Tal vez algunos de ustedes no hayan comprendido por completo todo lo que he estado diciendo acerca de la libertad; pero, como lo he señalado, es muy importante que uno se exponga a ideas nuevas, a algo para lo cual puede no estar acostumbrado. Es bueno ver lo que es bello, pero ustedes tienen que observar también las cosas feas de la vida, tienen que estar despiertos a todo. De la misma manera, tienen que abrirse a cosas que quizás no comprenden por completo, porque cuanto más piensen y reflexionen sobre estos temas que pueden ser algo difíciles para ustedes, tanto mayor será la capacidad que tengan para vivir plenamente.
Categoría: • Espiritualidad
Lo que en general no se busca, no se ve y que muy pocos encuentran
Dolor, miedo, pasión, amor*
7º charla de Jiddu Krishnamurti. 5 de agosto de 1962
(…) Hablamos sobre el temor, y si es posible acaso librarse por completo de él, que es la reacción que surge cuando uno se da cuenta del peligro. Y (…) quisiera, si se me permite, hablar sobre la terminación del dolor; porque el miedo, el dolor y lo que llamamos amor siempre van juntos. Si no comprendemos el temor, no podremos comprender el dolor, ni podremos conocer ese estado de amor en el cual no hay contradicción, ni fricción.
El robot
¿Por qué dicen los sufíes que el hombre es una máquina? Porque el hombre es una máquina, por eso. El hombre tal como es, es totalmente inconsciente. No es más que sus hábitos, la suma total de sus hábitos. El hombre es un robot. El hombre todavía no es un hombre. A menos que la consciencia penetre en tu ser, seguirás siendo una máquina.
Por Osho
Sobre la vigilancia…
Tu vigilancia se mantiene sin perturbaciones. Durante las veinticuatro horas del día habrá una corriente subterránea de vigilancia. Tú sigues haciendo cosas… para el mundo exterior, nada ha cambiado, pero para ti ha cambiado todo.
Por Osho
La cultura de la muerte en la sociedad del espectáculo
Desde las Danzas de la Muerte medievales nunca como hoy estuvo la muerte tan presente de tantas maneras coincidiendo con esta cultura decadente que la usa de espectáculo, espantapájaros y como negocio.
Por Originario
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(libro) ¡Escucha, pequeño hombrecito!
¡Escucha, pequeño hombrecito!, de Wilhelm Reich, no es un documento científico, sino humano. Fue escrito en el verano de 1945, para los archivos del Instituto Orgón, sin que se pensara entonces en publicarlo. Refleja la lucha interior de un médico y científico que había observado al pequeño hombrecito por muchos años, y visto, en un principio con espanto, luego con horror, lo que el pequeño hombrecito hace consigo mismo, cómo sufre, se rebela, honra a sus enemigos y asesina a sus amigos; cómo, cuando llega al poder como «representante del pueblo» lo utiliza mal y lo transforma en algo más cruel que la tiranía que había sufrido anteriormente en manos de los sádicos de las clases dominantes.
La verdad es una tierra sin caminos
El hombre no puede llegar a ella por medio de ninguna organización, a través de credos, dogmas, sacerdotes ni rituales, ni tampoco por medio de conocimientos filosóficos ni técnicas psicológicas. Debe hallarla mediante el espejo de la relación, mediante la comprensión de los contenidos de su propia mente; por la observación y no por el análisis intelectual ni la disección introspectiva.
La difícil tarea del verbo ‘oir’
Uno de los mayores problemas de la comunicación, tanto la de masas como la interpersonal, es cómo el receptor- o sea, el otro- oye lo que el emisor- o sea uno, la persona- ha hablado.
Por Artur Da Távola
En una primera escena de telenovela, información de telenoticiero o en una simple charla o debate, observo que la misma frase permite diferentes niveles de entendimiento. En la conversación ocurre lo mismo. Raras, rarísimas, son las personas que procuran oír exactamente lo la otra esta diciendo.
Ante este cuadro, vengo desarrollando una serie de observaciones, y como ando bastante entusiasmado con su formulación, las comparto con el competente lectorado que, por cierto, me ayudara pasándome las pesquisas que tenga al respecto.
Observen que:
1. En general el receptor no oye lo que el otro habla: Oye lo que el otro no está diciendo.
2. El receptor no oye lo que el otro habla. Oye lo que quiere oír.
3. El receptor no oye lo que el otro habla. Oye lo que ya escuchó antes y coloca lo que el otro está hablando en aquello que se acostumbró a oír.
4. El receptor no oye lo que el otro habla. Oye lo que imagina que el otro iba a hablar.
5. En una discusión, en general, los discutidores no oyen lo que el otro está hablando. Oyen apenas lo que están pensando para decirlo enseguida.
