el decreto de las terapias naturales con el que se quería dar cabida a la homeopatía, la naturopatía, la acupuntura y otras terapias). Erigida en ciencia, en logos, la medicina «oficial» remite a los anteriores saberes sobre el cuerpo al mito, a la vez que crea ella misma un mito.

Queremos ahora ver estos otros saberes, que vienen de un pasado más o menos lejano, sin mitificarlos: al revés, abordarlos con precaución y miedo: no por su antigüedad tienen más crédito. Como hemos anotado en otras ocasiones, al hablar por ejemplo de la historia, es muy fácil una mirada ideológica del pasado. La crítica que hacemos hoy a saberes religiosos para nosotros alienantes no podemos dejar de hacerla a otros saberes que así nos parezcan, por el mero hecho de ser arcaicos. No podemos desvalorar el esfuerzo de desencantamiento del mundo que la humanidad ha ido realizando a lo largo de su historia, lo cual no quiere decir que demos primacía a la razón sobre el mito. El mito y la razón son construcciones, cosmovisiones derivadas de las distintas formas de organización social.

El mito es una narración relacionada con una práctica mágica-religiosa, el rito, sin el cual el mito cae y se convierte en literatura. La razón occidental, instrumentalizada por la valorización, entiende la naturaleza sólo como dominación y explotación. Hoy, en nombre de no volver a una interpretación mítica de la naturaleza, corremos el riesgo de considerarla sólo como objeto a explotar, y no considerarla como una relación ínter subjetiva, y no considerar la ambivalencia del relato mítico, la parte que tiene de verdad i la parte de falsedad que consiste precisamente en reducir lo histórico a lo natural, tarea primordial del mito de ayer y de hoy. Hoy, el mito de la razón médica trata como hechos naturales las consecuencias mórbidas de nuestra sociedad capitalista.
 
El psicoanálisis discute la concepción organicista de la medicina imperante al abrir una profunda brecha en la seguridad del sujeto cartesiano, introduciendo la hipótesis de otro sujeto, el del inconsciente, que no es otro que el efecto estructural de la represión. El síntoma, expresión de deseos reprimidos, no puede desaparecer más que si la represión es levantada. Para permitir este paso, para tener conciencia de lo inconsciente, para acceder a lo inaccesible, Freud inventó una técnica: la verbalización a partir de la libre asociación sin crítica alguna.

La homeopatía, a partir de los descubrimientos de Hahnemmen en el s. XVIII al comprobar que algunos medicamentos administrados a un hombre sano provocan los mismos síntomas que habitualmente curan, entiende a la persona como un todo inseparable cuerpo-mente, y la enfermedad como el proceso de curación. Respeta los mecanismos propios de defensa y estimula, con substancias vegetales, animales y minerales, el sistema inmunitario. Trata los síntomas como defensas del cuerpo ante una enfermedad y por tanto deben ser ayudados y no suprimidos.

La antigua medicina china se basa en la circulación de la energía, el Qi, la energía vital que constituye el universo. Tiene una visión psicosomática de las patologías, dando importancia a los problemas emocionales y mentales relacionados con los órganos internos. No se trata de hacer desaparecer los síntomas sino restablecer la circulación armónica del Qi, el principio vital, lo cual evitará la enfermedad que se considera como un desequilibrio energético.

La medicina maya, curiosamente en continuidad con la medicina tibetana, otras medicinas ancestrales, el vasto campo del esoterismo, de las medicinas naturales, de las medicinas alternativas, etc., son igualmente saberes sobre el cuerpo, que discuten el saber médico occidental erigido en verdad al servicio de la valorización.

No se trata ahora de ver las respectivas formas curativas de estos otros saberes, de estas otras medicinas, ni del estudio de las sociedades que les han dado origen, sino de escuchar y acumular los saberes que sobre el cuerpo (enfermo) tienen. En síntesis, todas ellas insisten en una concepción holística de la persona, y no dualista a base de la dicotomía cuerpo-alma, enfermedades físicas y psíquicas; insisten en una concepción unitaria del cuerpo y en no considerarlo como suma de órganos. La enfermedad misma es, en todas ellas, considerada como proceso de curación, siendo las causas de la enfermedad múltiples (sociales, posturales, alimentarias, etc.) y siendo el protagonista de la curación el propio sujeto. Insisten también en una concepción unitaria con la naturaleza, hombres y mujeres como parte de la naturaleza, y en una concepción del sujeto basada en su autonomía.

Esta autonomía que requiere un saber propio sobre nuestro cuerpo, es lo que con la actual medicina y con la medicalización de la vida se ha perdido. Otros saberes se pierden a instancias de un saber hegemónico guiado, como hemos visto, no por el arte de curar sino por la lógica mercantil. Insistimos, no se trata de recuperar, sin más, prácticas ancestrales, también ellas recorridas por relaciones de poder, sino de hacernos cargo de nuestra salud, incorporando lo que reconozcamos de estos otros saberes. La cuestión es cómo. Cuando la industria médico-farmacéutica controla el mercado mundial de la salud, cuando están esquilmando las plantas medicinales que aún quedan en territorios vírgenes codiciadas por la industria farmacéutica, ¿cómo hacer frente a tal poder? Cuando el individuo ha perdido su autonomía y su relación con la naturaleza y con la comunidad, ¿es posible aplicar tales saberes sin invertir la actual tendencia del desarrollo técnico-capitalista?, ¿pueden estos otros saberes sobre el arte de curar enfrentarse a unas patologías que son provocadas por modos de vida que le son contrarios en su esencia?, ¿la curación no está precisamente en el abandono de estas nocivas formas de existencia?, porque es ya en la vida y no en la enfermedad o en su terapia donde se disocian cuerpo-psique, hombre-naturaleza, donde se pierde la autonomía del sujeto y el protagonismo de éste sobre su propia existencia.

Artículo extraído de la revista Etcétera nº 42, junio de 2007, www.sindominio.net/etcetera/

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El negocio de la salud y la medicalización de la vida

Publicada el 15/12/2008 - 08/09/2018 por raas

En el nº 38 de Etcétera hablamos y escribimos sobre El cerco a la Vida. El poder del Capital también bajo su forma de dominio político, mediante el Estado y sus burocracias, pretende y en mucho consigue apoderarse del control sobre la vida de sus «súbditos/ciudadanos». Los seres humanos, cada vez más, constituimos una multitud de repeticiones uniformadas, de clones. El control sobre la vida forma parte esencial de los objetivos de los poderes económicos y políticos: «el poder se hace cargo de la vida» y esto da lugar entre otras consecuencias a individuos aislados, inmersos en la fragorosa soledad de la aglomeración.

Por revista Etcétera

El incremento y la aceleración en el desarrollo de las técnicas biomédicas amenazan con una modificación significativa de la biología que está dirigida, además de promover el consumismo, a la búsqueda de nuevos medios y canales de control sobre los seres humanos. Nuevas formas de control y de dominio se gestan a la sombra de la medicalización de la vida (1), ocultas por la propaganda y el ruido que genera la autoproclamada «revolución» biotecnológica y su ideología, la bioética.

La industria farmacéutica: otra forma más de control

Iniciada en el siglo XIX, fue a lo largo del siglo XX que la industria farmacéutica y de las drogas se desarrolló tan aceleradamente que es junto a las industrias de las armas y las petroquímicas la que más beneficios le permite acumular al Capital. La industria farmacéutica, tal como actualmente está estructurada, surgió de las potentes corporaciones que dominaban la industria del petróleo y de la química, como una manera de diversificar sus ganancias y realizar nuevas inversiones que aportasen suculentos beneficios (en EE.UU. el impulsor fue el grupo Rockefeller que en las primeras décadas de este siglo controló el 90% de la industria petroquímica de América).

