«Con la inteligencia en primer lugar, gracias a los métodos de la ciencia, el hombre aplicaría a todos los organismos vivos, sobre todo a sí mismo, las mismas reglas que ha aplicado al mundo físico. En la búsqueda de la economía y el poder, crearía una sociedad sin otros atributos que los que podrían asociarse a la máquina. En realidad, la máquina es, precisamente, la parte del organismo que puede ser proyectada y regulada por la inteligencia sola. Al establecer su organización fija y su comportamiento predecible, la inteligencia producirá una sociedad similar a la de ciertos insectos que no han cambiado en sesenta millones de años: porque cuando la inteligencia llega a una forma definitiva, no permite ninguna divergencia a su solución acabada». Lewis Mumford*
Etiqueta: Lewis Mumford
La máquina es una falsificación de la naturaleza; analizada, regulada, restringida y dirigida por la mente del hombre…
«La eliminación de lo viviente y de lo orgánico tuvo lugar muy rápidamente con las primeras fases del desarrollo de la máquina. En efecto, la máquina era una falsificación de la naturaleza; de la naturaleza analizada, regulada, restringida y dirigida por la mente del hombre. Empero, el fin supremo de la máquina no consistía simplemente en conquistar la naturaleza, sino en hacer una nueva síntesis de ella. Desmembrada por el pensamiento, la naturaleza había sido unida de nuevo mediante nuevas combinaciones: síntesis materiales en la química y síntesis mecánicas en la ingeniería. El rehusarse a aceptar el medio ambiente natural como condición fija e ineludible es lo que siempre había fomentado en grado sumo las artes y las técnicas del hombre; pero desde el siglo XVII esa actitud se convirtió en compulsión y el hombre recurrió a la técnica para ponerla por obra». Lewis Mumford, El hombre y la máquina*
El deber de inventar
La eliminación de lo viviente y de lo orgánico tuvo lugar muy rápidamente con las primeras fases del desarrollo de la máquina. En efecto, la máquina era una falsificación de la naturaleza; de la naturaleza analizada, regulada, restringida y dirigida por la mente del hombre. Empero, el fin supremo de la máquina no consistía simplemente en conquistar la naturaleza, sino en hacer una nueva síntesis de ella.
Por Lewis Mumford
El hombre posthistórico
El epíteto “hombre posthistórico” fue empleado por primera vez por Roderick Seidenberg en un lúcido libro publicado bajo ese título. Su tesis, esquematizada al máximo, es que la vida instintiva del hombre, dominante a través de todo el largo pasado animal del mismo, ha ido perdiendo fuerza en el curso de la historia, a medida que su inteligencia consciente ha ido conquistando dominio sobre una actividad tras otra.
Por Lewis Mumford
Si cualquiera, fuera del momento oportuno, trata de vencer las enfermedades por la medicina, sólo las agrava y las multiplica
«‘Si cualquiera, fuera del momento oportuno, trata de vencer las enfermedades por la medicina- observa Platón- sólo las agrava y las multiplica. De ahí que debamos siempre tratarlas por régimen, siempre cuando podamos ahorrar el tiempo y no provocar un enemigo desagradable por la medicina.’Este consejo de paciencia no fue extraño a la cultura griega, mientras mantuvo conexión con la agricultura y continuó viviendo junto al olivo, que no da fruto durante los primeros diez o veinte años de su existencia. Sólo cuando este lazo agrícola se debilitó por el comercio extensivo y la explotación imperialista, la paciencia se acabó. Entonces la gente buscó los caminos más cortos para la felicidad, el éxito o la perfección personal». Lewis Mumford, La condición del hombre (1944)
Homo Technomorphis (tecnohombre)
Durante varias décadas he procurado aferrarme a mis desgastados ejemplares de The Myth of the Machine (El mito de la máquina, dos volúmenes, 1967 y 1970). Y hace pocas noches, alterado por las pesadillas en las que bien despiertos estamos forzados a “vivir”, me encontré una vez más inmerso en ese trabajo monumental y fascinante. En su análisis histórico, comparativo brillantemente abarcativo, Mumford demostraba como los sistemas de poder centralizados –digamos por caso el del antiguo Egipto o el de la Alemania nazi− se han valido de medios técnicos para la regimentación militar y burocrática de enormes poblaciones humanas (“la gran Máquina”). (Para el último ejemplo, véase el reciente estudio de Edwin Black, IBM y el Holocausto).
Por William Manson*
Counterpunch
14 de marzo de 2014
Jaulas
Cuando pensamos en encierro y sufrimiento pensamos en cárcel; cuando pensamos en la cárcel, pensamos en castigo. Por desgracia nadie piensa en las personas (y resto de seres vivos con sentimientos y esperanzas) que se encuentran presos.
Por Antón FDR
De la protección a la destrucción *
Siendo en parte una expresión de angustia y agresión intensificadas, la ciudad amurallada reemplazó una imagen más antigua de tranquilidad rural y paz. Los primitivos bardos sumerios volvían la memoria hacia una edad de oro preurbana, cuando «no había serpiente ni escorpión, ni hiena ni león, ni perro salvaje ni lobo»; cuando «no había miedo ni terror, y el hombre no tenía rival».
Por Lewis Mumford
La megamáquina y la destrucción del vínculo social
Lewis Mumford, y aún más Cornelius Castoriadis, nos enseñaron que la máquina más extraordinaria inventada por el genio humano no es otra que la organización social misma. Después de la metáfora del organismo, la metáfora de la máquina ha sido utilizada ad nauseam para referirse a la sociedad. Lo cierto es que, conforme a la visión cartesiana del animal máquina, las dos metáforas remiten a una misma visión mecanicista de la sociedad.
Por Serge Latouche
1998
Continue reading «La megamáquina y la destrucción del vínculo social»
El universo técnico y su exterior
Elementos para una comprensión de nuestro universo técnico.
Por Etcétera
noviembre 2010