6. El receptor no oye lo que el otro habla. Oye lo que le gustaría oír que el otro dijese.
7. Una persona no oye lo que la otra habla. Oye apenas lo que está sintiendo.
8. Una persona no oye lo que la otra habla. Oye lo que ya pensaba respecto de aquello que la otra está diciendo.
9. Una persona no oye lo que la otra está hablando. Retira del habla de la otra apenas las partes que tengan que ver con ella y la emocionen, agraden o molesten.
10. Una persona no oye lo que la otra está hablando. Oye lo que confirme o rechace su propio pensamiento. Vale decir, transforma lo que el otro está hablando en objeto de concordancia o discordancia.
11. Una persona no oye lo que la otra está hablando: Oye lo que pueda adaptarse al impulso de amor, rabia u odio que ya sentía por la otra.
12. Una persona no oye lo que la otra habla. Oye del habla de ella apenas aquellos puntos que puedan tener sentido para las ideas y puntos de vista que en el momento la estén influenciando o tocando más directamente.
Estos doce puntos muestran qué raro y difícil es conversa. ¡Que raro y difícil es comunicarse! Lo que hay, en general, o son monólogos simultáneos canjeados a guisa de conversación, o son monólogos paralelos a guisa de dialogo. Hasta puede haber dialogo sin que, necesariamente, exista comunicación. Puede haber hasta un conocimiento de dos sin que necesariamente haya comunicación. Esta solo se da cuando ambos polos se oyen, no en el sentido material de «escuchar», sino en el sentido de procurar comprender en su extensión y profundidad lo que el otro esta diciendo. Oír, por lo tanto, es muy raro. Es necesario limpiar la mente de todos los ruidos e interferencias del propio pensamiento durante el habla ajena.
Oír implica una entrega al otro, una dilución en el. De ahí la dificultad de que las personas inteligentes efectivamente oigan. Su inteligencia en funcionamiento permanente, o su habito de pensar, evaluar, juzgar y analizarlo todo interfieren como un ruido en la plena recepción de aquello que el otro esta hablando. No es solo la audición plena. El acto de oír es perturbado por otros elementos. Uno de ellos es el mecanismo de defensa.
Hay personas que se defienden de oír lo que las otras están diciendo, por verdadero pavor inconsciente de perderse a si mismas. Precisan «no oír» porque «no oyendo» se libran de la rectificación de los propios puntos de vista, de la aceptación de realidades diferentes de las propias; de verdades ídem y así en adelante. Se zafan de lo nuevo, que es salud, pero que las aterroriza.
No oír es, pues, un sólido mecanismo de defensa. Oír es un gran desafío. Desafío de apertura interior: de impulso en la dirección del prójimo, de comunicación con el, de su aceptación como es y como piensa. Oír es proeza. Oír es rareza. Oír es acto de sabiduría.
Después que la persona aprende a oír, pasa a hacer descubrimientos increíbles ocultos o patentes en todo aquello que los otros están diciendo a propósito de hablar.
fuente: revista Mutantia nº13, extraído a su vez de un folleto del Colectivo Hasta las Chapas.
Los 14 preceptos
14 preceptos para la comprensión y la empatía con la vida
1. No seas idólatra ni te ates a ninguna doctrina, teoría o ideología, incluso las budistas. Todos los sistemas de pensamiento son guías, no son la verdad absoluta.
2. No creas que el conocimiento que tienes ahora es absoluta, inmutable. Evita ser de mentalidad estrecha y atarte a los puntos de vista presentes. Aprende y practica el desapego de tus puntos de vista para estar abierto a recibir los puntos de vista de los demás. Se encuentra en y no en el conocimiento conceptual. Preparate para aprender a través de todo, a observar en tí mismo y en el mundo en todo momento.
3. No fuerces a los demás, ni siquiera a los niños, por ningún medio en absoluto, a adoptar tus puntos de vista, ya sea por autoridad, amenaza, dinero, propaganda o incluso educación. Sin embargo, por medio del diálogo compasivo, ayuda a los demás a renunciar al fanatismo y a la estrechez.
4. No evites el contacto ni cierres tus ojos al sufrimiento. No pierdas la conciencia de la existencia del sufrimiento en la vida y del mundo. Encuentra maneras de estar con aquellos que sufren por todos los medios. Incluyendo el contacto personal y las visitas, imágenes y sonido. Por tales medios despierta en ti mismo y en los demás la realidad del sufrimiento en el mundo.
5. No acumules riquezas mientras millones están hambrientos. No tomes como objetivo de tu vida la fama, el provecho, la riqueza o el placer sensual. Vive simplemente y comparte el tiempo, la energía y los recursos materiales con los que estén en necesidad.