Principalmente después de la 2ª Guerra mundial estas ya grandes corporaciones se organizaron con el objetivo de controlar los sistemas sanitarios de todo el mundo, en primer lugar del llamado primer mundo capitalista que era donde más medicamentos podía consumir la población de manera inmediata y posteriormente del resto de países, promoviendo epidemias que se han convertido en plagas como el Sida. La nocividad capitalista origina enfermedades que se extienden sin querer entender sus causas, como el desmesurado aumento de todo tipo de cánceres o el de la diabetes, etc. El cuerpo humano y su salud se convierte en un medio para seguir acumulando beneficios y poder.

Actualmente las empresas farmacológicas más importantes son de EEUU, Europa y Japón. Sólo 25 empresas controlan más del 50% del mercado mundial de medicamentos. De las 10 empresas farmacéuticas y biotecnológicas más importantes 6 son de EEUU. Sus tasas de beneficios son las más elevadas de todos los sectores de la producción, en el año 2005 vendieron medicamentos con un beneficio de 605.400 millones de dólares. En el año 2004 los beneficios de Pfizer, la mayor multinacional farmacéutica, superó los 53 mil millones de dólares. Por el contrario y a pesar de sus ganancias billonarias, la carga impositiva del Estado sobre las empresas de este sector es la más baja de todas, pues cuentan con la justificación de invertir en la salud pública.

La industria farmacéutica forma el mayor lobby de Estados Unidos; durante el año 2004 invirtió más de 120 millones de dólares en influir sobre el gobierno, en los últimos siete años ha invertido más de 700 millones de dólares para este fin, esto supone el mayor gasto realizado desde un sector de la industria para influir en las decisiones del ejecutivo de EEUU; empresas como Pfizer o Glaxo fueron de las que más dinero donaron en las últimas elecciones que hicieron presidente a Bush II.

Algunos datos que sirvan de ejemplo: según un informe de la Asociación de Agentes de Propaganda Médica de la Argentina,1 la diferencia entre lo que realmente cuesta fabricar una droga y su precio en las farmacias puede alcanzar el 55.281 por ciento. El Valium, Diazepán fabricado por la multinacional Roche tiene un incremento del 33.623%. Un informe sobre las tendencias farmacéuticas elaborado por el Deutsche Bank afirma que los ciudadanos del planeta gastaremos en el año 2010, 40.000 millones de euros en comprar medicinas que no curan nada.

Los beneficios de la industria farmacéutica crecen vertiginosamente a nivel mundial: los ingresos para el sector fueron en el año 2004 de 550 mil millones de dólares, un 7% más que los registrados en el año 2003; pero en el año 2005 los beneficios ascendieron a 605.400 millones de dólares.

Los beneficios del 2004 para las principales empresas corporativas son estos: (cifras de beneficios netos, se han de añadir otras inversiones como las de I+D para obtener las cifras del beneficio global).

Empresa                           Ingresos (millones $)
1º.- Pfizer (EEUU)                      46.133
2º.- Glaxo Smith Kline (EEUU)           31.377
3º.- Sanofi _ Aventis (Francia)         30.919
4º.- Johnson & Johnson (EEUU)           22.128
5º.- Merck (EEUU)                       21.493
6º.- Astra Zeneca (Inglaterra)          21.426
7º.- Novartis (Suiza)                   18.497
8º.- Roche (Suiza)                      17.322
9º.- Bristol- Meyers (EEUU)             15.482
10º.- Wyeth (EEUU)                      13.964
11º.- Abbott Labs (EEUU)                13.756
12º.- Eli Llilly (EEUU)                 13.059
13º.- Amgen (Canadá)                    10.600
14º.- Boehringer- Ingelheim (Alemania)   8.698

La industria farmacéutica gastó el año 2004 en propaganda para promocionar sus medicamentos más de 60.000 millones de dólares, cifra que representa el doble de lo que las diversas empresas invierten en investigación.(2)

Ante estos datos es evidente reconocer los efectos iatrogénicos, es decir de origen médico, derivados de la medicalización de la vida. Las compañías farmacéuticas priorizando la usura han sometido a muchas personas a medicamentos y tratamientos que enferman y matan, usándonos como cobayas. Con procedimientos mafiosos han impuesto el uso de productos de dudosa eficacia y riesgos conocidos, comprando médicos a los que convierten en simples agente comerciales. Igualmente han salido victoriosos de los pleitos que les han puesto los afectados. No paran de inventar malestares para, gracias a la propaganda de los Medias y con la colaboración del Estado y de su Sistema Sanitario, convencer al máximo número posible de personas de que están enfermas, difundiendo falsas enfermedades que promueven males que no existen. Por ejemplo, según un estudio realizado por el «Public Library of Science Medicine», en EEUU últimamente se han hecho públicos informes que afirman que el 43% de las mujeres padecen disfunción sexual, cosa que es falsa; también promueven como enfermedades condiciones normales como la menopausia o que simples factores de riesgo como el colesterol sean presentados como enfermedades.

El establecimiento de unos estándares de normalidad en el funcionamiento de todos nuestros órganos impone que por encima o por debajo de ellos caigas en su categoría de enfermo; estas pautas son universales, iguales para niños o ancianos, asiáticos u africanos y válidas en cualquier circunstancia. Con ello se impone la neurosis del control médico, los análisis, las pruebas y sus consecuentes medicaciones de estabilización. Estos parámetros alcanzan incluso las categorías estéticas de estatura, peso, color, forma del físico y de cada uno de sus miembros. Fuera de ellos caemos en la desgracia social y personal, emprendiendo una carrera por la cirugía y sus implantes que no acaba con la vejez, porque tampoco se aceptan las secuelas de esta condición natural. Los pensionistas, inútiles ya como productores, se convierten en los mejores clientes de la industria farmacéutica ofreciendo sus vidas, como los niños, a las vacunas y a las visitas de ambulatorio. Esta situación de locura que impone el mercado provoca múltiples desarreglos mentales y miles de inadaptados que serán otro de los pilares del negocio químico que intenta reinsertarte con sus drogas allá de donde saliste rebotado o al menos paliar la incomodidad social del rechazado «normalizándolo».

Siempre enfermos

La medicalización de la vida o la influencia de la medicina sobre las costumbres (y por lo tanto sobre la moral), ha tomado actualmente tales proporciones que los conceptos de salud y enfermedad constituyen grandes criterios morales en los países avanzados del capitalismo. El Estado y sus burocracias sanitarias en una interesada interpretación de la «sanidad pública», se han adueñado del control de la salud de sus súbditos, convirtiéndose en los mediadores que deciden sobre el estado de salud o enfermedad de nuestros cuerpos. Como todos estamos afiliados al sistema sanitario (SS: Seguridad Social), desde que el Estado tomó su control (3), la población en general pasa a ser potencialmente paciente y potencialmente enferma, desde el momento en el que todos integramos las listas de sus estadísticas y de que todos somos objetivo de sus controles, estudios o propagandas médicas. La salud ya no es responsabilidad de cada uno de nosotros (lo es tan sólo en la culpabilización por nuestra mala salud), una relación o diálogo de uno mismo con su cuerpo sino que es el Estado, instrumento del Capital, como mediador de nosotros mismos y la salud de nuestro cuerpo, quien señala e impone las pautas y normas de comportamiento a obedecer respecto a la «cultura de la salud».

La imposición de la medicalización de la vida o el triunfo de la burocracia médica transforma la relación, siempre jerárquica, entre médico y paciente que al verse mediada por el Estado, en tanto que gestor económico del sistema sanitario, convierte la cuestión y el concepto de salud en una cuestión moral, en una de las moralinas civiles de las democracias capitalistas.

Ecológicamente constatamos que el «progreso» técnico de la humanidad, que ha evolucionado en razón de su dominio y control sobre la naturaleza, no ha significado implantar los medios suficientes para paliar la necesidad y encontrar una nueva libertad. Al contrario, los medios, la técnica, se han convertido en el único fin y en medio de dominación y control sobre la mayoría de los seres humanos. Esta supuesta «línea de progreso» se representa realmente como una regresión y más a partir del triunfo total del sistema capitalista, mediante el cual la potencia técnica de destrucción de la naturaleza (también de la humana) avanza en progresión geométrica. Es un hecho que con el Capital la destrucción del ecosistema abarca el mapa planetario, los efectos globales de las heridas producidas por la cultura del carbón y la electricidad o la nuclear y del petróleo son evidentes en el mundo entero. Este desprecio del sistema capitalista sobre el medio que lo alberga, es decir sobre la naturaleza, toma proporciones catastróficas y el único criterio que no altera ni alterará jamás es el del máximo beneficio, que permita la máxima acumulación de capital en el menor tiempo posible.

