Si eres poeta, verás claramente que flota una nube en esta hoja de papel. Sin nube, no habrá lluvia; sin lluvia, los árboles no crecen; y sin árboles, no podremos hacer papel.
Por Tich Naht Hanh
Aniquilando un planeta por vez…
Si eres poeta, verás claramente que flota una nube en esta hoja de papel. Sin nube, no habrá lluvia; sin lluvia, los árboles no crecen; y sin árboles, no podremos hacer papel.
Por Tich Naht Hanh
Su estado de conciencia en este instante, tanto si se da cuenta de ello como si no, es conciencia de unidad. Ahora mismo ya es el cosmos, ya es la totalidad de su experiencia presente. Su estado actual es siempre conciencia de unidad, porque el «yo» separado, el «uno» aparte, que siempre parece ser el principal obstáculo que se le opone, es siempre una ilusión. No necesita destruirlo porque, para empezar, no está ahí: no existe. Lo único que realmente tiene que hacer es buscarlo, y no lo encontrará. Y esa misma imposibilidad de encontrarlo es ya un reconocimiento de la conciencia de unidad. En otras palabras, cada vez que se busque «a sí mismo» y no se encuentre, recae momentáneamente en su estado anterior y real de conciencia de unidad.
Por Ken Wilber
¿Cómo ser consciente del ser trascendente? Lo primero a observar son las señales que, en términos generales, distinguen al ser trascendente: es un centro y una expansión de conciencia que se separa creativamente de la mente, el cuerpo, las emociones, pensamientos y sentimientos de la persona.
Por Ken Wilber
«El reino de la conciencia es mucho más vasto de lo que el pensamiento puede entender. Cuando dejas de creerte todo lo que piensas, sales del pensamiento y ves con claridad que el pensador no es quien tú eres». Eckhart Tolle, El Silencio Habla
Su estado de conciencia en este instante, tanto si se da cuenta de ello como si no, es conciencia de unidad. Ahora mismo ya es el cosmos, ya es la totalidad de su experiencia presente. Su estado actual es siempre conciencia de unidad, porque el «yo» separado, el «uno» aparte, que siempre parece ser el principal obstáculo que se le opone, es siempre una ilusión. No necesita destruirlo porque, para empezar, no está ahí: no existe. Lo único que realmente tiene que hacer es buscarlo, y no lo encontrará. Y esa misma imposibilidad de encontrarlo es ya un reconocimiento de la conciencia de unidad. En otras palabras, cada vez que se busque «a sí mismo» y no se encuentre, recae momentáneamente en su estado anterior y real de conciencia de unidad.
Por Ken Wilber