6. No mantengas ira u odio. Tan pronto como surjan la ira o el odio practica la meditación sobre la compasión para comprender profundamente a las personas que han causado ira u odio. Aprende a ver a los otros seres con los ojos de la compasión.
7. No te pierdas en la dispersión ni en el ambiente que te rodea. Aprende a practicar la respiración para recuperar la compostura del cuerpo y de la mente, para practicar la atención, y para desarrollar la concentración y la comprensión.
8. No pronuncies palabras que puedan crear discordia y causar ruptura en la comunidad. Haz todos los esfuerzos para reconciliar y resolver todos los conflictos, aunque sean pequeños.
9. No digas cosas falsas por interés personal o para impresionar a los demás. No pronuncies palabras que causen desviación u odio. No difundas noticias que no sabes que no son ciertas. No critiques ni condenes cosas de las que no estás seguro. Habla siempre verdadera y constructivamente. Ten el valor de hablar sobre situaciones de injusticia, aún cuando hacerlo pueda amenazar tu propia seguridad.
10. No uses a la comunidad budista para ganancia o provecho personal, no transformes tu comunidad en un partido político. Una comunidad religiosa debe, sin embargo, tomar una actitud clara contra la opresión y la injusticia, y debe esforzarse por cambiar la situación sin engancharse en conflictos partidarios.
11. No vivas con una vocación que sea dañina para los humanos y la naturaleza. No inviertas en compañías que priven a los demás su oportunidad de vivir. Elige una vocación que te ayude a realizar tu ideal de compasión.
12. No mates. no permitas que otros maten. Encuentra todos los medios posibles para proteger la vida y prevenir la guerra.
13. No poseas nada que debería pertenecer a los demás. Respeta la propiedad de los demás pero evita que los demás se enriquezcan con el sufrimiento humano o el sufrimiento de otros seres.
14. No maltrates a tu cuerpo. Aprende a manejarlo con respeto. No veas a tu cuerpo simplemente como un instrumento. Preserva las energías vitales (sexual, respiración, espíritu) para la realización del camino. La expresión sexual no debería ocurrir sin amor y compromiso. En las relaciones sexuales, sé consciente del sufrimiento futuro que pueda causarse. Para preservar la felicidad de los demás, respeta los derechos y compromisos de los demás. Sé plenamente consciente de la responsabilidad de traer nuevas vidas al mundo. Medita sobre el mundo al que estás trayendo nuevos seres.
No creas que yo siento que sigo todos y cada uno de estos preceptos perfectamente. Sé que fallo de muchas maneras. Ninguno de nosotros puede cumplir plenamente cualquiera de ellos. Sin embargo, debo trabajar hacia esa meta. Esa es mi meta. Ninguna palabra puede reemplazar a la práctica sólo la práctica puede hacer a las palabras.
“El dedo que señala a la luna no es la luna”
Thich Nhat Hanh
fuente: www.webislam.com/?idt=9936
Diálogo a fondo con Carlos Castaneda
Puso énfasis en que esta conversación fuese publicada en una revista de Sudamérica. Dice Graciela: «Lo entreviste en Los Ángeles. Fue una experiencia muy interesante, la cual compartí con tres amigos que me acompañaron. CC nos refirió, con franqueza y simplicidad, sus ultimas experiencias. En mi opinión, en la entrevista se nos mostró sin mascaras ni poses.
Por Graciela N. V. Corvalán*
La historia del sostenedor del cielo
«Según nuestros más anteriores, al cielo hay que sostenerlo para que no se caiga. O sea que el cielo no mero está firme, sino que cada tanto se pone débil y como que se desmaya y se deja caer así nomás como se caen las hojas de los árboles y entonces puras calamidades que pasan porque llega el mal a la milpa y la lluvia lo rompe todo y el sol castiga al suelo y es la guerra quien manda y es la mentira quien vence y es la muerte quien camina y es el dolor quien piensa. Dijeron nuestros más anteriores que así pasa porque los dioses que hicieron el mundo, los más primeros, tanto empeño pusieron en hacer el mundo que, después de terminarlo, ya no muy tenían fuerza para hacer el cielo o sea el techo de nuestra casa y le pusieron ahí nomás lo que se les ocurrió y entonces el cielo está puesto sobre la tierra nomás como un techo de ésos de plástico. Entonces el cielo no está mero firme, sino que a veces como que se afloja. Y has de saber que cuando esto pasa, se desarreglan los vientos y las aguas, el fuego se inquieta y la tierra da en levantarse y caminarse sin encontrar donde estarse sosiega.»