La destrucción del ecosistema plantea los mayores peligros para la salud medioambiental y por lo tanto para la in-salud de los seres humanos. La patología humana del ecocidio _patogénesis por alteración de los elementos: la tierra, el agua, el aire, y los alimentos, etc._ adquiere características de nuevas epidemias (se han curado viejas pandemias, se han generado nuevas), en forma de enfermedades respiratorias crónicas, alergias, cáncer, malformaciones congénitas a causa de productos químicos o nucleares, mutaciones de microorganismos y órganos, trastornos del comportamiento, estrés, enfermedades inducidas desde los laboratorios, etc. La patodicea ecológica, es la clave de las patologías que, en esta época intersecular, han convertido al ser humano en un ser doliente, así como la Tierra en un planeta enfermo.

Extraído de Coice de mula, dado que coincide con el objetivo de nuestro número al hablar de otro de los grandes campos de la industria química aplicado a la alimentación, traducimos unas líneas de la Revista Sentidos, Lisboa, Primavera de 2006:  (…) Según muchos investigadores, gran parte de los síntomas como los dolores de cabeza, fatiga, problemas gastro-intestinales, debilitamiento del sistema inmunitario y hasta perturbaciones de orden sexual, que surgen sin relación directa con una patología concreta, ocurren como consecuencia de nuestro estilo de vida «moderno». Tales disfunciones pueden desencadenar posteriormente enfermedades como artritis, alergias, obesidad, problemas de piel (acné), cáncer, afecciones cardiovasculares, entre otras.

La Organización Mundial para la Protección ambiental publicó recientemente un estudio llevado a cabo en Europa con vistas a la detección de la presencia de productos químicos en la sangre. Efectuado en tres generaciones de familias (abuelos, sus hijas y nietas), los resultados finales son preocupantes: Se encontraron 63 productos químicos en los abuelos, 49 en las madres y 59 en las hijas.

Este hecho está relacionado con la presencia de productos químicos, tales como pesticidas, en los diversos productos que consumimos diariamente. Como es obvio, el organismo humano posee un sistema de eliminación complejo preparado para expulsar las toxinas. Pero las complicaciones surgen cuando los órganos que efectúan la eliminación están sobrecargados por el exceso de sustancias nocivas, lo que a largo plazo origina algunos de los estados patológicos referidos.

En realidad el sistema médico y la medicina en la historia de la humanidad (fundamentalmente desde el triunfo de la sociedad jerarquizada y de dominio), siempre ha ejercido un poder normalizador, es decir, de control social que se basa en los conceptos y criterios de salud y enfermedad, lo normal o sano que señala la adaptabilidad y funcionalidad en el orden establecido y lo patológico que debe apartarse o encerrarse. La medicina como cosa de especialistas que quizás nació junto y paralela a la religión como especialización de saberes, logró crear un orden normativo y de derecho propios, alejado y ya rival de la religión, como otro poder. Pero será con el triunfo de la burguesía y su toma del poder del Estado, que le permitirá la implantación de la ideología surgida de la Ilustración, con el que el sistema médico adquirirá un auténtico y «racional» estatuto científico, profesional y político.

Es, sin embargo, a partir de la 2ª Guerra mundial y de las nuevas condiciones de ella surgidas (keynesianismo como modo de restaurar una Europa y parte de Asia completamente destruidas), que se impone este sistema sanitario ahora mundialmente dominante (cuya única variación es el modelo estatal o privado, desposeyendo ambos al ser humano de una autonomía respecto a su salud). Este sistema sanitario se basa en la medicalización de la vida como sinónimo de cultura de la salud. Esta medicalización se fundamenta en el enganche masivo de los pacientes a los fármacos. Categoría, la de pacientes, que pretende y cada vez consigue englobar más a todos los seres vivos del mundo. Este enganche masivo de los humanos y también de animales y plantas a los fármacos ha convertido a las empresas que los producen en riquísimas y poderosas corporaciones mundiales, con un poder que supera al de la mayoría de Estados. Bajo el nombre de sistema o «cultura» del bienestar y de la salud enfermó completamente el Planeta.

Pero tras la crisis del petróleo, en la década de los 70, aparecen en torno del poder de las burocracias del Estado, también en la medicina, nuevos discursos para imponer viejas ideas de dominio y de control sobre los «súbditos/ciudadanos», a los que a partir de ahora se los culpabiliza y se los considera responsables de los males del Planeta, de la contaminación de la tierra, del aire y el agua, y también de su mala salud generalizada, de la que se hace responsable al paciente por su mala conducta y mal estilo de vida. De esta manera el sistema médico consigue imponer la mala salud iatrogénica, y por lo tanto la expropiación del cuerpo por los profesionales de la salud. El ser humano no es ya una forma particular de vida, pasa a ser un objeto de control y estudio biológico, un número dentro de las estadísticas: un paciente. Para lograr convertir el género humano en pacientes el sistema sanitario impone la consigna extraída de una comedia: «La gente sana son enfermos que se ignoran».

Pero no sólo los seres humanos son convertidos en pacientes, todas las especies de plantas y animales que el hombre produce industrialmente en cautividad están sometidas al control de los técnicos, a la química y a los fármacos. Incluso ni los llamados «animales salvajes» se libran del manoseo y las molestias de los burócratas ecologistas en acción y cada vez que cae un animal en sus manos, además de colocarles chips, collares y anillas son controlados médicamente por especialistas veterinarios y, por lo tanto, medicalizados, entrando a formar parte del aislamiento de la estadística que los transforma en pacientes, pues padecen el sufrimiento que estos burócratas les infligen.

Las burocracias del Estado y entre ellas la del sistema sanitario medicalizan la vida, también, por supuesto, a través del lenguaje imponiendo un determinado uso de éste, señalando el uso de unos términos y el olvido de otros y lo que es más importante: aniquilando otros saberes. Se crea una muy determinada forma de acultura, mediante la propaganda masiva que difunde unas formas políticas que pretenden disciplinar y controlar a sus «súbditos», al igual que el sistema sanitario «cuida», es decir, disciplina y controla a sus pacientes.

El uso corriente de metáforas médicas en el lenguaje de los políticos no es un hecho de hoy, desde siempre los políticos han gustado de imaginar la sociedad como una masa enferma y a ellos mismos como los especialistas capaces de curarla, tienen «el hábito de describir exhaustivamente una enfermedad social y luego ponerle la correspondiente droga», (Chesterton).

Actualmente, en los medios de comunicación de la propaganda política, asistimos a la multiplicación de estas metáforas médicas en boca de los políticos, hay recetas políticas y económicas que son distribuidas por determinados órganos burocráticos del poder para que intercambiables políticos las apliquen y así tratar de recuperar la salud económica del país.

Así las categorías de salud y enfermedad, normal y obediente o díscolo y patológico, son trasladadas de la experiencia carnal o corporal del humano aislado al desorden de la organización social bajo el sistema capitalista. Mayoritariamente se nace en un hospital, pero también se muere en un hospital

Hasta los inicios del siglo XIX la función del médico no se entrometía directamente en la muerte de los humanos, cumplía su tarea de curar o aliviar enfermedades, evitar la muerte quizá sí entraba en sus funciones, pero diagnosticar la muerte no. Con el invento del estetoscopio en 1818 la técnica proporciona al sistema médico un instrumento adecuado, entre otras cosas, para certificar la muerte del ya paciente. En el siglo XX, con el dominio absoluto de la técnica sobre el sistema médico éste se convierte en sistema sanitario, regulado por el estado, que no sólo tiene que evitar la enfermedad, sino también controlar la salud de todos los súbditos que son ya pacientes. El médico se convierte, pues, en experto en controlar y corregir, no sólo la salud, sino también el cuerpo de todos los pacientes.

La formación de este formidable sistema burocrático y la aparición en los hospitales de departamentos especializados en «cuidados intensivos», combinado con la implantación de todas las «novedades» técnicas, permitieron definitivamente convertir al médico en el especialista que diagnostica la muerte, de hecho en su formación se halla «la enseñanza y el diagnóstico de la muerte». Uno no está muerto hasta que el médico correspondiente lo certifica.

Con el control médico de la muerte, ésta deja de ser un dominio exclusivo de la religión o de la especulación filosófica o de la poesía, etc., para pasar a ser patrimonializada por la ciencia, es decir, por la técnica. La muerte, por lo tanto, ha de producirse en el centro donde se almacena la mayor cantidad de técnica médica, en el hospital.

Al dejar de ser una cuestión que se dirime en el hogar para pasar a decidirse en un hospital, la muerte ya no se nos presenta como una cuestión personal y una realidad existencial a la que uno se enfrenta en común junto a los allegados y conocidos, sino que pasa a ser un asunto técnico y por lo tanto de técnicos y de especialistas, por lo que siempre ha de llevar añadido un calificativo también técnico: muerte asistida, muerte clínica, muerte cerebral, etc. En el hospital, en este ámbito tan jerarquizado como burocrático el paciente se enfrenta a la muerte aíslado, sometida totalmente su agonía al control y al orden del sistema sanitario.

Con la muerte en el hospital, concebido éste como el lugar de la muerte moderna, el sentido de ésta ha cambiado radicalmente. Lo que antes era anunciado (el moribundo sabía que se preparaba para la muerte), ahora es ocultado (muere ignorando su llegada). Lo que antes era finalmente una decisión de aceptación, ahora es censurado como no colaboración con la medicina. Lo que antes era un acto público, familiar, ahora es un acto privado, se muere en secreto y no se habla de ello. La muerte se ha convertido en un tabú, en palabras de Philippe Aries: «la muerte, esa compañera familiar, desaparece del lenguaje y su nombre se vuelve prohibido».

El consumo de medicamentos en el mundo en el año 2005
América del Norte                         44,4%
Europa (CE + Comunidad Estados Independ.) 30,8%
Japón                                     11,4%
Asia Sudoriental                           4,6%
América Latina                             4,4%
Oceanía                                    1,3%
Subcontinente indio                        1,2%
África                                     1,1%
Oriente Medio                              0,9%

notas:
1) Revista Topía, nº 45, Abril 2007. Editorial: «La medicalización de la vida cotidiana»: «Los diferentes factores que ponen en juego para difundir la medicalización en la sociedad explican las fabulosas ganancias que tienen los grandes laboratorios… Un informe de la Asociación de Agentes para la Propaganda Médica afirma que la diferencia entre lo que pagan por las drogas en el mercado mayorista y el precio que esta droga se vende en las farmacias llega al 55.281 por ciento. Por ejemplo el Diazepan, -principio activo- que el laboratorio suizo Roche comercializa con la marca Valium@, el precio por kilo es de $235 (0’0002 por miligramo), la presentación que se ofrece es de 10 mg. por 50 unidades, lo que supone 12 centavos, pero en las farmacias se vende a $40’40, es decir el 33.623 por ciento más».
2) Ver en todo esto el importante libro de Ivan Illich, Némesis Médica, Barral Editores. 1975. Barcelona.
www.sindominio.net/etcetera/REVISTAS/NUMERO_42/42-negsal.htm
3) El control del Estado sobre la salud no se corresponde con la reivindicación de una sanidad pública. Esta reivindicación originó un movimiento popular que posteriormente se perdió en la estatización del servicio sanitario.

Publicado en revista Etcétera nº 42, junio de 2007. www.sindominio.net/etcetera/

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Entre la movilización y la paz social subvencionada

Publicada el 14/12/2008 - 12/05/2021 por raas

Indicaciones acerca de la situación social en el Estado Español

Por Corsino Vela

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Escuelas contra la idiosincracia indígena

Publicada el 30/11/2008 - 07/09/2018 por raas

Penetración neocolonialista de la Escuela en el área indígena mejicana

Por Pedro García Olivo

Tradicionalismos revolucionarios

1) Partimos de una intuición teorética que nuestras experiencias de cooperación con organizaciones campesinas e indígenas del área centroamericana han corroborado plenamente: la existencia de “tradicionalismos revolucionarios”…
Andrei Tarkovsy hizo decir al protagonista de su película “El sacrificio” unas frases muy bellas en su aparente paradoja, que subrayan el circunstancial valor transformador del inmovilismo, la eventualidad de que también la tradición pueda revestirse de un potencial revolucionario:

“Sabes, algunas veces me digo a mí mismo que, si cada día, exactamente a la misma hora, realizara el mismo acto siempre, como un ritual, inmutable, sistemático, cada día a la misma hora, el mundo cambiaría. Sí, algo cambiaría, ¡a la fuerza!”

La Modernidad puede verse, de hecho Henri Lefebvre quiso verla así, como un “rodillo compresor”, un rodillo que oprime y aplasta la alteridad. Donde subsiste una peculiar especie de lo no-moderno, a un tiempo pre-moderna y anti-moderna, resistencia pos-moderna grávida de un futuro impensado, palpita también una forma de diferencia que el poder teme y persigue: no son “modernas”, por ejemplo, las Comunidades indígenas “en Usos y Costumbres” que persisten en varios estados de México; se apegan, de hecho, a unos valores y unas formas de organización “tradicionales” contra los que se dispone en nuestro tiempo el rodillo homogeneizador del Capitalismo tardío (1).

No es irrelevante que la “democracia directa”, bajo una versión no-occidental, y la “propiedad comunera” de la tierra, entendida de un modo que tampoco cabe en los idearios colectivistas o cooperativistas clásicos del utopismo europeo, ocupen un lugar muy destacado en los Usos que estos indígenas defienden con tanta tenacidad. No es irrelevante que el modelo de “transmisión cultural” sancionado allí por la costumbre, que podríamos denominar “la educación comunitaria”, en todas partes herida y en todas partes desfalleciente, nada tenga que ver con el consentido horror de nuestras Escuelas, con el crimen cotidiano de la Enseñanza Moderna.

2) A finales del período colonial se generaliza la “comunidad indígena” como forma peculiar de organización política y económica, resultado de una dura batalla campesina en un contexto histórico que, por otro lado, le garantizaba opciones de victoria; se forja así una estructura que, manteniéndose fiel a sí misma en lo sustancial, atravesará el espesor de los siglos y llegará hasta nuestros días como un “aspecto tradicional”, como una reificación del pasado, sobre todo como un inmovilismo estrictamente revolucionario.

La lucha contemporánea de las organizaciones indígenas que defienden, contra el neo-liberalismo hegemónico, la subsistencia de las “Comunidades en Usos y Costumbres”, el CIPO-RFM entre ellas (Comité Indígena y Popular de Oaxaca “Ricardo Flores Magón”, con quien tuvimos el privilegio de cooperar), recuerda, mantiene viva y reproduce en sus rasgos de fondo y en sus objetivos aquella otra lucha inicial de los “macehuales”, de las gentes “del común”, contra los poderes caciquiles y colonialistas (2).
Para que esta tradición de lucha desfallezca, la “revolución hecha gobierno”, como gusta de escribir Armando Bartra, las administraciones pos-revolucionarias del siglo XX, contarán con un aliado de excepción, con una herramienta idónea, con un expediente ‘universal’ de probada eficacia: la Escuela, dispuesta a resolver, como en cualquier parte y en todo tiempo, un “problema de orden público”. Sólo hizo falta una cosa, para redondear la estrategia: que el propio indígena la demandara, que pudiera aparecer como una aspiración popular, como un reclamo campesino…

La demanda “indígena” de escolarización: ¿un nuevo candor, medio milenio después?

3) Una literatura historiográfica simplificadora y experta en levantar cortinas de humo ante las atrocidades de los occidentales allende los mares habló de “candor” para señalar la actitud en ocasiones patéticamente bondadosa, crédula, bienpensante, de los indígenas americanos ante los españoles armados en los prolegómenos de la Conquista. Cabe dudar de ese cuadro; y habría que evaluar su cuota de verdad para cada caso concreto, en cada contexto específico. Consideramos, sin embargo, que sí se ha dado un segundo candor, un nuevo candor, una actitud peligrosamente acrítica, benevolente, idealizadora, en la relación de los indígenas con la Escuela, con el modo occidental de “administrar” (en el sentido fuerte, politológico, del término) la Educación. Candorosa está siendo también, en nuestra opinión, la actual práctica escolarizadora que promueve el zapatismo en sus territorios autónomos.

La demanda indígena de “escolarización” se fragua en la arena económica y es inseparable del proceso que convierte a la comunidad campesina en condición del desarrollo industrial nacional mejicano. Como “vivero” de mano de obra, la comunidad campesina relativamente autónoma, relativamente ‘autosuficiente’, proporciona a los sectores modernos de la economía fuerza de trabajo barata, pues el indígena obtiene “a su manera” los medios fundamentales de subsistencia (con el cuidado familiar de las parcelas que le surten de maíz, fríjol, chiles, calabaza,…). Cuando el campesino de la comunidad indígena se desplaza a la plantación, a la mina, a la factoría industrial, a la ciudad, en busca de un “complemento” para su economía personal, no será necesario retribuirle con un salario apto para cubrir toda su reproducción en tanto fuerza laboral –la lógica material de la comunidad libera al Capital de esa exigencia y permite sueldos literalmente irrisorios.

Esta increíble baratura de los bienes-trabajo de origen campesino, inconcebible sin el tradicional policultivo indígena de autoconsumo, se erige, así, en premisa de la acumulación de capital en los sectores sobreprotegidos de la economía mejicana: agricultura de exportación, empresas agro-industriales, enclave energético,…

Por otra parte, el variable excedente agrícola de las comunidades, de una fracción de ellas al menos, así como el monto de sus producciones circunstancialmente especializadas (café, azúcar, cacao, jitomate…), constituyen una fuente primordial de materias primas para determinados ramos industriales y de alimentos básicos para la hacinada población urbana; y, repercutiendo también en la índole de este aporte estratégico, la tradicional “economía de subsistencia” campesina, preservada por la comunidad y preservadora de los hombres de la comunidad, permite el mantenimiento de precios bajos para tales productos agrícolas, proporcionando especialmente maíz y fríjol ‘devaluados’ con que alimentar, a bajo costo, a las masas de trabajadores de la industria y de los servicios, que de este modo presionarán menos sobre el nivel de los salarios. El incremento de la tasa de ganancia capitalista proviene, pues, no sólo de la depreciación permanente de las materias primas, sino de la estabilidad asegurada en el coste de la reproducción de la mano de obra por la provisión de alimentos y artículos de primera necesidad indefectiblemente baratos –favoreciendo el descenso, la congelación o en todo caso el alza moderada de las remuneraciones.

De esta inserción inducida de la comunidad en el desarrollo económico de México arranca también la “demanda” campesina de instrucción y el interés gubernamental en la escolarización de la población rural. Los indígenas que salen a trabajar fuera de la comunidad, que venden sus productos a intermediarios ‘ciudadanos’, que se integran de un modo u otro en la economía estatal y federal, y por fuerza han de solicitar créditos, asesorías técnicas, insumos urbanos, etc., sienten como una necesidad acuciante el dominio de determinadas facultades y destrezas (la expresión oral y escrita en lengua castellana, la familiaridad con determinados aspectos contables y matemáticos elementales, el conocimiento somero de la historia y de la organización político-económica regional,…) a fin de defender cabalmente sus intereses, evitar fraudes, abusos y discriminaciones de todo tipo, desenvolverse mejor en un medio extraño y a menudo hostil. La Escuela aparece como el medio más sencillo y más rápido de subvenir a esas necesidades… Y la clase política no dejará pasar la ocasión de injertar, en el tejido extraordinariamente tupido de la comunidad, ese “cuerpo extraño” capaz de desgarrarla, deshilarla, descomponerla y recomponerla a voluntad. Cuerpo extraño de la Escuela occidental, avezado en las artes de la domesticación social, de una pacificación interna resuelta como docilidad y mimetismo.

4) La historia contemporánea de México nos muestra que esta “demanda de educación” y aquel interés estatal-empresarial en satisfacerla bajo los modos de la Escuela se acentúan en los períodos en que las fuerzas políticas de izquierda, socialistas, reformistas radicales o populistas, acceden al gobierno de la Nación…
Para Cárdenas (1934-1940) como para Echeverría (1970-1976), la Escuela es el Estado que penetra por fin la intimidad indígena; el Estado y su proyecto de “ciudadano”; el Estado con su concepto particular de Progreso, de Desarrollo, de Justicia; el Estado y los intereses que, para preservar mejor, vela y no nombra. Para Cárdenas como para Echeverría la Escuela es el Estado, es la Modernidad y es la Nación; es decir, el principio del fin de la autonomía indígena. El “deseo de saber”, la “necesidad de educación”, es una bandera popular, obrera y campesina, robada por estos gobiernos reformistas como robaron también, desde un primer momento, la bandera de la “reforma agraria”, del “derecho a la tierra”.

5) La “petición de Escuela” surge en la medida en que se desdibuja la comunidad indígena tradicional, autónoma y casi autárquica. Desde la educación informal indígena no se puede “castellanizar” con eficacia; desde ella no se puede imbuir a nadie de “espíritu nacional”; desde ella no se pueden forjar jornaleros dóciles, votantes crédulos, consumidores compulsivos, individualistas viscerales; desde ella no se puede vaciar la conciencia comunitaria hasta el punto de generar “emigrantes”, hombres sentimental e intelectualmente ‘disponibles’,… Desde la educación tradicional de los pueblos indios no se puede llevar la Comunidad al lugar que, en secreto, anhelan todas las fuerzas políticas del país: el lugar de un “residuo”, de un “resto”, de un “sobrante”, reminiscencia del pasado que se mantendrá con vida si y sólo si no concurre un interés económico concreto por el territorio que ocupa (explotación de la biodiversidad, minas, negocios madereros, proyectos turísticos, canales de paso, ubicación de maquiladoras,…), y que se mantendrá, además, con una vida ‘alterada’, tiznada de modernidad capitalista y de alineación cultural, una vida ‘para el afuera’, como correspondería a un mero reservorio desnaturalizado de mano de obra empobrecida.

El desengaño ante la institución escolar y la “vacuna” contra el desengaño

6) Mario Molina Cruz, escritor indígena, natural de Yalálag, comunidad zapoteca de la Sierra Juárez de Oaxaca, aparece como un admirable exponente del “desengaño” ante la institución escolar. En su opinión, la Escuela, al promover valores de éxito individual, personal, contribuye a la erosión de la diferencia indígena, una idiosincrasia étnica construida en torno a un fuerte sentido de los comunitario. La Escuela invita a una promoción social que tiene por sujeto al individuo, a la familia en todo caso, y que conlleva, como condición de su posibilidad, la exigencia de la emigración. El emigrante, esta figura social emergente a partir de la segunda mitad del siglo XX, refleja, al mismo tiempo, el declive de la educación comunitaria y los progresos de la Escuela occidental en su labor descampesinizante y erosiva de los valores indígenas.

7) Hace algunos años, Roland Barthes hablaba de una estrategia por la cual los poderes políticos y culturales se inmunizaban para la crítica radical auto-infligiéndose un pequeño correctivo, denunciándose a sí mismos en términos moderados, señalando sus propios “males menores” para ocultar el “mal mayor” que los constituía. Despistaban así a sus adversarios y alardeaban de una sana capacidad de auto-crítica y auto-enmienda… La nombró “estrategia de la vacuna”.
La intelligentsia indígena involucrada en los programas de educación “bilingüe”, en las campañas de escolarización y alfabetización en lengua castellana, etc., ha sabido, constantemente, de esa estrategia. Indígenas enquistados en el aparato educativo del Estado se han encargado de “vacunarla” periódicamente, desde los años 70. El antídoto que se inocula al intelectual indio implicado en la destrucción cultural de su pueblo se presenta como una forma atenuada de “desengaño”, desengaño retórico, “para la ocasión”, desengaño “de usar y tirar”, un lavarse las manos antes de estrangular al hermano caído.

Los gobiernos neoliberales que se suceden en el poder a partir de 1982 prorrogan y aumentan las prerrogativas de la capa étnica (ampliada y “funcionarizada” con Cárdenas y Echeverría), consolidan este “estado de las cosas indígenas oficiales”, en el convencimiento de que, para gestionar el espacio social de las comunidades, es imprescindible contar con una tropa en parte estabilizada y en parte remozada de malinches burocratizados. Para uso interno de estos funcionarios indios del consenso, se difundirán periódicamente documentos amargos, casi derrotistas, en los que se dejará constancia, una y otra vez, de lo poco que se ha avanzado en el camino de la educación “intercultural” y de lo mucho que queda por hacer. Es el antídoto, la vacuna que inmuniza contra todas las críticas posibles; es el testimonio de un “desengaño” deslavado, un desengaño engañoso.

Miseria de la educación “multicultural” mejicana

8) El multiculturalismo deviene como forma sofisticada del asimilacionismo; su objetivo sigue siendo la “incorporación”, marcando por añadidura al estudiante ‘distinto’ de cara a su desenvolvimiento futuro por la sociedad mayor.

Por otro lado, la Escuela, como fórmula educativa particular, una entre otras, hábito relativamente reciente de sólo un puñado de hombres sobre la tierra, no se aviene bien con unas culturas (indígenas) que exigen la informalidad y la interacción comunitaria como condición de su producción y de su transmisión. La Escuela sólo podría desnaturalizar, violentar, amputar, tergiversar, en el caso que hemos elegido como ejemplo, el legado cultural zapoteco. Convertir la cultura zapoteca en “asignatura”, “materia”, “currículum”, “objeto de examen”, etc., es asestarle un golpe de muerte. Probablemente, se le haría más daño que con la exclusión actual… Por la Escuela no caben, en modo alguno, las cosmovisiones indias, debido a la desemejanza estructural entre la cultura occidental y las culturas indígenas. Sostener lo contrario es atribuir a la modalidad educativa de una determinada cultura, da igual que se pretenda la más influyente, un poder codificador universal, un privilegio hermenéutico incondicionado, una capacidad de captación y transmisión de conceptos literalmente sobreterrenal.

Nada garantiza que la Escuela como fórmula pueda preservar la cultura zapoteca; antes al contrario, en la medida en que la Escuela excluye y condena las maneras tradicionales de la “educación comunitaria indígena” atenta contra la pervivencia del mencionado legado cultural. Una cultura es también sus modos específicos de producirse y socializarse. Desgajar los contenidos de los procedimientos equivale a destruirla.
La leyenda zapoteca de la langosta, por ejemplo, tan henchida de simbolismos, se convierte en una simple historieta, en una serie casi cómica, si se ‘cuenta’ en la Escuela, y en un insulto a la condición india si, además, la relata un “profesor”. La leyenda de la langosta sólo despliega el abanico de sus enseñanzas si se narra en una multiplicidad ordenada de espacios, que incluyen la milpa, el camino y la casa, siempre en la estación de la cosecha, si se temporiza adecuadamente, si se va desgranando en un ambiente de trabajo colectivo, en una lógica económica de subsistencia comunitaria, si parte de labios hermanos, si se cuenta con la voz y con el cuerpo… El mito de la riqueza, que encierra una inmensa crítica social, y puede concebirse, por la complejidad de su estructura, como un “sistema de mitos”, se dejaría leer como una tontería si hubiera sido encerrado en una unidad didáctica. Convertir el ritual del Cho’ne en objeto de una pregunta de examen constituye una vileza, una profanación, un asalto a la intimidad,…

Por añadidura, la educación “bicultural” no es psicológicamente concebible. De intentarse en serio, abocaría a una suerte de esquizofrenia. En ninguna subjetividad humana caben dos culturas. El planteamiento meramente “aditivo” de los defensores de la interculturalidad sólo puede defenderse partiendo de un concepto restrictivo de “cultura”, un concepto positivista, descriptivista, casi pintoresquista. Decía Artaud que la cultura es un nuevo órgano, un segundo aliento, otra respiración. Y estaba en lo cierto: el bagaje cultural del individuo impregna la totalidad de la subjetividad, determina incluso el aparato perceptivo. Por utilizar un lenguaje antiguo, diríamos que la cultura es alma, espíritu, corazón,… Y no es concebible un ser con dos corazones, con dos percepciones, con un hálito doble. La educación “bicultural” se resolvería, en la práctica, como hegemonía de la cultura occidental, que sería verdaderamente interiorizada, apropiada, ‘encarnada’ en el indígena; y, desde ahí, desde ese sujeto mentalmente colonizado, como apertura ‘ilustrativa’, ‘enciclopedística’, a la cultura étnica, disecada en meros “contenidos”, “informaciones”, “curiosidades”,… La posibilidad contraria, una introyección de la cultura indígena y una apertura “ilustrativa” a la cultura occidental no tiene, por desgracia, los pies en esta tierra.

Ni desde el punto de vista de la psicología social, ni desde el de la lógica expositora diferenciada de la culturas, ni desde el de las utilidades económicas y políticas de la escolarización es defendible el fantasma de la educación “bilingüe-bicultural”.

9) Un objetivo inextirpable de la organización escolar es reproducir la estructura de clases y cuenta con medios sobrados para que el indígena “fracase”, “deserte” y continúe en posiciones sociales subordinadas.
La intelligentsia india ha denunciado incansablemente la discriminación de esos jóvenes, los mecanismos que los apartan de las carreras y de las titulaciones que dan acceso a los empleos mejor retribuidos y a los cargos públicos o de responsabilidad en las empresas; se ha hablado de un proyecto universitario “criollo”, de una secundaria “etnocida”, de un clasismo voraz en el sistema educativo nacional,… Nosotros no vamos insistir en algo tan obvio. Pretendemos ejercer una meta-crítica, una crítica de las propuestas y alternativas que la capa ilustrada indígena, los prohombres de la cultura progresista mejicana y los reformadores del aparato del Estado ofrecen para “adaptar la educación a la realidad pluriétnica y pluricultural del país”, “construir un México nuevo en el que quepan todos”, etc.

Lo que estos políticos e intelectuales bienintencionados quisieran implantar en México, si damos fe a sus palabras, es algo que ya hemos conocido en Occidente, casi la cultura oficial educativa de Europa: la mentira de la educación “multicultural”, de la Escuela respetuosa con la diferencia cultural y psicológica, la Escuela del diálogo entre las alteridades,… Es ésta, no nos cabe duda, la Escuela que va a polarizar, en las próximas décadas, el debate pedagógico latinoamericano, el deux ex machina de la política cultural reformista en el Centro y Sur de América. Ajenos a la parcialidad constitutiva de la Escuela (3), los proyectos educativos interculturales, las experiencias escolares multiculturalistas, se prodigan, abrazando el tránsito de milenios, en los diferentes Estados de México.

10) La represión cotidiana de la Diferencia, que el indígena padece nada más salir del ámbito comunitario, se acentúa en las Escuelas, de uno u otro tipo (no menos en las pretendidamente “multiculturales” que en las “asimiladoras” clásicas), operando a través de la figura ‘moral’ del Educador y de la “opinión” consciente e inconsciente del conjunto de los estudiantes. Es una represión diaria, de cada hora, ejercida por la comunidad de estudiantes y profesores, que los alumnos indios se han acostumbrado a soportar como el precio psicológico de su proclamado derecho a la educación, la contrapartida ambiental de su formación académica secundaria y superior.

Los comportamientos que escapan a la racionalidad docente (o escolar) occidental son “atacados” de dos maneras: por la antipatía y la marginación con que el grupo responde al individuo ‘diferente’ y por la actitud “correctora” del Educador, que ve ahí un problema y procura subsanarlo por la vía de una ‘normalización’ del afectado (“no te aísles”, “intenta integrarte”, “haz un esfuerzo”,…). En muchos casos, por esa doble acción – segregadora/marginadora y normalizadora/integradora -, el estudiante indio se aboca, en variable medida, a una suerte de auto-coerción, a una deliberada “identificación” con el grupo, “convergencia” con las actitudes y manifestaciones de la colectividad – pugna, en definitiva, por ‘des-indigenizarse”… (4).

11) No hay ‘comentarista’ de la Escuela que no esté de acuerdo en que, tradicionalmente, se le ha asignado a esta institución una función de homogeneización social y cultural en el Estado Moderno: “moralizar” y “civilizar” a las clases peligrosas y a los pueblos bárbaros, como ha recordado E. Santamaría. Difundir los principios y los valores de la cultura ‘nacional’: he aquí su cometido.

Nada más peligroso, de cara al orden social y político mejicano, que los pueblos indios, con su historia centenaria de levantamientos, insurrecciones, luchas campesinas,… Nada más bárbaro e incivilizado, en opinión de muchos, que las comunidades indígenas. Nada más alejado de la “cultura nacional”, construcción artificial desde la que se legitima el Estado Moderno, que el apego al poblado, la fidelidad a la comunidad, la identificación “localista” de las etnias mejicanas, enemigas casi milenarias de toda instancia estatal fuerte y centralizada, como señalara Whitecotton… La Escuela habrá de hallarse muy en su casa en este escenario, habrá de sentirse muy útil, pues para este género de “trabajos sucios” fue inventada…

12) A la Escuela compete difundir una determinada selección y retranscripción de los materiales culturales disponibles -de por sí heterogéneos, ambivalentes, contradictorios. Aquello que circula por las aulas y recala en la cabeza de los estudiantes deviene siempre como el resultado de una discriminación sistemática, una inclusión y una exclusión, y, aún más, una posterior re-elaboración pedagógica (conversión del material en “asignaturas”, “programas”, “libros”, etc.) ejercidas sobre el variopinto crisol de los saberes, las experiencias y los pensamientos de una época…. El criterio que rige esa “selección” y esa “transformación” de la materia prima cultural en discurso escolar (‘currículum’) no es otro que el de  propiciar una ‘integración’ no-conflictiva de la juventud en el orden social vigente, favorecer la adaptación de la población a los requerimientos del aparato productivo y político establecido -lo que exige su homogeneización psicológica y cultural…

Con el patrimonio cultural de los pueblos indios, la Escuela intercultural mejicana sólo puede hacer en rigor dos cosas, una contra la otra o ambas a la vez: desoírlo, ignorarlo y sepultarlo mientras proclama cínicamente su voluntad de protegerlo; o “hablar en su nombre”, subtitularlo interesadamente, esconder sus palabras fundadoras y sobrescribir las adyacentes, sometiéndolo para ello a la selección y deformación sistemáticas inducidas indefectiblemente por la estructura didáctico-pedagógica, currícular y expositiva, de la Escuela moderna…. (5).

13) Con diferencias de grado, las prácticas (“interculturales”) que se experimentan en los distintos estados apuntan hacia la asimilación del inmigrante, hacia su integración selectiva, y, al mismo tiempo, hacia la postergación y el olvido de las culturas autóctonas, cuyas ‘resonancias’ (la lengua, el atuendo, las costumbres, el folclore) se utilizan para segregar y discriminar a los recién llegados y a sus descendientes, separando a los que pueden y quieren promocionarse socio-económicamente -que darán la espalda a las asignaturas relacionadas con sus culturas de origen- de aquellos otros incapacitados para hacerlo, ‘fracasados’ escolares, provisión de subproletarios que podrán aferrarse a sus señas de identidad étnicas como quien busca un “refugio” o un “consuelo” (6).

Dolores Juliano ha hablado de “adscripción étnica asignada”, para caracterizar la estrategia subyacente, que pasaría, en el caso que nos ocupa, por la “asignación” de una especificidad étnica a la población no-mestiza de las ciudades, que se vería así ‘marcada’ con el propósito de discriminar su desenvolvimiento laboral y de pesquisar su circulación por las vías desdobladas del espacio social.

14) La hipocresía y el cinismo se dan la mano en la contemporánea racionalización “multiculturalista” de los sistemas escolares occidentales. Jorge Larrosa ha avanzado en la descripción de esa doblez: “Ser ‘culturalmente diferente’ se convierte demasiado a menudo, en la escuela, en poseer un conjunto de determinaciones sociales y de rasgos psicológicos (cognitivos o afectivos) que el maestro debe ‘tener en cuenta’ en el diagnóstico de las resistencias que encuentra en algunos de sus alumnos y en el diseño de las prácticas orientadas a romper esas resistencias.” En países como México, donde porcentajes elevados de estudiantes,  por no haber claudicado ante la ideología escolar y por no querer “implicarse” en una dinámica educativa tramada contra ellos, son todavía capaces de la rebeldía en el aula, del ludismo, del disturbio continuado, etc., estas tecnologías para la atenuación de la “resistencia”, del atributo psicológico inclemente atrincherado en alguna oscura región del carácter, cobran un enorme interés desde la perspectiva de los profesores y de la Administración…  La “atención a la diferencia” se convierte, pues, en un sistema de adjetivación y clasificación que ha de resultar útil al maestro para vencer la ‘hostilidad’ de éste o aquél alumno, de ésta o aquella minoría, de no pocos indígenas y demasiados subproletarios. Más que ‘atendida’, la Diferencia es tratada.

Las Escuelas del “multiculturalismo” trabajan en dos planos: un trabajo de superficie para la ‘conservación’ del aspecto externo de la Singularidad -formas de vestir, de comer, de cantar y de bailar, de contar cuentos o celebrar las fiestas, apunta Larrosa- (7), y un trabajo de fondo para aniquilar sus fundamentos psíquicos y caracteriológicos -otra concepción del bien, otra interpretación de la existencia, otros propósitos en la vida,… Y, en fin, la apelación a la “comunicación” entre los estudiantes de distintas culturas reproduce las miserias de toda reivindicación del diálogo en la Institución: se revela como un medio excepcional de ‘regulación’ de los conflictos, instaurado despóticamente y pesquisado por la ‘autoridad’, un ‘instrumento pedagógico’ al servicio de los fines de la Escuela… (8)

He aquí, para terminar con la sugerencia de Larrosa, el “beneficio” simbólico que nos reporta la utopía multiculturalista: usufructuar al extraño, físicamente como mano de obra, culturalmente como ‘valor’ enriquecedor; y extirpar su índole ‘rebelde’, ‘amenazante’, reduciendo y controlando los intercambios y las comunicaciones que establece con los ‘naturales’ de la región…

15) El modelo de la Escuela nacional, homogénea e igual a sí misma a lo largo de todo el territorio, cede, irreversiblemente, ante una tendencia a la atomización y la autonomía, sobre todo en lo concerniente a los currícula, a las asignaturas, a los programas. La administración federal mexicana ha dado pasos decisivos, durante los últimos años, en esta dirección, incrementando las potestades escolarizadoras de los Estados, transvasándoles competencias educativas, incrementando el margen de intervención municipal en la organización local de la enseñanza,…

Aún así, y de modo complementario, cabe constatar cómo los “rasgos estructurales” de la Escuela occidental se mundializan en nuestros días, se universalizan, y cómo determinadas orientaciones generales de los currícula se imponen también a lo largo y ancho de todo el planeta. J. Meyer, por ejemplo, ha hablado de la constitución de un “orden educativo mundial”, con unos currícula oficiales estandarizados y homologados planetariamente (9). Según este autor, los países ávidos de “legitimidad” y de “progreso”, que se quieren presentar como Estados en ascenso, tal el México contemporáneo, son muy receptivos a tales prescriptivas curriculares  -que, de esta forma, tienden a aplicarse por todo el globo, motivando que, cada día más, se estudie casi lo mismo en toda la Tierra. Que se estudie lo mismo, y de la misma manera…
Y es por debajo de estas grandes líneas maestras, de estas orientaciones generales, donde se promueve la descentralización y la diversificación (los mismos marcos y semejantes pigmentos para una notable variedad de representaciones pictóricas, valga la metáfora).

notas:
(1) Cuando el presente tropieza con un pasado que apuntaba en otra dirección, donde no reconoce semillas de su ser, un pasado sin retoños o con retoños extraviados, un pasado hostil que lo cuestiona y deslegitima, un pasado eterno que, como apuntara incisivo Benjamin, sólo podría redimirse en un futuro escapado del continuum de la historia, entonces pone en marcha su pesada maquinaria compresora. Sólo es capaz de percibir en esa tradición esquiva, en esa diferencia añosa, un objeto que doblegar o que aniquilar – así lo exige la lógica del interés que lo constituye. Este es, exactamente, el caso de las comunidades indias de México regidas por “autoridades tradicionales” y organizadas política y económicamente en el respeto de la consuetudinaria “ley del pueblo”.
(2) Un anhelo igualitario de raíz genuinamente campesina y popular; una defensa de la tierra como “valor” cultural y hasta ‘religioso’, en contra de aquellos que sólo piensan en ‘explotarla’ y ‘rentabilizarla’, degradándola de paso, hiriéndola de muerte; una concepción radicalmente democrática del “cargo político”, entendido como ‘servicio’ no-remunerado a la colectividad, fuente de ‘prestigio’ si se desempeña con honestidad y dedicación, exigiendo de por sí un considerable “sacrificio personal”, siempre rotativo, siempre electivo, siempre bajo la supervisión y el control de esa Reunión de Ciudadanos, de esa Asamblea del Pueblo, que constituye el verdadero corazón político de la Comunidad; una insólita capacidad de reivindicación y de movilización, que agota prácticamente ‘todas’ las vías conocidas, desde la “petición” o “solicitud” formal y el recurso administrativo-judicial (que algunos traslumbrados de Occidente podrían execrar como “reformismo”) hasta la manifestación encorajinada, la ocupación audaz, el acto público temerario (causa de cárcel, exilio o desaparición para muchos de estos hombres), pasando por la infinitas variantes del apoyo mutuo, la solidaridad resistente y la imaginación combativa.
(3) Llama la atención que todas estas apelaciones al “diálogo entre las culturas” y a la “educación intercultural” soslayen un asunto capital: que la Escuela no está por encima de esas culturas colocadas, en pie de igualdad, unas al lado de las otras, no es un moderador neutral, un árbitro imparcial, no es un juez honesto ante la eventualidad de que se produzcan litigios, sino una parte interesada, representante de un fracción, defensora particular de intereses sesgados, voz específica de una cultura –la occidental. ¿Con quién dialoga la cultura occidental en su propio terreno de juego, la escuela occidental? Siendo juez y parte, moderadora y contertulio, árbitro y competidor, ¿dónde podemos hallar la garantía de su equidad?
(4) Adorno y Horkheimer hablaron, en relación con estas dinámicas, de la forja de un “carácter social” (pautas gregarias de conducta, formas coincidentes de pensamiento, modelos unívocos de sensibilidad)… Del “carácter social” que propende la Escuela mejicana contemporánea, aún o sobre todo en su facies intercultural, están excluidos los rasgos sobre los que se asentaba la especificidad psicológica india: la primacía absoluta de la comunidad sobre el individuo, la sobredeterminación de las consideraciones “espirituales”, morales o religiosas, en detrimento de los móviles crasamente materiales, económicos; el peso de la palabra en la interacción social, rigurosamente vinculado a la expresión ‘forzosa’ de lo que se siente como “verdad”, etc.
(5) Cabe concluir que el aparente multiculturalismo de la Escuelas extra-occidentales camufla la alienación cultural de esos países, que sacrifican sus señas de identidad para ‘asimilarse’ lo antes posible a la civilización occidental. La colonización cultural avanza, adornada con motivos ‘exóticos’ e inventarios ‘museísticos’; y la diferencia espiritual a duras penas sobrevive. Una escolarización “no-occidental”, alejada de los modelos hegemónicos en los países desarrollados, únicamente podría tentarse desde una esfera política absolutamente autónoma, al modo de los territorios zapatistas, y arrastraría siempre la falla de no ser congruente con su objeto declarado –la preservación de la cultura india. Por aquí se deja ver la tragedia de las escuelas zapatistas chiapanecas: en la medida en que abordan la re-transmisión de las culturas indígenas, las deforman y trivializan sin remedio; en la medida en que se centran en los aspectos inmediatamente utilitarios (lengua castellana, historia de las luchas indígeno-campesinas del siglo XX, matemáticas ‘modernas’,…), occidentalizan de hecho. No debemos olvidar que la “pedagogía implícita” portada por la Escuela moderna en tanto escuela (por la mera circunstancia de exigir un recinto, un horario, un profesor, un temario, una disciplina,…), su “currículum oculto” es, a fin de cuentas, Occidente –las formas occidentales de autoridad, interacción grupal, comportamiento reglado en los espacios de clausura, administración del tiempo, socialización del saber,…
(6) A los indígenas no-aprovechables, no-occidentalizados, se les marcará con el hierro de su identidad pretérita, se les atará a sus orígenes, a sus culturas de nacimiento, que arrastrarán en adelante como un estigma, como una señal de ‘derrota’ socio-económica y disponibilidad para una explotación sin límites. Malvivirán en los barrios periféricos, en los suburbios, conservando un tanto más sus vestimentas, sus símbolos, un poco como un “desafío”, un poco por orgullo ‘residual’, un poco porque ya no tienen nada que ganar disfrazándose… Los otros, los que se han apresurado a auto-neutralizarse como ‘diferencia’, triunfando por ello en la Escuela, y se han incorporado a la sociedad nacional-capitalista, pasearán, en el caso de la Ciudad de México, por los barrios céntricos, vistiendo cada vez más al modo euro-norteamericano y luciendo sus rasgos raciales, junto a algunos pequeños ‘signos’ de sus culturas originarias, como un mero adorno, un toque no-inquietante de ‘exotismo’, cifra de una alteridad domesticada.
(7) La “apertura del currículum”, su vocación ‘interculturalista’, tropieza desde el principio con límites insalvables; y queda reducida a algo formal, meramente propagandístico, sin otra plasmación que la permitida por áreas irrelevantes, tal la música, el arte, las lecturas literarias o los juegos -aspectos floklorizables, museísticos, diría Provansal…
(8) Todo este proceso de “atención a la diferencia”, “apertura curricular” y “posibilitación del diálogo”, conduce finalmente a la elaboración, por los aparatos pedagógicos, ideológicos y culturales, de una identidad personal y colectiva, unos estereotipos donde encerrar la Diferencia, “con vistas a la fijación, la buena administración y el control de las subjetividades” (Larrosa). El estereotipo del “indio bueno” compartirá banco con el estereotipo del “indio malo”, en esta comisaría de la educación vigilada y vigilante. El éxito de la Escuela multicultural en su ofensiva anti-indígena dependerá del doble tratamiento consecuente…
(9) Estos “currícula universales de masas” proceden de las prescripciones de poderosas organizaciones internacionales, como el Banco Mundial o la UNESCO, de los “modelos” aportados por los Estados hegemónicos (occidentales) y de las indicaciones de una “tecnocracia” educativa -reputados profesionales e investigadores de la Educación- influyente a escala mundial.

Publicado en revista Ekintza Zuzena nº35

fuente: https://www.nodo50.org/ekintza

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